Disclaimer:
Ni Temari, ni Neji, ni ninguno de los personajes me pertenecen. Son
toditos de Masashi Kishimoto, aunque podría regalarme a
Neji-sama un ratito ne? -o-
La muchacha saltaba entre los árboles que daban la bienvenida en la entrada a Konoha. Su cabello rubio estaba sujeto en sus siempre inmaculadas cuatro coletas que la hacían verse más aniñada aún cuando los 20 años se cernían en ella. Paró un momento divisando las puertas de Konoha y tomó un trago de agua pensando en todo lo que se le avecinaba tras de esas puertas. Ansiaba con todas sus ganas ver a Shikamaru, aquel chuunin flojo había ganado el corazón de la muchacha de la arena la cual llevaba un par de meses sin verle y cada vez con más ganas llegaba a aquella aldea.
Su sorpresa fue justo al llegar a las puertas, pudo distinguir perfectamente la figura de Shikamaru haciendo aquella guardia pero igual pudo distinguir la de la muchacha que le abrazó y con la cual se besó bajo aquella luna de otoño. Por un segundo el corazón de la hermana del Kazekage se paró saltándose un par de latidos antes de volver a latir rápidamente. Sus hermosos ojos azules se anegaron de lágrimas que comenzaron a correr por sus pálidas mejillas. Por suerte se quedó parada tras el árbol dejando fluir aquellas lágrimas¿cómo había sido posible aquello¿cómo después de que la última semana que se vieron él le había jurado amor? Se limpió rápidamente las lágrimas con la manga de su kimono y bajó del árbol caminando hacia las puertas. Ella entraría, aun cuando su corazón se rompiera un poco más.
Se quedó frente a la puerta viendo como aquellos aún seguían besándose bajo la luz de la luna y carraspeó llamando su atención.
- Pido la entrada como aliados que son nuestros pueblos.
- ¿Aliados? Identificate –dijo Ino desde arriba. Shikamaru se asomó observando claramente quien era, un nudo se apretó en su garganta.
- Sabaku no Temari, desde Sunagakure –dijo seriamente, tras de eso la puerta se abrió y ambos muchachos bajaron para dar la bienvenida a la visitante.
- Bienvenida Temari-san… ¿quieres que te escoltemos?
- No hace falta-dijo la muchacha de cuatro coletas-se llegar hasta la Godaime.
- Pero… es mejor si alguien te acompaña, Temari-chan –sugirió Shikamaru llamando por aquel apelativo cariñoso a Temari.
- Despreocupese Nara-san, se arreglármelas sola. Tu procura que la luna no se te escape.
Tras de eso Temari tomó el camino al despacho de la Hokage mientras Shikamaru la observaba marchar. Ella se había dado cuenta de todo, pensó el Nara, empezando por como le había llamado y segundo por aquella despedida. Suspiró pesadamente mientras subía de nuevo al puesto de vigía, tenía algo que contarle a Temari, algo bastante importante.
La chica de la Arena no tardó en llegar a la torre de la Godaime, Tsunade la recibió encantada puesto que hacía mucho que no se habían visto. Temari le entregó un escrito que su hermano mandaba y la Godaime sonrió al leerlo;
- ¿Tienes donde quedarte?
- No Godaime-sama…
- ¿Ni en casa de Shikamaru?- Temari cambió su habitual gesto por una mirada aún más fría de lo que se dio cuenta la Hokage – Sumimasen…
- No ocurre nada Tsunade-hime… pero no os preocupéis, buscaré donde descansar.
- De acuerdo, mañana quiero que estés aquí temprano.
- Hai Tsunade-sama.
Las calles de Konoha se le hacían demasiado grandes, todas en completo silencio solo con el sonido de algún que otro búho. Temari suspiró levemente, si todo hubiera sido como ella lo tenía planeado ahora estaría en aquella torre con Shikamaru… Apretó las manos, Shikamaru… su corazón pareció resquebrajarse de nuevo cuando le vio de vuelta justo frente de ella con la tal Ino de la mano. Apretó las mandíbulas fuertemente y sus pasos se hicieron más rápidos, la pareja se sorprendió y casi la pararon ante ellos. Temari les miró seria,
- ¿Qué queréis?
- ¿Tienes donde quedarte?
- Si-mintió ella- ¿algo más?
- Temari… tenemos que hablar –dijo Shikamaru arrastrando las palabras-
- No hay nada que decirse Nara, ya lo sabes… Sayonara –
Temari casi corría por las calles solitarias de Konoha con sus ojos anegados en lágrimas, si ella no hubiera sido tan tonta, si hubiera pedido a Gaara que la destinara allí para siempre… Muchas cosas que ahora ya no servía, ahora lo único que le quedaba era esperar a la mañana.
