Waazzaaaaaa!

Este es el primero de los retos de diciembre que realizan allá en el facebook el grupo de siempre hahaha. Debo decir que este no pertenece a aquellos, pero, lo pondré aquí porque era un reto especial y bueno, ya casi es hora.

El reto consistía en hacer un one shot de Trunks y Mai, Mirai ambos, en la ciudad Toki Toki, cabe aclarar que conozco el juego y este one shot lo escribí después de que concluyera la saga del futuro en DBS así pues

Enjoy!


Ruptura del tiempo

"No me importa, será un tiempo donde todos los que pelearon estarán vivos", había dicho, llena de seguridad e ilusión. Pensó que al ir a ese mundo, todos sus amigos los mirarían con una inmensa sonrisa en los labios, los ojos llenos de calidez y la bienvenida mitigaría todo ese dolor, ese sufrimiento de su ardoroso destino; la muerte de sus seres queridos.

No obstante, la realidad fue sumamente diferente.

— Pues ahí está, ya tienen su mundo de vuelta y el gran Bills se ha encargado de Zamasu, justo como prometí. Espero que lo disfruten, ¡ho ho ho!

Había dicho Whis, tan alegre y carismático como siempre, pero diferente, como si aquella fuera una broma de mal gusto, su sonrisa había sonado cruel, y ahora, al ver el rostro de sus seres queridos, golpeaba contra sus oídos como un minero harto de su trabajo, utilizando un pico lleno de desprecio y rencor contra todos esos años de trabajos forzados en la oscuridad de la mina.

Sin dar explicación alguna, Whis se había marchado. Antes de que desapareciera, Mai había visto en sus ojos una mirada divertida llena de maldad, como si la broma cruel fuera sólo para él, lo cual era… ¿imposible? Whis no se había mostrado nunca de esa forma con ellos, no tenía por qué empezar ahora, ¿o sí?

Después de todo, Gokú y los demás eran sus amigos, pero ellos no, aunque fueran personas muy allegadas, ¿significaba eso que también eran amigos?

Mai no podía creerlo de Whis, Bills por otro lado…

Sin importar las razones por las cuales Whis había decidido llevarlos hasta ese lugar y dejarlos donde ya existía un Trunks y una Mai, el recibimiento que habían tenido fue mucho peor que un escalofrío en una fría noche sin luna, cobijada por la oscuridad del cuarto, mientras algo, real o no, dentro del closet te devuelve la mirada y espera que parpadees para comerte.

Tuvieron que huir, de nuevo, ocultarse de ellos mismos, confundidos y aturdidos por la reacción de ellos mismos. Comprendían la razón, estaban seguros de que ellos habrían hecho lo mismo, vaya, podría decirse que ellos mismos lo hicieron, se rechazaron por no comprender esa otra realidad que no habían sufrido, que desconocían. Para Trunks y Mai del mundo salvado antes de ser destruido, sus otros yo, quienes llegaron diciendo que habían salvado al mundo de la destrucción de Zamasu, eran sólo impostores que tratarían de arrebatarles su lugar. De ninguna forma podían permitir eso. Jamás.

Huyeron de ellos mismos, como habían huído de su realidad, de su mundo destruído, del dios enfermo que los había cazado como animales, como a una enfermedad. Tuvieron que esconderse durante mucho tiempo, correr, ocultarse, arrastrarse por pantanos y selvas, el Ki de Trunks era fácilmente reconocible para un Trunks que lo buscaba desesperadamente con la intención de destruirlo, acabar con él antes de que tuviera la oportunidad de poner su mundo en peligro.

Pelear y proteger, se lo había prometido a Gohan. Trunks, el sin hogar, lo entendía, él también lo habría hecho, demonios, por eso había dejado que asesinaran a su madre, para defender a los demás.

Su madre.

El llanto los había acompañado siempre, desde que fueron desterrados, desde que los niños, que antes les habían dedicado hermosas sonrisas, les dedicaran una mirada de desconfianza y temor.

