Todo comenzó en una heladería. Las chicas decidieron ir por un frío refrigerio después de clases y se encontraron. Las integrantes se cayeron muy bien, pero las líderes rivalizaron. Mio Akiyama quiso detener a Ritsu Tainaka; mientras Yui Funami hacía otro tanto con Kyoko Toushino, pero todo fue en vano. Se había declarado la guerra y ni Ritsu ni Kyoko se detendrían ante nada ni nadie para demostrarle a la otra que sólo su club era lo mejor de lo mejor.

Ésta no es una historia sobre Yuru Yuri. Ésta no es una historia sobre K-On!

Ésta es la historia de

CLUB WARS

Podía respirarse la tensión en la casita de té estilo japonés antiguo, ahora sede del Club de Entretenimiento. La puerta se abrió de repente haciendo que la presidenta del club, Kyoko Toushino se levantara de un salto y se pusiera en actitud desafiante.

—Perdonen la intromisión… —dijo una muchacha de cabello gris y ojos grises.

—Toushino Kyoko, sal de la escuela de una buena vez! Se supone que las últimas en irnos somos las del consejo estudiantil y ustedes siguen aquí. Además no pienso autorizar otra piyamada —dijo severamente una chica de largo cabello morado atado en una cola.

—Ayano! Llegas justo a tiempo. La guerra está a punto de empezar y necesitamos un juez —dijo la rubia del moño jalándola de la manga y sentándola sobre una silla.

—¿Qué demoni…?

—Esa creída de la diadema está a punto de llegar. Por el sorteo, el primer asalto será aquí en nuestro territorio. ¿ESTÁN CONMIGO? —les preguntó al club de entretenimiento.

Yui Funami levantó la mano, pero por compromiso. Esto era muy tonto. Akari Akaza y Chinatsu Yoshikawa también levantaron las manos, pero estaban confundidas.

La puerta se abrió otra vez y entró el Club de Música Ligera de la preparatoria femenina Sakurakao.

—Toushino Kyoko, he venido a vencerte!

—Intenta si puedes, pero mientras esté yo, sólo podrás quedar en segundo lugar, Tainaka Ritsu!

La chica del moño rojo y la de la diadema amarilla se miraron con odio listas para el combate.

—Increíble, después de tanto tiempo tratando de retarla —gruñó por lo bajo Ayano Sugiura, la chica de cabello morado y vice-presidenta del consejo estudiantil.

—Bien, nuestro primer desafío —dijo Kyoko sacando un papel de una caja rosa. —El primer desafío es COSPLAY! Chinatsu-chan, es tu turno de enorgullecer a tu líder.

Y sin que la pequeña chica de cabello rosa atado en coletas tuviera la oportunidad, la líder de aquel club la metió en un armario y le lanzó un cosplay de su heroína favorita del anime. Por otro lado, Ritsu rió maliciosa.

—Yui, trae los cosplays de Sawa-chan. Mugi, inmoviliza a Mio.

—¿Qué? ¿Pero qué haces Rits…?

La chica rubia de ojos azules, Tsumugi Kotobuki inmovilizó a la pelinegra de ojos grises y su amiga de diadema amarilla comenzó a desvestirla. Azusa Nakano, una joven de cabello negro atado en coletas, mejor no dijo nada y tomó una cortina para cubrir el espectáculo, mientras su sempai Yui Hirasawa lanzaba un traje de camarera dentro de la cortina. Finalmente las dos víctimas de sus presidentas salieron.

—Mi… Mi…. Mirakurun, la bruja del amor y la justicia ha llegado —dijo avergonzada la de cabello rosa.

—I… Irashaimase… ¿puedo tomar su orden? —dijo la pelinegra temblando de la vergüenza y la furia contra su líder.

A Kyoko se le cayó la mandíbula, todo el Club de Entretenimiento quedó maravillado ante la preciosa Mio. No se resistieron e hicieron "Moe Moe Kyun". Incluso Chitose Ikeda, la chica de gafas y cabello gris tuvo que quitarse las gafas y tener una hemorragia nasal de proporciones bíblicas. Y poco después de reanimar a Chitose (quien necesitó una transfusión de emergencia) y a Mio (que quedó desmayada al ver tanta sangre) se contó la puntuación.

—Bien en el cosplay hemos ganado.

—Y nosotros ganamos en la yurista más extrema.

Las dos hicieron un puchero y se miraron retadoras.

—La batalla apenas comienza.

