Capítulo 1
En el centro de la ciudad, en una esquina no tan concurrida, donde los primeros rayos del sol iluminan por la mañana, haciendo entrar sus rayos por los huecos de los edificios, ahí…hay una pequeña tienda, desconocida para muchos, frecuentada por otros y explorada por algunos.
Una tienda de té, iluminada por los primeros rayos del sol de cada día, donde se esconde a la vez, una gran variedad de hojas de té.
Aquel muchacho llegó una tarde cualquiera, donde nada era especial, ni las nubes, ni las personas, ni el clima, ni la fecha, todo era normal, ordinario por sobre todo, pero ese muchacho…nunca, nunca, pero nunca dejaba de regresar.
El día que llegó a la tienda, se topó con la hora en que nadie frecuentaba el lugar, por lo que tomó asiento en la mesa que estaba directamente en frente de la barra con la caja registradora y tarros de té.
Pidió un simple té negro y eso fue todo, al día siguiente volvió, al siguiente también y al siguiente, a la misma hora y en el mismo lugar; su asiento en la barra principal.
Nadie hablaba, el silencio era agradable, el muchacho tenía la tendencia de ver sus ojos reflejados en aquel té, ojos verdes que brillaban más que el mismo cielo.
Aquel silencio se quebró, un día que el muchacho comenzó a hablar.
— Por alguna razón el té negro de este lugar es el mejor que he probado. Ayer por la tarde fui a la tienda que está al otro lado de la ciudad y era, no lo sé, diferente. —
Quien lo atendió, el único empleado del lugar y además el mismo jefe de la tienda, no dijo nada. Sus ojos grises sin pizca de emoción alguna, se posaron en el muchacho unos momentos y luego continuó con su labor que consistía en limpiar y revisar pedidos.
Al día siguiente, el muchacho volvió a hablar.
— ¿Existe el té de navidad? — ya que las fechas eran cercanas.
Nuevamente la misma persona lo atendió, no había nadie más después de todo. Tras escucharlo, sacó un tarro de té dorado como el oro, con letras de color rojo burdeos en su parte anterior y lo colocó en el mesón, este tenía escrito; "Te navideño".
— Vendré el 23 para probarlo — exclamó el muchacho, sin recibir respuesta alguna.
En otra ocasión, el muchacho llegó a la misma hora de siempre, pero su discurso fue otro.
— ¿Alguna vez has querido visitar una tumba pero esa tumba está en otro país?, Turquía está demasiado lejos… — el muchacho estaba cabizbajo, empuñando sus manos con fuerza, la fecha era importante y no podía hacer nada al respecto. — Es tan costoso, es tan lejos… ni siquiera eso puedo hacer por ella, ¿se sentirá triste si no voy a verla este año también? — preguntó más a sí mismo, de por si sabía que nadie iba a responder. — Mamá… —
Aquel día sus ojos no brillaron como siempre.
Al día siguiente, cuando el muchacho entró a la tienda, había una taza ya lista sobre la barra, el dueño con su rostro igual de impasible, dijo. — Es tuyo, bébelo antes de que enfríe. —
Totalmente anonadado, el muchacho tardó en procesar la información pero tras asentir de manera algo apresurada, se acercó a su té y bebió un sorbo, por el color oscuro esperó algo agrio, pero fue recibido por un sabor dulce y algo cítrico, una mezcla extrañamente perfecta.
— ¿Qué es? — preguntó el chico.
— Sueños de oriente. — Hizo una pausa — Cuando tengas dinero, podrás ir a verla. —
Antes de que el muchacho respondiera, el dueño y a la vez empleado, se giró para seguir limpiando el estante, no más palabras fueron dichas.
Notas de la autora
Esto inicio como un drabble, idea obtenida por una entrevista hecha a Erwin y Levi, donde se preguntaba por el sueño que Levi podría tener, en ello, responde con abrir una tienda de té.
Luego comencé a imaginar esto de manera Ereri y aquí estoy, escribiendo estos cortos, no tengo seguridad de que tan largo será, pero cada capitulo será corto (a diferencia del otro fanfic que estoy escribiendo).
Encontré imágenes de referencia respecto a la tienda, sin embargo, al intentar colocar los enlaces aquí, la página no me lo permitió. Perdón las inconveniencias, pero si alguien tiene curiosidad, puede preguntarme.
La infusión, sueños de oriente, contiene lo siguiente: Té negro con canela, naranja, jengibre y vainilla.
¡Espero les guste!