— ¿Qué vamos a hacer, Trunks? —preguntó Mai, por enésima ocasión. Y como en las anteriores, Trunks no tenía una respuesta satisfactoria que darle. Se acurrucaron dentro de la cueva y trataron de dormir, hacía días que no podían tener un sueño tranquilo. Se despertaban constantemente por pequeños ruidos que escuchaban cerca. Se sentían observados en todo momento, la paranoia les susurraba ideas oscuras detrás de la nuca. Nunca avanzaban más de diez pasos sin mirar por sobre el hombro, aquello se estaba convirtiendo en una cruel pesadilla; no tenían un hogar, no sabían a donde ir, se habían convertido en espíritus errantes por el mundo. Tampoco tenían la opción de instalarse en un sitio y dejar que los otros vivieran felices. Estaban seguros de que sus otros yo no dejarían de buscarlos hasta acabar con ellos, ellos tampoco lo harían. No se puede vivir en paz si hay una amenaza a la seguridad vagando por el mundo, ¡no señor!

Ninguno de ellos descansaría. Trunks y Mai huyendo de Trunks y Mai y Trunks y Mai persiguiendo a Trunks y Mai, el universo se había vuelto loco, confuso y un poco enredado, mientras Whis y Bills se divertían con lo que pasaba mientras se comían un delicioso postre en casa de Bulma.

Si ella se enterara…

Pero no lo sabía, nadie lo sabía y eran ellos dos, Trunks y Mai intrusos, quienes lo sabían, sufrían y no podían hacer nada para escapar de su realidad.

Absolutamente nada.

Los días pasaron, se convirtieron en meses y sus rostros enfermos eran la clara evidencia de que aquella vida bandida los volvería locos en cualquier momento. Sus energías se habían mermado al estar alimentadas únicamente por bayas y animales pequeños, apenas lo que podían cazar. El bosque en el que habían terminado era más pantano y suciedad que bosque y comida. El agua estancada apestaba a podredumbre y si Mai lograba llevarse algo a la boca, el olor le hacía vomitar con lágrimas de asco y dolor y fatalidad en los ojos. Poco a poco, mientras veía su cabello cayendo como cortinas mugrosas alrededor de su rostro y sus sagrados alimentos escapaban por la ruta incorrecta, Mai perdía toda esperanza de salvación y recordaba

malditas sean esas voces que susurran el pasado

sus propias palabras

malditas sea su decisión de salvar a los demás

condenándolos, a ella y a Trunks, a ese destino horrible y desgarrador.

ojalá se hubieran muerto todos

Hubo ocasiones, cerca del final, cuando sus pensamientos, al principio bondadosos

valió la pena, todos ellos, todos los que lucharon a nuestro lado están vivos

comenzaron a transformarse en pensamientos impropios

¿Por qué los salvaste?

oscuros

los hubieras dejado muertos.

llenos de rencor y odio

Y él, ¿por qué no me detuvo?

los atajaba con un movimiento de su mano, los apartaba de sí

Muertos

trataba de no dejarse llevar por el dolor

muertos muertos

sabía, se repetía una y otra vez

todos ellos, todos ellos muertos,

que esas ideas no eran propias, eran la tristeza y el dolor hablando con su voz

que se mueran todo, ¿por qué no los dejamos muertos?

y no le pertenecían.

Trunks, por supuesto, se daba cuenta de la creciente locura mental de Mai, podía ver lo en sus ojos, ahora casi siempre nublados, opacados por tormentosas nubes de pensamientos venenosos. Trataba de apartar esas ideas, desconocidas para él, de su mente con sonrisas llenas de ilusión y esperanza.

Hablaré con ellos y les explicaré lo que sucedió, pensaba en decirle, hablaré con ellos de nuevo, les explicaré y mi madre sabrá entenderme, nos aceptarán con ellos.

Nunca lo hizo, ni se lo dijo, ni se atrevió a ir a hablar con ellos. Sabía de antemano cuál iba a ser el resultado.

Su destino era ese, vagar y morir solos, proscritos en un mundo, una realidad que no les pertenecía y en la cual eran intrusos.

— No hay nada para nosotros en este lugar, Trunks —musitó Mai en una ocasión, recostada contra el pecho de Trunks y la mirada perdida entre la hierba pantanosa.

