N/A: Simplemente decir gracias al que decide leer, y si comentan tampoco estaría nada mal. Hasta luego! =)
Disclaimer: JKR, única dueña de estos maravillosos personajes.
Dibújame
Dibujas sobre un vacío papel apoyando suavemente el carboncillo que entre tus dedos se desliza con propiedad. Está tu mente en blanco pero de alguna manera tu cuerpo expresa lo que necesita. Te lo hace saber en cuanto descubres que has retratado su rostro lleno de pecas. Lo miras y sonríes con sinceridad. Ginny está presente en tu corazón siempre y en cada uno de los momentos que pasas. No la dejas de pensar ni siquiera inconscientemente y estás allí embobado por un simple dibujo. Eso te recuerda que llegará pronto, que podrás verla a los ojos y que descubrirás el amor una vez más cuando lo hagas, porque ella es la única solución a tus problemas, la cura de tus males, la bendición misma en persona.
Te levantas con calma y acomodas los pergaminos de tu escritorio. Guardas en un cajón bajo llave los documentos importantes, pero el retrato de Ginny lo depositas en una carpeta junto con otros dibujos que le has dedicado, ya que, por inercia, siempre es ella la protagonista de éstos, y con pasos tranquilos te diriges hacia tu habitación, te acuestas en la cama sin liberarte siquiera de tus zapatos y te pierdes en un mar de sueños fantásticos.
Las imágenes irracionales se van desvaneciendo de tu cabeza. Un cosquilleo te recorre lentamente en el cuello. Suspiras; estás despierto, pero no abres los ojos y recibes otra suave caricia. Unos labios se apoyan en tu frente, sobre tu cicatriz y tu cuerpo se estremece al sentir el contacto de esa boca, que realiza un magistral camino por tu piel (que estando blanca se enrojece levemente) y que atrapa tus labios en un beso enamorado. Se separa de ti sin dejarte disfrutar completamente y puedes apreciar su bello rostro a centímetros del tuyo. Tu corazón da un vuelco; en realidad ya no recuerdas cómo de miserable podría ser tu vida si en ella no estuviese esa pelirroja que se roba tus suspiros y hasta lo más preciado que cada uno tiene: los pensamientos.
—Hoy me dibujaste más inocente… —te comenta Ginny con una mirada pícara.
—A veces lo eres —respondes con la voz algo ronca. No quieres dejar de mirarla ni para indagar la hora, así que preguntas— ¿Dormí mucho?
—Como por una hora desde que llegué —te dice, y su sonrisa dulce se hace presente.
Le acaricias la mejilla con tu índice y recorres sus labios por un momento, perdido en ella. Entonces la atraes y la besas con más fervor, tratando de impedir que vuelva a cortarte y a dejarte con las ganas. Pero la pelirroja es inquieta, tú sabes cuándo. Se suelta de tu agarre y se levanta de la cama. La miras atontado y tratas de arreglar te el cabello azabache. Ella se deshace de sus zapatos y de su blusa con rapidez... No comprendes; sabes que ella no quiere nada en ese momento, que casi es la hora de cenar y que no conviene fastidiar a una Weasley con el estómago vacío. Lo sabes y aciertas, porque la ves completamente desnuda frente a ti y no se molesta en acercarse a querer provocarte. Aunque ya estés tentado sin necesidad de verla. Y entonces pronuncia únicamente una palabra que te deja nublado, te desarma.
—Dibújame —te pide simplemente sin demostrar vergüenza alguna.
No puedes explicarte por qué la amas tanto, pero aún así lo haces, y no dejarás nunca de hacerlo. Porque sin ella no existirías, Harry Potter, no respirarías y, por tanto, no responderías a la necesidad de amar.
