Hola , después de tanto tiempo he vuelto con un nuevo fic... esta vez espero terminar este nñU, espero sea de su agrado y me dejen reviews!!!!

Disclaimer: Sailor Moon es propiedad de Naoko Takeuchi (ya kisiera yo ser su dueña, pero ps no se puede), juju, pero este fic es propiedad mía... aunq los personajes sean de Naoko xD, en fin, no tiene fines lucrativos, puro entretenimiento.


AQUELLO QUE ESCONDO

Una joven rubia observaba el caer de la lluvia desde el ventanal de su recámara, sobre el grueso vidrio se reflejaban sus ojos ahora rojizos e hinchados causados por el llanto.

"Feliz… cumpleaños… Serena" – se dice a sí misma con gran pesar.

Recarga su frente sobre el frío vidrio mientras cierra los ojos con fuerza intentando retener aquellas lágrimas que luchaban por empapar una vez más su rostro. Con coraje estrella su palma derecha varias veces contra el vidrio queriendo descargarse en él, a centímetros de golpearlo una vez más, una mano sostiene la suya con cuidado, mientras que un brazo rodea su cintura desde atrás, la cercanía le hace sentir la respiración de aquella persona sobre su nuca así como su aroma a tierra húmeda. Serena entrelaza sus manos con las del recién llegado, acomodándola en su hombro contrario de forma en que ella quedara cobijada sobre aquellos brazos que la rodeaban, ambos se dejaron caer sobre la cama situada tras ellos.

Las palabras jamás llegaron, sólo el sonido causado por el constante chocar de la lluvia contra el suelo y los sollozos de la rubia.

Pasaron segundo, tal vez minutos o puede que horas, había perdido la cuenta del tiempo, pues sólo permanecíamos en silencio, sintiendo el calor del otro, disfrutando la mutua presencia, dejándonos cubrir por el caparazón que provocaba nuestro abrazo.

"Gracias" – le dije en un susurro.

No dijo nada, sin embargo estaba segura que una sonrisa se dibujaba en su rostro. Esperó unos minutos hasta que al fin me dejó escuchar su voz.

"¿Otra vez lo mismo?" – preguntó sin rodeos.

"Lo siento, se que ya no debería molestarme… pero¿no dicen que la esperanza muere al final?" – contesté con dificultad y sintiéndome estúpida por encontrarme una vez más en la misma situación.

"No debí dejarte sola" – se recriminó.

"No fue tu culpa Haruka, fui yo la que insistió" – intentado sonreír – "Fui yo la que se hizo la tonta ilusión de que al llegar a casa "ellos" estarían aquí… que al cruzar la puerta vería un pastel con una vela sobre él, y no como cada año que lo prometían… y sólo encontraba una casa vacía y la brillantez de su acostumbrada ausencia" – una rebelde lágrima bajó por su mejilla hasta llegar al brazo de quien la abrazaba – "Soy una tonta Haruka, año con año me hacen lo mismo y año con año me encuentro en esta misma posición" -

"Bueno, si gustas, ahora puedo ser yo quien golpee el vidrio, esperando tu presencia para dejarme abrazar" – sonríe.

"No lo creo" – sonriendo – "Me gusta así" –

Estaba cansada, sin embargo no quería dormir, quería permanecer consiente ante la compañía que ella me proporcionaba. Haruka es una persona única, de todas es a la que más admiro, es fuerte, decidida, testaruda, a veces es arrogante y más que orgullosa, pero siempre ha sido fiel, buena amiga y sobre todo una noble persona. La conozco desde que iba en la primaria, ella iba dos años delante de mí, pero me sorprendía su gran hiperactividad y su interminable busca de problemas, tal vez fue eso lo que más me llevó a seguirla.