Una nube de mosquitos zumbaba cerca de ellos. El sonido casi era ensordecedor, sobreponiéndose irritantemente a todos los ruidos del pantano. Las ranas croaron bajito, como en susurros, las cigarras, junto con los grillos hicieron una pausa en su concierto y los moscos tuvieron el protagonismo. El zumbido de esa nube de vampiros era un como un dolor de cabeza que ha durado demasiado tiempo; te has resignado a que no se va a ir así que simplemente lo ignoras en la medida de lo posible. No obstante, Mai no sólo estaba ignorando el dolor y la nube de mosquitos que se transformaba en diferentes cosas que al final eran la misma: una existencia de mierda.

— Deberíamos irnos, ya no queda nada en este lugar que podamos tener. —terminó Mai, mientras su pierna era devorada implacablemente por diecisiete moscos.

— Lo haremos, Mai, no te preocupes —respondió él y la abrazó con más fuerza—. Yo también me estoy cansando del pantano, y me gustaría irnos más rápido, pero no puedo elevar mi Ki, necesitamos pasar desa…

— No, no me refiero a eso, Trunks. —se incorporó y lo miró a los ojos.

Trunks pudo ver en los ojos negros de Mai a qué se refería. El corazón se le detuvo un instante, y por esa brevísima ventana temporal, pudo ver el mundo sin Mai.

Quiso gritar, quiso pelear contra el enemigo poderoso que controlaba los pensamientos de Mai y derrotarlo para así tenerla a ella de nuevo, tan animada y guerrera como antes, como cuando tenían un hogar. Pero no había ningún enemigo, era Mai y la situación, aquello no podía resolverse a golpes como habían hecho con los androides y Cell.

Apartó su miedo y esas visiones de un mundo solitario y vacío. Sonrió de nuevo, ocultando el dolor y su desgracia detrás de esa mueca hipócrita que pretendía ser algo bueno y habló.

Mucho después, cuando Mai estuviera muerta en sus brazos, recordaría ese momento. La culpa, como un niño inquieto, se le echaría al cuello, le gritaría al oído y le haría pensar, una y otra vez que si hubiera dicho alguna otra cosa, si hubiera hecho algo más, si tan sólo hubiera sabido qué hacer, Mai no habría muerto.

— No te preocupes, todo va estar bien. —había dicho, había mentido e incluso él no había creído en sus palabras cuando las dijo. Su voz había temblado y existía falsedad en ella. La inseguridad, el miedo de perder a Mai se había notado en esa frase carente de magia, había sido un hechizo sin potencia, en el corazón de Trunks ya no había mana, todo lo había pintado en el costado de la máquina del tiempo, y ahí se había quedado, en esa única palabra que no existía más para él.

Junto con Mai, su esperanza también había muerto, oculta debajo del moho producto del tiempo y el olvido, como en la máquina que utilizara Cell para asesinarlos a todos.

Nada estaba bien y había mucho por lo cual preocuparse, Trunks lo sabía y estúpidamente pensó que Mai le creería. La chica estaba convencida de que no había nada más para ellos en esa realidad, debían irse, el pantano, los moscos a su alrededor, ese olor nauseabundo, el zumbido de los moscos, el paraje tan deprimente y los putos moscos la convencían día con día de que no había nada más para ellos en ese mundo.

Estaban a un día de salir del pantano. Las arenas movedizas, los troncos podridos en su camino y los malditos moscos, sobre todo los malditos moscos terminaron por convencer a Mai de que ese vagar eterno era insoportable. Por la noche, cuando Trunks por fin logró tener una noche tranquila de sueño profundo, Mai se alejó de él, volvió por sobre sus pasos y dejó que las arenas movedizas le dieran el último abrazo de su vida.

Para cuando Trunks la encontró, su cuerpo ya estaba frío, hundido hasta la cadera en las arenas asesinas. Luchó contra la naturaleza para recuperar el cuerpo de su amada, luchó contra sus propias lágrimas para contemplar una vez más su rostro hermoso, pálido, sucio y muerto. Luchó, por un momento, contra sí mismo para no elevar su Ki y llamar a su otro yo y dejar que lo matase. Pero esa fue una lucha que no pudo ganar, así como la que la depresión de Mai le había ganado. Su nuevo poder se elevó hasta el cielo como una protesta contra el universo, el dolor y el sufrimiento que había tenido que enfrentar desde siempre.

