Antes que nada quiero aclarar que estos muchos de los personajes no me pertenecen, si no que son propiedad de CLAMP.
También comentarles que en mi perfil hay una aclaración sobre esta obra que recomiendo que revisen antes de comenzar a leer la historia. Dejen reviews !
GUERRA ENTRE LAS DIMENSIONES
Primera parte:
Resurgimiento
Capitulo 1:
"Nuevos Compañeros"
La luz de la mañana se filtraba por entre las uniones de la persiana. Sakura se despertaba temprano ese día, pero no precisamente por eso.
La noche anterior tuvo un sueño que la tuvo a mal traer y no la dejo dormir bien.
Recordó que hace unos días atrás, también había soñado algo que la había inquietado de esa misma forma, solo que no podía recordar cuando fue, ni de que se trataba, ni cual era la causa. La mente se le puso en blanco. Al final no pudo recordar ninguno de los dos. Y después de pensar tanto se volvió a dormir.
Eran las 7:00 de la mañana y ya no había tiempo de desperezarse en la cama. No podía encontrar serenidad debido a ese sueño/recuerdo. No sabía si eran sus nuevos y fuertes poderes los que no la dejaban escapar a la concentración o si era la falta de práctica lo que la traía inquieta. Finalmente dejo de pensar y se levantó. Kero seguía durmiendo tan plácidamente que hubiese sido un crimen despertarlo.
Tomó sus coletas y se peinó delante de un pequeño espejo que tenía en su recamara, luego se dirigió al ropero y saco su nuevo y reluciente uniforme de preparatoria. No había pasado una semana todavía desde que empezó la preparatoria así que aun permanecía como si fuera recién comprado. Y seguramente permanecería así más tiempo gracias a los cuidados tan delicados que le ofrecía su padre.
Fujitaka Kinomoto, quien seguramente ahora estaría en la cocina preparándole el desayuno como todos los días en los que se encuentra en casa, salvando los que tiene que irse de viaje por sus estudios. Todavía costaba creer que él era una de las mitades del legendario mago Clow.
Una vez más se miro al espejo, esta vez con todo su uniforme completo, y aún no se acostumbraba al cambio. Todavía se sentía igual a esa niña que junto a sus amigos correteaba por la ciudad en busca de las escurridizas cartas mágicas hace unos cuantos años atrás. Pero ahora aquellos hermosos tiempos han quedado muy lejos y era hora de afrontar esta nueva etapa como estudiante de preparatoria.
- No puedo creer que te hallas levantado a tiempo.
Kero se había despertado, se encontraba en el pequeño dormitorio/estante que ella le construyó en uno de los cajones de su escritorio. A pesar de que aun estaba medio dormido no salía de su asombro al ver a su compañera de habitación despierta y lista para salir. Creo que no hace falta indicar que "Kero" es solo el diminutivo de Kerberos, el poderoso guardián de las cartas Clow y fiel seguidor de Sakura.
- ¡Qué grosero! – Refunfuño Sakura.- .Pero… creo que otra vez tuve un sueño.
- Maldición, esto ya empieza a preocuparme, ¿Qué clase de sueño? – Preguntó su amigo.
La puerta sonó en ese momento.
- Sakura, voy a entrar.
Era su hermano mayor, Touya Kinomoto. Sakura apoyo un pie en el cajón de Kero y abruptamente lo hundió en la oscuridad. Todavía intentaba ocultar la identidad del pequeño guardián.
- ¿Qué sucede aquí? – Preguntó Touya mirando el pie de su hermana sobre el escritorio.
- ¿A qué te refieres? No sucede nada. ¿Por qué preguntas? ¡Deberías pedir permiso en vez de avisar y hacer lo que quieras!
- Me sorprende verte despierta a tiempo, no hay porque ponerse nerviosa.
- ¡No estoy nerviosa! Es solo que entras sin avisar y yo me estaba preparando…
- ¿Y con quien hablabas? Si se puede saber…
- Con nadie Tonto, ¿con quién podría estar hablando?
- Oí voces.- Dijo él, decidido a molestarla.
- Es que…verás…estaba hablando sola, si conmigo misma porque…- Sin saber que mas decir Sakura se queda en un silenció muy incomodo que se le hacía difícil soportar. Pero su hermano lo rompió.
- Si que eres raro, monstruo, ¿hablando sola?, Espera a que el mocoso lo sepa, seguro volverá a huir espantado de ti.
Sintiendo una furia incontenible, avergonzada, totalmente humillada, Sakura respondió:
- ¡Cállate Touya! ¡Dime por favor que se te ofrece y te largas de mi habitación!
- Haz el favor de apurarte que papá ya tiene listo el desayuno, ¿No sería genial que llegaras temprano a clases alguna vez en la vida?
- Enseguida bajo, ahora por favor…- Hace un ademán con su brazo para que se retire.