"¿En qué piensas Gatita?" –

"En tus cualidades" –

"Mmm veamos, guapa, inteligente, con buen porte…" –

"Arrogante, vanidosa…" –

"Oye…" – reclama aparentemente ofendida –

"Y también de cuando nos conocimos" –

"¿No te cansas?" – poniendo los ojos en blanco

"Jamás, siempre recordaré el momento en que la gran Haruka Tenoh quedó a merced de la temible Godzilla" – reí con ganas

"Esa estúpida lagartija" – dijo entre dientes recordando aquel momento

Ese día no fue aquel donde vi por primera vez a Haruka, pero si fue el más memorable de mi corta existencia. En ese entonces yo cursaba el primer año de primaria, mientras que ella el tercero. Como siempre, bueno, desde que yo llegué, cualquier problema que se suscitaba en el instituto llevaba la firma Tenoh, y esta ocasión no era la excepción, hacía tres días habían traído al instituto varias jaulas con rejas, todas repletas de pequeño reptiles, siendo un poco más específicos, lagartijas, con el propósito de utilizarse en los laboratorios de biología. Casualmente el día en que se utilizarían dicho reptiles todos escaparon, creando gran alboroto en las aulas y lugares aledaños, pues al ser un instituto de más de 40 alumnos por salón, sin contar los grupos en los que se dividía cada grado, que eran siempre alrededor de 3 grupos por grado, la cantidad de reptiles era verdaderamente cuantiosa. Para lograr atraparlos tuvieron que desalojar el lugar, pocos éramos los que quedábamos ya en el instituto, y de sobra sabía que tardarían en lograr si quiera comunicarse con mi padre y mandar al chofer por mí, así que decidí dar un paseo dentro de las instalaciones, lamentablemente el lugar era tan inmenso y yo tan pequeña y con toda la falta de orientación sólo logré perderme, recorrí todos los pasillos pero siempre me llevaban al mismo lugar, la frustración y el sentimiento de estar perdida y sola se apoderaban cada vez más de mi, claro sin contar el miedo causado por las leyendas contadas por los alumnos de grados superiores, que sólo relataban horribles asesinatos, apariciones espectrales entre otras cosas. El miedo para ese entonces ya me había hecho su presa. Temerosa continué caminando entre los interminables pasillos, entre uno de los tantos escuché pisadas, éstas se volvían cada vez más fuertes, como si se estuviesen acercando velozmente, los colores se me fueron, horribles imágenes surcaban por mi mente, mi temor fue tal que en voz alta comencé a rezar, pronto, frente a mi, vi como una mancha blanca pasaba de largo y detrás otra color verde y mucho más pequeña que la primera. Mi curiosidad fue más grande que mi temor, pues ni lenta ni perezosa las perseguí, cuando creí que las había perdido escuché un grito, al llegar al lugar de donde provenía, me encontré algo que… sinceramente no esperaba. Frente a mi se encontraba una niña que parecía más niño que nada siendo atacada por una lagartija que sostenía fuertemente con sus dientes la nariz de la niña. Incrédula vi como en un acto desesperado la niña tomó la cola de la lagartija introduciéndola en su boca y mordiéndola, si creía que haciendo esto el animal la soltaría… estaba totalmente equivocada, pues la lagartija por el contrario a soltarla la mordía aun con más fuerza.

Por mi parte tenía dos opciones, una era echarme a reír y la otra era ayudarla en aquella feroz contienda y salvar a su nariz… y a la cola de la lagartija de ser trituradas… aunque la primera opción siempre fue la primera… tuve que decidirme por la segunda.

"A ver… presta pa'ca" – le dije tirando de la lagartija y logrando así quitarla de la nariz de la niña.

"Ahhh" – gritó para después taparse la nariz con amabas manos.

Su reacción realmente me había conmovido pues después de haberla estado siguiendo más de la mitad del año escolar era la primera vez que la veía peleando por no llorar, sus mejillas se habían teñido de un color carmín, sus ojos se aguadaron, de su pecho salían sollozos ahogados.

"Ay ya yay" – se quejaba – "¡Por poco y cometes un naricicidio¿Tenías que ser tan brusca?" – reclamó

"¿Y cómo querías que te la quitara?, no creo que pidiéndole de por favor que abriera su boca y dejara tu nariz lo hiciera ¿o si?" – le contesté algo enfadada.

"No, pero… me dolió" – haciendo pucheros.

Busqué en mis bolsillos una bandita, estaba segura que había guardado una por si acaso y efectivamente así había sido, al encontrarla la coloqué con cuidado sobre su nariz.

"¿Mejor?" – sonriendo

"Si" – haciendo bizcos para ver la bandita – "Gracias" –

"Serena, Serena Tsukino" – extendiéndole la mano.