Su poder estalló y apartó de él y de su amado cadáver al pantano, los árboles se fueron, las arenas, los grillo y, gracias a los dioses, los putos moscos.

— ¿Pero qué estás haciendo? —cuestionó una voz suave, melódica y despreocupada detrás de él.

Al principio, Trunks pensó que había sido nada, que lo estaba imaginando, pero la voz volvió a hablar.

— Trunks, te estoy hablando. ¿Qué haces?

El desconcierto apagó el llanto un momento. Apretando el cuerpo de Mai contra su pecho, Trunks se giró a mirar a quien le hablaba.

Era una chica pequeña, de piel violeta y cabello naranja. Sus ojos negros estaban llenos de bondad y compasión. Trunks se sintió indigno de ambas cosas. Sus ropas eran inusuales, no estaba tan sucia como él y Mai, quienes habían estado tanto tiempo en el lodo y la podredumbre del pantano. Desentonaba del entorno, como el sol de noche. Pero ella no era preocupante, sino el entorno, en realidad.

La explosión de Trunks estaba congelada, los árboles que habían sido arrojados a los lejos, estaban a mitad de camino, todo lo estaba, de hecho. Trunks pudo ver la onda expansiva de su Ki, inmóvil, rodeándolos como si de un campo de fuerza se tratara.

— Tú —preguntó con la voz cortada, tuvo que carraspear para volver a intentarlo—. ¿Tú estás haciendo eso?

—Sí, es muy fácil —explicó la otra, jovial, divertida, orgullosa porque para ella, lo imposible era muy fácil. Su expresión se suavizó toda, e inclinó la cabeza a un lado de forma infantil—, y muy útil, además, por ejemplo ahora, tendríamos que darnos prisa o los demás detectarían tu Ki. Así le llaman, ¿verdad? Es conveniente que podamos platicar sin prisas y sin tener la presión de que van a venir a interrumpirnos.

Cuando torció su cabeza, Trunks había visto sus aretes, y después de eso, casi no puso atención.

— A ustedes los Kaioshin les gusta este tipo de cosas, ¿verdad? Siempre están jugando con la vida de las personas —la furia dentro de Trunks se fusionó junto con el rencor y el dolor de sus seres queridos, todos ellos muertos por el capricho injustificable de un Kaioshin—. ¿Para ustedes no somos más que juguetes? No somos una invención para su aborrecible entretenimiento, también tenemos vidas que proteger, tenemos amigos y familiares, no somos objetos, ¿por qué no pueden entenderlo?

— Calma, calma, no tienes por qué ponerte así conmigo —atajó la Kaioshin con un gesto de la mano—, no vengo aquí a jugar, de hecho, vengo a proponerte trabajo. Te he estado observando Trunks, desde que viajaste en el tiempo por primera vez.

— ¿Trabajo? ¿A qué te refieres?

— Es muy sencillo, Trunks, quiero que vengas conmigo a la ciudad Toki Toki, ahí, te convertirás en un Patrullero del Tiempo. Con tu poder de pelea, estoy segura de que no tendrás ningún problema con las tareas que tendrás que desempeñar.

Explicó ella, muy animada, sin apartar la sonrisa de su rostro. Dejaba claro que la idea de tener a Trunks en su equipo de patrulleros le agradaba.

— No —replicó Trunks, volteándo la mirada hacia el cuerpo inerte de Mai—. No soy capaz de ayudar a nadie, he fallado, le he fallado a Gohan y no pude proteger a nadie, dudo mucho de que te sea de ayuda para los planes que tienes.

— No digas tonterías, Trunks, si me tomé la molestia de venir hasta aquí, y de hacer esto —extendió los brazos, refiriéndose a la esfera—, es porque tengo esperanzas en ti.

La palabra retumbó en los oídos de Trunks con un eco demencial.