Touya cerró lentamente la puerta de la habitación, pero antes de retirarse, ofreció un último chascarrillo.
- Monstruo…
Cerró de golpe la puerta evitando por una milésima de segundo un almohadonazo proveniente de su indignada hermana, dejándola sola con su irritación.
- ¡Ayy malvado me las pagará todas y cada una!- Dijo Sakura, de a poco calmándose y colocando la almohada en su lugar.
Pero se quedó en silencio después de eso, pensando. ¿Por qué tenía que mencionarlo? ¿Por qué tenía que nombrarlo a él? ¿Porque siempre que estaba cerca de salir adelante algo le recordaba a Shaoran? Hace meses que él no le respondía ni sus cartas ni sus llamados, ni nada. Hasta llegó a pensar que Shaoran había decidido continuar con su vida en Hong Kong sin ella.
Y tal vez ella debería de hacer lo mismo.
- ¡Oye Sakura! ¡Sakura, vuelve!
Sakura, como despertada de un trance, tenia al pequeño Kero enfrente suyo haciéndole señas con la mano para que volviera en sí.
Ruborizada, ella trato de dar a entender que todo estaba bien y que no había nada de qué preocuparse
- ¿Acaso no tienes sensibilidad? ¡Casi me ahogo ahí dentro! ¡Sabes que no puedes cerrar por completo el cajón porque no puedo respirar! ¡Uno de estos días moriré aplastado por tu monstruosidad!
Sakura solo lanzó una mirada hacia su diminuto amigo. Una técnica que fue perfeccionada a lo largo de estos años, que llevaba un mensaje oculto, y que se volvió infalible. Kero sabía bien cuál era el mensaje.
- Solo asegúrate de que no vuelva a suceder….- Dijo terriblemente asustado.
Ella se inclinó y acarició su cabeza en señal de tregua.
- Será mejor que baje o llegare sobre la hora otra vez.- Dijo Sakura
Pero antes de retirarse Kero la detuvo.
- Oye... Bueno creo que no hace falta recordártelo. Solo ten cuidado.- Dijo el guardián. Y se acomodó para seguir durmiendo.
- Si, no te preocupes. Todo estará bien.
Pero antes de retirarse, Kero la detuvo, de nuevo.
- Oye... me traes algo al regreso ¿no?
- Solo si te portas bien.- Dijo ella. Y se dispuso a abandonar la habitación.
En efecto, su padre se encontraba en el comedor haciendo los preparativos para el desayuno. El aroma que se desprendía de abajo era espectacular, tanto que hasta el mismo Kero dejo escapar un suspiro desde la habitación.
Sakura amaba comenzar el día de esa manera. Pero siempre antes que nada, se acercaba a la repisa del living y saludaba cariñosamente una foto de su madre, quien tristemente falleció cuando ella apenas tenía dos años.
- ¡Muy buenos días pequeña Sakura! – Su padre la recibía con su buen humor de siempre.
- ¡Buenos días papa!- Devolvía el saludo mientras tomaba asiento.
- ¿Amaneciste bien? ¿Estás preparada para un nuevo día de escuela?
- Si, hoy quizás sea un día especial.
- ¿Por qué lo dices?- Preguntaba su hermano mientras se sentaba en frente.
- Ayer el profesor Terada nos anunció que hoy se nos uniría un nuevo compañero a nuestro salón.- Contestó ella.
- ¿Otro?
- Si, al parecer no se anotó a tiempo.
- Que raro…, has de llegar temprano si no quieres darle una mala impresión y quedar como el monstruo durmiente.- Dijo Touya.
- ¿Te crees muy gracioso no?
Como si fuera un acto reflejo, hizo un movimiento con su pierna, veloz y contundente pero discreto, casi invisible, lo que después se convirtió en una patada, en la punta del pie de su adversario.
-¿Qué sucede Touya? ¿Te duele el estomago?- Preguntó su padre, preocupado
-¡Seguramente eso le pasa por comer tan rápido como un monstruo!
Ya consumada la humillación, terminó su desayuno y, satisfecha, se dispuso a marcharse hacia el colegio. Tomó su mochila, se despidió de su familia, se ajustó sus rollers y se fue.
Era un hermoso día, El sol brillaba con fuerza, sin que ni una sola nube obstruyera su paso, pero no hacía calor, ya que una leve brisa era capaz de refrescarlo todo. Un día perfecto, parecido a un día de primavera. Y precisamente, le recordaba a esos días cuando lo conoció a él. Definitivamente, olvidarlo iba a ser más difícil que recolectar las famosas cartas Clow.
En el recorrido Sakura debía tomar una calle larga que tenía en el centro decenas de árboles de cerezos. A ella le encantaba viajar por esa calle, y más esos días en que los cerezos estaban repletos de flores. Le traía recuerdos hermosos, como cuando en una ocasión disputo la maratón de su escuela con sus mejores amigos y en el trayecto se encontraban estas calles, atrapadas por una carta Clow.
