Trabajo de ciencias
Como cada mañana, Sakura Honda iba al instituto con una pequeña sonrisa, llena de esperanza. Sin embargo, a medida que pasaba el día, su sonrisa se iba debilitando y por la noche ya había desaparecido. ¿Por qué? muy sencillo. Cada noche, la japonesa se imaginaba situaciones románticas entre ella y Arthur Kirkland, ese chico cejón de ojos verdes que estaba en su misma clase. Esos pensamientos eran los que cada mañana le daban fuerza y esperanza para afrontar un nuevo día de clases.
Sin embargo había un pequeño problema, y ese era que Arthur nunca se había percatado de su presencia. Él era el empollón de la clase que tenía muy pocos amigos y estaba interesado en temas poco comunes para la gente de su edad, como la literatura clásica o la magia, mientras que ella era fujoshi y no pasaba un día en el que se reuniera con su grupo de amigas, también fujoshis, y hablaran de yaoi.
En conclusión, Sakura y Arthur eran muy diferentes. Pero la japonesa guardaba la esperanza de que el inglés un día se daría cuenta de su existencia.
Aquella mañana, el maestro de ciencias les dijo que tenían que presentar obligatoriamente un trabajo para aprobar el trimestre.
-El trabajo lo haréis por parejas y...-dijo el profesor. Se formó un revuelo en el que los alumnos se pusieron a elegir ellos mismos las parejas, dejando al profesor con la palabra en la boca, quien carraspeó y siguió hablando.-y para que no haya problemas, las parejas las haré yo.
Todos los alumnos se mostraron decepcionados con la noticia, pero el hombre les mandó callar.
-A quien no le guste su pareja que se aguante.-dijo simplemente antes de nombrar a las parejas.
Sakura no pudo evitar sonreir esperanzada. ¿Y si le ponía con Arthur? Era poco probable, ya que ambos eran buenos estudiantes y el profesor hacía las parejas entre un buen estudiante y otro al que le costaba estudiar.
-Bueno, y la última pareja es Arthur Kirkland y Sakura Honda.-dijo con voz potente el profesor.
Sakura sonrió, rebosando de felicidad, y miró a Arthur. Éste se había girado a mirarla y cuando vio que ella ya le estaba mirando apartó la mirada, sonrojado.
¡Se había sonrojado! Eso quizás significaba que, a lo mejor, ella le gustaba un poquito. Sakura ensanchó su sonrisa con este pensamiento.
Al terminar la clase, le faltó tiempo a la japonesa para ir hacia la mesa de Arthur y hablar con él sobre el trabajo.
-Quedamos en mi casa hoy a las cinco, ¿de acuerdo?-dijo Arthur con el cejo fruncido.-y se puntual.
-Vale.-respondió Sakura con una sonrisa.
Esa tarde, mientras hacía el trabajo con Arthur, Sakura descubrió que tenía muchas cosas en común con el inglés. Ese fue el comienzo de una gran amistad que con el paso de los años se iría ensanchando y que, quizás, desembocaría en algo más.
Me vino la inspiración y escribí este pequeño drabble sobre esta pareja que me parece muy mona. ¿Qué les ha parecido?
Últimamente no sé que me pasa, pero tengo bloqueo de escritor y me cuesta escribir fics... en fin, espero que se me pase pronto. Hasta la próxima(que espero sea prontito).
