"Naruto Namikaze: La Bestia Oscura de Konoha"


Capitulo Uno: "Naruto Namikaze entra en escena: Un inicio algo turbulento."

(…)

Konoha, La Aldea Oculta entre las Hojas

Era el inicio de un nuevo día en la Aldea. El sol estaba en lo alto del cielo. Este estaba claro y despejado; sin ninguna nube a la vista. Habiendo que los rayos del sol estuvieran particularmente resplandecientes. La temperatura era agradable también. Era un día optimo en todos los sentidos. Todos los habitantes de la Aldea se estaban preparando para poder comenzar a hacer sus tareas cotidianas y poder tener una buena jornada.

Era un día completamente corriente para todos.

Lo mismo se podía ver en la oficina del Hokage donde el Líder en cuestión estaba en su escritorio inmerso en su trabajo, leyendo reportes, autorizando cosas, viendo cual iban a ser las misiones y demás actividades del día. La reunión mensual del Consejo acababa de finalizar, donde las dediciones y decretos sobre los temas de importancia de la Aldea habían sido decididos. Al menos hasta el siguiente encuentro o hasta que surgiera algo nuevo que mereciera la pena ser discutido.

Todo parecía normal y rutinario.

Pero sin importar lo que uno pudiera pensar, el día sí tenía algo de especial. Era el día que la nueva generación de genin iban a empezar su carrera en el mundo shinobi. Ese era uno de los temas que el Hokage y el resto de los rangos superiores había tratado cuando la reunión del Consejo había terminado. En pocas palabras, había sido una mañana bastante ocupada y ajetreada para el Hokage, a pesar de que el día apenas y había comenzado. Sin mencionar que la noche anterior no había sido una de las mejores.

Los nuevos reclutas habían sido examinados con cuidado antes de haber sido repartidos en diferentes grupos, siempre intentando crear un grupo bien balanceado. Luego de esa tarea, un jounin había sido asignado como guía y líder de cada uno de esos diferentes grupos. Todo eso bajo la estricta supervisión del Hokage, todos tenían la esperanza de lograr los mejores resultados con los nuevos candidatos. Por suerte, este año muchos se habían graduado de la Academia por lo que había una gran variedad de donde elegir. Quizás demasiada, pero ese era otro asunto totalmente diferente. Un tema que, por suerte, a él ya no le tocaba resolver.

Por el momento le tocaba atender un asunto más importante y un poco más delicado. Y la razón por la cual el viejo Hokage se encontraba emocionado. Hoy, al igual que todos los otros reclutas, una de sus personas más queridas iba a comenzar una su carrera como ninja. El Hokage había hecho su misión especial encontrarle un buen equipo en el que pudiera acoplarse de forma apropiada. Si el equipo lograba ser un verdadero éxito, muchas cosas iban a ser mucho más fáciles en el futuro.

Pero parecía que el destino se empeñaba en que las cosas fueran mucho más complicadas y difíciles de las necesarias. El incidente de la noche anterior era toda una prueba de eso. El Hokage no sabía cómo un simple examen de graduación había terminado en una persecución de tales proporciones. Casi parecía una mala broma lo que había ocurrido. Y gracias a eso, el anciano había pasado una muy mala noche. No solamente el sino todos los que habían estado involucrados en la cacería.

Todo porque un ninja había sido demasiado codicioso para su propio bien y lo suficientemente cruel para incriminar a un estudiante con su transgresión, todo con tal de salirse con la suya. Por suerte eso no había ocurrido y el correcto culpable había sido atrapado.

Sin embargo, eso no significaba que no hubiera habido ningún tipo de consecuencia. Y con eso era lo que le tocaba lidiar ahora. Era algo realmente tedioso tener que limpiar el desastre hecho por otra persona. Sin embargo, hacerse cargo de ese tipo de responsabilidades era lo que significaba ser el Líder de una Aldea y el anciano tenía que aguantarse.

- ¿El culpable ha sido propiamente encarcelado? – preguntó el Hokage al ninja que estaba enfrente suyo. - ¿Y el pergamino fue devuelto a su lugar?

Iruka Umino asintió con presteza.

-Todo está bajo control. No hemos dejado ningún cabo suelto- respondió Iruka- Yo mismo me he ocupado de todos los detalles. Le aseguro que no tenemos nada de que preocuparnos.

El Hokage meditó sobre lo que su subordinado le estaba diciendo. Podía tomar la palabra de Iruka sin preocupaciones. El maestro se había tomado de forma muy personal lo que su compañero había hecho y se sentía muy culpable de que no se hubiera dado cuenta antes de lo que su supuesto amigo estaba planeando. Por lo que él mismo se había encargado de la búsqueda y aprensión del traidor. Gracias al esfuerzo del maestro, el incidente no había llegado a mayores. Pero eso no era lo que le preocupaba más al anciano.

- ¿Y el nombre de Naruto ha sido limpiado? - preguntó el Líder de manera directa- No quiero que se piense que él tuvo algo que ver con el robo.

Iruka volvió a asentir, aunque de forma un poco más incómoda esta vez.

-Los informes han sido distribuidos y nadie duda de la palabra del Líder de la Aldea y de su familia- respondió el hombre de forma resuelta- Eso debe bastar para que no quede dudas sobre el asunto.

Sin embargo, el viejo podía leer las dudas en la voz de Iruka. Pero eso no era la culpa del hombre. El maestro sabía, al igual que muchos otros, que Naruto no había tenido nada que ver con el robo del Pergamino. Sin embargo, eso no iba a cambiar la opinión que muchos ya tenían formada sobre el joven. Eso era algo con lo que todos, incluido el mencionado, iban a tener que lidiar a la larga. Lo único que podían hacer era insistir con la inocencia de Naruto y actuar como lo habían estado haciendo desde hacía tiempo.

-Eso es todo lo que podemos esperar- suspiró el Hokage internamente decepcionado por las actitudes prejuiciosas de los aldeanos.

Iban a seguir hablando del tema cuando ambos hombres escucharon un golpe proveniente de la ventana. Los dos dirigieron su vista hacia esa dirección y pudieron ver cuál había sido su origen. Ahí en el balcón estaba un hombre con su uniforma de ninja y con un curioso libro en la mano. Eso le hizo recordar al Hokage la cita que se había olvidado y el otro tema que debía que tratar con respecto a Naruto y su inicio en el mundo de los ninjas.

Su futuro líder de equipo y futuro maestro.

Kakashi Hatake.

Resignado a no tener ni un respiro el día de hoy, el Hokage le hizo a una seña a Iruka para que se retirara y una seña a Kakashi para que entrara. Cosa que ambos hombres no dudaron en cumplir. En pocos segundos, el anciano y el hombre de cabello plateado fueron los únicos ocupantes en la oficina. Kakashi no parecía apurado por iniciar la conversación, es más, parecía mucho más interesado en lo que estaba leyendo que en lo que el Líder de su Aldea tenía que decir. El anciano aprovechó esos momentos para examinar al ninja y repensar en las razones que lo habían llevado a elegirlo como el futuro líder del equipo siete.

Kakashi era uno de los ninjas más habilidosos y famosos de la Aldea y uno de los más leales. Por varias razones era el candidato perfecto para hacerse cargo de este equipo. No solo iba a poder ayudar a los integrantes de su futuro equipo a mejorar sus habilidades, sino que también tenía la fuerza necesaria para mantenerlos a raya si algo pasaba y fuese necesario usar medidas extremas. Sin mencionar que Kakashi había sido entrenado por el Cuarto Hokage y eso era algo que no se podía ignorar, especialmente teniendo en cuenta las circunstancias de uno de los miembros de su grupo.

Sin embargo, eso no evitaba que el anciano estuviese algo preocupado. No dudaba de las capacidades del ninja, pero este era un caso sumamente especial y muchas cosas dependían del éxito del equipo. Quizás el Hokage estaba pecando de precavido, pero era mejor lidiar con los problemas ahora antes de que se presentaran. Nadie lo podía juzgar por tratar este caso de forma tan cuidadosa porque lo que tenían entre manos no era normal bajo ningún estándar. Siguiendo con esa línea de pensamiento, había llamado al ninja para hablar con él (bajo pena de muerte si llegaba tarde) antes de que se fuera a reunir con sus futuros subordinados. Había muchas que discutir antes de que el Jonin comenzara la tarea. Antes de empezar, el Hokage se detuvo un momento para examinar un poco al hombre que tenía delante de él.

Sus ojos calculadores se encontraron con la cara apática de Kakashi. El hombre tenía su cara de siempre, esa tan especial que mostraba una calculada indiferencia. Esa que decía que no le importaba en lo más mínimo lo que estaba pasando cuando, en realidad, estaba pendiente de cada detalle. El Hokage podía leer una velada curiosidad e intriga bajo la fachada de aburrimiento del hombre.

Lo cual era perfectamente natural.

El líder de la Aldea nunca había estado tan involucrado en el tema de la formación de los nuevos escuadrones. Y nunca se había tomado la molestia de hablar con los futuros líderes de dichos equipos. Sin mencionar que el anciano nunca había llamado a Kakashi, en particular, para discutir sus métodos de enseñanza (los cuales eran algo cuestionables.) Y siendo sinceros, el Hokage no tenía ninguna intención de decirle al hombre como tenía que hacer su trabajo. Lo único que pretendía lograr con esta reunión era que el ninja se diera cuenta de lo importante que era todo este asunto.

El silencio se prolongó unos minutos más.

- ¿Me mandó llamar? -preguntó finalmente el hombre con el pelo plateado, pero no haciendo ningún tipo de contacto ocular con la persona que estaba hablando dandole preferencia al libro naranja que tenía abierto en sus manos.

El Tercer Hokage no lo tomó de forma personal, sabiendo como el ninja enfrente de él solía comportarse.

-Debes estar al corriente de quienes son los nuevos miembros de tu equipo- dijo el viejo sabiendo que Kakashi siempre estaba el corriente de todo- Me gustaría saber que piensas de ellos.

El ninja se encogió de hombres de forma desganada. No estaba seguro que era lo que realmente el Hokage quería de él o que era lo que quería escuchar por lo que decidío ser simple y directo.

-Solo sé lo que sus informes dicen de ellos- respondió simplemente sin dejar de leer su libro- Un prodigio, una muy buena alumna y un estudiante problemático. Supongo que tendré una opinión mejor formada una vez que hable con ellos en persona.

Sin embargo, eso no basto para apaciguar al Hokage. Necesitaba algo mucho más concreto. Supongo que lo mejor era decir las cosas de forma directa.

-Supongo que estas al tanto de lo particular que es esta situación por lo que me gustaría te comportaras de forma objetiva con ellas- le pidió el viejo con sinceridad- Nada de favoritismos.

Eso hizo que Kakashi levantara la ceja, intrigado. Por fin, dejó de leer y miró de forma directa al Hokage.

- ¿A diferencia de usted, quiere decir? - preguntó con un toque de ironía.

No quería hacer enojar al hombre, solo quería provocar una reacción en él. Todo era para saber que tan involucrado el líder estaba realmente en este asunto.