Mientras estaba en su mundo, sus recuerdos, maravillada con las flores, el sol y la brisa, Sakura escuchó una voz muy familiar delante.
-¿Cómo estás Sakura?- dijo la voz.
Al levantar la cabeza se dio cuenta que esa voz provenía nada más ni nada menos que de Yukito Tsukishiro, su gran amigo y consejero, el mejor amigo de Touya y dueño de la otra identidad del poderoso guardián de las cartas, Yue.
Parecía que volvía de hacer unas compras.
- ¡Hola Yukito! Todo está en orden por suerte ¿Tu cómo has estado?- Respondió Sakura contenta de ver a su amigo.
- Bien también. Con un poco de hambre (mostró sus bolsas de supermercado llenas de comida como para cinco) ¿Qué me cuentas? ¿Así que hoy llegará un nuevo compañero a tu curso no es así?
- Si así es… ¿Pero cómo lo sabes Yukito? - Preguntó ella extrañada.
- Pues tu hermano me lo dijo hace un rato mientras hablábamos por teléfono, parecía preocupado…, por tu forma de ser supongo.
- Jaja, ya sospechaba yo.- Dijo divertida, feliz de que su hermano se preocupe por ella.
- Sabes…, mi otra identidad dice que espera que tengas un buen día, y que no te confíes demasiado.- Dijo Yukito, refiriéndose a Yue, que convivía dentro de él.
- Pues hazle saber que le doy las gracias Yukito por favor, y que no se preocupe, saben bien que no es el primer alumno nuevo de este año.- Dijo Sakura.
- Por eso mismo Sakura, ya sabes lo que piensan del otro Kerberos y Yue, solo no te fíes demasiado.- Dijo Yukito
- Lo sé, pero tengo esta extraña sensación Yukito. Sé que no es un mal chico.
- Pues que sea tan misterioso no me convence en lo absoluto- Dijo Yukito
- Y quien es el que se preocupa ahora, ¿Tu o Yue?- Bromeó Sakura
- Tienes razón, solo ten cuidado, estaremos atentos por si acaso.
- Ya lo sé, muchas gracias a los dos.- Dijo Sakura, más contenta aun.
- Entonces que tengas un buen día. Envíale saludos de mi parte a Tomoyo.- Dijo retirándose de la escena su gentil amigo.
Siempre le hacía bien verlo a Yukito, ya que él había sido muy importante en su pasado, y lo sigue siendo en el presente, aunque sin ocupar el lugar de antes. Yukito era un buen amigo en el cual Sakura, Touya y Kero podían confiar.
Luego de haber andado unas cuantas cuadras más, divisó a lo lejos que como siempre, como todas las mañanas hace tantos años, su prima y mejor amiga la esperaba en la puerta de entrada de la escuela.
- ¿Qué tal Sakura? Llegas a tiempo el día de hoy.
- ¡Buenos días Tomoyo!- Respondió Sakura- Si es verdad, esta mañana me desperté temprano.
- ¡Bien por ti!, ¿Algún motivo en especial?- Preguntó su amiga.
- Ahora que lo mencionas…fue por un sueño, pero no puedo recordarlo.
Tomoyo dibujó una expresión de preocupación en su rostro
- Otra vez…que raro.
Sakura miro fijamente a su amiga, ya que lo que acababa de decir era cierto. Ella nunca olvidaba sus sueños, ni mucho menos los que la traían sin poder dormir toda la noche. Y recordó también que hace una semana también había olvidado otro sueño, no pudo recordar cuando fue ni como era. Se preocupó. Hizo un gran esfuerzo por recordar el viejo sueño y el nuevo, uso gran parte de su poder en ello, pero justo en ese momento algo la distrajo. Cerca de ellas, frente a la entrada de la escuela, unos alumnos de la preparatoria se encontraban discutiendo y al parecer habían levantado muy fuerte la voz.
Eran tres muchachos de 3º año contra un joven de su curso. A pesar de que ya un grupo de alumnos de la preparatoria se habían amontonado alrededor para ver el espectáculo, Sakura logró distinguir fácilmente a su compañero, que era el nuevo estudiante que había llegado, el misterioso.
Era un joven de altura media, físico tipo, normal, llevaba el cabello largo hasta los hombros. Bastante retraído la mayoría del tiempo.
Todo indicaba que los de tercero iban a masacrar al pobre muchacho, y este no se hacía para atrás. Dentro de poco la discusión se tornaría en una pelea. Sakura y Tomoyo se percataron de eso e intentaron acercarse para calmar los ánimos. Pero antes de que esto ocurriera sucedió algo interesante.
- Que valientes son al enfrentarse los tres superiores contra solo un chico de primero. Creo que esto ya se convirtió en cobardía.