—Es hora de otro desafío.

Trajeron otra vez la caja y ésta vez fue Ritsu la que tomó el desafío.

—Té.

—Te vamos a acabar Tainaka. Chinatsu-chan!

—Mugi!

Las dos concursantes se pusieron a hacer lo suyo. Probaron el té.

—Já! El Club de Música Ligera ha ganado de nuevo!

—Como dije antes, esto apenas empieza.

—Pero el té de Mugi-chan no tiene rival. Ustedes pierden —dijo una mujer de cabello castaño, gafas y un vestido amarillo.

Todas las del Club de Entretenimiento saltaron sorprendidas.

—Parece que hemos ganado también en la profesora más loca.

—Jajajajajjajajajajajajaja!

—¿Qué es tan divertido, Toushino?

Se escuchó una explosión y una mujer de cabello rubio entró atravesando el techo. Estaba toda quemada, pero muy satisfecha.

—Nishigaki-sensei!

—Hola a todas.

—¿Qué fue lo que pasó?

—Pues nada, que el director volvió a prohibirme usar la sala de ciencias. No sabe lo que es el progreso. Las explosiones son necesarias para avanzar.

Ayano tenía varias gotitas en la cabeza, igual que las invitadas. La sensei se fijó en la otra sensei.

—Kimi, estoy reclutando amigas de la explosión. El director me prohibió que le hiciera el ofrecimiento a las alumnas, pero con una profesora de otra escuela no habrá problema. ¿Le interesa?

—Eto… yo paso…

—Usted se lo pierde. Bueno, vamos a ver dónde cayó Matsumoto. Nos vemos luego.

La sensei salió de la casita sumiéndolo todo en el silencio.

—¿Decías, Tainaka?

—Tch! Bien, seguimos empatadas. Selecciona un buen desafío y sigamos con esto, Toushino.

Kyoko metió la mano en la caja de sorpresas y sacó el desafío.

—Concurso de helado de ron con pasas. Voy a vencer a cualquiera que me enfrente.

—¿Comer? Yui, es tu turno.

—Hái, capitán Ricchan!

Un galón de ron con pasas fue puesto frente a cada una de las contrincantes. Comenzó el desafío. Ambas comían a una velocidad y con una voracidad casi sobrehumanas. Terminaron el primer galón, trajeron el segundo y…

—PARO CEREBRAL, PARO CEREBRAL —gritaron las dos pataleando y rodando en el suelo.

Yui Funami suspiró.

—Ésta era de verla venir.

Siguiente desafío: charla sin sentido, ¿quién aguanta más tiempo? Mismas contrincantes. Bueno; como tanta bobería cansa bastante, mejor salieron a tomar el fresco mientras dejaban a las dos charlar sus boberías a solas. Ayano Sugiura miró el reloj.

—Se hace tarde.

—Mmh… ¿cómo irán esas dos? —preguntó Azusa segura de la victoria de su sempai.

Abrieron la puerta. Las dos reían y charlaban como amigas de toda la vida.

—Otro empate.

—Las dos son unas cabezas huecas, de diferente categoría pero están al mismo nivel.

Después de separar a las nuevas amigas, iban a tomar otro de la caja de sorpresas, pero Ayano Sugiura la tomó antes que siguieran.

—Basta. Tenemos que ir a casa.

Las dos presidentas hicieron un puchero.

—Pero, pero…

—Sin peros. Y tú ni siquiera deberías estar aquí. Ustedes son de otra escuela. Es hora de irse. Fuera, fuera!

Ritsu gruñó.

—Vaya Toushino, tú y tus bobas ganan esta ronda. Pero en mi territorio será diferente.

—¿Cómo que ganamos? Fue un empate.

—Recuerda: el consejo más aguafiestas.

—Ay, de veras —dijo Kyoko haciendo memoria, pero luego rió. —Ohohohohohohoho! Bueno: no sabes con quién te metes, Tainaka. Nosotras siempre seremos las número uno!

—Jáh! Ven a mi club mañana y sufre Toushino. Las cosas no serán iguales en mi territorio. Aún no he estrenado a mi adquisición más reciente contra ti. Azusa las hará polvo.

—Que lo intente!

Las dos enemigas se miraron muy serias y cada una se fue por su lado con su club. El juego no ha terminado.


Bueno, he aquí mi tontería. Chicos, como se me secó el cerebro, les pido ideas para nuevos desafíos. Se los encargo!