Por desgracia para Kakashi ser el Hokage significaba tener una muy buena cara de póker y no reveló ningún tipo de emoción en particular cuando respondió.

-No entiendo de que estas hablando- respondió el anciano sin perder la calma.

- Muy pocos dejarían al niño moverse con la libertad que usted le ha dado a Naruto- replicó el ninja sin perder la calma tampoco. Dos podían jugar ese juego. – Especialmente sabiendo lo que ese niño lleva adentro.

Ese comentario le hizo saber al Hokage todo lo que Kakashi sabía realmente sobre el caso.

No era la primera vez que alguien le decía que era muy blando con Naruto y que debían tenerlo bajo un control mas estricto. Pero el anciano quería darle al niño una infancia tan normal como fuera posible y no les había hecho mucho caso. Tal vez si el Hokage les hubiera dado un poco de credito muchas cosas serían distintas ahora. Había sido muy ingenuo en muchos sentidos. Y Naruto había terminado pagando el precio. Por lo cual lo uníco que le quedaba era resolver las cosas como mejor podía y demostrar que el muchacho tenía todo su apoyo.

-Creí que el Consejo había decidido mantener la identidad de Naruto un secreto para proteger el legado del Cuarto- siguío diciendo Kakashi de forma distraida, tanteando las aguas. Aún estaba enojado con los ancianos que hubieran ocultado ese tipo de informacion.

En cierta forma, estaba agradecido que el Hokage develó el secreto hacia unos años atrás.

- Después del incidente hace un par de años, decidí que eso era lo mejor para él- le explicó con paciencia, pero con firmeza. Esa decision le había costado muchos dolores de cabeza- No fue la mejor solución lo admito, pero evitó que hubiera más eventualidades.

Kakashi aceptó la afirmación de forma distraída.

Todos los que estaban en los altos rangos tenían conocimiento sobre el incidente de hacía años atrás. Ese que involucraba a Naruto y muchos aldeanos. Luego de eso muchas cosas habían cambiado. Especialmente la forma en que el Hokage comenzó a tratar al muchacho. Si el Tercero era amigable con el rubio antes, luego de ese evento, el anciano practicante se convirtió en su abuelo adoptivo. La única razón por la cual no hubo una adopción legal o Naruto no vivía en la casa del viejo era por decisión del muchacho.

Pero eso no fue nada en comparación con el anuncio que hizo el Líder unos días después del incidente cuando supieron que Naruto había sobrevivido. El anuncio que sacudió a la mitad de la Aldea y que, en cierta forma, cambió todo. El mismo Kakashi se vio sacudido por las noticias y no supo muy bien cómo reaccionar cuando escucho las palabras que salieron de la boca del viejo ese día.

Naruto Uzumaki, un simple huérfano, se convirtió en Naruto Namikaze el hijo del Cuarto Hokage, el héroe de la aldea.

Los efectos de ese anuncio aún se mantenían varios años después. Muchos no lo creían y seguían tratando al rubio como una escoria y un monstruo. Otros intentaron ganarse el favor del hijo del difunto Hokage para encontrarse con una sorpresa. No solo fue su apellido lo que cambió en el joven rubio luego de ese incidente. Si se le podía dar crédito a los informes que Kakashi había leído sobre el joven en cuestión. El ninja no había mentido cuando dijo que esperaba formarse una opinión propia luego de hablar con el joven. Para Kakashi, eso significaba que iba a tener que ponerse un poco más personal de lo que estaba acostumbrado si las cosas salían bien.

Pero eso era adelantarse a los hechos y si había algo que Kakashi nunca hacia era planear las cosas de antemano.

- ¿Algo más que deba saber sobre el asunto?

Ese punto era algo sobre lo que el anciano se había debatido bastante. No estaba seguro si lo mejor era contarle todo al ninja o dejar que lo descubriera por su cuenta. Pero, al final había decidido que Kakashi no iba a poder a cumplir su trabajo de manera apropiada sino tenía todos los datos desde el principio. Por lo que no tenía otra opción más que ser completamente sincero desde el principio.

El Hokage buscó en los cajones de su escritorio y sacó un rollo especial. Liberando el sello que lo mantenía cerrado se lo pasó al ninja. Sin embargo, antes de que este pudiera agarrarlo el viejo le dedicó una mirada absolutamente seria.

- Esta información es uno de los secretos mejor guardados, solo lo saben tres personas en total- le advirtió el anciano- Confió en tu absoluta discreción.

Kakashi asintió seriamente, dejando de lado su máscara de pereza por primera vez, y tomó el rollo de pergamino para luego guardarlo en su estuche atado a su pantalón.

-Lo leeré con atención antes de ir a verlos- respondió para luego meditar. - Eso me dará una verdadera escusa por llegar tres horas tarde.

El Hokage se rió ante ese comentario. Tal parecía que algunas cosas no cambiaban. Después de eso, no hubo nada más que agregar por lo que Kakashi comenzó a retirarse para hacer lo que había dicho; cuando fue detenido por una llamada del anciano.

-No olvides que lo más importante es ganarte su confianza- le recordó el hombre- Eso será una de las cosas más difíciles.

Kakashi le dio una sonrisa sincera.

-No se preocupe, tomaré las cosas con calma y dejaré que cada uno de ellos se abra a su propio tiempo- respondió poniéndose de nuevo su máscara de indiferencia- Hasta ese momento, seré el mismo jonin perezoso de siempre.

-Antes de que te vayas, me gustaría que me acompañaras a ver una cosa- le pidió el anciano levantándose de su silla. - Quiero que veas donde Naruto vive.

Eso sorprendió al ninja.

- ¿Realmente le parece necesario?

El Hokage se encogió de hombros.

-No lo sé, pero me parece importante que veas como son realmente las cosas antes de que te dejes llevar por rumores.


Naruto estaba en su departamento, preparándose para iniciar el nuevo día. Concretamente estaba mirándose al espejo. Por lo que parecía ser la milésima vez se acomodó su recientemente adquirida banda en su cabeza. Pero algo parecía que algo no encajaba. El joven ninja sentía que la bendita banda no le quedaba bien. Quizás era por la forma en la que había conseguido. O alguna otra estúpida razón que no podía encontrar. Pero lo único que sabía era que ese pedazo de tela no quedaba bien en su frente. Y lo extraño era que él no era conocido por preocuparse demasiado por su apariencia.

¡El compraba a su ropa al por mayor!

Derrotado, se sacó la bendita prenda de su frente y se miró mejor al espejo intentando encontrar que era lo que estaba mal. Pero no venía nada raro con su apariencia. Su cabello estaba más largo y más picudo de lo normal. Sin embargo, ese no era el problema y todos sus conocidos ya se habían acostumbrado a su nuevo color de cabello. Haberse convertido en moreno había dejado de ser noticia unos meses atrás.

Su ropa no tenía nada distinto de lo que normalmente usaba. Estaba usando una remera negra lisa bajo su campera negra con bloques de azul oscuro delineado con gris metálico. Lo nuevo era que le había arrancado sus mangas, dándole una apariencia de chaleco con los bordes disparejos. Sus pantalones combinaban con su campera en estilo y color. Eran flojos y muy cómodos. Y luego estaban los otros detalles de su vestimenta como sus guantes negros sin dedos que estaban envueltos en correas de cuero marrón rojizo con tachas que le llegaban hasta la mitad del brazo. Los estuches de sus armas estaban en su lugar de siempre en su cadera y en sus piernas, listas en el caso de que las necesitara.

Lo único malo de su ropa era que tanto negro hacía que su piel se viera aún más pálida que de costumbre, resaltando las marcas de sus mejillas y las ojeras que tenía en los ojos. No por primera vez, Naruto pensó que se veía como vampiro o alguna otra criatura salida de un cuento de terror. El viejo e Iruka le decían que su apariencia casi cadavérica se debía a que se quedaba demasiado tiempo encerrado leyendo y no suficiente tiempo entrenando afuera, cuando el sol estaba brillando en vez de la luna. Pero ellos no sabían que ese no era el problema. Si, le gustaba quedarse encerrado leyendo más de lo normal y era cierto que usaba la noche para entrenar en vez del día. Sin embargo, la razón de su palidez se debía a que él no se bronceaba. Cuando pasaba mucho tiempo bajo el sol, su piel se ponía colorada y se pelaba. Eso sumado a los dolores de cabeza que le daba cuando hacía mucho calor, lo habia convertido en una criatura bastante nocturna.

Pero dejando de lado sus gustos en ropa y sus extraños hábitos de conducta, la banda no parecía encajar con él. Al final, el muchacho solo se le ocurrió una solución. Con cuidado, despegó el emblema metálico de la tela y lo adhirió a la parte delantera de su campera con algo de pegamento que tenía a mano. Naruto aún no estaba convencido de que se viera bien, pero se le estaba haciendo tarde y, sinceramente, la banda no merecía tanta atención. Quizás cuando volviera se le pudiera ocurrir una mejor opción. Con algo de apatía agarró la mochila que contenía los libros y pergaminos que tenía que devolver a la biblioteca y salió de su departamento por la puerta de su balcón.

Pero sin antes asegurarse que la sorpresa que había preparado para el Tercero estuviera en su lugar. Lo único era que no iba a poder ver la cara de asombro cuando el anciano viniera a invadir su vivienda sin haberle consultado antes como estaba completamente seguro de que iba a hacer tan pronto él abandonara su domicilio. Y lo peor que no se preocupaban por actuar en secreto sobre esa invasión a su privacidad. Naruto sabía que estaban afuera.

¡El viejo ni siquiera se molestaba en esconder su presencia!

Pero suponía que el Tercero tenía sus razones y debía respetarlas. Con desinterés caminó hasta el borde del balcón y se subió al borde. De ahí, dio un salto y comenzó su descenso alternando sus saltos entre las paredes de los edificios que rodeaban al suyo. En pocos segundos, llegó al suelo ileso y lo único que tuvo que hacer fue acomodarse un poco la ropa y ajustar las correas de su mochila. Estaba por dirigirse hacia la Academia cuando escuchó una voz femenina llamándolo. Naruto dio un suspiro resignado antes de darse la vuelta porque, por supuesto, ella iba a estar esperándolo para ir juntos a la reunión.

Fue estúpido esperar otra cosa de ella.

- ¡Naruto-kun! ¡Naruto-kun! – gritó Sakura para llamar su atención a la par que venía corriendo hacia donde estaba- ¡Espérame, se supone que tenemos que ir juntos!

El joven ninja hizo lo que le pidieron y no se movió de su lugar mientras veía como su compañera se acercaba corriendo. En pocos minutos la muchacha estaba enfrente suyo intentando recuperar el aliento.

Sakura Haruno, su fan-girl personal y su autodenominada novia. Había momentos en que le costaba creer que esas palabras eran reales.

Pero lo eran. Tan reales como la persona que estaba enfrente suyo en ese momento. Sakura era una jovencita de cabello rosado y hermosos ojos verde. Iban juntos a la Academia, pero se conocían desde mucho antes. Sakura, podría decirse, era su única amiga de la infancia a pesar de la diferencia de edad entre ellos. Las circunstancias en las que se ambos se habían conocido y se habían hecho amigos habían sido bastante particulares. Eso había llevado a que ambos desarrollaran una amistad bastante singular.