Nadie se lo esperaba, pero otro joven que estaba entre el montón observándolo todo en silencio, salió a defender al compañero de Sakura.
Era bastante alto, pelo corto, castaño y desordenado. Ancho de hombros y de espalda, tenía un cuerpo atlético, como si practicara algún deporte. Traía puesto el uniforme de la preparatoria pero ni Sakura ni ninguno de los alumnos que estaban allí habían visto a ese chico jamás.
- ¿Y quién diablos eres tú?- Contestó uno de los de tercero.- Será mejor que no entrometas, además fue él quien empezó.
- Mejor ustedes se retractan, ya que ahora serán dos sus oponentes.- Dijo el desconocido.
- ¡Maldito idiota, debes de respetar a tus superiores!- Dijo otro de los matones.- Además ¡este no es tu problema!
Ciertamente la atmosfera del lugar estaba empezando a ponerse bastante densa. Los muchachos de tercero se habían cansado de esa charla y estaban dispuestos a repartir golpes al primero que se cruzara. Y el joven nuevo y el desconocido no daban la impresión de querer retroceder.
Sakura estaba impactada y no pudo reaccionar, pero para su suerte y la de todos allí presentes, fue Tomoyo la que actuó. Y sin que nadie se diera cuenta, mientras todos solo prestaban atención al incidente, fue en busca de ayuda de su profesor de confianza. Entonces cuando las cosas se estaban poniendo feas, el profesor Terada hizo su aparición.
- ¿A qué se debe tanto escándalo alumnos? Les sugiero que se calmen y que por favor despejen la entrada.
La tranquilidad y seriedad del profesor invitaba a la obediencia. Así que todos los curiosos que allí se encontraban tuvieron que ingresar a la escuela y comenzar con sus clases. Sin embargo, los implicados en la riña tuvieron que quedarse a dar unas explicaciones, y Tomoyo supo como camuflarse y quedarse a escuchar la explicación.
Al llegar a su salón que se encontraba en el segundo piso del edificio. Sakura se encontró con Rika, Chiharu y Yamazaki, sus amigos de siempre (vale recordar que Chiharu y Yamazaki están saliendo, y que Rika siente un profundo aprecio por el profesor Terada), que estaban charlando y mirando por la ventana, la cual, justamente daba a la puerta de entrada de la preparatoria.
Después de los saludos, Rika les comentó que no hace mucho, mientras estaba ayudando al profesor Terada con los preparativos de la clase, Tomoyo llego a toda prisa en su busca, ya que al parecer había problemas en la entrada.
- De todas formas, creo que se han calmado- Dijo Yamazaki.
- Eso parece.-Comentó Sakura- Aunque yo estuve ahí hace un momento, y vi a un chico con nuestro uniforme que no había visto antes.
- Debe ser un alumno nuevo. Quizás el que el profesor Terada nos había anunciado. Dijo Chiharu.
- Fue algo extrañó-Continuó Sakura- Parecía muy dispuesto a ayudar al otro nuevo.
- ¿Uno de los muchachos en la pelea era el nuevo?- Preguntó Chiharu.
- Si, a mí también me sorprendió.- Dijo Sakura- Ese chico es muy tranquilo como para meterse en un conflicto, ¿no creen?
- Mas que tranquilo, misterioso, diría yo- Dijo Rika- No ha dicho muchas palabras desde que llego al colegio.
- No puedo creer que aun no sepamos su nombre- Dijo Yamazaki.
- Pues porque es tan reservado como lo aparenta. Solo recuerden el primer día.- Comentó Rika.
- Pues yo creo que es muy extraño, ¡sin mencionar que a veces su mirada da escalofríos!- Dijo Chiharu.
- ¿Quién da escalofríos?-Preguntó el profesor, recién llegado al salón- Espero no esté hablando de mi Mihara.
Justo en ese momento el profesor Terada ingresaba al aula con Tomoyo y dos alumnos detrás de él. Ordenó a los chicos y a Sakura que tomaran sus asientos. Tomoyo también se apresuró a tomar asiento
Uno de los alumnos que venían con el profesor era el nuevo misterioso, que ante una señal de Terada, se dirigió a su asiento, aislado de todos, el que estaba más cerca de la puerta.
Luego el profesor se dirigió a los alumnos y señalando al otro joven que se encontraba a su lado, les dijo: "Chicos, como les comente anteriormente, el dia de hoy recibiremos a un nuevo alumno, que acaba de transferirse por motivos personales. Espero que le den una calida bienvenida". Finalizando su pequeño discurso, hizo un ademán al muchacho, y este siguió "Mi nombre es Rikiya Sasaki. Soy nuevo en la ciudad, espero que pueda llevarme bien con todos".
Esas fueron las simples palabras con las que se presento su nuevo compañero. Para todos, la sensación que dejo fue la de un alumno sencillo y amable.