"Haruka Tenoh" –

"Y dime… ¿cómo le vamos a poner al pequeño triturador de nariceses?" –

"Narices" – corrigió.

"¿Narices?, no así no" –

"…" - arqueando una ceja.

"¡Ya se!" – gritó la pequeña – "Se llamará Godzilla"

"Pero no es tan temible ni grande como Godzilla"-

"No, pero si fue tan salvaje como para morder tu nariz, soportar tus mocos" – haciendo muecas – "Y la santa mordidota que le diste, merece el nombre, además como yo te salvé la vida tengo derecho a ponerle el nombre y así se llamará" –

No puedo decir que desde ese momento nos hicimos inseparables, me costó realmente cerca de 1 o tal vez 2 años ganarme su entera confianza, pero la espera lo valió, el resultado: una incondicional amistad.

Haruka viene de una familia de empresarios, su padre es dueño de la industrial automotriz más importante del Japón, su madre es una bella aristócrata y dueña de empresas Fah, dedicada a la industria de la moda, y Haruka, bueno, ella es especial, su pasión: la velocidad, es reconocida en toda Asia como Europa debido a sus competencias tanto en atletismo como en Formula 1, por el momento se ha dado un "descanso" de los estudios dedicándose por completo a sus pasiones; por mi parte, bueno no es tan distinta como la de ella, mi padre es dueño de la Corporación Kaze, dedicadas a la construcción y restauración de edificios, mi madre era modelo de una importante firma en Japón, poco antes de mi nacimiento tuvo que retirarse pues le diagnosticaron una enfermedad mental, en ocasiones se la vive internada en centros psiquiátricos y en otras en una casa de retiro que construyó en las afueras de la ciudad de Osaka, algo lejos de Tokio, y yo recién terminé la preparatoria, cursé un año de universidad en ciencias de la comunicación, sin embargo tuve que abandonar por…

"¿No piensas hacerme caso?" – reclamando su atención.

"¿Eh?" – saliendo de sus pensamientos – "Lo siento, estaba pensando" –

"¿Tú?... ¿al menos sabes lo es eso?" – le cuestiona impresionada

"No eres muy simpática ¿sabías?" – le contesta molesta mientras se sienta en la cama y observa la lluvia caer.

"Me gusta cuando te enojas" – sonríe – "Entre otras cosas" – exclama con seducción mientras se acomoda detrás de ella abrazándola y colocando su mentón en el hombro de la rubia.

"Haruka… ¿crees que me volveré loca como mi madre?" – pregunta observando la lluvia que poco a poco se aminoraba.

"No digas tonterías" – exclama cerrando los ojos con fuerza – "Y de ser así… jamás te abandonaría" – le susurra al oído.

"Mentirosa" – sonríe.

"Te gusta levantarme falsos, he" – pone los ojos en blanco

"No son falsos, piénsalo bien, si Michiru te llegara a aceptar" – suelta una pequeña risita.

"Más bien si yo sigo con ánimos de andar tras ella" –

"Aja, bueno, el chiste es que si llegaran a ser algo más que amigos yo terminaría en tercer plano, siempre seremos amigas, pero las cosas cambiarán, así que ni para que hacerme ilusiones con que siempre estarás conmigo" – suspira.

"Eso no es cierto, sabes que siempre serás lo más importante" –

"Eres muy dulce Haruka, te quiero" –

"Yo también Gatita" –

Haruka se pone de pie, llega al armario de Serena y saca varias prendas de ropa.

"¿Qué haces?" – le cuestiona – "Oye, está bien que mi casa sea tú casa, pero no te lo tomes tan al pie de la letra, mira que no pienso arreglar el desorden que estas causando" –

"Tranquila fierecilla" – voltea el rostro en dirección hacia ella – "Verás que vale la pena" – guiña un ojo

Al final toma un conjunto y se lo arroja a la cabeza.

"Yo que tú me apuro" – le sugiere

"¿Para… para qué?" –

"Es una sorpresa, no creerías que este día no recibirás un regalo de Haruka Tenoh, mira que afortunada saliste, deberías agradecerme, no cualquier muñeca tiene lo que tú" – exclama con una arrogante naturalidad

"Sólo tenemos a la arrogante y a Haruka" – comenta

"Así me aman las chicas" – exclama pasando su mano sobre su cabello

"Ay no inventes Haruka" – estalla en risas.