Su supuesta relación de novios era otra historia.

Desde que se habían conocido, Sakura siempre había sido una parte constante de su vida. Especialmente cuando comenzaron a ser compañeros de clases. Se podría decir que se habían hecho inseparables, más que en nada en el sentido que la jovencita insistía en seguirlo y visitarlo tan seguido como era posible. Pero Naruto no podía decir que le molestaba del todo porque, por un lado, gracias a Sakura era que había pasado todos sus exámenes escritos y la jovencita era una buena cocinera y se había adaptado a sus gustos particulares. Y por el otro, era agradable tener alguien cercano a su edad con quien hablar. Si bien era cierto que Naruto era casi dos años mayor que ella, esa diferencia de edad no se comparaba con la diferencia que existía con el resto de sus amistades. El joven ninja se consideraba un imán para la gente mayor siendo que dos de sus otros amigos eran un profesor de la Academia y el Líder de la Aldea. Por lo que la presencia de Sakura era bienvenida. De esa forma tenía alguien con quien hablar de cuestiones propias de gente de su edad y demás cosas.

Su relacion amorosa era un tema distinto. El joven ninja no terminaba de entender como habían llegado a ese punto y no estaba seguro de que era un buen novio pero Sakura estaba feliz de estar con él y hasta el momento no habían tenido grandes problemas.

-Buenos días, Sakura- le dijo simplemente Naruto a su compañera una vez que ella recuperó su aliento.

La pelirrosa le dedico una brillante sonrisa que casi cegó a su compañero.

- ¡Me da mucho gusto verte, Naruto-kun! - le respondió la chica- Hoy es un día realmente emocionante.

Naruto solo se encogió de hombros sin mucha emoción. El joven aprovechó para observar a la jovencita. Había algo diferente en ella. Su largo cabello estaba trenzado en un intricado estilo como siempre, dejando un adorable flequillo que tapaba su frente. El chico sabia que habia adoptado ese estilo gracias a él. Y estaba luciendo los pin y hebillas que Naruto le había regalado por su cumpleaños. Su banda estaba atada en su cabello a estilo bandana. Eso era normal en la pelirrosa. Lo curioso era la ropa que estaba usando o mejor dicho el estilo que estaba usando.

Sakura, normalmente, no se vestía de forma tan sugestiva.

La muchacha estaba usando un vestido estilo kimono con el color y el emblema de su familia, uno que Naruto la había visto usar bastante seguido pero su novia lo había modificado para hacerlo un poco más atrevido. Ahora era más entallado y se prendía por adelante con una serie de botones que llegaban hasta un poco por debajo de sus pechos. De ahí en adelante, Sakura le había hecho un tajo en el medio del vestido. Ese tajo hacia visible la camisa de red que ella estaba usando. Naruto tenía una buena vista de su estómago plano gracias a la prenda. Le seguían unos shorts negros que parecían ser un poco más cortos y entallados de lo normal. El conjunto estaba completo por unos guantes negros y las típicas botas que todos los ninjas usaban en la Aldea.

Naruto quería preguntar que era lo que había provocado el cambio, pero decidió dejarlo para más tarde.

-Mejor nos vamos o llegaremos tarde- dijo en su lugar, dándose la vuelta comenzó a caminar con las manos en los bolsillos hacia la Academia.

Sakura pronto se le unió enlazando sus brazos con los del muchacho, feliz cuando el joven no le pidió que se apartara. Eso era lo genial de ser el único miembro del club de admiradoras de Naruto. Por un lado, no tenía que compartirlo con nadie ni tener que competir por su atención. Y por el otro, Naruto era mucho más agradable y paciente con ella que Sasuke lo era con todo su mar de admiradoras.

-Estoy muy feliz de que podamos empezar nuestras carreras ninjas al mismo tiempo- dijo Sakura con aire complacido a la par que caminaban y luego siguió con voz soñadora- Aún no puedo creer que fallaras a propósito tus exámenes anteriores para que podamos estar juntos.

Ese comentario puso algo de color en las mejillas pálidas de Naruto volviendo a pensar en las razones por las cuales se sentía culpable por su bendita banda. De haberlo querido, la hubiera obtenido mucho antes.

-Ni yo tampoco- replicó algo avergonzado que le ganó una risita traviesa por parte de su novia.

La pareja caminó en silencio luego de eso. Naruto no podía dejar de pensar en lo que Sakura había dicho. Porque el joven sabía que eso no era del todo cierto.

Era verdad que Naruto había desaprobado sus dos exámenes anteriores lo que le llevó a repetir cursos y compartir clases con Sakura. Pero las razones para hacerlo no eran tan románticas como la jovencita creía. La primera vez había fallado en serio porque no había estado debidamente preparado. Eso se debió a que no había estado prestando atención en clases, cosa que era muy común en él, ocupado con otros proyectos y para cuando llegó el momento del examen no había sabido que era lo que tenía que hacer y había reprobado de una forma algo humillante.

Ni siquiera había conocido a la pelirrosa en ese entonces.

El segundo intento sí se debió a Sakura, pero no por razones románticas sino más bien prácticas. Para ese entonces eran ya se habían conocido y hecho amigos y la joven se había puesto muy triste y agitada cuando supo que Naruto se iba a convertir en genin antes que ella. Eso sumado al hecho que ninguno de sus compañeros ni sus profesores de la clase le caían muy bien, decidió que podía esperar un poco más para comenzar su camino ninja y desaprobó su segundo examen a propósito.

De ahí que terminara repitiendo el año por tercera vez y terminara en la clase de Sakura. Luego de haberle pedido de favor al Hokage que lo pusiera en esa clase por insistencia de la chica. Por suerte, Naruto no era muy alto y era de contextura más bien delgada para su edad por lo que no destacaba mucho en una clase donde todos eran casi dos años menores que él. (Solo era unos cinco centímetros más alto que Sakura). Esa clase resultó ser un poco mejor gracias a la presencia de Iruka y Sakura, pero no por mucho. Aun había tenido que enfrentar los mismos conflictos que en sus años anteriores como compañeros ruidosos y estúpidos. Clases inútiles dadas por profesores prejuiciosos y muchas otras más.

-Espero que terminemos en el mismo equipo- dijo Sakura repentinamente. Se la notaba muy ansiosa por esa posibilidad.

Su novio, por otro lado, no estaba ni remotamente preocupado por esa eventualidad. No le gusta torturarse por cosas que aún no ocurrían. Ese no era su estilo. Además, estaba casi seguro de que lo iban a poner con Sakura ya que era la única persona con la que Naruto había entablado algún tipo de relación y sabia lo importante que era eso para el trabajo que iban a tener que hacer.

-No te preocupes por cosas que aún no ocurren- le aconsejó Naruto sin perturbarse- Es cierto que es una posibilidad, pero nos ocuparemos de eso si sucede. Estoy seguro de que estaremos bien.

Sakura le dedicó una mirada de pura incredulidad ante la aparente calma del joven. Era cierto que Naruto era una persona bastante apática que no se preocupada por las cosas antes de tiempo, pero sabiendo lo poco que toleraba todo aquello que el denominaba "estúpido", y bastantes cosas entraban en esa lista; Sakura había pensado que su novio estaría un poco más preocupado por quien le tocaba de compañero.

- ¿Me vas a decir que no te preocupa terminar con un imbécil como Kiba o una histérica como Ino?

El moreno rodó sus ojos ante esas palabras.

-No digo eso- replicó indignado y no pudo reprimir un pequeño escalofrió ante esa posibilidad- Y sí eso sería todo un problema. Solo digo que estaremos bien pase lo que pase. Somos mucho mejores de lo que la gente piensa.

Sakura no pareció del todo convencida.

- ¿Estás seguro?

Naruto notó que eso realmente preocupaba a la chica por lo que se detuvo y se giró para mirarla directamente a sus ojos.

-Créelo- le dijo dándole una rara sonrisa sincera que unos momentos después se hizo un poco más siniestra- Después de todo, el veneno es difícil de rastrear y nadie sospecharía de nosotros.

Eso tomó tan por sorpresa a la pelirrosa que se quedó quieta en su lugar. Cuando pudo procesar lo que su novio había dicho, notó que este había vuelto a caminar y la había dejado atrás. Con prisa se apresuró a alcanzarlo y a volver a tomar su brazo.

- ¡Eres una persona bastante mórbida Naruto-kun! - le reprimió la jovencita con un puchero en su rostro- ¡Hay veces que no si bromeas o hablas en serio!

Naruto dejó escapar una carcajada seca.

-Tú sabias como era yo desde el principio, Sakura- le recordó el ninja dándole una mueca irónica- Y te recuerdo que aun así logré conquistarte, según tú.

La pelirrosa se puso colorada y no dijo nada. Los dos siguieron caminando en silencio luego de eso. Naruto estaba pensando en los libros que tenía que devolver y en cuales iba a pedir. Había uno en particular en el cual estaba sumamente interesado y que no podía esperar a leer. Esperaba que fuera de ayuda en el pequeño proyecto que estaba trabajando. Por su parte, Sakura estaba pensando en las palabras dichas por el muchacho, pensando en cómo el muchacho había conquistado su corazón.

Era cierto que su novio era un sujeto bastante particular. La pelirrosa sabia de la reputación que Naruto tenía en la Aldea. Había visto y oído a muchas personas murmuran cosas como monstruo, bueno para nada y completa decepción cuando el joven estaba en las cercanías. Había visto muchas emociones en los ojos de muchos aldeanos cuando miraban a Naruto. Estas iban desde el más absoluto miedo hasta el más grande odio. La pelirrosa no entendía de donde venia el miedo, pero si podía entender la decepción y el odio.

Desde que se supo que Naruto era el único hijo de uno de los más grandes héroes de la Aldea, muchos se habían interesado en el rubio intentando ganarse su favor por razones egoístas o intentaban encontrar algo de su padre en él. Pero todas esas personas se habían encontrado con una gran sorpresa. Naruto no era el prodigio que había sido su padre ni tenía el mismo tipo de carisma que este. El joven tenía pésimas notas en el colegio, no había demostrado ningún tipo de talento especial, no tenía problemas en ser rudo ni dejar a la gente con la palabra en la boca y otras cosas más. Tampoco estaba dispuesto a aceptar lo que él llamaba "falsas simpatías".

Es por eso por lo que muchos lo llamaban la decepción de su clan y se pasaban el día hablando mal de él y murmurando cosas a sus espaldas. Y no tenían problema en compararlo con Sasuke Uchiha, también un único sobreviviente de su clan y alguien que si cumplía con todas las expectativas que tenían de él. Incluso estaban dispuestos a perdonarle su mala actitud en general porque lo consideran algo natural luego de todo lo que Sasuke había tenido que vivir. Es por eso por lo que, en todos lados, Sasuke era siempre el centro de atención mientras que Naruto se perdía en las sombras.

