Disclaimer: Los personajes pertenecen a J. K. Rowling. Aplicado a todos los capítulos.

Les invito a leer ;)


Oblivio.

1. El regreso de Lord Oscuro

Draco Malfoy se despertó esa mañana con una desagradable sensación en la boca, como si hubiese comido un paquete entero de absurdas grageas de asquerosos sabores. Miraba a todos lados con una sensación de estar en un lugar que no debía, como si volviese a sentirse ajeno a la Malfoy Manor, a su habitación y a su cama. La misma sensación que lo atormentaba cuando Voldemort y los mortifagos se habían instalado allí, paseándose por los pasillos y salones como si fuera su propia casa. Como si volviera a esos tiempos.

Aún con esa desagradable sensación bajó a desayunar, luego de haberse dado un baño de agua caliente y haberse vestido con sus vestiduras negras.

'Como si fuera a vestir de blanco' pensó por un segundo irónicamente.

Al entrar al comedor, encontró a su madre sentada, con los brazos cruzados sobre su regazo y sentada completamente tiesa en la silla. Su madre lucía un vestido verde oscuro, que resaltaba sus opacados ojos celestes y su pálida piel blanca.

Narcissa Malfoy seguía igual de hermosa a pesar de haber pasado dos años intentando no mezclarse con la misma escoria en Azkabán al mismo tiempo en que no se volvía loca, pero de lo que no se había recuperado jamás era de la muerte de su padre. El día que Lucius Abraxas Malfoy recibió el beso del dementor y su alma fue absorbida, Narcissa Malfoy murió junto con él, dejando tan solo el cuerpo de lo que alguna vez fue su madre, aquí, en el mundo terrenal.

Draco, antes de sentarse, dio un suave beso en la frente de su madre, sintiéndola más tensa que de costumbre. Entonces, se dio cuenta de que algo sucedía. Por un momento, escarbó en las profundidades de aquellos ojos azules y sorprendido encontró el miedo y el temor. Narcissa desvió la vista cuando se sintió descubierta y apretó los labios hasta hacerlos una línea.

Draco frunció el ceño y la tomó por los hombros con más fuerza de la que tenía prevista.

"¿Qué es lo que ocurre, Mamá?" preguntó Draco con voz firme y algo ronca por la ansiedad.

Narcissa se negó a contestar, porque estaba segura de que su voz temblaría y se quebraría, rompería a llorar con desesperación y sólo pondría a su hijo en un estado de confusión y alarma.

"Bien. Si te parece, será mejor que lo vea yo mismo" dijo Draco con voz decidida.

"¡No lo hagas!" gimió Narcissa negando con la cabeza, negándose a ver a su hijo a los ojos y alzando todas las barreras mentales que poseía o las que al menos funcionaban "No lo veas de esa manera, no puedes verlo" Negó con la cabeza varias veces.

Draco observó como su madre se levantó y caminó temblorosa hasta una biblioteca, la vio sacar su varita y murmurar un hechizo, en donde el librero revolvió varias repisas y levitó una carta hasta él.

"Es de Severus" Le dijo Narcissa con voz débil desde su posición "Léela... será mejor que estés informado"

'¿Informado de qué?'

Draco asintió y caminó hasta el sofá de una sala contigua al comedor. Se sentó en él y desplegó la carta arrugada para comenzar a leerla.

Narcissa:

Iré directo al grano, no tengo mucho tiempo. Lord Oscuro aún vive. Nadie sabe de eso excepto yo, Yaxley y Greyback. Te lo había comentado anteriormente, pero estoy seguro de que no lo habrías captado hasta el día de hoy.

Lord Oscuro creó un hechizo que sólo el conoce en donde ha tomado parte de las células de su cuerpo y las ha transferido al cuerpo de uno de los hijos de sus subordinados, no diré quién, eso es un dato completamente irrelevante, de modo que a pesar de no ser un horrocrux, eso aún lo mantiene con vida, pero no será totalmente regenerado si yo no hago la otra parte del hechizo en donde sus células tomaran posesión por completo del cuerpo con ayuda de la magia.

Esta noche, vamos a revivirlo, cuando lo hagamos, prepara a Draco y vengan a la mansión Riddle. Cuando Draco sienta la marca arder, es el momento en que Lord Oscuro comience con la regeneración y los esté llamando.