Llegó a un parquecito y se sentó en uno de los columpios meciéndose levemente, pensando en Shikamaru, en su primer beso con él, en sus caricias, en aquella sonrisa… sonrisa que ahora le pertenecía a la Yamanaka, sobre todo recordó la manera en la que un par de horas antes había descubierto su mentira. Ella era una jounin fuerte, ella no se permitiría llorar, no por él…
- ¿Temari-san? –los azulados ojos se levantaron entrando en contacto con las opalinas orbes de la muchacha Hyuuga- ¿Daijobu Temari-san?
- Hai –volvió a mentir- sumimasen Hinata-san…
- ¿Qué hace aquí tan sola?
- Llegue hace un par de horas… y yo…
- No tiene lugar donde quedarse¿cierto? –Temari miró a la muchacha, habían pasado casi tres años desde la última vez que la vio. Hinata vestía su chaleco de jounin, sus cabellos largos estaban recogidos en un moño alto y ya no tartamudeaba al hablar. La rubia le sonrió levemente y asintió, los ojos blancos de la Hyuuga se abrieron para después hacerlo sus labios brindándole una tierna sonrisa.- Puedes quedarte en mi casa, si deseas…
- Gracias…
En el camino Temari le contó esbozadamente a Hinata lo que había pasado, la muchacha Hyuuga sabía de la relación entre la Yamanaka y el Nara y de cómo este se la había jugado a Temari desde hacía un par de meses, pero eso último era algo que ella prefería callar. Lo había hablado muchas veces con Naruto, quien desde hacía casi un año era su novio y con sus amigos; a ninguno le parecía bien aquello pero nadie decidió hablar. Pero Hinata decidió restarle importancia a aquello sugiriéndole a Temari el olvidar, algo que era difícil pero terminaría por hacerlo. La rubia sonrió dándole las gracias justo cuando llegaban delante del portón de la casa Hyuuga, Hinata se adelantó pidiéndole a Temari se que esperara un momento a que ella le dijera a su padre.
La hermana de Gaara miró aquello extasiada, en Konoha todo parecía distinto, todo parecía más antiguo… Hasta que la sorprendieron aquel otro par de ópalos, ella se sobresaltó dejando sus manos sobre el kimono mirándole fijamente, sin separar sus ojos de los de él. Cuando le vio salir algo más a la luz le reconoció, era Neji, el primo de Hinata.
- Konbanwa Hyuuga-san
- Konbanwa Temari-san, bienvenida… -sin más palabras el muchacho salió del campo visual de Temari entrando por una puerta. Justo por la del frente salió Hinata junto a Hiashi, su padre.
- Temari-san, bienvenida.
- Dōmo Hyuuga-sama- susurró ella mientras hacía una leve genuflexión juntando sus manos delante, en su regazo
- Puedes quedarte aquí el tiempo que estés en Konoha, la hermana del Kazekage es bienvenida a la casa Hyuuga.
- Dōmo arigatō gozaimasu Hyuuga-sama, es un honor para mi estar aquí –susurró ella sin despegar los ojos del suelo hasta que el patriarca de los Hyuuga salió de allí. Hinata la miró sorprendida, aquella muchacha seguramente había llamado la atención de su padre completamente.
- Vamos Temari-san, hoy dormiremos en la misma habitación si no te importa.
- No, gracias Hinata-san.
La mañana siguiente amaneció clara, el sol parecía querer dar la bienvenida a todos los habitantes de Konoha quienes se levantaban perezosamente. No era ese el caso de Neji Hyuuga quien llevaba un par de horas despierto y entrenaba en el patio principal bajo la atenta mirada de su prima menor Hanabi.
Temari se despertó encontrándose sola en el cuarto de Hinata, se levantó y se colocó su kimono cerrándolo pulcramente sobre su cuerpo para después peinarse el cabello. Se miró unos instantes en el espejo que Hinata tenía en su habitación. Tenía el cabello por la mitad de la espalda, algo extraño en ella que siempre se lo cortaba porque a Shikamaru le gustaba… Bufó levemente y se lo peinó dejándolo suelto, aquel día no tenia ganas ninguna de peinarse como a él le gustaba¿acaso ya merecía la pena?
