Promesa eterna
Capítulo 1
'Frío, ansiedad, desesperación, miedo. era todo lo que el pequeño
sentía en esos momentos. No debió haberse alejado de sus padres,
pero es que la cacería siempre lo emocionaba... tal vez demasiado. Y
ahora se encontraba perdido mientras la oscuridad arrebataba los
pocos claros que aún se divisaban por los semisenderos que él mismo
había forjado tratando de buscar una salida. Estaba muy cansado...
cuánto tiempo había pasado ya? una hora? acaso dos? no estaba
acostumbrado a tanto esfuerzo físico. Su cuerpo imploraba un
descanzo, pero su cabeza no lo permitiría. Sería presa fácil si
llegase a dormirse. No... era muy peligroso. Debía resistir. Por lo
menos, hasta llegar a un lugar donde tuviera la completa certeza de
que estaría a salvo. '
Despertó molesto. Odiaba tener que soñar ésto una y otra vez. Qué
diablos pasaba con él? a pesar de que ya habían pasado 6 años, y su
cuerpo ya hubiese olvidado, su mente persistía en recordar, aquellos
sucesos que de una u otra manera, lo habían marcado. Se prometió a
si mismo olvidar, continuar adelante. No. Ni el mismo se creía esa
mentira. Era demasiado para soportarlo él sólo. Y lo sabía muy bien.
Pero aún así, no quería que nadie se le acercara lográndolo con
éxito todo este tiempo. Alguna vez, una doncella (tal vez la única
en toda su vida) había tenido la osadía de declararle su amor. La
princesa del reino vecino, sin lugar a dudas era una mujer de
fracciones hermosas y voluntad de hierro, la dulce Ayaka del imperio
del norte fracasó una y otra vez en conseguir el corazón de aquel
hombre que un día de primavera le robó el corazón. Ella, tan
orgullosa, tan especial, se había prometido enamorarse de aquel ser
justo a su altura, y pensó haberlo encontrado en su persona, el
Principe heredero de la corona del gran imperio del Oeste. Pero él
no quería a nadie a su lado, no después de lo que tuvo que pasar...
no... nadie más volvería a hacerle daño... nunca jamás... Fue por
ello que no le agradaba del todo, tener que ser el primer sucesor de
la corona, y había abdicado (luego de declinar la propuesta de la
princesa Ayaka) a su derecho, y se había dedicado para lo que
siempre había amado: cazar. Y fue así como empezó a deambular por
todo el mundo, haciendo proezas, Era respetado, temido y admirado...
Nadie sabía a ciencia cierta si existía alguien como él... tan
valiente y atrevido... tan solitario. Era la leyenda de Yuki Eiri.
Capítulo 1
'Frío, ansiedad, desesperación, miedo. era todo lo que el pequeño
sentía en esos momentos. No debió haberse alejado de sus padres,
pero es que la cacería siempre lo emocionaba... tal vez demasiado. Y
ahora se encontraba perdido mientras la oscuridad arrebataba los
pocos claros que aún se divisaban por los semisenderos que él mismo
había forjado tratando de buscar una salida. Estaba muy cansado...
cuánto tiempo había pasado ya? una hora? acaso dos? no estaba
acostumbrado a tanto esfuerzo físico. Su cuerpo imploraba un
descanzo, pero su cabeza no lo permitiría. Sería presa fácil si
llegase a dormirse. No... era muy peligroso. Debía resistir. Por lo
menos, hasta llegar a un lugar donde tuviera la completa certeza de
que estaría a salvo. '
Despertó molesto. Odiaba tener que soñar ésto una y otra vez. Qué
diablos pasaba con él? a pesar de que ya habían pasado 6 años, y su
cuerpo ya hubiese olvidado, su mente persistía en recordar, aquellos
sucesos que de una u otra manera, lo habían marcado. Se prometió a
si mismo olvidar, continuar adelante. No. Ni el mismo se creía esa
mentira. Era demasiado para soportarlo él sólo. Y lo sabía muy bien.
Pero aún así, no quería que nadie se le acercara lográndolo con
éxito todo este tiempo. Alguna vez, una doncella (tal vez la única
en toda su vida) había tenido la osadía de declararle su amor. La
princesa del reino vecino, sin lugar a dudas era una mujer de
fracciones hermosas y voluntad de hierro, la dulce Ayaka del imperio
del norte fracasó una y otra vez en conseguir el corazón de aquel
hombre que un día de primavera le robó el corazón. Ella, tan
orgullosa, tan especial, se había prometido enamorarse de aquel ser
justo a su altura, y pensó haberlo encontrado en su persona, el
Principe heredero de la corona del gran imperio del Oeste. Pero él
no quería a nadie a su lado, no después de lo que tuvo que pasar...
no... nadie más volvería a hacerle daño... nunca jamás... Fue por
ello que no le agradaba del todo, tener que ser el primer sucesor de
la corona, y había abdicado (luego de declinar la propuesta de la
princesa Ayaka) a su derecho, y se había dedicado para lo que
siempre había amado: cazar. Y fue así como empezó a deambular por
todo el mundo, haciendo proezas, Era respetado, temido y admirado...
Nadie sabía a ciencia cierta si existía alguien como él... tan
valiente y atrevido... tan solitario. Era la leyenda de Yuki Eiri.