Estén listos.

S.S.

'¿Está vivo? ¿Qué él está vivo?'

Draco agradeció estar sentado ya en el sillón, ahora mismo sentía sus piernas débiles e inservibles, temblaban como las de una niñita. 'Patético'. Arrugó en su puño derecho la carta con furia e ira. Justo cuando las cosas estaban tomando un buen rumbo, otra vez bajaron en picada.

Masculló un insulto entre dientes y se pasó la mano por el pelo con frustración.

'Tengo que hacer algo' Miró a Narcissa que lo miraba con desesperación y la recibió con los brazos abiertos cuando la mujer estalló en llanto y corrió hasta él 'Por mi madre... y por mi'


En pequeño Hangleton, ubicada en lo alto de la colina, altiva y aún sobria y tenebrosa, estaba en pie la mansión Riddle, con el aspecto de mansión abandonada por años, con las rejas fuertemente atadas en cadenas y con los muros de piedra llenos de musgo y suciedad. El mejor escondite de todo el mundo mágico, pues supuestamente había sido abandonada por Voldemort y ningún mortífago jamás había puesto un pie allí.

Draco y su madre aparecieron dentro de los terrenos de la mansión Riddle. Estos entraron por la puerta principal y fueron recibidos por un ansioso Avery.

"Son los últimos en llegar, apresúrense, está a punto de revivir" dijo Avery de forma a atropellada y con una sonrisa bailando en los dientes.

Draco asintió y Narcissa lo tomó por el brazo mientras seguían a Avery entre los pasillos oscuros y silenciosos. Pronto llegaron a un salón, en donde todos los mortifagos sobrevivientes a la batalla librada hace algunos meses estaban presentes y en donde también habían caras conocidas, pero en las que reconocía jamás ver en el círculo principal de los mortifagos. Todos miraban impacientes y ansiosos hacia una misma dirección.

Sus ojos grises se centraron en aquel cuerpo sobre aquel mesón. Un cuerpo ataviado en una túnica negra, de tela espesa y ocupada por un adolescente muchacho que se retorcía en el mesón con la cara contraída en una mueca de dolor y abriendo la boca como si estuviera gritando, pero de él no salía ningún sonido.

Severus llegó a su lado y miró con el ceño fruncido al muchacho en la mesa "Está silenciado con un hechizo"

"Estaba gritando como una nena" exclamó Dolohov con una sonrisa burlona, a un lado de Severus. Antonin miró a Draco "Hey muchacho, que bueno que estas aquí, si no yo mismo te hubiera agarrado a crucios y te hubiera arrastrado hasta aquí" dijo aún manteniendo la sonrisa.

"Eso si yo no te los hubiera dado a ti antes, Dolohov" dijo Draco con voz aparentemente tranquilidad, pero con los labios fruncidos en un rictus de molestia "Deja de amenazarme, Dolohov, o yo mismo me encargaré de cerrarte la boca"

Draco observó con placer como cualquier rastro de humor se borró del rostro del mortifago. Dolohov apretó la mandíbula, sacó su varita y estuvo a punto de lanzar un imperdonable al mocoso insolente cuando es detenido por Severus.

"Deja de comportarte como un niño, Dolohov. Al nuestro Lord no le agradará que hayan peleado y menos cuando tiene planes para Draco" le dijo Severus seco.

"Agua fiestas" masculló Dolohov "Yo sólo quería divertirme un rato con el muchacho ¿No es así, Draco?" Sonrió con burla en su dirección, torció los labios y se giró, pasando a llevar a Severus, quien frunció el ceño.

Su padrino se giró hacia él y le miró con una ceja alzada.

"Lo mismo va para ti, Draco. Ahora... sólo hay que esperar a que el señor haga lo suyo" dijo observando nuevamente el cuerpo del muchacho convulsionarse.

No pasó mucho tiempo, en que las marcas en todos los mortifagos comenzaron a arder de una singular forma. El ardor era tal que la piel en los antebrazos comenzó a colocarse roja y las venas se hacían visibles a la vista de cualquiera. Draco tenía las mandíbulas tensas, el ceño fruncido y apretaba firmemente los puños, manteniéndose como podía con el orgullo y la barbilla bien altos. A su lado, Severus estaba de igual manera.