Sin embargo, eso no era algo que molestaba al último. El mismo le había dicho varias veces que prefería tener pocos amigos o estar solo antes de que tener que aguantarse gente a su alrededor que solo lo quería cerca por su apellido o por su clan en vez de por si mismo. Que no necesitaba la ayuda de nadie ni tomar ningún tipo de atajos para convertirse en un gran ninja y traer gloria de nuevo a su clan. Naruto varias veces le había dicho que él ya tenía toda la compañía que necesitaba y que si Sakura quería ser su amiga o novia solo por salir con un Namikaze que se podía ir a idolatrar al Uchiha y que a él lo dejara en paz.

Pero Sakura no se había convertido en su admiradora, amiga y novia por razones de gloria. Naruto la había ayudado en un momento bastante delicado de su vida, uno donde ella más necesitaba ayuda. Y la había continuado ayudando luego de eso, ofreciéndole su apoyo silencioso y asistiéndola cuando lo necesitaba. Gracias a Naruto había aprendido a tenerse confianza en si misma y había ganado seguridad para actuar sin importarle lo que lo demás pensaran. Es por esa razón que no había dudado en convertirse en su admiradora en la Academia para mostrarle su apoyo cuando se convirtieron en compañeros y más tarde en su novia.

Todo con tal de probar un punto y ese era que bajo toda esa apatía y mala actitud Naruto realmente era una buena persona. Y una persona sumamente atractiva. Sus ojos azules oscuros eran llamativos y misteriosos, especialmente con ese aro rojo oscuro que rodeaban sus pupilas. Su boca era capaz de producir las más hermosas sonrisas e incluso sus muecas irónicas eran seductoras. Además, sus colmillos ligeramente más largos de lo normal le deban un toque peligroso. Cosa que se acentuaban cuando uno veía las cicatrices que le recorrían su cuerpo. No eran numerosas pero lo suficientes para darle una vibra de chico malo acentuado por su gusto por los colores oscuros y su mala actitud.

Lo único que verdaderamente no le gustaba de su novio era el reciente cambio de color de su cabello. Sakura realmente adoraba las mechas rubias y las extrañaba a morir. Aun recordaba esa tarde, luego de una clase, cuando Naruto le había pedido que lo ayudara a teñirse el cabello. La pelirrosa casi tuvo un infarto cuando escuchó la idea y le rogó que no lo hiciera, pero el rubio estaba decidido. Le dijo que estaba cansado que todos le reprocharan que solo tenía el aspecto de su padre, pero no sus habilidades. Así que iba a sucumbir a su angustia adolescente e iba a cometer un acto de rebeldía estúpida.

Al principio quería teñirse de pelirrojo como su madre, pero Sakura le había dicho que no le iba a quedar muy bien. El negro fue la siguiente opción, aunque temiendo la inevitable comparación con Sasuke ambos habían experimentado con varios tipos de negro hasta que habían llegado al actual. Negro con un toque de violeta oscuro. Naruto lo llamaba negro berenjena en tono de broma. Sakura no había sido una gran fan, pero el color había ganado cariño con el tiempo. Eso no cambiaba el hecho en que esperaba que su novio dejara de lado su testarudez y volviera a su rubio.

Tal parecía que la locura seguía a Naruto a donde quiera que iba. Eso le hizo acordar un pequeño detalle que había escuchado esta mañana de la boca de sus padres durante el desayuno mientras hablaban con Rika sobre su última misión y lo bien que lo había hecho y como estaba por casarse con su prometido en unos pocos meses.

-Escuché algo interesante esta mañana- dijo casualmente la joven ganándose una mirada curiosa por parte de Naruto- Algo sobre el robo de un pergamino y Mizuki-sensei. ¿Sabes algo sobre eso?

Su novio rodó los ojos, parecía que la noticia le había producido un gran malestar. Y eso significaba que estaba enterado de lo que había pasado. ¡Nada mejor que un buen chisme para empezar la mañana! Pero el aludido le cortó la diversion al instante.

-Te lo cuento durante el descanso- le respondió Naruto- No es nada importante.

Sakura pareció satisfecha con esa respuesta aunque no del todo convencida. Sin embargo, sabía que de nada servía apurar a su novio si no quería hablar de un tema. Uno siempre tenía que dejarlo moverse a su propio ritmo. Pero pensar en sus padres le hizo acordarse de otro pequeño detalle.

-Esta noche me quedo a dormir en tu casa- anunció Sakura.

Naruto ni siquiera pestañeo ante el anuncio.

- ¿A que se debe la ocasión? - fue todo lo que preguntó.

-Rika y Kota están de visita- respondió la joven intentando sonar casual.

Naruto decidió no comentar en como su mano había apretado con más fuerza de la necesaria su brazo cuando dijo el nombre de su hermana mayor y su prometido.

-Y supongo que tus padres están sumamente felices por la visita de su querida hija mayor- comentó en forma irónica.

Sakura asintió.

-Tanto que se olvidaron de que su querida hija menor comenzaba su carrera ninja- aportó intentando no sonar demasiado herida por el hecho- Ni siquiera se dieron cuenta cuando me fui.

-Menos mal, dudo que tu padre te hubiera dejado salir con esas pintas- dijo Naruto casi sin pensar.

Su comentario le gano un codazo de parte de Sakura. Los dos se quedaron quietos intercambiando miradas de recelo por lo que acababa de pasar.

- ¿Qué se supone que eso significa? - preguntó una muy enojada muchacha no entiendo que era lo que su novio le quería decir.

Y el moreno no ayudo mucho en ese sentido cuando habló.

-Tu sabes- replicó Naruto dándole una mirada elocuente y señalando su ropa- Tu no te sueles vestir así.

Eso pareció calmar a Sakura. Con cuidado camino hasta donde estaba Naruto y unió las manos de ambos en un gesto bastante deliberado ganándose una mirada curiosa por parte del moreno.

-Solo pensé que si iba a ser la novia del rebelde de la clase debía vestirme como tal- explicó la chica con una sonrisa.

Naruto escudriñó a Sakura de forma seria. Sus ojos alternaban entre la figura de la chica y sus manos unidas.

- ¿Novios? ¿Eso es lo que somos? – indagó de forma sería el joven ninja- ¿No estas bromeando ni nada por el estilo?

El moreno quería estar seguro de que ella supiera en lo que se estaba metiendo entrando en una relacion con él. Más alla de sus falencias en el departamento de la interaccion social, Naruto tenía muy mala fama en la Aldea. Era cierto que los aldeanos habían dejado de tratarlo mal abiertamente cuando se enteraron de quien era su padre pero eso no signicaba que el odio hubiese desaparecido. Mucha gente lo trataban con velada hostilidad y no quería que Sakura se viera metida en eso. No quería que la jovencita se despertara un día odiandolo y hechandole la culpa de todo.

Esta vez fue el turno de Sakura de rodar sus ojos.

-Voy muy enserio, Naruto-kun -afirmó segura- Mis sentimientos son mucho más fuerte de lo que crees.

Naruto no dijo nada, solamente soltó la mano de la chica. Sakura estaba por decir algo cuando sintió como el chico la atraía hacia si y le pasaba un brazo por sus hombros para luego instarla a seguir caminando. La pelirrosa no dijo nada más, solo se acomodó mejor en el abrazo.


El Hokage y Kakashi aparecieron en el departamento de Naruto en medio de una nube de humo. Los dos habían esperado a que el ocupante se fuera para la Academia para la reunión de genin. El anciano le hizo una señal al ninja para que comenzara a explorar. Cosa que el hombre comenzó a hacer, aunque de forma reticente. Ya que no entendía que era lo que supuestamente debía entender sobre Naruto que no pudiera aprender de una conversación con el ninja. Pero no estaba dispuesto a desobedecer ordenes de su lider de forma tan directa.

Por lo que Kakashi le dedicó una mirada al departamento. Era un simple y pequeña vivienda de dos ambientes. Había una simple mesa de madera con cuatro sillas en el medio de la sala. La pequeña cocina estaba separada del resto de la sala por una barra al estilo americana. El ninja notó que todo estaba bastante limpio y ordenado. Aunque ayudaba que casi no hubiera muebles en el lugar. Excepto unas cajas de distintos tamaños apiladas en medio de dos puertas. En un rincón, había un librero con varios libros y textos académicos. Probablemente contenido que Naruto había juntado en sus tres años de repetir el mismo curso.

Kakashi se dirigió primero a la cocina y exploró la mesada de la cocina y el refrigerador. Se notaba que Naruto tenía un gusto por las tostadas y las galletas de arroz porque tenía muchos paquetes en la alacena. También había muchas sopas instantáneas y muchos diferentes tipos de té. Y arroz, muchos paquetes de arroz. La heladera estaba prácticamente vacía excepto por algunas botellas de aguas y cartones de leche y un cajón con todo tipo de verduras. Curiosamente había un paquete envuelto con una nota que Kakashi agarró.

-Naruto tiene un gusto muy particular a la hora de comer- explicó el Hokage que había tomado asiento en una de las sillas y fumaba su pipa mientras veía al jonin recorrer la casa del muchacho.

Kakashi se dio la vuelta y le pasó el paquete al anciano.

-Me parece que esto es para usted- dijo Kakashi.

El anciano inspeccionó el paquete y se encontró con una nota de Naruto. Este le decía que esperaba que disfrutara de su contenido ya que estaba seguro de que iba a necesitarlo porque posiblemente no había desayunado ni había comido nada en todo el día. Ya que tenía que hacer cosas más importantes que comer como entrar sin permiso en los hogares de adolescentes. Una vez que el Hokage terminó de leer la nota abrió el paquete y se encontró con tres onigiris que el anciano no tardó en comenzar a comer. Estaban bastante buenos, quizás les faltaba un poco más de condimento, pero cumplían con su cometido.

-Naruto parece ser más considerado de lo que pensé- comentó Kakashi de forma casi distraída.

Recordaba que algunos informes sobre el rubio hablaban sobre su supuesta frialdad y su aparente apatía hacia todo lo que le rodeaba. También había algunos detalles sobre bruscos cambios de humor que iban desde fuertes arranques de ira hasta etapas de melancolía. Sobre cómo era incapaz de relacionarse con otras personas y tenía una profunda tendencia a la insolación. Pero esos informes no mencionaban su relación con el Hokage y su familia que parecía ser más íntima de lo que había pensado. Aunque teniendo en cuenta que solo hacian una breve mención a la relacion que tenia con Sakura, se notaba que los que habian hecho el informe estaban más interesados en resaltar los aspectos negativos del muchacho.

Quizás revisar su departamento no era tan mala idea después de todo.

Su siguiente misión fue inspeccionar las cajas que estaba en la sala. Para su sorpresa contenían distintos tipos de materiales. Había hilos de acero, distintos tipos de cuero, hilos de seda, una enorme variedad de minerales, flores talladas en madera, coral y varias piedras de vidrio. Una caja en particular contenía una serie de cristales azul oscuros tallados en diferentes formas. Eran de azul oscuro aunque parecian tener un leve brillo en el interior. Kakashi los encontró extrañamente fríos al tacto. También había distintos tipos de herramientas como pinzas, tijeras para cortar acero, pinceles y demás. Lo más llamativo era que una de las cajas contenía muchos tipos de accesorios de fabricación casera como llaveros, collares, aros, pulseras y adornos para el cabello. Las piezas más elaboradas tenían esos cristales azules incrustados.