"Así es como deberías lucir siempre, con esa radiante sonrisa" –

"Es para que veas lo afortunada que eres, no cualquier galán ve a esta belleza sonreír de esta manera" –

"Póntelo ya o se nos hará tarde" – coloca su espalda en la pared.

"¿Piensas sólo observar?" – arquea una ceja

"Mmm, si lo pones de ese modo…" –

Se acerca a ella, sujeta la pretina del pantalón con una mano acercando el cuerpo de Serena al suyo, mientras que con la mano libre toma el botón del mismo y lo desabrocha. Ante esto Serena se sonroja bruscamente, Haruka acerca sus labios a los de ella colocando un suave beso, acto después ella se separa de Serena quien apenas puede mantenerse de pie.

"Puedo ayudar a quitarte la ropa" – le susurra al oído

"Haruka… eres de lo peor" - con un ligero empujón la aleja de ella – "Un día no voy a responder de mí" – le dice bromeando.

"Ruego por que el día llegue" – una vez más se acerca y toma el botón de la blusa de Serena.

"Gracias, pero creo que puedo hacerlo sola, si gustas, puedes esperar afuera del cuarto" –

"Vamos gatita, somos chicas" –

"YO soy una chica, tú… tú eres… eres… una pervertida ¬¬, bueno… ya salte o llegaremos tarde a donde sea que vayamos" -

"Le quitas la diversión a todo, bueno te espero en la cocina, cuando llegué vi una copa de helado de chocolate con mi nombre en él" –

Una vez que Haruka sale del cuarto Serena se deja caer sentada sobre la cama.

"Hay Haruka¿qué me has hecho?... si supieras cuánto me duele seguir con este juego, cuán difícil es tragarme todo lo que siento" –

5 minutos después Serena baja las escaleras.

"¡Ruka!... ¿en dónde se habrá metido?, parece una niña chiquita, nunca puede estar en un solo lugar" –

Pronto escucha el sonido de la televisión, así que va rumbo a la sala donde encuentra a Haruka jugando en el suelo con un x-box.

"Con que aquí estabas he" – le dice la rubia

"Lo siento, no me pude resistir" – confiesa

Al voltear a verla, Serena no puede evitar soltar una fuerte carcajada, pues Haruka tenía en la nariz y alrededor de la boca manchas del helado de chocolate, así como una cuchara llena del mismo en la boca, y en sus manos sostenía celosamente el control de la consola.

Al estar lo suficientemente cerca se coloca de cuclillas, saca un pañuelo de su bolso y con cuidado retira aquellas manchas del rostro de Haruka quien la observa con una mirada indescriptible, sus facciones se suavizaron, sus ojos mostraron un leve brillo y la comisura de sus labios formó una gentil sonrisa.

"Listo" – exclama Serena.

"Por un momento creí ver un ángel" –

"¿En serio?, pues si te sigues tardando, verás a un demonio" –

"Si es parecido al ángel, entonces que el cielo deje de esperarme pues parece que mi camino ha cambiado" -

Haruka observaba cómo Serena le sonreía ante ese comentario, verdaderamente la chica se veía bellísima, una vez que ambos estuvieron de pie, ella pudo apreciarla más.

La ropa que le había escogido le había quedado perfecta, vestía una blusa hasta los hombros color azul celeste, y unos pescadores a la cadera de mezclilla, mientras calzaba unas simples sandalias de pata de gallo.

"¿Nos vamos a ir o te vas a quedar admirándome lo que resta del día?" – preguntó la rubia con un poco de vergüenza.

"Por mí encantada" – sonriendo coqueta – "Lamentablemente si hacemos eso… no habrá otro momento para darte tu regalo… oh pero que decisión tan difícil¿mi gatita… o su regalo?" – exclama con drama.