Era increíblemente doloroso. Jamás había experimentado tal dolor con la marca. Era demasiado incluso para él y cuando estuvo a punto de sucumbir y comenzar a gritar para descargarse, Todo cesó.

No hubo más dolor, no habían más quejidos, sólo silencio. En eso, las respiraciones de todos se pausaron, los ojos se abrieron y miraron fijamente como el ser en el mesón se alzaba con parsimonia y miraba a todos lados con los ojos ahora carmesí y con una sonrisa satisfecha en el rostro pálido.

Allí, nuevamente de pie, estaba Lord Voldemort. Riendo a carcajada viva y demente por su logro. No el mayor, de eso Voldemort estaba seguro. El logro mayor venía en camino y él debía estar listo para recibirlo.

Voldemort dejó de reír y mantuvo la sonrisa "Todo ha salido tal y como esperaba" Miró a todos en general y sonrió "Han hecho bien, muy bien en esperar. Esta vez, denifitivamente les aseguro que acabaremos con todo, vengaremos a los caídos en la batalla y a los que han ido a Azkabán y finalmente... los mataremos a todos."

Draco se estremeció al igual que el cuerpo de su madre a su lado.

"Está todo planeado, todo perfectamente calculado" siseó Voldemort, sonrió y Draco se puso alterta cuando los ojos rojos fueron puestos en él y lo miraban con satisfacción "Pero necesitaré de ustedes, Severus y Draco. Acérquense"

Draco no miró a su madre, porque si lo hacía, se debilitaría al ver el -seguramente- terror en sus ojos azules. Caminó junto con su padrino a su lado, pasando entre todos los mortifagos aparentando la tranquilidad y seguridad que no tenía. Al llegar frente a él, ambos se agacharon frente a él, reverenciándole.

"Mi Lord" dijeron ambos a la vez

Voldemort hizo una sonido de aprobación y dejó de mirarlos, para mirar a todos en el gran y lúgubre salón. "Largo. Los llamaré cuando sea necesario y no se atrevan a interrumpirnos" hizo un brusco movimiento de manos en el que todos obedecieron.

Cuando el salón quedó desocupado, Voldemort caminó hasta una silla cercana a la pared y se sentó en ella, observándolos desde allí con sus grandes ojos carmesí.

"De pie" Ordenó y ellos obedecieron "¿Están dispuestos a obedecerme en todo, Severus, Draco?"

"Si mi Lord" dijeron ambos con seguridad.

Voldemort los miró amenazadores "¿Podré confiar en ustedes luego de su traición?" siseó con sorna, mientras tomaba en sus manos su vieja varita y la hacía rodar entre sus largos y huesudos dedos.

Draco se tensó y apretó los puños sintiendo sus cortas uñas encarnarse en su piel. Levantó la barbilla y miró a los ojos de su Lord, sintiendo perfectamente como este entraba en su mente hurgando en sus recuerdos.

"Si, mi Lord" dijo Draco con firmeza, Voldemort asintió sonriendo de una forma extraña.

"¿Qué dices tú. Severus?" preguntó Voldemort con voz suave.

"Por supuesto, Mi Lord."

"¡Perfecto!" exclamó Voldemort con malicia "Muy bien. Confio en que esto no saldrá de entre nosotros tres o habrá un castigo para el que me desobedezca" dijo con voz amenazante.

"Si, mi Lord"

Voldemort volvió a reírse con fuerza, asintiendo satisfecho. Era increíble como tenía el 'sí' para todo. Nadie desobedecía sus ordenes y todos eran como fieles perros esclavos que hacían sólo más fácil su trabajo para llegar a su objetivo. Un objetivo que estaba cerca de cumplir.

"Muy bien, esto es lo que harán" sentenció relamiéndose los labios con excitación.


Hola :) Bueno, de partida, como podrán ver. Snape vive, igual que Dolohov, aunque él igual asesinó a Lupin, aquí Flitwick no metió su varita. Y algunos que murieron se verán que están vivos así que no se extrañen tanto.

¿Qué opinan? ¿Tiene futuro? Díganme en un rr ;)

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