-Naruto los fabrica para venderlos en la feria los fines de semana- explicó el Hokage cuando terminó de comer- Le sirve para conseguir un poco de ingreso extra. Según él, eso le ayuda a tener los dedos agiles.

- ¿Y los aldeanos se lo compran? - preguntó extrañado el ninja sabiendo la animosidad que sentían los habitantes hacia el mencionado.

-Solo digamos que aprendió a darle un buen uso a su Oiroke no Jutsu- fue la explicación que le dio el anciano.

Kakashi la aceptó y pasaron a la habitación. Era la habitación más amoblada de toda la vivienda. Tres de las cuatro paredes estaban ocupadas por estanterías con distintos tipos de libros. La que quedaba libre tenía una puerta que parecía ser el armario. Había una pequeña mesa baja en una de las esquinas. No había ninguna cama a la vista así que el ninja suponía que debía de haber un futon guardado en algún lado. En el techo estaban pegados algunos posters y unas fotos estaban colgadas cayendo en una especie de lluvia.

Cuando Kakashi se acercó a verlas se dio cuenta en que algunas eran de los padres de Naruto, algunas de este cuando era más joven comiendo con Iruka y el Hokage, otras con el nieto del último y una sola de Naruto junto con una joven de cabello rosado. El ninja notó también que en la mesa había varios papeles con distintos tipos de sellos dibujados, algunos acabados, otros por la mitad y varias piezas talladas de ese cristal azul. Solo que estas eran mucho más elaboradas que las otras. En general, esta pieza estaba un poco más desordenada que la anterior pero aún se notaba una inclinación por la limpieza y el orden. Lo más importante se notaba que Naruto pasaba el mayor tiempo en su habitación que en otro lugar de la casa. Esta era la pieza que se notaba más habitada.

Al inspeccionar los libros en las estanterías vio que abarcaban muchos temas, aunque historia y misterio parecían ser los temas más comunes. Sorprendentemente algunas eran de romance. Lo interesante era que algunos eran cuadernos con varias notas escritas a mano, pero en un código que el ninja no podía leer. Uno resultó ser un libro de pedidos de ordenes de los artículos que el rubio vendía junto con un inventario de los materiales que tenía. Tal parecer que Naruto era también mucho más serio y practico de lo que su informe dejaba de ver.

-Tal parece ser que Naruto es mucho más interesante de lo que parece a simple vista- comentó Kakashi.

-Eso no es nada- le replicó el Hokage complacido- Espera a que leas el informe que te di.


Naruto y Sakura habían llegado a la Academia sin problemas y con bastante tiempo de sobra. Lo cual era del agrado de la chica que le gustaba ser puntual al extremo. Naruto también estaba feliz porque eso le daba algo más de tiempo para encargarse de algunas cosas antes de que empezara la reunión en su salón de clases habitual. Una especie de ultima clase o ceremonia de graduación antes de que lo real comenzara realmente.

Y era algo en lo que Naruto no estaba muy entusiasmado en tomar parte.

El bendito evento consistía en una especie de celebración donde recibían felicitaciones y consejos por parte de los profesores antes de que sus respectivos equipos fueran asignados. También era donde se otorgaban las menciones especiales y otros premios a los esfuerzos a los estudiantes que se habían demostrado gran promesa durante su cursada. Sakura estaba emocionada por eso porque estaba segura de que iba a recibir alguna de esas menciones porque era una de las mejores estudiantes, en lo que a exámenes teóricos se refería. La pelirrosa se había esforzado en compensar sus defectos en el departamento físico con conocimiento.

Su novio estaba relativamente feliz por ella. Sakura había insistido en que quería que la viera recibir su premio hasta el cansancio y esa era la única razón por la cual había decidido presentarse a la primera parte de la reunión. Porque estaba absolutamente seguro de que él no iba a recibir ningún tipo de felicitación mas allá de que los profesores, con la excepción de Iruka, iban a festejar el no tener que lidiar con él otro año más. Una emoción que el joven compartía con toda su alma. El joven estaba feliz de no tener que verles esas caras de idiotas por un largo tiempo.

Naruto no había sido el peor alumno de la Academia, pero no había sido un fácil de alumno con el que tratar. El moreno consideraba que las lecciones impartidas en esas clases eran una absoluta pérdida de tiempo y no que merecían ni un minuto de su atención. Es por eso por lo que los profesores le retaban constantemente en clases porque lo atrapaban leyendo otras cosas infinitamente más interesantes. Otras de sus quejas incluían su contradicción y cuestionamiento hacia lo que los profesores le preguntaban o le pedían que hiciera. Y eso era cuando se dignaba a responderles o darles algo de su atención. Que lo retaran por dormirse en clase también era algo común. Alguna que otra broma hacia sus personas no estaba fuera del repertorio del chico aún despúes de su cambio de actitud. Sus notas, en general, estaban apenas encima de la norma y solo eso porque Sakura lo obligaba a estudiar, aunque fuese lo mínimo necesario para pasar.

Tampoco destacaba en la parte física. Lo único que sus profesores le reconocían era que tenía un buen aguante a la hora de pelear y que era bueno dando y recibiendo palizas. Pero, como le encantaban señalar, fuerza bruta no alcanzaba para ser un ninja. Necesitaba mucha más precisión y estilo a la hora de pelear. No solo podía usar sus puños, sino que requería que usará más la cabeza. Lo mismo con sus armas. Naruto tenía buen pulso y una decente puntería, sin embargo, no era lo suficientemente ágil con ellas, cosa que no era necesariamente su culpa. Cuando escuchaba esas tonterías lo único que el moreno quería hacer era sacar su arma favorita y mostrarles esa agilidad que tanto le exigían, pero su tesoro no era permitida en las clases por ser considerar "muy avanzada" para los alumnos.

No quería ni pensar en las políticas sobre el ninjutsu en la Academia que eran prácticamente inexistentes. Los profesores solo enseñaban los Jutsus más básicos y nada más. Que justamente eran los que mas les costaba a Naruto. Cosa que era motivo de burla. Pero nadie se molestaba en mencionar que él era malo en eso porque tenía demasiado chakra para esas tecnicas tan comunes. Por esa razon apenas y se había molestado en aprenderlos. Mas que nada porque le habían ayudado a mejorar su control y eso le habia permitido crear sus propias tecnicas. Pero nadie sabía eso. El Hokage en general no le dejaba que mostrara los Jutsu que había desarrollado por su cuenta en la Academia. Según el anciano eso solo iba a crear más animosidad de la que era necesaria. Además, iba a hacer que se convirtiera en el centro de la atención, cosa que al chico no le gustaba. Era por esas causas que todos lo consideraban como un alumno muy mediocre y no había mucho por hacer excepto aguantarse las burlas.

Su tiempo de brillar estaba cada vez mas cerca.

Quizás por esas razones eran que Mizuki-sensei había pensado que iba a reprobar de nuevo su examen y lo había elegido para que cargara con toda la culpa de sus crímenes. La cara del maestro cuando el joven había aprobado la bendita prueba había sido graciosa de ver. Pero Naruto había estado tan concentrado de disfrutar las reacciones de los profesores y compañeros de clase que no se había dado cuenta de lo que realmente se escondía debajo de la cara de decepcion del profesor y eso era raro, porque él se consideraba muy bueno a la hora de juzgar el carácter de las personas que lo rodeaban. Su superviviencia dependía de eso. A lo mejor estaba demasiado concentrado en las felicitaciones de Iruka y de Sakura y había bajado demasiado su guardia.

Al menos, gracias a Iruka-sensei, las cosas no habían tenido peores consecuencias.

Eso le recordaba que aún tenía que contarle esos eventos a Sakura y eso era algo que no quería hacer. Mas que nada porque consideraba todo el asunto una completa estupidez. Pero se lo debía a su novia, por todo el apoyo que le había brindado en los últimos tiempos. Estaba pensando en que decirle cuando llegaron a la puerta del aula. Sakura la abrió con todas las intenciones de entrar, pero Naruto tenía otros planes.

-Iré a devolver los libros a la biblioteca-le dijo el ninja señalando el contenido de su mochila.

- ¿Quieres que te espere?

-No, tu ve entrando y guárdame un lugar.

Sakura asintió y vio cómo su novio se alejaba por el pasillo. Estaba por entrar cuando una voz femenina sonó detrás de ella.

-Veo que aun sigues con él, frentuda.

La pelirrosa se dio la vuelta y su ceño se frunció cuando se dio cuenta de quién era.

-Ino- pronunció el nombre entre dientes y cruzó sus brazos indicando lo molesta que estaba por la presencia de la otra- ¿Qué es lo que quieres, cerda?

La rubia no se dejó intimidar por las palabras de su antigua amiga y rival.

-Solo quería ver si habías recuperado la cordura y habías dejado a ese bueno para nada al que llamas novio. – respondió Ino en un tono agresivo.

Sus palabras hicieron enojar aún más a la pelirrosa.

- ¡Naruto-kun no es un bueno para nada! - le espetó con ira- ¡Es mucho mejor novio de lo que crees y me trata muy bien! ¡Somos muy felices juntos!

Ese comentario hizo que el rostro de la rubia se pusiera sombrío y cargado de preocupación.

- ¿Pero hasta cuándo? ¡Sabes bien lo violento que puede llegar a ser! ¿Qué harás cuando se ponga violento contigo?

Sakura no podía creer lo que estaba escuchando.

- ¡Naruto-kun nunca haría algo así!¡Él nunca me haría daño!

Ino le respondió con una risa irónica.

-Hay veces que eres muy inocente Sakura. Todos hemos visto que es lo que es capaz de hacer. - le dijo la rubia y luego señaló a la jovencita y comenzó a recriminarle- Mira lo que está haciendo, como te está cambiando. Piensa en lo que la gente está diciendo sobre ti. ¡Piensa en tu reputación!

Sakura decidió no seguir discutiendo con Ino porque sabía que nunca se iban a poner de acuerdo sobre ese tema. Esa era la razón por la cual habían dejado de ser amigas. La rubia no podía entender que era lo que Sakura veía en Naruto y porque estaban juntos. Al igual que los demás, Ino tenía una idea prejuiciosa sobre el ultimo y no parecía o no quería ver nada más allá de eso. Si la chica había armado un escándalo cuando se había enterado de que ambos eran amigos, casi le dio un infarto cuando se enteró de que se habían puesto de novios.

La rubia le había dicho que estaba completamente loca, que eso solo le iba a traer problemas a la larga. Que había muchas mejores opciones antes que el inútil y rebelde de la clase. Que lo único que sabía era causar problemas y perturbar las clases. Sin contar todas esas veces que Naruto había perdido el control durante los entrenamientos y había apaleado a varios de sus compañeros. Además, había muchos rumores oscuros rodeando a Naruto. Sakura se estaba metiendo en serios problemas si seguía con esa locura de querer estar con él. Lo mejor era terminar las cosas ahora le había aconsejado su amiga.

La pelirrosa se dio la vuelta y comenzó a entrar al aula, pero antes decidió decirle algo a Ino.

