"La gran Frelia" y "El poderoso Mystic" eran muy jóvenes cuando tuvieron a su primera hija, si hubiesen sabido, probablemente hubiesen pensado en adoptar, pero con dieciocho años, sus carrearas y un futuro que se mostraba bello, habían tenido a esta pequeña poni de un hermoso color azul sin siquiera pensarlo dos veces, ahora mismo la miraban con el ceño fruncido, desde la entrada de su carro en la caravana que avanzaba por el desusado camino bajo la luz del Sol del atardecer, preocupados por el futuro de su única hija.
Luego de un año, la abuela paterna de la pequeña, a los treinta y cinco murió de una enfermedad hereditaria, en medio del sueño. Poco tiempo después, el abuelo matero murió de la misma forma. Donde ellos vivían, la actitud de los ponis era diferente, casi como gitanos, no solo porque viajaran a través de toda Equestria e incluso fuera de ella, también su sentido de familia y amistad era extraño, muchos no sabían dónde estaba su familia más que por comentarios de extraños encontrados al paso, y es común que un amigo, de golpe, no sea visto por años, e incluso, que nunca más se le vea, si es que decidió aventurarse más allá de Equestria, la vida de estos ponis seguía el camino del fuego artificial, rápido y brillante, donde los citadinos acostumbraban a vivir como el árbol longevo, lento y sabio.
Estos ponis tan extraños son los que escaparon antes de la fundación de Equestria misma, por temor a morir de hambre, ahora caminar libres por el mundo como una hoja que lleva el viento, y conservan sus costumbres, saliendo a intentar ver un mundo más grande, tomando sus carpas y yendo a cualquier sitio en Equestria, a cualquier lugar que se les ocurriera, por esto, la enfermedad no podía ser prevenida, incluso ellos se demoraron en saber de las muertes de sus padres. Luego de los funerales, estaban terriblemente preocupados del destino de su hija, para ellos era tarde, los tratamientos existentes no actuaban después de los diez años, pero ella tenía una oportunidad… claro que para eso tendrían que convertirse en ciudadanos de Canterlot.
Tendrían que perder la libertad de su gente, adecuarse a un mundo que no era suyo, comprar una casa, y tener un nombre respetable para atender a su niña en el hospital, eso antes de sus cinco años, ya que era el primer momento donde se podía tener un ataque.
Miraron en su caravana a la pequeña que se divertía intentando, con solo un año, dibujar en el aire con su pequeño cuerno, las historias y relatos de sus padres, torpemente movía sus cascos delanteros intentando dibujar al mismo tiempo con su cuerno, mientras mordía un peluche de conejo, la pequeña era inteligente y feliz, y tenía los ojos de un hermoso color violeta, sonrieron, por supuesto que si, por Trixie lo que fuera, lo que fuera por ella, "Ni siquiera Equestria está garantizada, ama lo que puedas amar, vive de corazón tus penas, y nunca jamás guardes rencor" ese era el lema de los que por siglos vagaron fuera de Equestria en un mundo salvaje, antes de llegar casi por accidente al reino, vagando como siempre entre el peligro de la muerte y la emoción de lo nuevo, no era un lema pegadizo, pero era como vivían y sentían, los ponis de la noche, el fuego, las fiestas, el espectáculo y los mitos, el poco reconocido e incluso temido grupo de los errantes.
Trixie estaba al borde del bosque Everfree, al lado de un riachuelo sintiendo el Sol del amanecer golpeando su pelaje, sudando y esforzándose, intentando realizar el hechizo por enésima vez. Cuando ella era niña, sus padres lo hacían sin esfuerzo, ella disfrutaba de ver los cuadros tomar vida y moverse, al tiempo que escuchaba las leyendas y fábulas de los errantes, a veces aterradoras, románticas o cómicas… Las imágenes e historias que en algún momento empezó a odiar.
"Deja de pensar en eso" se dijo a sí misma, y de nuevo intentó concentrarse, las imágenes empezaron a aparecer, pero el siguiente paso no requería solo concentración y poder, el alma debía estar en paz y la mente limpia, las imágenes debían permaneces tal como el mago las quisiera.
