RECUERDOS

Disclaimer: Code Geass así como sus personajes no me pertenecen y escribo esto sin afán de lucro alguno.

Summary: Porque era Lelouch iba a conseguir marcar aquél recuerdo.

Notas previas: Situado en la segunda temporada de la serie (Code Geass R2), justo antes del capítulo 23. Asumo, pues, que los spoilers están presentes a lo largo de la viñeta.


Era de un día de aquellos. Un día de esos que se quedan esculpidos en tu memoria para la eternidad, de esos a los que te aferras cuando las cosas se ponen feas. De aquellos que de tanto recordarlos se pierden detalles importantes y sólo te quedan las sensaciones… Lelouch no iba a permitir que eso le pasara a él, aunque tuviese que forzarse a recordar incluso los colores tan vívidos de la mariposa que se posaba en el dorso de la delicada mano de C.C., él lo lograría. Incluso si tuviese que llevar su mente al límite estaba seguro que lograría evocar su sonrisa triste reflejada en las apacibles aguas del lago, y la traviesa brisa que hacía bailar sus verdes cabellos. O el fugaz destello dorado que aparecía en sus ojos color ámbar, así era como lo recordaría por siempre.

Porque era Lelouch, simplemente Lelouch, iba a conseguir marcar aquél momento en su mente y en su corazón, con la etiqueta de perfecto, al lado de otros vividos en compañía de gente que una vez amó. Gente que quiso y que ya no estaba más con él.

Un escalofrío amenazaba con extenderse por todo su ser, luchó por reprimirlo, peleó por mantener aquél momento idílico y, como suponía, perdió irremediablemente. El dolor era demasiado agudo como para ignorarlo. El dolor que él mismo tan negligentemente había provocado.

-Lelouch.

La repentina llamada lo distrajo, volvió su rostro hacia el de ella, ¿en qué momento lo había volteado?, interrogante.

-Todavía no.

Inteligente bruja, estuvo a punto de murmurar o quizás lo hizo a juzgar por la expresión de mofa que tenía C.C.

Y, en contra de todo lo previsto, tuvo que darle la razón. Todavía no, no era el momento para expiar los pecados y afrontar el odio, más adelante estaría la oportunidad de.

Por ahora debía concentrarse en guardar todos aquellos recuerdos. Como el agradable calor que se generaba al tener sus dedos entrelazados con los de C.C., tan apretados que se hacía difícil cuál pertenecía al otro y la sensación tan parecida a la seda cuando rozaba la tibia piel. O como el color de las flores parecían palidecer cuando enfocaba su mirada en ella y en la expresión tranquila que había vuelto, tan quieta, tan en paz. Así era como deseaba mantener ese recuerdo, un poco de paz en medio de tanto caos.

Él lo conseguiría, hallaría la forma de grabar aquellos detalles en lo más profundo de su corazón.