El profesor le indico un asiento vacío cerca de la puerta, en el fondo, al lado del otro nuevo alumno. Sin más, Rikiya se dirigió a su lugar dirigiendo un pequeño saludo a sus compañeros alrededor. Muchas de las chicas del curso clavaron sus ojos en él
- Parece que será muy popular con las damas.- Observó Tomoyo.
- Creo que si… ¡Oh si!- Sakura se percató al fin de su amiga- Tu estuviste en la discusión. No olvides contármelo después.
- ¡Claro, claro, a mí también!- Agregó Chiharu- ¿Qué opinan de él?
- Pues, creo que fue muy amable al defender a su compañero- dijo Tomoyo.
- No me refería a eso- dijo Chiharu- Yo creo que es bastante lindo.
- Será mejor que dejen de parlotear o nos regañarán- Yamasaki se sumó a la conversación. No le gustó nada el comentario de Chiharu.
Luego de unos fastidiosos murmullos de discusión entre los dos enamorados y algunas risas de sus amigas, la clase continuó normalmente. Pero Sakura se sentía intranquila, en parte porque le inquietaba la idea de fijarse en otro chico por el momento, y en parte por su inevitable sospecha de que esos dos alumnos nuevos tendrían algún que otro tipo de conexión, quizás en el pasado, o quizás recientemente, ya que le parecía muy sospechoso que alguien tuviera tanta consideración por un completo desconocido.
Al final del día, las clases ya habían terminado y las chicas finalizaban también su clase de educación física.
- Wow! Eso fue agotador- Dijo Chiharu.- Me gustaría ser tan atlética como tu Sakura.
- Y recuerda que dentro de poco nos tendremos que unir a algunos de los clubes de preparatoria, eso sí que será aun más agotador.
- ¿Ya decidiste a que club entrarás Sakura? ¿Acaso te unirás a las animadoras del equipo futbol soccer?- Preguntó Tomoyo
- Me gustaría saber cómo es que sabes todo de mi Tomoyo.- Dijo Sakura, que en vez de sorprenderse ya lo tomaba con normalidad.
- ¡Pues claro que se todo sobre ti amiga! ¡Ya que eres uno de mis tesoros más preciados! ¡Siempre te querré como si fueras parte de mí!
- ¡Y yo también! - Dijo Sakura amablemente, sonriendo de oreja a oreja.
-Pero más importante, ¿qué fue lo que escuchaste cuando estabas con el profesor Terada y los alumnos del pleito?- Preguntó Chiharu
Entonces Tomoyo les comentó que al parecer, el chico nuevo tiene un hermano menor, el cual también tiene problemas de comunicación, y es muy retraído, a tal punto de que a veces habla solo. De alguna manera estos muchachos de tercero se enteraron de que había un niño en la primaria de esa escuela con ese tipo de problemas, y en su trayecto venían riéndose y haciendo burlas de él. Pero no se percataron de que su hermano mayor caminaba detrás de ellos y accidentalmente escuchó su conversación. El muchacho no lo pudo soportar y agredió a uno de ellos.
- Nunca pensé que tendría un hermano pequeño, siempre lo vemos solo. – Dijo Chiharu
- Ni siquiera sabemos su nombre de tan callado que es. – Continuó Rika
- Quizás estén pasando por momentos duros en su familia. – Completó Tomoyo
Mientras las chicas platicaban se iban dirigiendo a los vestuarios para cambiarse. Luego de eso, cada una de ellas se iba retirando debido a sus compromisos. Por ejemplo Tomoyo tenía que llegar temprano a su casa porque ordenaron un nuevo piano de última generación y quién mejor que ella para encargarse de probarlo y de que todo estuviera en orden. Rika por su parte tenía que irse rápido a su casa y hacer ciertos preparativos debido a que un familiar lejano iba a estar de visita por un tiempo en su hogar. Y finalmente Chiharu tenía planes con Yamazaki, así que quedaron en que lo esperaría en la puerta de entrada a que terminara su entrenamiento del club de soccer. Así que después despedirse de sus amigas, Sakura se ofreció a hacerle compañía a Chiharu mientras esperaba.
Luego de un pequeño rato aparecieron varios muchachos del mismo año que Yamazaki, quienes se dirigían hacia la puerta para retirarse. Sin embargo, su amigo no apareció hasta unos 10 minutos después. Traía una expresión inquietante y muchas preguntas.
- ¿Te sucedío algo Takashi? – Preguntó Chiharu
- No, todo está bien. Es solo que…acaba de suceder algo muy curioso.
Ese día el club de futbol soccer tenia try outs (audiciones) y muchos chicos habían asistido, incluyendo el nuevo alumno Sasaki. Su equipo obtuvo la victoria y justamente él fue el más destacado de la práctica. Obviamente también fue reclutado (por cierto, Yamazaki también se quedó, pero sin mucha ventaja) en el club como un jugador valioso para la próxima temporada. Sin embargo eso no fue lo que le llamó la atención a Yamasaki, si no lo que ocurrió luego de terminar la práctica.