Dobló la yukata que Hinata le había dejado colocándola sobre la cama recién hecha y salió del cuarto encontrándose a una Hanabi muy atenta a los firmes movimientos de Neji. Temari dirigió su vista justo al mismo punto que Hanabi y se quedó absorta ante él, sus movimientos con la katana estaban perfectamente perfeccionados y eso le llamaba mucho la atención sobre todo cuando ella entrenaba para ser ANBU. Hanabi la miró;
- Temari-san… sumimasen, iba a buscarla a su habitación para avisarla del desayuno pero… ya ve –dijo señalándole a Neji con el hombro- también él debería ir…
- No te preocupes Hanabi-chan –sonrió la muchacha de la arena- yo aviso a tu primo, pero hazme un favor...
- ¿Hai?
- No me llames con el san cuando estemos solas, me hace parecer más mayor.- La chiquilla sonrió y asintió marchando hacia el comedor. Temari volvió a apoyarse en la baranda mirando a Neji fijamente, siempre le había gustado ver a los hombres entrenar. Le pasaba cuando Kankuro y ella entrenaban y después su hermano aprovechaba a entrenar algunos momentos solo, años después le seguía pasando mirando a Gaara o a cualquier otro hombre de la arena. Hasta que aquel Hyuuga la sacó de sus pensamientos;
- ¿Le gusta lo que ve, Temari-san? –la muchacha se puso de todos los colores terminando por un rojo furioso que se posó en sus mejillas.
- Si habla por la katana, si, Hyuuga-san; es lo único interesante en estas paredes.-dijo bajando hacia el patio quedando frente a él quien la miraba fija y directamente a los ojos –Hanabi-san vino a avisarme del desayuno, dijo que debía ir…
- De acuerdo –no dijo más, volvió a internarse en el mismo lugar que la noche anterior para salir poco después – No se quede parada Temari-san, a Hiashi-sama no le gusta esperar –susurró pasando por su lado caminando hacia el comedor. Un par de pasos atrás Temari meditaba hasta que la voz de Hiashi la trajo de vuelta a la realidad, el padre de Hinata le señalaba el lugar junto a él, del otro lado y frente a ella Hinata y al lado su hermana Hanabi. Y como si no quisiera la cosa, a su lado Neji, la muchacha de la arena se serenó levemente, aquel chico de ojos blancos le había dicho aquello y ella no había sido capaz más que contestarle aquella cosita cuando ella era, según Kankuro, la reina del doble sentido.
Un rato después Hinata y Temari salían de la casa Hyuuga rumbo al despacho de la Hokage; a la ojiblanca le pareció extraño el que Temari se dejase el cabello suelto pero así ella se veía mucho más adulta. Por el camino se encontraron a Naruto, quien siempre recogía a su chica en el mismo punto y a Sakura quien curiosamente salía de la casa de Iruka ante las risas de sus amigos y el sonrojo de la pelirrosada. La muchacha se colocó al lado de Temari mirándola de soslayo dándose cuenta del cambio en la expresión de su cara al ver a Shikamaru tomado de la mano con Ino, la de la arena se tensó volviendo al lado de Hinata quien la miró fijamente.
- ¡ Ohayo!-saludo Ino mirando a Sakura con una sonrisa maliciosa y colocándose a su lado comenzaron a cuchichear, Shikamaru miró a Temari de soslayo y caminó hacia ella pero alguien se le adelantó colocándose del otro lado de la rubia, Neji.
- Podríais haberme esperado…
- ¿Neji?
- Oi Neji-niisan fue mi culpa, suminasen…
- Vale
El camino fue extraño para ellos, sobre todo para Temari quien de vez en cuanto echaba una mirada de reojo al moreno. El muchacho parecía estar en otro mundo, iba normalmente serio y ni siquiera miraba o hablaba con alguien; eso si, no se separaba de la rubia algo que tampoco pasó desapercibido para Shikamaru quien siquiera pudo colocarse a su lado en el despacho de la Hokage.
Tsunade les comunico sobre el pergamino traído por Temari desde la Arena y ello traía a algo, lo que ocurría era que pocos días después cumplía años un señor feudal del País del Viento y este quería una demostración de ninjas por lo que contando con pocos efectivos, Gaara había pedido ayuda a Tsunade. Ella les explico en lo que consistiría y los emparejó;
- …ya lo sabéis entonces, a ver las parejas… a ver chuunins, Ino con Shikamaru, Chouji y Tenten mmmh… Sakura tu irás con un jounin,con Lee. Jounins, Kiba con Shino, Hinata con Naruto, Sasuke tu vas a pelear contra alguien de la arena que te será descubierto allí y por ultimo Neji, tu con nuestra invitada, Temari. –la rubia parpadeó un par de veces y miró al Hyuuga quien la miró de vuelta con una sonrisita en los labios. – Eso es todo, marchaos.