— Pues lamento decepcionarte —se puso de pie con el cuerpo de Mai en los brazos—, esto es lo que le sucede a las personas que tienen confianza en mí. Todas esas personas a las que juré proteger ahora están muertas, y ni siquiera están en este universo, mi realidad se ha…

— Lo sé, Trunks —interrumpió ella, parecía un poco molesta—. Esto no debió de haber pasado, y es el tipo de cosas que quiero me ayudes a resolver. Las intenciones de Whis eran las mejores, puedo asegurártelo, sin embargo, el tiempo fue cambiado por alguien que está robando energía de la historia, por eso en este momento hay dos de ti, y había dos de ella.

Señaló a Mai, trunks siguió el gesto, bajó la mirada al rostro pálido de la chica y después lo levantó a la pequeña, su corazón había tenido un estremecimiento de...esperanza.

— Quieres decir que puedes hacer que Mai…

— Lo que quiero decir es que no puedo decir más a menos de que aceptes venir conmigo a la ciudad Toki Toki y convertirte en un Patrullero del Tiempo.

— ¿Puedes hacer que Mai…?

— ¿Acaso no has aprendido nada? —cortó la chica, no sonaba severa, sino un poco triste por él—. No debes resucitar a los muertos, eso fue lo que provocó todo esto, bueno, en parte. Pero los muertos, muertos se quedan, es una ley del universo que tú y tus amigos se han encargado de romper demasiadas veces para mi gusto.

Trunks sintió cómo esa llamita tímida de antes en su corazón se apagaba de golpe. Su corazón volvió a quedar a oscuras.

— Anda, Trunks, no necesitas esto y el lugar al que vas a acompañarme es...un lugar fantástico, ningún humano ha estado ahí, serías el primero y jamás te arrepentirás.

— No puedes hacer que Mai regrese. —atajó Trunks, desechando la idea de acompañarla.

— Pero puedo hacer que tú vuelvas.

— ¿A… a qué te refieres?

— Mírate nada más, Trunks. Tú eres alguien que ayuda a los demás, te gusta protegerlos, aunque no lo haces por pasatiempo, lo llevas en la sangre. Los patrulleros del tiempo son así, no les importa el poder, o las cosas materiales. A ellos les importa proteger a los demás, y tú estás listo y dispuesto para sacrificarte por alguien más. Estoy segura de que seguirías peleando contra cualquier enemigo con tal de salvar a alguien. Y aunque cayeras, te seguirías levantando, porque tus ganas de pelear serían tantas, ¿no es así? Ahora mismo piensas que no has salvado a nadie, pero en realidad, has tocado la vida de miles de personas, has provocado un cambio en sus corazones y ni siquiera han estado cerca de ti, ni siquiera los has mirado a los ojos, pero te conocen Trunks, saben que este no eres tú. El Trunks que ellos conocen, el Trunks que ellos aman pelea, y peleará el doble por proteger a los demás, a los débiles, a quienes han perdido la esperanza.

Trunks escuchó las palabras y sintió un nudo del tamaño del universo en la garganta. Decir levantarse a veces era excesivamente fácil, hacerlo podría drenar la energía del universo de un chupetón. La única razón por la que peleaba se había extinguido mientras él dormía, ¿cómo iba a defender a nadie si su ser más querido había muerto sin que él pudiera hacer algo? ¿Cómo seguir peleando si su madre había sido asesinada a sangre fría?

— No te preocupes, todo va a estar bien —dijo la Kaioshin—, si vienes conmigo, te prometo que tus heridas sanarán.

Fueron clavos al rojo vivo, las palabras, taladrando sus oídos. Él mismo las había dicho no hace mucho y todo se había ido a la mierda. No podría, no podría hacerlo, no sin ella.

Miró su rostro pálido delante de él y descubrió un atisbo de sonrisa en su rostro demacrado. Tal vez, si ella estuviera ahí, le diría que lo hiciera, que siguiera peleando y se convirtiera en un Patrullero del Tiempo. "Eres tú el único que nos puede proteger", tal vez le diría.

— Por ti. —musitó y le dio un beso en la frente fría—. ¿Puedo enterrarla?

— No, aquí no —atajó la Kaioshin sin dudarlo—. Toma mi mano.