-Siempre creí que mis verdaderas amigas tendrían más fe en mí que en tontos rumores- dijo sin mirar a la rubia y entró al aula dejando a una muy enojada Ino detrás.

Sakura miró a sus alrededores buscando un lugar donde ella y Naruto se pudieran sentar. La jovencita notó como el resto de los alumnos intentaban evitarla con la vista y hacerse los desentendidos, aunque ella estaba segura de que todos habían escuchado la discusión que había tenido con su ex amiga. Pero a Sakura no le importaba. Ella había dicho la verdad sobre que no le interesaba que pensaban los demás sobre ella y su relación con Naruto. Ella estaba muy segura de sus sentimientos y sabía que él realmente valía la pena.

Por el rabillo del ojo vio como Ino entraba y se sentaba en uno de los lugares de la esquina. Cerca de donde estaba Hinata y Kiba. Buscando de nuevo, vio que los dos unidos lugares disponibles estaban al lado de Sasuke. Sabía que a Naruto no le iba a gustar tener que sentarse tan cerca del chico dorado, pero no parecía que quedaba otra opción. Suponía que su novio podía aguantarse un poco. Además, no era como si a Sasuke le gustase hablar con otras personas.

Aunque no pudo evitar notar cuando se acercaba a un pequeño grupo de chicas que se estaban peleando por sentarse cerca de su ídolo. Esas eran las admiradoras del Uchiha, una banda de niñas gritonas y algo molestas. Sakura sabía que, si Ino no hubiera estado tan enojada con ella, la rubia estaría ahí peleándose con esas tontas por el privilegio de sentarse ahí. Aprovechando que estaban todas distraídas peleándose entre ellas pudo acercarse hasta el muchacho, cuya cara decía que no estaba muy feliz con la situación, y preguntarle si se podía sentar ahí.

Una de las ventajas de ser una de las pocas que no besaba el suelo donde el Uchiha caminaba era que Sasuke le tenía un poco más de paciencia a ella que a las demás chicas por lo que le dedico una breve mirada agradecida y le señaló con la mirada que se podía sentar ahí. Sakura se sentó a su lado y puso su mochila en la silla de al lado para indicar que estaba ocupada. De esa forma ella iba a quedar en el medio y Naruto y Sasuke no iban a tener que interactuar más de lo necesario. Las admiradoras del pelinegro tardaron unos cuantos minutos más en darse cuenta de que habían desaprovechado su oportunidad de sentarse junto a su ídolo. Y antes de irse, le dedicaron unas miradas matadoras a Sakura.

Eso hizo que la pelirrosa se pusiera a pensar en su situación con Ino mientras esperaba a que Naruto llegara. La rubia había sido su primera amiga femenina y era una que había podido hacer gracias a la confianza que había ganado gracias a la amistad de Naruto. Ella había estado muy feliz de poder tener una amiga mujer y de su misma edad. Y alguien a la que podía ver con más frecuencia. Ese era uno de los inconvenientes de tu mejor amigo fuera mayor que tú.

Naruto tenía sus clases y diferentes horarios que ella por lo que no se podían ver muy seguido durante la semana. Generalmente se veían los fines de semana o cuando el muchacho tenía sus ratos libres. Ino sabía que Sakura tenía un amigo especial con los que se encontraba, pero no le había dicho quién era. En parte, porque el mismo Naruto le había pedido que no le dijera a nadie que eran amigos porque tenía miedo de que tomaran su relación de otra manera convirtiéndola en algo que no era. Y por el otro lado, porque sabía que Ino no era exactamente un fan de él, entonces, rubio. Como tenían horarios tan distintos era fácil mantener esas dos amistades separadas.

Pero todo eso cambio cuando Naruto se hizo su compañero de clases y Sakura no iba a dejar solo a su mejor amigo. Especialmente luego de que viera de primera mano todo el desprecio que tenía que sufrir. De ahí que anunciara a los cuatro vientos lo mucho que admiraba al chico y dejara bien en claro sus sentimientos y su posición. Naruto le dijo que estaba loca en un tono divertido, pero en ningún momento la rechazo abiertamente por lo que era común verlos siempre juntos en la Academia. De ahí a ser novios solo tardó un par de semanas.

Y su gran pelea con Ino fue una semana después.

Hubiera seguido recordando todo lo que pasó después de eso, pero la voz de su novio le sacó de sus pensamientos.

-Me parece que me perdí de una buena pelea.

Sakura levantó la mirada y se encontró a su novio mirándola seriamente con un libro en la mano. Para después desviar su mirada hacia Sasuke y darle un gesto con la cabeza para indicar que reconocía su presencia entre ellos pero que no estaba dispuesto a hacer nada más por saludarlo. El otro moreno parecido entender todo eso sin problemas y le dio un gesto parecido. Una vez que ambos habían terminado con su ritual masculino, Naruto se sentó en el asiento libre.

-Nada que no pueda manejar- le respondió Sakura cuando su novio terminó de acomodarse en su silla- Solo Ino metiéndose donde no debía.

Naruto le dedicó una última mirada para asegurarse que ella estuviera bien antes de abrir su libro y comenzar a leerlo.

-Genial- dijo- Avísame cuando termine lo aburrido y comience lo bueno.

Su evidente desinterés hacia todo lo que estaba pasando no pareció divertir en lo más mínimo a su novia.

- ¡Naruto!

Naruto estaba por decir algo cuando algo captó su atención. Mirando a su alrededor notó como ciertas personas se estaban acercando. Sin darse cuenta dejó escapar un gruñido de frustración. La pelirosa notó también al grupo y suspiró sabiendo lo que estaba por pasar, pero estaba dispuesta a seguir la corriente y dejar que Naruto se encargara. Sasuke hizo un gesto que dejaba claro que no estaba dispuesto a involucrarse en lo más mínimo. El moreno analizó con cuidado quienes eran los que venían a causar problemas. Se traba de Kiba Inozuka y un grupo de sus compañeros de clases (posiblemente otros miembros de su clan). Naruto no reconocía a nadie más allá del idiota.

Sinceramente no entendía porque el maldito bicho no le dejaba en paz. Su odio y rivalidad no parecía venir del mismo lugar que el de los demás. Tampoco parecía ser algún tipo de competencia estúpida donde el idiota estaba dispuesto a demostrar ser mejor que el para probar algún punto estúpido. Su odio y desdén eran mucho más visceral y parecía ser mucho más personal que el de los demás. Naruto no recordaba haber insultado a su clan o haber pateado a su perro para ocasionar este tipo de conducta. Estaba tan confundido por esto que incluso le había hablado del tema a Sakura para ver si ella tenía alguna idea. La joven había rodado los ojos y le dijo que era un estúpido denso. Al ver que eso no le daba ninguna idea, simplemente le dijo que se lo iba a explicar cuando fuera más maduro copiando la misma sonrisa burlona que el moreno solía dar

Naruto aún seguía ofendido por eso. Y extrañamente orgulloso.

Pero ahora no era tiempo para preocuparse por eso. Sino como evitar problemas por culpa de ese grupo de malandrines. Por suerte, según sus cálculos, la hora de empezar con la reunión estaba cerca por lo que los idiotas no se podían arriesgar a causar problemas estando sus profesores estando tan cerca. Naruto respiró profundo para que la irritación que estaba sintiendo se fuera y volvió a su máscara de indiferencia.

El grupo constaba de cuatro personas todos ellos del mismo clan (todos tenían marcas similares en el cuerpo.) Naruto los separó en su mente de acuerdo a su jerarquía en el grupo: líder (Kiba), seguidores (los que tenían la apariencia más débil), y musculo (el más grande de todos físicamente hablando) y también les dedico un nivel de amenaza. Naruto estaba familiarizado con Kiba y su perro (que estaba extrañamente ausente), y sus formas de pelear. Esperaba que ese conocimiento se pudiera extender a los otros miembros.

-Veo que decidiste mostrar tu cara a pesar de todo- le dijo Kiba en un tono que sugería que intentaba ser amenazante- No creí que fueras tan caradura.

Sus compañeros de clan se rieron como si Kiba hubiera dicho un buen chiste.

Naruto cruzó sus brazos sobre el escritorio y apoyó su cabeza sobre estos. Su rostro era la perfecta imagen de la indiferencia. Si estos cretinos esperaban una reacción de él, iban a necesitar mucho más que esto.

-Me gane mi banda y mi lugar en las filas al igual que ustedes- les replicó con aburrimiento.

Sakura asintió su cabeza para demostrar que le daba la razón. Kiba no estaba dispuesto a ceder ni un poco, parecía que estaba realmente decidido a molestarlo.

-Luego de ser el peor de la clase. Iruka-sensei lo dijo- respondió el castaño con placer- Seguro te dejaron pasar por lastima. Para no tener que aguantarte más en la Academia.

Eso hizo reír con más ganas al grupo.

-El rendimiento académico no dice nada de como un ninja será en un futuro- intervino Sakura enojada por las crueles palabras.- Naruto-kun va a ser el mejor de todos. ¡Ya lo verán!

Naruto se preparó en caso de que Kiba decidiera dirigir sus ataques a la pelirosa. Por suerte eso no paso. El chico solo le dedicó una mirada y puso una cara incrédula, como si Sakura no supiera nada de la vida y solo estuviera hablando por hablar.

-Pierdes el tiempo defendiendo a este perdedor. Por algo repitió tantas veces el examen. - dijo Kiba- Viene de un clan arruinado y lo único que sabe hacer es apestar.

De nuevo sus amigos rieron con ganas. Naruto ya se estaba comenzando a aburrir de esta rutina. Parecía que lo único que Kiba tenía planeado hacer era ladrar e intentar humillarlo verbalmente. Quizás pensaba el bicho que su falta de respuesta ante sus palabras era que tenía miedo de afrontarlo y tomaba su actitud como una aceptación implícita de superioridad. Seguro que cuando los dejaran en paz, el idiota iba a presumir como Naruto tenía mucho miedo de hacerle algo.

"Lo que te ayude a dormir a la noche, Kiba."

-Si solo vas a contarme cosas que ya sé, tengo mejores formas de pasar el tiempo-dijo en voz alta. Estaba tentado a bostezar, pero no quería hacer enojar mucho al otro para que no se fueran a los golpes.

Lo que menos necesitaba era darles más escusas a los profesores para que lo retaran.

Parecía que Kiba a decir algo más pero justo los profesores entraron y la situación no pasó más allá de eso. El grupo se alejó con la promesa de que esto no iba a terminar y Naruto estuvo más que feliz con responderles levantando el dedo medio.

El reto que siguió después por parte de Sakura y sus profesores casi valió la pena.


- ¡Nunca creí que Mizuki-sensei pudiera hacer algo así! -exclamó una sorprendida Sakura mientras que se llevaba un poco de comida a la boca antes de agregar- Supongo que uno nunca termina de conocer a la gente.