En ese momento estaba intentando crear un cuadro, una historia de los errantes, el mito de los ponis marinos lejos en el último océano, las imágenes fueron tomando forma a medida que su cuerno brillaba más y más, en cierto momento, intentó darle profundidad al cuadro, estuvo solo unos cuantos segundos intentándolo, ya que las fauces abiertas de un Menor Ursa negro se le abalanzaron desde lo profundo de sus pesadillas, Trixie cayó con un pequeño grito, manchándose de pasto y soltando un gruñido, el Menor Ursa era la figura más recurrente en sus intentos y pesadillas, no era solo el monstruo, era la humillación y fracaso que traía consigo.
Trixie soltó un suspiro, desde hace un tiempo, había tenido que aprender a lidiar con el fracaso, lo intentó de nuevo y de nuevo, y un pesadilla siempre surgía desde su alma intranquila, muchas veces era el Ursa, pero ahí también estaban las multitudes de miradas acusadoras, las frutas y gritos que lanzaban hacia ella como una avalancha, y Twilight Sparkle, Twilight no la miraba con odio o resentimiento, la miraba como se mira al aire mismo, como si no tuviera la consistencia suficiente para que la mirara, como si perteneciera a otro mundo o ningún mundo en absoluto.
Suspiró profundo y nuevamente se dio cuenta de que no podía usar el hechizo en un show, respiró profundamente y se preparó mentalmente, tomando el camino hacia el pueblo, trotando lentamente hasta su carro para dar su próximo show.
Como en cada espectáculo, tenía la esperanza de que este saliera mejor, de que por fin las cosas empezasen a remontar para ella, la esperanza casi siempre era destruida, pero necesitaba tener esa esperanza, dar vida a las historias era su mundo, su pasión y su cutie mark.
Media hora después escapaba del público con un tomate cayéndole de la melena.
Ese fue uno de los peores shows hasta el momento, desde que había intentado conquistar Poniville bajo la influencia del amuleto, era común que menos ponis la vieran, incluso había tenido que actuar frente a menos de cinco espectadores, se había vuelto peor cuando Twilight se hizo princesa, ahora la llamaban traidora, por haber atacado a una princesa, por supuesto, no es que hubiera estado poseída… Los últimos tiempos habían sido realmente duros, el carro muchas veces había sido su refugio, ese nuevo carro a punto de desplomarse a cada momento, pensó mientras corría esconderse.
Pero nada se comparaba a esto, nunca antes había tenido que refugiarse dentro del carro por una turba que intentaba echarla a toda costa.
Sentía los gritos de disgusto fuera, sujetó la puerta unos segundos mientras sentía jugo de tomate caer por su rostro, mientras intentaba calmarse la ira y la frustración la invadían, era indignante que los ponis fuer se sintieran con derecho a echarla o tratarla como lo hacían, pero no había mucho que pudiera hacer al respecto.
"Traidora, errante traidora" fueron las palabras que iniciaron todo, al parecer el pasado la perseguiría siempre, Trixie respiró profundamente mientras sostenía la puerta y los gritos y golpes se detenían y se alejaban. Podía pasar hambre o frío, pero era la frustración la que la minaba, parecía que este círculo no se fuera a acabar nunca, "No voy a llorar" pensó, tenía que dominar ese hechizo de nuevo, tal vez fuera la única forma de limpiar su imagen, los ponis perdonan al poderoso, eso hicieron con Discord y Luna, aunque fueran mucho más peligrosos que ella.
Rompió esos pensamientos, se largó del pequeño pueblo y se acercó al bosque Everfree, luego de encontrar un riachuelo en donde lavarse tomó una decisión, nunca había aprendido algo de los ponis de ciudad, jamás habían hecho algo de lo que ella quería lograr, solo los errantes y los habitantes lejanos conocían ese tipo de magia, se sentía demasiado avergonzada como para regresar con los errantes, y solo sabía de un habitante de las tierras lejanas, de las que le hablaba su tío en épocas más felices, alguien de quien había escuchado en sus estadía en Poniville, fue en busca de la cebra.
Cuando Frelia y Mystic llegaron a la ciudad Trixie tenía dos años de edad, pero no podían simplemente entrar y comprar una casa, al fin y al cabo los errantes no tienen papeles ni registros, incluso un extranjero lo tendría más fácil, pudiendo conseguir pasaporte. Para llegar a ser ciudadanos, tenían que conseguir cartas de recomendación, y unos sospechosos errantes como ellos, no podían conseguirlo fácilmente, de todas formas, ellos habían conseguido sus dos carros por algo, así que simplemente se instalaron a las afueras de Canterlot en una planicie agradable, y comenzaron a dar shows, los errantes se habían sorprendido enormemente con su decisión, para muchos ellos una vida encadenada a la tierra sería una desdicha, pero luego de conversar la razón los despidieron con efusión, habían salido del campamento llenos de regalos, y promesas de visitas.