Trunks hizo caso y desaparecieron del lugar, dejando detrás de ellos una onda de Ki en expansión, misma que sintió el otro Trunks y en ella pudo notar la pérdida, el dolor de la muerte. La presencia de su otro yo estaba cargada de ese ardoroso llanto tan parecido a cuando se convirtió en Súper Saiyajin por primera vez.

Y entonces recordó a Gohan. Quiso encontrarse, tratar de escuchar la explicación que tenía para sí mismo, pero ya no pudo encontrar al otro Trunks.

— ¿Qué lugar es este? —preguntó Trunks.

— Es parte de la ciudad Toki Toki, aquí podrás darle sepultura a Mai —señaló un edificio que estaba a un lado de ellos. En la entrada, tenía dos totems enormes de lo que parecían ser dos guerreros, Patrulleros del Tiempo, seguramente. El edificio era alto y muy grande, parecía extenderse hasta el final, o más allá, tal vez—. Aquí es donde moran todos esos patrulleros del tiempo que han caído tratando de proteger los pergaminos. Sólo por ser una ocasión especial, y porque de verdad quiero que te unas a nosotros, dejaré que Mai descanse aquí por la eternidad.

La idea del descanso eterno era algo que a Trunks no le gustaba pensar para Mai, pero no podía hacer nada al respecto. Agradeció a la Kaioshin y entró.

La Kaioshin le permitió tomarse el tiempo necesario, mientras tanto, ella espero afuera, hasta que Trunks estuvo listo.

— Antes que nada, quiero saber quién eres y por qué me has elegido a mí. —increpó Trunks, al salir del mausoleo. El dolor continuaba ahí, se notaba en sus ojos húmedos, pero por lo menos ya no estaba tan tirado como antes. La Kaioshin asintió y avanzó delante de él.

— Ven conmigo, te mostraré la ciudad.

Avanzaron por un estrecho camino de piedras blancas hasta un arco. Al otro lado, Trunks pudo contemplar por primera vez la ciudad Toki Toki, misma que sería su hogar, a partir de entonces.

— Mi nombre es Chronoa y soy la Kaioshin del Tiempo. Esta es nuestra ciudad, la ciudad Toki Toki. Aquí, nos preparamos para proteger los Pergaminos del Tiempo, mismos que contienen la historia de todo el universo, eso te debe dar una idea de lo importante que es este trabajo.

Se detuvieron un momento, Trunks pudo ver construcciones parecidas al templo de Kami-Sama en el estilo, pero más pequeñas y otras más grandes. El piso era todo de piedras blancas acomodadas de la misma forma que los caminos. Había un kiosco enorme en el centro de la ciudad y en ella un recipiente con un dragón dorado encima. Todos los que estaban ahí se mostraban muy animados, el rumor de sus pláticas le confería a la ciudad un sentimiento de movimiento, de estar viva.

— Usualmente no nos preocuparíamos por tener a un patrullero del tiempo de la Tierra —continuó explicando Chronoa—, sin embargo, hubo algo que llamó nuestra atención. Lo que hicieron Whis y Bills no tenía ninguna mala intención, pero alguien cambió ese momento en el que los enviaron a ti y a Mai al futuro. Pudimos notar un desgarro en la continuidad del Pergamino de ese momento. Una fuerza desconocida y oscura cambió la historia y fue por eso que aparecieron dos de ti y de Mai en el mismo instante, lo cual, como puedes imaginarte, es imposible...o sí es posible, pero no aceptable, eso podría ocasionar el colapso de la realidad, de esa realidad.

— Si había una anomalía, ¿por qué no se encargaron de ella? —cuestionó Trunks, pensando que quizá ellos habían podido evitar la muerte de Mai.

— No podíamos hacer nada, si sólo hubieras estado tú —hizo una pausa. La expresión de Trunks cambió de nuevo—. Estando los dos era más peligroso entrar en acción, no por nuestra propia seguridad, puedes estar seguro de que todos aquí están más interesados en los demás, que en sí mismos. Pudimos haber hecho colapsar no sólo tu realidad, sino los doce universos, era demasiado riesgoso, por eso decidimos esperar. Si te hace sentir mejor, ahora sabemos qué fue lo que pasó. La muerte de esa chica no fue en vano.