Cuando ya todos se dirigían a los vestuarios de hombres para cambiarse, Sasaki se acercó a las gradas que estaban en un costado de la cancha, donde había alguien sentado en la parte más alta de las mismas, y pasaba absolutamente inadvertido para todos, sin embargo no para él. Yamazaki que pudo percibir esto antes de retirarse, también noto al chico de las gradas y pudo adivinar que no era nada más ni nada menos que el chico misterioso del curso. Guardando silencio, se quedó cerca de ellos para intentar escucharlos.
- Hey! ¿Qué tal? ¿Qué haces aquí?- Le preguntó Sasaki.
No hubo respuesta, el chico se limitó a levantarse e irse de allí.
- He oído de nuestros compañeros que eres alguien ocupado. Quiero decir, no sabía que la gente como tú tenía tiempo para ver una práctica, unirse a un equipo, divertirse, vivir, disfrutar y esas cosas.
El silencio permaneció por parte de su compañero. Solo le dedico una mirada de "tampoco tengo tiempo para ti" y quiso seguir su curso.
- Si lo que quieres es jugar y unirte al equipo deberías hacerlo, digo, no es como si alguien se enojará por desviarte de tu misión ¿O sí?
- ¿Disculpa?
Esta vez, el muchacho había clavado su mirada en su compañero. Su rostro había hecho un cambio rotundo y su expresión paso de ser desinterés a preocupación.
- Tu misión. Tus responsabilidades, tu hermano, la escuela, tus objetivos personales. Tu misión.- Contesto Sasaki.
- ¿Quién eres tú?
- Acaso no me presente esta mañana. Soy Sasaki Rikiya. Tú puedes llamarme por mi nombre si quieres. Digo, si es que puedes tener amigos. – Devolvió Rikiya, con una gran sonrisa en su rostro
Las palabras de su nuevo compañero desconcertaron tanto al joven misterioso que accidentalmente dejo caer su morral. El ambiente se tornó bastante denso de repente. Sin responderle, el joven tomó sus pertenencias, dio media vuelta y decidió retirarse inmediatamente de allí.
- Raro ¿No? – Preguntó Yamazaki, después de concluir su relato – Quiero decir… creo que este sujeto Rikiya tiene algo con el nuevo.
- Me preguntó cuáles serán sus intenciones con él – Dijo Sakura – Por lo ocurrido a la mañana y que nos acabas de contar, está claro que algo se trae.
- Parece que sí. – Interrumpió Chiharu - Pero dime una cosa Takashi… ¿Te tardaste tanto solo por eso? ¿Por espiar un par de sujetos que ni siquiera conoces? ¡¿Prefieres andar de detective a encontrarme temprano para nuestra cita no?!
Luego de una fuerte mediación por parte de Sakura, alegando que en verdad era un tema bastante curioso y que inclusive ella hubiese querido echar un ojo, Chiharu finalmente cedió.
- No vi salir a ninguno de los dos con los otros. ¿Creen que ambos aún estén dentro? – Pregunto Sakura
- Es verdad – Dijo Yamazaki, enterándose – Él raro parecía bastante nervioso. Cuando se fue del lugar ingresó a la escuela, y supuse que iba a salir por la entrada principal con algunos otros compañeros. Y también cuando yo mismo fui al vestuario a cambiarme, esperaba encontrarme con Rikiya, pero este nunca llegó. Y ustedes no vieron a ninguno de los dos.
- ¿No creen que seguirán adentro…peleándose…no? – Preguntó Chiharu, quién parecía por fin dar signos de preocupación.
- No lo creo – Dijo Sakura para tranquilizarla - Aún hay profesores en la escuela a pesar de que ya es bastante tarde. Pero para estar más seguros, iré a ver si puedo encontrarme con alguno de ellos.
La pareja se mostró muy sorprendida ante el noble ofrecimiento de Sakura. Aunque también se mostraron firmes al ofrecerse ellos también a acompañarla ya que se negaban rotundamente a dejarla sola con un potente psicópata o asesino serial.
No obstante, su amiga se mostró segura y les dijo que no había nada de qué preocuparse, ya que si veía algo raro se acercaría a la sala de profesores sin más.
Además si había problemas ella era bastante lista como para salir de cualquier apuro (sin mencionar que podría hacer volar a cualquier delincuente por los aires, pero obviamente eso ni Yamazaki ni Chiharu lo sabían). Así que de alguna manera los convenció de que estuvieran tranquilos y que fueran a disfrutar de su cita.
En cuanto se despidieron, Sakura se dirigió hacia la escuela a buscar a sus compañeros.
Primero intentó por las cercanías de la cancha de futbol, espero fuera de los vestuarios, se acercó al gimnasio del equipo de basquet, pero nada. No había rastro de ningún alumno, ya casi todos se habían retirado a su casa, solo quedaban en la escuela algunos maestros y la secretaría.