"…" – viéndola con una enorme gota en la cabeza – "No inventes Haruka, jajaja, a veces te desconozco" – niega un poco con la cabeza, mientras toma su mano y la lleva hacia la puerta – "Anda, vamos antes de que llueva de nuevo"

"Oye tranquila… con amor" – siendo arrastrada por la rubia

"Tal vez en otro momento" –

Cruzando la puerta y sólo a escasos metros, el Ferrari color canario de Haruka las esperaba, la dueña – como era costumbre – abrió la puerta del copiloto dejando entrar a la rubia, para después apresurarse a ir al lado contrario y dar marcha. Recorrieron varios metros en auto hasta llegar a un colosal portón negro que fue abierto por dos guardias.

"Gracias" – exclama Haruka a los guardias

Segundos después ambas se encontraban fuera de la mansión Tsukino, Haruka no tardó en bajar la capota para sentir así el aire acariciar su rostro, un extraño sonido la sacó de sus pensamientos.

"¿Qué haces?" – pregunta alzando una ceja por su osadía

"¿Tú qué crees?" – picándole a todos los botones que había en el tablero.

"¿Sabotear mi auto?" - ¬¬

"Paranoica" –

"Si no tuvieras manos de estómago no me preocuparía, pero la vez pasada tu chistecito me salió caro" – le amenaza

"¡Yo no tuve la culpa!, el botón estaba mal colocado… no fue mi culpa que se sumiera" – baja la vista avergonzada – "ni tampoco que la manija se desprendiera… ni que…" –

"¡Bueno ya!" – evitando recordad aquellos… incidentes – "¿Qué es lo que buscas?" –

"El radio" – sonríe.

Haruka mueve algunos botones, y pronto la voz de una joven se escucha salir de las bocinas.

- "Bien mis radioescuchas aquí los dejo con la canción titulada Por Amarte de Enrique Iglesias, todos aquellos enamorados disfrútenla" -

Amar es una cosa especial
No es un viene y va
Amar solo te pasa una vez
Pero de verdad
Amar es cuando solo piensas
En donde estará
Amar es como un milagro
Difícil de explicar

Al inicio de la canción inconcientemente Serena fija su mirada sobre el rostro de Haruka, cuando ésta se da cuenta Serena sólo atina a sonreírle, mientras que ella le contesta el gesto colocando su mano sobre la de ella.

"Va sólo en la primer estrofa y ya estas llorando" – sonríe - "De seguir así, en vez de Gatita, serás Corazón de Pollo" –

"Bueno, no es mi culpa tener sentimientos…" – eleva la vista hacia el cielo mientras comienza a cantar a la par la canción.

Amar es cuando la proteges
De la lluvia y el viento
Amar es cuando tu la abrazas
Y te olvidas del tiempo
Amar es cuando tu la ves
Y te pones nervioso
Amar es cuando te das cuenta
De tus sentimientos

- "¿Hasta cuándo Haruka… hasta cuándo durará esta ilusión, que me embriaga y me ahoga al mismo tiempo, que me conforta y me abate a la vez¿cuándo llegará el momento en que mi corazón muera desangrado apuñalado por tus palabras… por tus miradas¿cómo es posible que éste sentimiento que supone ser el más maravilloso puede hacerme también sufrir de igual o mayor intensidad¿cómo puedes causar tanto en mí?" – se cuestiona en su fuero interno

Cierra los ojos y sonríe por unos momentos, disfrutando el roce del aire sobre su rostro.

"Aquí estoy" – apretando la mano de la rubia.

"¿Por siempre?" – le cuestiona sin abrir los ojos evitando así que las lágrimas vuelvan a correr por sus mejillas.

"Para siempre" – contesta con firmeza.

Por amarte robaría una estrella
Y te la regalaría
Por amarte cruzaría los mares
Solo por abrazarte
Por amarte juntaría la lluvia
Con el fuego
Por amarte daría la vida
Solo por besarte

"¿Cómo es que a veces puedes conocerme tan bien y a la vez desconocer esto que guardo dentro? Tal vez sea lo mejor… tal vez… este tiempo no haya sido para nosotras… para mi y este sentir"

"¿Por qué tan callada?" – le cuestiona

"Para ver qué metiche preguntaba… ¿y adivina qué?... les has ganado a todos" - bromea

"Eso me pasa por preocuparme por ti" – molesta

"No te creas Ruka, sólo quería mantener el momento" – sonríe.