— ¿Entonces sabes quién es el responsable?

— Saber qué fue lo que pasó y quién es el responsable no es lo mismo, Trunks —respondió Chronoa, a modo de disculpa—, si el fenómeno vuelve a repetirse, sabremos qué hacer, mientras tanto, tenemos que entrenarte, tengo que enseñarte bien qué es lo que hacemos aquí. Y si el responsable de la anomalía en tu realidad reaparece, tendrás la oportunidad de derrotarlo.

— No haya nada que ansíe más —respondió Trunks, apretando el puño como una promesa de que lo haría pedazos.

— Bien, espero que conserves ese entusiasmo durante mucho tiempo, lo vas a necesitar. Ven por aquí —Chronoa condujo a Trunks a una cámara, ahí dentro había estantes que tocaban el cielo, la cúpula del techo nunca se cerraba y se extendía hasta el infinito. En los estantes había infinidad de pergaminos, todos ellos con un brillo característico—. Aquí es donde tenemos los Pergaminos del Tiempo, usualmente su brillo es de colores vivos, muy lindos todos ellos, pero en algunas ocasiones ese brillo se opaca y es cuando nosotros actuamos para evitar que la historia sea cambiada. Lo que te sucedió a ti, fue la primera vez que algo inusual sucedió en tu mundo. Esperamos que no vuelva a pasar, pero por si acaso, tenemos que enseñarte cómo lidiar con esos problemas, y cómo deberás hacerte cargo de los villanos. De eso se trata este trabajo, proteger la historia, y a quienes estuvieron involucrados en ella.

Trunks aceptó, por supuesto. Al principio, pensó que esa sería la forma de compensar su fracaso pasado. De esta forma, trabajando para proteger a otros que no podían defenderse, podía pagar la muerte de todos sus amigos y aquellos quienes creyeron en él y de todas formas murieron.

Aceptó, claro que iba a aceptar, no tenía otro plan en mente y estaba seguro de que en algún momento, Mai lo perdonaría por haberle fallado.


1053hrs
28/11/16

A diferencia de los capítulos de DBHS, para terminar este one shot me tomó más de tres o cuatro días, así que me parece que sus partes varían de acuerdo a cómo me iba sintiendo hahahaha, lo siento. Quiero aclarar las palabras de la Kaioshin cuando le dice a Trunks lo valioso que es para otras personas, obviamente, no me refería a las personas que salvó en el ánime, sino a todos los que somos fans de la serie, a quienes en algún momento verlo les hizo sentir mejor y dar un poco más de ellos mismos en momentos de oscura realidad. La verdad que cuando escribía ese pedacito de Fan Fic pensaba en una persona, pero no lo escribí sólo por ella. Sé que hay muchas personas que adoran a Trunks de la misma forma que ella, pero como que la noté más, se explaya mejor que otras personas y no tiene miedo de mostrar qué tan agradecida está con estas cosas que le levantan el ánimo. Es admirable la Schala haha.

Los demás retos que tengan que ver con Trunks y Mai seguirán siendo así de dolorosos, Heichy?
Sí, tal vez, y no porque la pareja no me guste. Desde la primera vez que vi a Mai vigilando el avance de Gokú, Bulma y Oulong a través de las montañas en dirección al capítulo de Pilaf, me parece una chica (en aquel entonces mujer) muy guapa, y no sé qué carajo pensaba Toriyama al regalarles eso... a ellos tres, no a nosotros los fans, a ellos tres, me gustaría saberlo, Qué mierda te motivó a hacerles eso, Gran Tori, QUÉ?
Pero sí, los dos juntos van a sufrir, Mai es muy interesante, muchísimo, ella y Pilaf y Shu, creo que son, ahora, los personajes que más me intrigan y los que más fascinación me provocan, por qué? no mames, porqué no?! cómo es que a ti no te provocan eso?

Y por úlltimo, muchas gracias por leer, espero que te haya gustado y disfruta, por favor, de lo que viene, se va a poner interesante, lo prometo...prometo que trataré de que sea muy interesante.

**Dedicado Especialmente a mi Maldita Zely!**

«-( H.S )-»™