Naruto solo se encogió los hombros, sin ganas de decir nada. Con un gesto de indiferencia se llevó una de sus bolas de arroz a su boca masticándola con cuidado. El moreno sabía que tenía que tener cuidado con sus hábitos alimenticios sino quería tener problemas de salud. No quería agrandar la lista de medicinas que tenía que tomar después de todo. Sin mencionar que el sol estaba muy fuerte hoy y le estaba dando un poco de dolor de cabeza. Tal parece que iba a tener que tomar algo antes de reunirse con su nuevo instructor. No quería parecer débil frente al idiota de Sasuke ni frente a su nueva figura de autoridad. Dejando de lado su comida, rebuscó en su mochila y sacó su estuche de pastillas y tomó dos casi sin pensar.

Con respecto a lo que había pasado con Mizuki, aún no había terminado de procesarlo del todo. Realmente no sabía cómo debía sentirse al respecto. Por un lado, le molestaba y le dolía un poco que una persona a la que era relativamente cercana hubiera intentado usarlo cómo su chivo expiatorio para poder robar uno de los tesoros de la Aldea. Aunque por el otro lado, no era la primera persona (ni la segunda ni la décima) que había intentado causarlo daño de algún modo. Su cumpleaños era una fecha bastante peligrosa para pasarlo afuera, ya sea hacia su persona o hacia su departamento. Por lo que en cierta manera estaba desensibilizado hacia ese tipo de cosas. Lo cual era triste y malo de por sí.

Sin embargo, no todo lo que había pasado la noche anterior había sido malo. La cara de los ninjas y de los ANBU que habían venido a reportarle al Hokage que "Naruto" se había revelado contra la Aldea para encontrarse con el muchacho y con la noticia de que había estado todo el tiempo con el anciano y su familia en su casa celebrando su ascenso, había valido la pena. Tal parecía que Mizuki había subestimado su relación con el anciano y había pensado que Naruto iba a pasar el resto del día solo. (Cosa cierta ya que el moreno había sido forzado a participar en la fiesta por el viejo y Konohamaru.) Y la cara de incredulidad que puso el peli blanco cuando, en un intento por lastimar a Naruto intentando revelarle lo que llevaba en su interior, el moreno se le río en la cara y le dijo que la noticia había llegado 11 años tarde estaba grabada para siempre en su mente.

Sakura, por su parte, seguía meditando en voz alta lo que su novio le estaba contando. Para una estudiante tan dedicada como ella, los maestros y profesores eran el tipo de personas donde uno deposita su respeto y confianza a cambio de que ofrezcan consejos y herramientas para seguir por el camino correcto. Además, el profesor Mizuki era uno de los más dedicados y dispuestos a ayudar a con las dudas que muchos de sus compañeros tenían. Nunca, ni en sus más grandes sueños, hubiera pensado que era un traidor. Lo que le intentó hacer a Naruto tampoco le gano puntos de simpatía con la chica.

Ella sabía que las personas que le tenían simpatía a Naruto eran escasas. Sakura sabía que su novio no era la mejor persona y que había que tomarse el tiempo para conocerlo y ver lo que había bajo la superficie. Naruto no era una persona fácil de querer ni de entender y todos los que seguían a su lado debían ajustarse para un viaje difícil.

Pero no era imposible.

Sakura siempre pensaba que el odio y el miedo que rodeaba a su novio era desproporcionado y estaba seguro que muchas de las actitudes del mismo eran una reacción al ambiente que lo rodeaba. A Sakura le había mucho entender la relación entre el muchacho y la Aldea. Algunas cosas las supo cuando se enteró que Naruto era el hijo del Cuarto, otras se las había dicho él mismo. Sin embargo, estaba segura que solo había excavado la superficie y que aún había muchas otras cosas que no sabía, pero quería que fuera el mismo Naruto el que se las contase.

Aun así, teniendo todo eso en cuenta, Mizuki-sensei siempre había sido uno de los pocos que realmente habían demostrado, aunque sea un poco, de simpatía hacia Naruto. Sakura había visto como los profesores trataban al moreno. Los intentos de humillación, los constantes retos y castigos, exámenes mucho más difíciles que los demás o corregidos con diferentes estándares. Solo Iruka y Muzuki habían demostrado simpatía y apoyo por el muchacho. Por eso, pensar que todo había un acto para ganarse la confianza del jovencito para luego traicionarlo de esa manera. Al menos algo bueno salía del hecho de que Naruto otorgaba su confianza con la misma facilidad que Sasuke regalaba sonrisas a sus admiradoras.

Sakura sentía el pecho cálido cuando recordaba que ella era de esas pocas.

Naruto se dio cuenta en qué momento Mizuki-sensei dejo la mente de Sakura ya que la jovencita se puso levemente colorada y le empezó a dar miradas cargadas de amor. El moreno se puso algo incomodo por la situación y decidió que era mejor cambiar de tema.

-Recibiste tres menciones especiales en el acto de hoy- le recordó el moreno- Me siento orgulloso de tener una novia tan inteligente.

El sonrojo de las mejillas de Sakura se hizo más notorio.

-Fueron dos más de las que esperaba recibir- replicó con timidez. Se sentía feliz de ser reconocida por varias personas como alguien de valor. - La de asistencia estaba segura pero la del mejor promedio y mejor desempeño me tomaron por sorpresa.

Naruto rodo un poco los ojos ante la falta de confianza de la jovencita.

-Puedes recitar todos los reglamentos de memoria y todos los profesores te aman. Eres obvio la mascota de la clase- le dijo en tono de burla.

Molestarla siempre había sido uno de sus pasatiempos favoritos.

-Lástima que el chico malo de la clase llego para corromperme- le devolvió la burla y se concentró un momento en su comida para poder terminarla antes de que el recreo terminara.

Naruto la miró por unos momentos con una pregunta en la punta de la lengua, pero dudoso de cómo hacerla. Sabía que estaba pisando hielo delgado. La relación que su novia tenía con sus padres era un tema muy delicado de tratar y uno que siempre traía peleas entre ellos. Naruto no tenía experiencia lidiando con padres o celos entre hermanos y siempre le daba la respuesta más lógica y por lo mismo la más directa y la más dura. Sakura le replicaba que había sentimientos de por medio y que no estaba dispuesta a dejar de lado a su familia. Era un tema complicado entre ambos que no sabían del todo como manejar.

Sin embargo, el moreno creía que debía de explorar las aguas un poco para saber si había alguna tormenta en el horizonte y prepararse para ella. Así que adoptando una postura de practicada indiferencia y sin dedicarle una mirada directa a la chica comenzó a hablar en el tono más casual que podía.

-Supongo que tus padres ahora van a empezar tu propio muro de triunfos.

Sakura dejó de comer al instante y su mirada se puso triste, pero extramente resignada. Fue esa resignación lo que realmente hizo enojar a Naruto. La pelirosada le respondió con el mismo tono casual pero no ocultando tan bien sus emociones como su novio podía hacerlo.

-No fui la novata del año- respondió simplemente para seguir comiendo dando a entender que no quería seguir hablando del tema.

Naruto asintió.

No habían tenido novata del año en su clase porque, según los profesores, ninguna de las estudiantes había demostrado dominar todos los campos necesarios para ser merecedoras del título. Sakura era muy buena en el campo de la teoría, pero no en el aspecto físico. Ino, a pesar de sus malas notas, tenía un buen control de su jutsu y buenas habilidades físicas. Hinata había sido promedio en todos los aspectos no resaltando en alguno.

Por supuesto, Sasuke había sido el novato del año en su clase.

-El rendimiento escolar no es un buen indicador sobre que tan bien lo harás como ninja. - respondió Naruto con la misma indiferencia recordando las palabras de su novia. - Tu hermana ha sido chunnin por casi toda su carrera y no ha avanzado mucho que digamos.

Eso hizo que Sakura sonriera un poco y le diera una mirada de agradecimiento. Hablar de este tema le hizo recordar algo a Naruto de lo que quería hablar con ella.

-Hablando de genios sobrevalorados, Sasuke-dijo Naruto frunciendo el ceño- ¿Crees que haremos un buen equipo con el idiota?

Eso sí que hizo que Sakura se riera. Solamente su novio podía hablar de esa manera e insultar de forma tan abierta a uno de los prodigios de la Aldea.

-No lo sé-replico encogiéndose de hombros. - Tendremos que ver qué pasa.


El futuro equipo siete estaba sentados en uno de los balcones en el techo de uno de los edificios de la Academia. Cuando les habían anunciado que serían un equipo les habían dicho que luego del descanso tenían que ir a ese lugar y esperar a la persona que se iba a hacer cargo de ellos. Naruto y Sakura llegaron juntos para ver que Sasuke ya estaba ahí y los tres se sentaron a esperar a su maestro. Sasuke se sentó un poco alejado de ellos en su típica posición de ponerse las manos en el rostro lo cual indicaba que estaba perdido en su mundo y que no les iba a hacer caso. La pareja se había sentado en relativa cercanía y se habían puesto a hablar entre ellos mientras esperaban al profesor.

Eso había sido tres horas atrás.

Para ese entonces el ambiente y la actitud de los mencionados había cambiado un poco. La más nerviosa y estresada de los tres era Sakura que se había levantado y caminado de un extremo al otro, primero para despertar las piernas y segundo para liberar algo de estrés. Sasuke seguía con su pose de aburrimiento, pero el movimiento continuo de su pie izquierdo demostraba que estaba casi tan nervioso. Cada tanto su miraba vagaba por distintas direcciones buscando algo que no encontraba para suspirar y comenzar el siglo de nuevo. De vez en cuando le decía a Sakura que se sentara y se calmara, pero se notaba a leguas que él también estaba ansioso.

Naruto simplemente estaba leyendo un libro.

El muchacho se había dado cuenta antes que sus dos otros compañeros que su futuro líder iba a ser algo excéntrico por lo cual decidió que no se iba a hacer problema con ese detalle excepto que lo perjudicara directamente por eso había sacado su libro y se había perdido en el mundo de las palabras escritas dejando que sus dos compañeros se hicieran cargo de sus propios sentimientos. Además, estaba medio agradecido por este tiempo donde podía enfocarse en su pequeño proyecto. Pero, como siempre, pedir que lo dejaran tranquilo era mucho.

- ¿Cómo puedes estar tan tranquilo, idiota? - le preguntó de la nada Sasuke en tono de evidente irritación.

Fue tan repentino que Sakura dejó de moverse para ver qué le estaba pasando a su estoico compañero. Sus ojos estaban clavados en Naruto y su mandíbula estaba apretada en una mueca de evidente molestia. Observando un poco a su compañero, la única mujer del grupo llegó a una conclusión algo disparatada pero no menos cierta. El Uchiha estaba muy irritado por sentirse tan fuera de su elemento cuando el imbécil de la clase lucia tan controlado. Suponía que no estaba acostumbrado a que lo hicieran esperar de esta manera.

Sin embargo, su irritación y molestia no parecían afectar a Naruto en lo más mínimo que seguía inmerso en su lectura. Sakura sabía, por experiencia propia, que era difícil sacar al muchacho de sus libros si este había decidido perderse entre sus páginas. La falta de reacción por parte del chico pareció enojar un poco más a Sasuke y parecía más que dispuesto a empezar una discusión por lo que Sakura se apresuró a intervenir. Pero por suerte no fue necesario porque Naruto decidió ese momento para hablar.