Amar es cuando escribes su nombre
Por todo el cielo
Amar es cuando solo suenas
Con llevártela lejos

No supe en qué momento se detuvo el auto, cuando me di cuenta de ello Haruka se encontraba a un lado mío con la puerta abierta esperando a que saliera.

"Al fin despertaste, temí que me dejaras sola en este lugar" – tomándole la mano para ayudarla a bajar

"Sabes que soy incapaz de alejarme de ti" – tomando la mano de Haruka para salir del auto.

"A veces no estoy tan segura" – susurra – "Sabes que no lo soportaría"

"He akí otra puñalada a este herido corazón"

Serena toma el rostro de la joven, con la yema de su pulgar recorre los pómulos hasta llagar a sus labios, los cuales acaricia con delicadeza, haciendo que ella bese el dedo de la rubia quien sonríe. Con lentitud ambas se acercan, Haruka rodea con sus brazos la cintura de Serena, mientras que ella descansa sus manos en la nuca de la ojiverde, quien a su vez coloca su frente sobre la de la rubia.

"No podría si quiera atreverme a separarme de ti" – le confiesa Serena

Amar es cuando tu la ves
Y se queda en tus ojos
Amar es cuando tu te das cuenta
Ella lo es todo

Haruka posó sus verdes orbes sobre los azules de la rubia.

"Júralo, jura que nunca me dejarás" – le pide

"Haruka…"

"Júralo Serena, hazlo… no importa si es una mentira, sólo necesito escucharlo de ti"

La rubia no soporta más y se lanza a los labios de la cabellos de arena, al inicio fue un beso con desesperación, como si fuese el último, como si fuese una despedida, sin embargo, éste pronto comenzó a bajar la intensidad, se volvió acompasado, delicado, el sentimiento que ahora transmitía era completamente opuesto que al inicio.

"Ruka… me volveré loca, pero no voy a morir, no te preocupes, y aunque llegase a ser así… entonces te estaré esperando en el infierno" – guiña un ojo y sonríe con picardía.

"Cierto, ya tienes pase directo"

"TENEMOS linda, TE-NE-MOS" – le corrige

"Por favor" – haciendo referencia a ella misma – "¿Crees que alguien se atrevería a mandar a esta galanura al infierno?" – pregunta con inocencia

"Haruka… ¿serás lo suficientemente fuerte para aceptar la verdad o seguimos siendo amigas?"

"Serena"

Con la agilidad de un felino se lanza sobre ella, cayendo ambas sobre la arena, Haruka quien se encontraba sobre ella coloca sus manos en la cintura de la rubia, encara una traviesa sonrisa y comienza a hacerle cosquillas. Ambas reían y jugaban entre sí, cuando al fin quedaron sin aliento y con el estómago adolorido ambas pararon de jugar. La ojiverde se encontraba sentada con las piernas extendidas, mientras se recargaba sobre su brazo izquierdo y con el otro acariciaba la melena de la rubia que se encontraba recostada sobre sus piernas.

"Haruka…" – susurra

"Dime"

"¿Piensas darme mi regalo?"

"Jajaja, vaya bonita manera de pedir las cosas señorita, espera unos minutos y observa el horizonte" – exclama místicamente

Minutos más tarde, el sol comienza a esconderse. Serena veía asombrada cómo parecía que el sol se hundía dentro del mar, la antes cristalina agua ahora era iluminada por varios matices. Una vez que el sol se escondió en su totalidad el cielo se vio envuelto por un manto estrellado y una luna perfectamente iluminada.

Por amarte robaría una estrella
Y te la regalaría
Por amarte cruzaría los mares
Solo por abrazarte
Por amarte juntaría la lluvia
Con el fuego
Por amarte daría la vida
Solo por besarte

"Te regalo las noches estrelladas para que alegren tu vida, te regalo la luz de luna para que ilumine tu camino"

"Eso no rima"

"Lo se, pero sonó bonito¿no?" – sonríe

"Haruka… " – se siente a una lado de ella y reposa su cabeza sobre el hombro de su amiga – "Es el mejor regalo que me han dado, gracias"

"Y lo mejor es que sólo me costó la gasolina invertida en el viaje"

"Eres una tacaña"

"Feliz cumpleaños Gatita"


Hasta aki el primer cap.

Salu2, atte: Pandora no Rea