InuYasha pertenece a la talentosísima Rumiko Takahashi. Y este fic es creación de Mouri-san
"LO QUE PIDO"
+Por Mouri-san+
Tengo entre mi mano la razón por la que tanto luché; ese objetivo que agotó tanto mis fuerzas como la de los demás. ¡¿Quién lo diría?! La posibilidad de hacer realidad -por fin- mi más codiciado sueño, yace encerrada entre mis dedos, y yo, con la autoridad del caso, he desviado mis prioridades.
La siento vibrar, como si su poder de latidos se tratara. La perla, del todo completa, ahora es mía y creo que ella me lo recalca, tal vez, sin proponérselo. En una ocasión la robé, en otra, es decir la más reciente, me fue entregada y desde ese día la duda osó perseguirme. Su guardiana, la mujer que se convirtió en mi aliciente por tres años de búsqueda continua, en una tarde de verano me entregó lo que podría ser la cura perfecta para mi biformismo, seguida de una pregunta clara en toda su expresión.
El silencio la devastó; marchó luego sin decir más, sin voltear, con la mirada vacía y la soledad al hombro. La muda condena que lancé, mató a ambos. El calor asentado de aquella época desvirtuó los impulsos, adormeciéndome para que no lograra reaccionar, ir por el ser que amaba y evitar su partida. Al contrario de lo pensado, la dejé avanzar, observando a cada uno de sus pasos lo que se insinuaba como despedida.
Creí que era lo correcto, que su hermosa presencia debía guarecerse en la época que la vio nacer y no en ésta, en donde las alimañas acechan. Entonces la realidad me golpeaba y me hacía consciente de nuestros orígenes; que no era posible la compatibilidad pues nuestras huellas desde siempre fueron distintas... Además, un compromiso mucho mayor se cernía en mi contra.
Ha pasado el tiempo, es otoño y las hojas secas visten los prados. Tengo la oportunidad de pensar y analizar las decisiones a seguir, ahora ya sé qué debo hacer.
Una estación dio paso a la siguiente, mientras otros cambios se daban en mi vida. En ese lapso comprendí el valor del perdón y lo que significa la redención. El alma se liberó del odio y el cielo se regocijó por ello: Kykyo descansa al fin, así como yo.
Tengo en estos instantes la posibilidad de plantearme una nueva razón de existir, o mejor dicho, una oportunidad para reivindicarme.
El viento sopla fuerte y juro que me siento tentado a fusionarme con él, para recorrer centurias aparentemente interminables y acariciar el cuerpo que por tantas noches en sueños me acompaña. El cuerpo de esa mujer adorada, quien está conmigo sin estarlo.
Ante el cielo abro mi alma, siendo el anhelo fuerte y revoltoso. Mis ojos hablan, sé que lo hacen y no me avergüenzo al reflejar en ellos la desesperación pulsante, acompasando la esperanza de poder empezar de nuevo, dando el todo por el todo, reconociendo que no es malo recibir amor y mucho menos , el corresponderlo. Tengo la opción, la alternativa colgando entre mis dedos; seré feliz al sólo desearlo, al sólo pedirlo.
En el presente, apuesto por la fe, siendo ésta escudriñada por la espera, porque es una realidad que dicho pensamiento sea tan innegable en mí. Sé que ella me aguarda, que su tristeza es grande porque yo callé, pero la conozco bien y aseguro que confía en que su respuesta será dada... Lo sé, porque en su lugar haría lo mismo.
Sonrío en mis adentros al percibir cómo se me ensancha el pecho al simple hecho de pensarla. Pronto, más de lo que imagino, llegaré a su lado.
Dije hace rato que mi decisión está tomada, pues bien, que empiece el cambio.
Miro la infinidad del cielo y me despido por última ocasión. Si todo marcha adecuadamente, podré saludarlo de nuevo, en un lugar distinto, aunque su edad sea otra.
-Pido vivir de ahora en adelante al lado de la persona a quien más amo, siendo mi esencia la de un hombre completo.
Tan pura y perfecta como siempre, la perla comienza a mostrarme su brillo. Se dibuja en la cara el alivio, trazando cada parte de mi expresión.
-Está hecho –susurro y me dejo guiar, así, sin más.
Continuará… PRIMERA EDICIÓN, 2009
