Isa y Bea Embrujadas.

7 drabbles de pecados capitales especiales de Gurth y Bea

Será el primer fanfic que haga de ellos dos, espero que les gusten porque eran y siguen siendo mi pareja favorita :D.

Drabble 1 Gula

Gurth había sido un demonio desde hace más de mil años, había devorado a todo tipo de brujas, brujas blancas, negras, hechiceras, curanderas, de todo y él siempre se había considerado un poderoso demonio por el simple hecho de saber cómo cortejarlas para hacer que cayeran rendidas a sus pies, sin embargo, estos últimos meses estaba completamente descolocado.

No tenía ni idea de qué hacer.

¿Y por qué Gurth, también conocido cómo Melfaroth el cazador de brujas estaba así? Muy simple: Beatriz Seta. Aquella bruja de pelo rojo cómo las llamas del infierno no hacía más que trastornarlo. Primero logró que se enamorara de ella, luego lo puso celoso con aquel ridículo humano llamado Daniel y ahora esto.

Gurth no dejaba de preguntarse cómo diablos su pequeña bruja podía comer tanto, ¡era imposible! Su cuerpo era tan pequeño que era imposible que pudiera comer todo lo que había estado comiendo ese último mes.

Pero Gurth tampoco se atrevía a decirle nada, aunque fuera un demonio temía la ira de su pequeña bruja, pues si se le ocurría decir una sola palabra de seguro ella le pondría el peor castigo posible y él era incapaz de volver a permanecer una noche sin el calor de su bruja pelirrojo.

Sacó las manos de su cazadora negra y cogió el pedido: donuts de chocolate, donuts normales, galletas de crema,tres tarrinas de helado de vainilla, pistacho y limón. Lo mejor de todo el asunto es que Bea había cambiado sus hábitos de comida por completo, comía toneladas de comida a cualquier hora y comida que nunca antes probaba.

¡Si ayer a las cuatro de la mañana le pidió que fuera a buscarle una taza de chocolate! ¿Y qué iba a hacer él? Pues ir, se levantó, se puso los pantalones y fue sigiloso a la cocina pues si la madre de Bea supiera la clase de visitas nocturnas que él hacía a su hija seguramente lo mataría.

Ahora Bea le había pedido antes de verse que le comprara más comida y Gurth seguía completamente sorprendido, cualquier otro ser humano hubiera explotado pero no. Empezó a pensar que Bea estaba bajo un hechizo que la apresaba bajo el pecado de la gula porque, sinceramente, no encontraba otra explicación más lógica.

-Hola, preciosa-saludó sorprendiéndola por la espalda.

Y cuándo ella se giró a mirarlo vió que estaba llorando, ¿por qué lloraría? ¿se había equivocado con la compra? No lo creía.

-Gurth…….-Bea sollozó abrazándose a su cuello mientras él se equilibraba para no tirar nada-…. Estoy embarazada.

Y Gurth tiró toda la comida que le había comprado.

Al final, no iba ser cosa de la gula, no.

Continuará.

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