Luego de pensar un momento, entendió que no podía haber salido del colegio, ya que la única entrada/salida estaba cubierta por ella(a menos que conociera las salidas especiales que ella y sus amigos conocían debido a sus tantos años en esa institución, lo cual era muy difícil) y reconoció que estaba la posibilidad de que se hayan olvidado algo en su salón y hubiesen ido hacia allí a recuperarlo.
Entonces fue hacia el salón a echar un vistazo. Y nada. No había nadie en el aula ya aseada y no había rastros de que alguien hubiese estado allí. Seguro lo más probable era que mientras los estaba buscando, ellos salieron por la puerta principal.
Sakura se desanimó un poco. Ya que estaba segura de que algo sucedía entre esos dos, y tenia mucha curiosidad por saber que los unía en realidad. Pero por sobre todo, se desanimó porque sabía que ese era el día. Ayer se había preparado mentalmente para esto. Ese día se había propuesto conocer más a fondo al muchacho que tanta atracción había generado en ella. No era una atracción física ni nada de eso. Era algo que no podía explicar con simples palabras. Algo importante.
Decidió dar un último vistazo en los otros salones, e inclusive ir a chequear en el 3º piso, aún sabiendo que la podía regañar si se iba al piso de los profesores sin invitación y a esa hora cuando ya no hay nadie. Pero no podía evitarlo, todo por la curiosidad y ese sentimiento que tenia hacia él, ese tipo de atracción que no podía explicar.
Recordó el día que lo vio por primera vez.
Era el primer día de escuela y Sakura estaba contenta de que todas sus amigas, incluida Tomoyo, compartirían otro año juntas en el mismo salón. Y mientras charlaban y se ponían al día, sintió como una especie de escalofríos en la nuca. Y dio vuelta para ver de qué se trataba. Y se detuvo al ver a un muchacho que le llamó mucho la atención. Le noto algo familiar, como si ya lo hubiese visto en alguna parte, o mejor dicho, parecido a alguien que ya había visto, alguien que conocía.
El joven traía el uniforme desalineado y el cabello no muy bien cuidado, parecía algo cansado, con una mirada fría y distante. Estaba totalmente desorientado porque no encontraba su nombre en las pizarras y no sabía qué curso le había tocado. En ese momento Sakura tuvo un fuerte sentimiento. Sin saber porqué se dispuso a acercarse. Pero para su sorpresa, aquella vez le habían ganado de antemano.
No fue otra que Rika Sasaki, su gentil compañera la que le dio la bienvenida a su escuela y trato de encontrar su salón.
Pero cuando su amiga le pregunto cuál era su nombre para encontrarlo en la pizarra, este se negó. Le dio la espalda y se fue. En parte, Sakura se alegró de no haber sido ella la que se acercase al chico, y en parte no tanto por la forma en la que respondió a la amabilidad de Rika. Y cuando encontró finalmente a su salón, no resultó ser otro que el de Sakura.
Cuando debió presentarse a sus compañeros se negó otra vez y mantuvo una conversación con el profesor. En los días siguientes ni siquiera lo llamaban por su apellido en la lista, los profesores solo levantaban la cabeza y lo asentían si estaba presente, si no, lo salteaban. Cuando los chicos se acercaban a preguntar su nombre, estos solo se disponían a decir "Preguntenle a él mismo". Un misterio tras otro rodeaba al muchacho nuevo. Sus compañeros ya solo lo llamaban "el misterioso" para identificarlo, incluidos Chiharu y Yamazaki. Solo eso, nada más se sabía de él. Y menos se podrían imaginar de que tenía un hermano y que aparentemente tenia cierto interés en el futbol soccer. Por eso Sakura sabía que ese día era la oportunidad para acercarse y matar esa curiosidad y esa extraña sensación.
Mientras se dirigía a las escaleras, notó que en el piso de arriba (el cual era específicamente el del salón de maestros y el de rector) había una sombra, como si alguien estuviera sentado en los escalones de la escalera. Se acercó para verificar lo que había supuesto. Era el sujeto misterioso, ni más ni menos, que traía un papel en la mano.
Quizás haya sido solo casualidad.
Aunque para unos ciertos hechiceros legendarios las casualidades no existían, solo existía lo inevitable. Ese fue su encuentro inevitable. El que lo cambiaría todo.
- Hola, ¿qué tal?
Sakura se animó y se aproximó al sujeto sin dudar. Definitivamente ella no era de juzgar a las personas, siempre estaba dispuesta a hacer amigos, y a decir verdad, no le caía mal ese chico después todo.
Pero él se sorprendió al escucharla, y muchísimo más se sorprendió al ver su rostro. Tanto que se apresuró a levantarse e intentar escapar.
- Discúlpame, no quería molestarte, aunque… en realidad estaba buscándote.
