Los personajes de ésta historia son de la maravillosa Stephanie Meyer. Simplemente Irresistible es una historia de la increíble Rachel Gibson, y yo solo me adjudico la adaptación.
Prólogo
Uno, dos, tres, cuatro…
Inicié la cuenta una vez más. Sentía la mirada de la maestra sobre mí, y eso no ayudaba mucho a mi concentración. Trate de enfocarme una vez más en los palitos.
Cada vez que hacíamos este tipo de ejercicios me ganaba un horrible dolor de cabeza que solo desparecía tras unas cuantas horas de sueño. Podía sentir el dolor punzante en mis sienes, y decidí enfocar mis pensamientos en cosas más agradables.
Cuando llegara a casa la abuela Mary, me estaría esperando con nuestra fiesta de té. Podría usar mi vestido rosa, y me recogería el cabello con esas pinzas con rosas brillantes. Hablaríamos de recetas de cocina y me contaría alguna de las historias de sus amigas. Me encargaría de poner la mesa con el mantel rosa, y las servilletas a juego.
- Isabella!
Presté atención de inmediato.
- Si, señorita?
- Te ha llevado tu abuela al medico para hacerte el examen del que hablamos?
- Si, señorita.
- Te ha llevado también ha hacer las pruebas?
Asentí con la cabeza. En los tres últimos días había tenido que ir a ver a un doctor con orejas grandes, que me pedía que leyera letras y números frente a él. Contesté a sus preguntas, y me pidió que le contara algunas historias. Disfruté mucho cuando me pidió dibujara, pero el encanto termino cuando me pidió hacer cuentas.
- Has acabado? – preguntó la señorita.
Baje la vista a mi hoja de ejercicios. Había borrado tantas veces que las letras negras habían adoptado un tono grisáceo, y varias lágrimas manchaban el papel a lado de los palitos.
- No – dije cubriendo la hoja con mi mano.
Déjame ver lo que has hecho.
Caminé por el pasillo con mis zapatos haciendo ruiditos. No quise levantar la vista cuando le entregué mi trabajo a la maestra.
- Lo has vuelto a hacer mal – me dijo recalcando las palabras – Cuantas veces vas a poner mal las respuestas, Isabella?
- No lo sé – susurré.
- Te he dicho al menos cuatro veces que la respuesta al primer problema no es diecisiete! Entonces por que sigues poniéndolo?
- No lo sé – repetí. Había contado varias veces esos palitos. Había siete en un grupo, y siete en el otro, y había tres afuera. Eso hacia diecisiete.
- Estos grupos representan diez. Cuanto es diez mas diez?
- Veinte – contesté al cabo de un segundo.
- Más tres?
- Veintitrés – susurré.
- Ahí esta! Ya te lo he explicado incontables veces! – ladró – ahora ve a tu lugar y termina los ejercicios!
Regresé a mi butaca, esperando a que el día terminara. Conté cuidadosamente el siguiente grupo antes de escribir veintiuno.
En cuanto el timbre sonó, tome mi bolso purpura y salí corriendo hacia mi casa. Cuando entré por la puerta trasera, vi los pastelillos rosas que había horneado la abuela. Estaba a punto de tomar uno cuando escuche las voces provenientes de la sala.
- Su nieta no parece captar conceptos abstractos. Escribe algunas palabras del revés o simplemente no se le ocurre la palabra que quiere usar. Por ejemplo, cuando le mostré la foto de un picaporte, lo llamó «eso para entrar en casa». Sin embargo, identificó una escalera mecánica, una pala y la mayoría de los cincuenta estados —aclaró el doctor de orejas grandes. Recordé esas pruebas de las que hablaba — Lo bueno es que puntuó muy alto en comprensión —continuó el doctor— Lo que quiere decir que entiende lo que lee.
- Como es posible? – preguntó mi abuelita – Usa el picaporte todos los días para entrar a casa. Como pudo olvidar algo tan común, y recordar cosas que nunca ha visto como una escalera mecánica?
- No sabemos por qué algunos niños padecen esa disfunción en el cerebro, señora Swan. No sabemos qué causa estas incapacidades, lo único que sabemos es que no tiene cura.
Disfunción en el cerebro. Estoy enferma? Yo me siento bien. Si, no me es fácil entender algunas tareas, pero no por eso quiere decir que mi cerebro no funcione bien. O si? Me deje caer al suelo tomando apretando mis rodillas a mi pecho.
- Qué puedo hacer por mi Bella?
- Podemos seguir haciendo pruebas para poder encontrar donde se origina el problema y atacarlo con medicamentos.
- No le daré drogas a mi nieta, doctor.
- En ese caso le aconsejaría que la internara en una escuela de señoritas – me levanté para prestar mas atención a la platica – Bella será una jovencita hermosa, y podrá encontrar un marido que se haga cargo de ella.
- Marido? De qué me esta hablando, doctor? Mi Bella solo tiene nueve años!
- Lo se, señora. No pretendía insultarla. Lo único que trato de decirle es que, será mejor que le asegure un futuro a su nieta. No sabemos cuanto tiempo podrá usted estar con ella. En mi opinión, Bella nunca será demasiado lista.
Sentí como el rubor se apoderaba de mis mejillas y salí corriendo por la misma puerta por la que entré. Cerca del gran roble, estaba estacionada la camioneta roja de mi abuelo. Entré en ella como siempre lo hacia cuando quería estar sola. Hacía mucho que nadie utilizaba ese coche, y mi abuela me prometió que cuando cumpliera los dieciséis, yo podría manejarla.
Tal vez mi madre, Renée, lo sabía. Por eso me había abandonado con mi abuela cuando yo era tan solo una niña. Puede que le hubiese dicho también a mi padre, por eso él nunca había venido a verme tampoco. Lo único que sabía de él, era su nombre; Charlie.
Siempre había soñado con el día en el que mi mamá vendría, y me mantendría entre sus brazos, y me cantaría canciones antes de irme a dormir. Ahora sabía que ese día nunca llegaría.
Pero nunca dejaría que alguien supiera que era una retrasada mental. No dejaría que la gente me hiciera burla o se apiadara de mi solo por eso. Quería ser una persona normal. Tener un esposo y muchos hijitos que jugaran en el jardín frontal de una casa enorme.
Mientras mas lagrimas salían de mis ojos, mis sueños se iban evaporando con ellas. Pensando que tal vez nunca podría encontrar a alguien que quisiera a una enferma.
Lloré desconsoladamente sobre el volante del vehículo, hasta que un cansancio se fue apoderando de mi, y caí en un sopor absoluto sobre el asiento delantero.
Prólogo de mi primera historia :D
El verde es vida, dame un review & hazme feliz :)
. Elissa ~