En la tarde se podían ver a un gran grupo de ponis, especialmente niños, apelotonados al frente del carro, esperando a escuchar las leyendas y mitos de países lejanos, de lugares donde no vivían ponis, tierras desoladas y desconocidas, donde cebras y camellos sin magia se enfrentaban a una naturaleza bestial, donde los mares de arena, los océanos furibundos, las montañas gigantescas y nevadas atraían al público.
Frelia tenía una voz atrayente y absorbente, cualquiera que la escuchara se sentía de inmediato casi en un trance, era experta en hacer que los ponis se internaran en su show, de a poco, su sutil magia hacía efecto, su voz y efectos de sonido rodeaban a los ponis y aislaban de los sonidos externos, y los tonos de luz alrededor a su vez le daban profundidad a los hechizos de su marido.
Mystic era uno de los mejores ilusionistas de los errantes, con facilidad creaba cuadros e imágenes planas en movimiento, que podían cubrir toda una muralla, eso era impresionante para cualquier unicornio en Equestria, así que era lógico que incluso siendo unos sospechosos extranjeros, los ponis se vieran interesados por ver ese nivel de magia, que entre ambos hacía un espectáculo realmente único.
Y Trixie caminaba bamboleante por todos lados, preguntando todo lo que sus padres hacían, sobre el escenario, las ropas o las técnicas de show, si alguien amaba el espectáculo más que sus padres, esa era Trixie.
De vez en cuando en ese incierto periodo de un año viviendo a las afueras de Canterlot, algunos errantes se pasaban a visitar a los Lulamoon, Trixie recibía cada visita con alegría, ya que su vida se volví algo solitaria solo con sus padres, se sentaba a la mesa con los invitados y le gustaba escucharlos conversar sin intervenir, solo para sentirse parte de la conversación.
Trixie, aún siendo joven, de alguna forma intuía que la gente de la ciudad los veía de mala manera, siempre tenía ese nervio, especialmente porque cuando miraba a la gran ciudad de murallas blancas sentía el ansia de vivir ahí.
Esto pasó al final de un show, Trixie tenía dos años y medio, un niño era acompañado por su padre, los padres de Trixie recogían algunas coas, y ella seguía en su silla, de repente, apareció una poni que se veía de mal humor, y se detuvo frente al padre.
-¡Otra vez! ¡Te dije que no lo trajeras aquí! ¿Cómo se te ocurre traerlo a un show de errantes? ¿La gente está empezando a hablar sabes? En serio no quiero verlos aquí de nuevo, no sé cómo le respondería al club de lectura si me preguntaran por esto. – la madre se veía bastante molesta, Trixie estaba confundida, ¿Cómo podía tener algo de malo ir a ver un show? ¿Y que tenía esa señora en contra de los errantes? Trixie volteo para ver si sus padres habían escuchado, pero parecían tranquilos recogiendo todo.
-Lo voy a traer – dijo el padre tranquilamente – primero, porque los errantes son una cultura con un enorme conocimiento del mundo, segundo, porque es el mejor espectáculo que jamás he visto, y tercero, porque a nuestro hijo le encanta el show, y últimamente, porque me interesa realmente muy poco que digan los chismosos por ahí. – El poni no se dignó a decir nada más, y su mujer se lo quedó mirando – dile a tu club de lectura que intenten no leer la misma novela reescrita una y otra vez – la yegua bufó y el marido se rió contento consigo mismo.
-Por lo menos podrías hacer el favor de no traerlo aquí todos los días – dijo la poni.
-Podría traerlo seis veces por semana – dijo el padre burlesco, la yegua lo miró y suspiró "Lo juro, a veces no entiendo como no nos hemos hecho mártires por tu culpa" y la familia pareció alejarse en paz, pero Trixie seguía nerviosa y atemorizada, ella vivía en el borde de dos mundos, a veces los visitaban algunos errantes, pero fuera de eso, ella quería estar dentro de las murallas de la ciudad, quería ser parte de ese mundo, no ser parte de esa llanura desierta.
-¿Papa?