El joven detuvo su marcha frente a ella. Por un instante sus ojos brillaron
- ¿Me estabas buscando a mí?
- Si.-Dijo Sakura- Te busque por todas partes, primero por las canchas y el gimnasio y luego en los salones.
- No entiendo. ¿Por qué estabas buscándome?
- Bueno…Hoy han pasado muchas cosas. Quizás quisieras hablar con alguien, tener compañía.
- Gracias.- Dijo. El brillo de sus ojos despareció- Pero no, gracias. No necesito compañía.
- Desde que llegaste a esta escuela, no logré verte con nadie en ningún momento. Todos los chicos que querían conocerte rebotaban como contra una pared. ¿Por qué te aíslas tu solo? ¿Porque no dejas que las personas se acerquen?
- Es problema mío. Así lo prefiero.- Dicho esto, se alejo de la mirada de la chica e intentó seguir su camino.
- ¿Por qué? Creo que sería mejor que te abrieras. Haz algunos amigos. Yo puedo ser tu amiga si quieres.
- ¿Y porque querrías serlo? Ni siquiera me conoces.
- Bueno, es difícil de explicar…
- No importa. No tienes que hacerlo. Tengo cosas que hacer así que por favor…
- Es que no lo entiendes. Solo intento acercarme. ¿Por qué no me das una oportunidad?- Sakura insistió y lo tomó por el brazo. Y este dejó caer el papel que traía consigo. Sakura lo recogió.
Era una carta de renuncia dirigida a la rectora de la preparatoria. Al parecer el muchacho había decido dar una paso al costado de la escuela.
- ¿Qué significa esto?- Preguntó Sakura, tratando de ser lo más comprensiva posible- ¿Acaso es por lo que paso hoy en la mañana? No te preocupes por eso. Mi amiga Tomoyo es muy popular en la escuela y de seguro podrá convencer a esos matones de que ya no te molesten más, Y si es por ese chico nuevo Sasaki, ya verás que seguro podremos…
- ¡Ya basta!- Interrumpió el muchacho- Es mi decisión. Además, ¿a ti que te importa? Porque no me dejas en paz.
El muchacho se había exasperado ante la tenacidad de su compañera, quizás sin intención. Pero ella, lejos de darse por vencida, lo tomó aun con más fuerza, demostrándole que no se iba a rendir tan fácilmente.
- ¿Porque no solo me dejas?- Preguntó el joven.
- No puedo hacer eso…
Por un momento su rostro se torno en una triste expresión. Sakura entendió que seguramente estaba pasando por una situación muy difícil.
- Sabes…- Dijo Sakura- Seré honesta contigo. Desde que llegaste a nuestra escuela, te he observado. Por alguna razón, me pareces un tanto familiar. Como si te conociera, o mejor dicho, como si te parecieras a alguien importante que haya conocido. Creo que eres una buena persona.
Ambos clavaron su vista en los ojos del otro. El chico comprendió que no había mentira, no había maldad, no había ningún signo raro en aquella chica que tenía en frente. Y Sakura también comprendió que ese muchacho solo estaba confundido, y que necesitaba de su ayuda, y de todos los que puedan colaborar.
- ¿Por qué no me dejas tú a mí? Si no puedo ayudarte, aunque sea déjame acompañarte, déjame demostrarte que los problemas se hacen más leves si los compartes y no los afrontas tu solo.
Sakura lo soltó lentamente del brazo y sostuvo su mano, dirigiéndole la mirada más cálida e inocente que se halla visto jamás. Y él solo se limitó a apreciarla. Y a alejar toda preocupación de su vida.
- ¿Por qué haces esto?- Logró preguntar con dificultad.
- Ya te lo dije. Creo que eres una buena persona. Y que vales la pena.-Contesto ella.
- ¿Y que si no lo soy?
- No suelo equivocarme en estas cosas, créeme.- Dijo Sakura, con seguridad y bondad.
Por primera vez, el chico esbozó una sonrisa, y Sakura brilló aun más de la alegría.
- ¿Qué te parece si olvidamos este papel?- Dijo Sakura
El muchacho asintió y siguió sonriendo.
- Me llamo Sakura Kinomoto, puedes llamarme Sakura si quieres. Te prometo que me esforzaré porque nos llevemos bien. ¿Cuál es tu nombre?
Luego de esas palabras, de esa mirada, de esa personalidad tan cálida, inocente, alegre y noble, el joven ya no podía desconfiar por más que quisiera. Ya no quería dudar más. Quería volver a confiar.
Y sintió que mientras Sakura este a su lado brindándole su apoyo y su amistad, no había nada de que desconfiar, nada de que temer. Quizás hasta podía ayudarlo con todos sus problemas. Con todas sus responsabilidades. Con su misión.
- Sakura…-dijo para sí mismo- Mi nombre es Noah…, Noah Reed
