- Minerva por favor, piénsalo. – insistía Hermione por enésima vez – no me voy a vestir con uniforme, ya no tengo edad.

- Hermione, las reglas del colegio son para todos sin excepción. No me vas a hacer cambiar de opinión.

Hermione bufó, ya no sabía qué más hacer para convencer a Minerva de que ella no iba a usar el uniforme de Hogwarts. A sus casi veinte años, ya no era una niñita para estar vistiéndose con blusas y faldas de escuela, además, sólo debía cursar medio año, lo suficiente para poder rendir los exámenes finales y poder obtener sus EXTASIS.

- Muy bien Minerva, esta conversación llega hasta aquí. Voy a encontrar la forma de hacer los exámenes sin la necesidad de hacer el ridículo.- terminó por decir Hermione, levantándose de su silla – hasta luego Minerva, espero volverte a ver pronto – y apresuradamente, salió de la dirección del colegio con destino a Hogsmeade. Ron debía llevar un rato esperándola en el bar.

Hermione estaba decidida a no darse por vencida. Había hablado con medio mundo mágico, y todos le habían dicho lo mismo: no había manera de que rindiera sus EXTASIS sin asistir al colegio.


- ¿Cómo te fue? - Preguntó Ron en cuanto se encontraron en las tres escobas.

- ¡Igual!, ¡No hay manera de hacerla entrar en razón!- espetó Hermione, mientras se sentaban en una mesa apartada y Ron pedía a Rosmerta un par de cervezas de mantequilla.

- En realidad no sé para que te obsesionas con sacar los EXTASIS, si con la condecoración como héroes de guerra que nos proporcionaron puedes trabajar en lo que sea, Herms…

Hermione rodó los ojos, entendía que a Ron no le apasionara la idea de terminar sus estudios, para entrar a los Chudley Cannons no necesitaba siquiera haber terminado los TIMOS…

- Ron, te vuelvo a repetir, los trofeos de guerra no sirven para estudiar Medimagia, además, tú sabes que para mí es importante, ¿Es que no lo entiendes?

- Claro que entiendo Herms – le dijo, aunque la verdad era que no le importaba mucho, él sabía que después de la boda, ella no iba a tener tiempo para estudiar y mantener la casa y los niños.

- La verdad es que ya no se qué hacer, creo que voy a tener que aceptar el tener que usar el maldito uniforme.

- A menos, claro, de que convenzas a la profesora McGonagall de que puedas dar los exámenes vía lechuza… jajaja- Ron reía con ganas su broma.

- ¡Oh Ron!,¡eres un genio! – exclamó Hermione mientras se ponía de pie y abandonaba las Tres Escobas.- Nosé cómo no se me ocurrió antes…- iba hablando sola, ya sin darse cuenta de que dejaba a un Ron con los ojos y la boca abierta sin entender nada.


Minerva McGonagall estaba en su oficina cuando escuchó que alguien subía corriendo por las escaleras de caracol, pero cuando observó entrar a Hermione, se dio cuenta por su expresión que lo que le iba a decir, no le iba a gustar mucho…

- Minerva, es lo más conveniente y lógico. Piénsalo por favor, de verdad que necesito esos EXTASIS y esta es la única manera de obtenerlo sin la necesidad de venir a clases. A los muggles les funciona bien, solo necesito los temarios que entran en cada examen y las fechas en los cuales debo venir a darlos. Si quieres yo hablo personalmente con cada profesor.

Minerva vio en los ojos de Hermione la desesperación de la chica, de verdad quería ayudarla, y si esta era una manera de hacerlo… ¿por qué no?

-Bien, hablare con el ministro, pero de antemano te digo que no va a ser fácil y… - Hermione no la dejo terminar de hablar, se le arrojo a los brazos y le dio un apretón que casi la deja sin aliento.

- Lo siento- le dijo avergonzada – voy a ver a Ron y Harry para contarles- y salió corriendo de la dirección.

Harry, Ginny y Ron la esperaban en la Madriguera, Ron se había encargado de ponerlos al día con las últimas novedades, claro, sin decirles que había sido una broma la de decirle a Hermione de tomar clases por lechuza, les había dicho que era una idea suya para que Hermione pudiera terminar sus exámenes. Pero el resultado era el mismo, estaban todos ansiosos por saber que le había dicho la directora.

En cuanto llegó, Ginny se le tiro encima atropellándola con preguntas. Ron y Harry sonreían. Hermione se sentó a explicarles a los chicos que la directora había aceptado su propuesta y que iba a hablar con el ministro en cuanto tuviera la oportunidad. No era seguro, pero algo es algo.

- Hermy, no sé por qué no quieres volver al colegio…- le dijo Ginny en cuanto tuvo oportunidad y estuvieron solas – si sólo tienes un año más que yo…

- Ginny por favor entiéndeme, ya no parezco una adolecente para llevar uniforme, y no es por ti… además, gracias al uso del giratiempo en tercero, tengo un año más de edad, y si tomamos en cuenta el año que nos ha costado la reconstrucción de Hogwarts… ya casi estoy por cumplir los veinte… ¿cómo crees que me vería de uniforme?- le pregunto Hermione.

Ginny la miró, era cierto, Hermione luego de terminada la guerra ya había cumplido los dieciocho, sumado el año del giratiempo y el año que demoró la reconstrucción del colegio, en septiembre cumpliría los veinte… ya no era una niña, ya era una mujer. Pero igual Ginny la seguía viendo como una hermana, y las hermanas, para una, nunca crecen….

-Está bien, esperemos que todo marche bien y puedas dar tus exámenes- le dijo Ginny con un suspiro – ahora ve con Ron, que te espera en su cuarto…- le dijo con voz picarona, recibiendo un almohadonazo de parte de Hermione…

Sí, ella aun era una niña cuando quería…