-Esta puede ser una prueba para probar nuestra paciencia y como trabajamos bajo estrés o presión- respondió simplemente el aludido sin siquiera levantar su mirada del libro.

Eso tomó por sorpresa a sus compañeros. Parecía ser una respuesta lógica y no sería extraño que su futuro maestro quisiera probarlos un poco para ver de que estaban hechos. Después de todo estaban por iniciar sus caminos en el mundo de los ninjas y este no era un mundo facil. La irritación de Sasuke creció un poco más al darse cuenta que no había pensado en eso.

- ¿Realmente piensas eso? - quiso saber Sakura, sorprendida por lo que había dicho su novio. Ella sabía que él era mucho más inteligente de lo que parecía, pero siempre era tomada por sorpresa por cuando su novio parecía estar un paso más adelante que la mayoría.

Naruto le dirigió una mirada seria y se encogió de hombros. Sabía que lo que iba a decir a continuación no iba a ser bien recibido, pero tampoco no quería mentir.

-Sinceramente no- respondió volviendo a leer. Sus compañeros lo miraron bastante asombrados por lo que acaban de escuchar - Creo que nuestro futuro maestro es un perezoso idiota.

Sakura estaba por reprimir a su novio por el comentario (el otro miembro del equipo no estaba muy lejos de hacer lo mismo) cuando escuchó algo. Un sonido parecido a unos pasos. Sasuke escucho lo mismo y se puso en alerta. Naruto cerró su libro de forma desganada y se sentó más derecho. Enfrente de ellos había aparecido un hombre de pelo plateado con el rostro cubierto y uniforme de jonin. Los miraba con curiosidad, pero sus ojos se notaban vagos y sus movimientos eran lánguidos.

Sin duda su maestro era un perezoso.

-Eh...hola-les dijo de forma distraída. No parecía darles mucha atención y su movimiento corporal delataba lo poco que quería estar ahí. - Lamento llegar tarde, pero me perdí en los caminos de la vida.

Y un mentiroso también.

Sakura y Sasuke sintieron cómo sus niveles de sangre subieron hasta niveles sobrenaturales. La pelirosa tenía una acusación en la punta de la lengua cuando ambos escucharon a Naruto hablar detrás de ellos. El moreno había guardado su libro y estaba sentado con los brazos cruzados y con una evidente mala actitud. Su boca tenía una mueca de disgusto y era la viva imagen del enojo.

-Espero que todo esto haya tenido un punto- le dijo al jonin de forma dura. Su rostro reflejaba que no estaba muy impresionado con la conducta del hombre. -Tenía la impresión de estabas acá para enseñarnos cosas o llevarnos a misiones. ¿No es ese tu trabajo?

Sus otros dos compañeros estaban asombrados por esto. Hasta ese momento, Naruto había sido el menos afectado por la tardanza del hombre, pero ahora parecía más que dispuesto a hacer enojar a su maestro. Sasuke y Sakura estaban enojados por lo que había pasado, pero no querían poner al profesor en su contra y que tuvieran que pagar las consecuencias por las palabras de Naruto no les hacía mucha gracia que digamos.

Pero el profesor les sorprendio con una sonrisa desganada.

-Oh oh...-respondió el hombre fingiendo sorpresa por lo que acaba de escuchar. No parecía estar enojado en lo más mínimo por lo que Naruto había dicho, es más parecía más bien divertido- Alguien parece que tiene mucha prisa. ¿Hay algo en particular que te gustaría que hiciéramos o tienes alguna otra cita hoy?

Sakura sabía lo mucho que le disgustaba a Naruto que no lo tomaran en serio por lo que espero una respuesta acida. Sin embargo, su novio la sorprendió cuando le dedicó una sonrisa complacida al hombre que estaba enfrente de ellos y meneó la cabeza volviendo a su estado de impasividad e indiferencia, toda su mala actitud esfumándose como si hubiera sido una completa farsa. Sakura no sabía muy bien que pensar y Sasuke parecía igual de confundido que ella.

Eso pareció divertir aún más a su profesor. El hombre les hizo una seña para que ambos se sentaran. Todos volvieron a sus posiciones iniciales. El profesor estaba enfrente a ellos mientras se apoyaba en la barandilla, esperando ver sus reacciones y leerlos un poco mejor. Ninguno de los Genin estaban seguros de que era lo que estaba pensando o cual había sido su impresión de ellos.

-Muy bien, ¿qué tal si nos presentamos para poder conocernos un poco mejor, entonces podemos hablar sobre enseñanza y misiones?-propuso repentinamente el hombre.

La súbita idea los tomó algo por sorpresa y ninguno de ellos supo muy bien que decir.

-Sensei, creo que debería ir primero así nos podría mostrar que es lo que debemos hacer. -sugirió Sakura de forma conciliadora.

El profesor asintió de forma distraída y comenzó a hablar sin muchas ganas.

-Mi nombre es Kakashi Hatake y soy su instructor Jonin … por el momento ... ya veremos … -Kakashi se rascó la cabeza con un pensamiento burlón mientras esperaban. -Tengo algunas cosas que me gustan ... y otras que no me gustan. Ninguno de los cuales son relevantes ... oh, y lo mismo se puede decir de mis metas. Ahí tienen.

Terminó su ridícula presentación con una sonrisa complacida como si hubiera completado una difícil tarea y se dedicó a analizar las reacciones de sus alumnos. Cada uno tenía una reacción diferente. Naruto parecía estar completamente aburrido pero el brillo en sus ojos delataba lo muy divertido que encontraba lo ridículo de la presentación. Sasuke no sabía muy bien que hacer o que decir. Estaba de más decir que la más divertida de toda las reacciones era la de Sakura.

-¡¿Qué demonios fue eso?!- gritó en voz alta con frustración haciendo que Kakashi tomara una doble toma de la chica que parecía ser la más educada y centrada del grupo hasta el momento.

-Tch-. Sasuke solo miró hacia un lado, sin molestarse en involucrarse.

Una mueca de burla apareció en el rostro de Naruto por unos momentos antes de volver a su mueca de aburrimiento y Kakashi supo en ese momento que se iba a divertir mucho con sus nuevos alumnos.

-Bueno, ahora que ya saben quién soy y como hacer esto, comencemos con sus presentaciones.- dijo el ninja en tono aburrido para seguir molestándolos y señalo a Naruto. -¿Por qué no empiezas tú ya que parecías tan ansioso hace un momento?

El mencionado solo se encogió de hombres.

-Me llamo Naruto Namikaze, tengo 15 años y soy el hijo del Cuarto Hokage, pero eso es algo que ya todos saben- dijo en forma seca y sarcástica. Para que Sakura no lo retara más tarde pensó en que decir que no fuera ni muy personal ni muy básico- No me gusta hablar mucho de mis preferencias y realmente odio compartir información personal pero les puedo decir que me gusta entrenar y leer en mis tiempos libres.

Lo que lo rodeaban escuchaban de forma atenta lo que decían. El muchacho no era alguien que hablara mucho.

-En lo que se refiere a las cosas que no me gustan son muchas para nombrar pero especialmente me molesta la gente estúpida que habla solo por hablar- siguió hablando haciendo en esto último causando que su novia se riera un poco- Y mi meta es demostrar que soy el mejor de todos convirtiéndome en Hokage.

Lo último fue dicho de forma tan casual que tomo unos minutos tomar nota de lo que realmente había dicho el moreno. Sasuke hizo una muestra de incredulidad pensando que era imposible que alguien tan mediocre como Naruto se pudiera convertir en Hokage. Sakura y Kakashi, por su parte, se dieron cuenta que había mucho más bajo la superficie de esa declaración pero sabían que eso era todo lo que iban a obtener de él por el momento. Queriendo avanzar un poco la situación, Kakashi le hizo señas a Sakura para que ella fuera la siguiente.

-Uh, cierto.-ella se sonrojó de vergüenza cuando se dio cuenta que era su turno y pensó en qué decir. -Mi nombre es Sakura Haruno y tengo trece años. Me gusta…

Sakura miró a Naruto y se sonrojó de nuevo con una sonrisa soñadora cosa que el chico ignoró.

-Mi sueño es ... bueno ... quiero decir lo que quiero hacer …-Sakura miró a Naruto de nuevo y se sonrojó aún más antes de mirar de forma seria a su sensei casi como una advertencia. -Y lo que más detesto es que se metan con la gente que quiero.

Kakashi dejo escapar una gota de sudor algo nervioso, parecía que la chica no tenía muchas ambiciones que no tuvieran que ver con Naruto. Eso se podía considerar un problema si la jovencita quería convertirse en una buena ninja, especialmente una que fuera parte de su escuadrón. Sakura era alguien inteligente y con relativo potencial según su expediente escolar, pero su actividad física era lo suficientemente baja como para ser un problema una pelea. La pelirosa tenía que demostrar que estaba seriamente comprometida y que no lo estaba haciendo simplemente por seguir a su novio.

El hombre sabia de su relación pero viendo la cara sonrojada de Sakura y el rostro indiferente de Naruto se preguntó de la naturaleza de la misma y si no iba a ocasionar problemas a la larga para el equipo. Suponía que con el tiempo lo iba a descubrir. Por el momento, tenían que seguir con esto.

-Está bien ... Sakura, eso fue muy ... iluminador-. Sakura sonrió y se inclinó como si el cumplido no fuera sarcástico. Kakashi miró al solemne Uchiha e inclinó la cabeza. -Tu turno.

-Mi nombre es Sasuke Uchiha ... y no me gustan muchas cosas. También tengo muchas cosas que odio.-Sasuke lanzó una mirada de lado hacia sus compañeros de equipo, especialmente hacia el otro joven pero Naruto pudo sentir la intención y le devolvió la mirada sin vacilar.

La competencia de miradas no duró mucho entre los dos antes de que Sasuke mirara hacia atrás y cerrara los ojos haciendo que Naruto mirara hacia el suelo como si nada hubiera pasado. Sasuke siguió con su presentación.

-Pero tengo en un meta ... no, no una meta. Un sueño que haré realidad, mataré a cierta persona y restauraré mi clan a su antiguo poder. No me detendré ante nada para lograr esto y no aceptaré ningún obstáculo.

Un silencio incomodo se instaló cuando Sasuke terminó de hablar.

-Jeje ... Estoy seguro de que nos llevaremos bien.- Kakashi se rascó la cabeza, sintiéndose un poco incómodo con sus respuestas.-Tendremos nuestra primera misión mañana, así que prepárense cuando se levanten por la mañana.

Los tres se sorprendieron un poco, ya no esperaban su primera misión. Pero el hombre no había terminado.

-Es un ejercicio de supervivencia, en el que todos participaremos- les reveló tranquilamente- Esto no es como tu otro entrenamiento, es ... diferente. De los veintisiete graduados, solo nueve se convertirán en Genin. Los otros serán enviados de regreso a la academia en pruebas similares a esta, para ver quién tiene realmente lo necesario para ir a las misiones para el pueblo.

Kakashi estaba disfrutando de cómo su actitud relajada ante noticias tan sorprendentes estaba afectando a sus alumnos. Definitivamente se iba a divertir mucho con este grupo.