-¿Si hija? – dijo Mystic, cuando bajo la mirada y vio la pena en la cara de su hija frunció el ceño - ¿Qué pasa Trixie?
-¿Hay algo malo sobre nosotros? Esa mujer estaba hablando de los errantes como si fuéramos mala gente.
-La escuche cariño – Trixie se sorprendió "¿Había algo malo realmente con ellos?" como había estado temiendo desde hace un tiempo – no, cariño, no tenemos nada de malo – dijo Mystic leyéndole el pensamiento - el padre del niño lo dejó claro, la gente simplemente tiene temor.
-¿Temor porque? Nosotros no hemos hecho nada malo – dijo la pequeña frunciendo el ceño a su vez.
-Simplemente porque somos algo diferentes – dijo Mystic terminando de ordenar – ellos tienen un vacio en la mente cuando piensan sobre nosotros, entonces, ese vacío puede ser CUALQUER cosa, es el miedo a lo que podría ser, no a lo que somos – los errantes solían hablar así a sus hijos, honestamente, incluso cuando tal vez no puedan entender – solo tienen que conocernos y el temor se va a ir, además, no es todo poni el que se siente así.
-¿Entonces si llegan a conocernos vamos a poder vivir con ellos, como gente normal? – la pequeña poni azul era muy madura para su corta edad, Mystic se sorprendió, la libertad no le dejaba ver claramente como se sentía su hija, pero en ese momento se dio plena cuenta de que el mundo de la pequeña era esa pradera, ese día insistiría con su mujer que entrar a la ciudad tenía que ser considerado un asunto urgente.
-Podemos intentarlo – dijo Mystic luego de un rato, ellos tampoco solían mentir a sus hijos – y seguramente podemos llegar a ser parte de la ciudad, aunque no creo que puedas convencer a todo el mundo, pero si tener un buen montón de amigos.
Trixie bajó la cabeza, de algún modo estaba feliz y triste al mismo tiempo.
-Ahora vamos, se hace tarde - dijo haciéndola flotar, recibiéndola en el lomo – Trixie estaba más tranquila abrazada al lomo de su padre, pero los temores echarían raíces en el tiempo.
Trixie caminaba por el bosque, era el segundo día que caminaba por él, el primero simplemente había estado usando la brújula para mantenerse en rumbo, la amargura del último show no desaparecía, y estaba impaciente por encontrar a la cebra que tal vez pudiese ayudarle, aún así, no quería caminar por ahí en la noche, cuando oscureció la primera vez, se ocultó en el carro y a pesar de los ruidos tuvo un corto y ligero sueño.
La siguiente noche no se detuvo, según ella pensaba, debía estar cerca del camino del que le habían hablado la última vez, tal vez un poco más al sur, de todas formas una vez saliera podía buscar el camino que según decían llevaba directo a la casa de la cebra.
Por eso caminaba ya entrada la noche, después de todo, si escuchaba algún ruido, podía entrar en su carro y defenderse desde ahí, se sentía bastante segura de sus capacidades mágicas, así que siguió caminando horas, hasta que casi era medianoche, y sonidos extraños llenaban la oscuridad.
Con lo que no contaba, era que caminar dos días por el bosque había conseguido cansarla, y por lo tanto, reducir su concentración, en ocasiones había sido atacada por animales, con su cuerno y sus cascos lograba defenderse, pero luego se daría cuenta de que se estaba arriesgando a morder más de lo que podía mastica.
Trixie se paseaba bajo la noche sin Luna, estaba realmente oscuro, y demasiado silencioso, se hubiera dado cuenta de eso si no hubiera estado tan cansada, pero solo siguió tirando del enorme carro, mitigando su energía física y mágica, tal vez fuera por lo carrasposa de su respiración, pero no escuchaba los ligeros pasoso a su alrededor, tosía de vez en cuando, pronto se iba a resfriar, pensó con molestia, resfriarse en sus condiciones era una patada en el culo, en un momento, se detuvo a toser con fuerza unas cuantas veces, ocultando el sonido de fondo que se acercaba, luego bostezó con fuera, no viendo los ojos que se acercaban a ella desde la oscuridad, solo cuando escucho una rama romperse demasiado cerca suyo abrió los ojos rápidamente, para verse rodeada de una manada de timberwolfs.
Trixie despertó de golpe y corrió a la puerta, pero esta tenía tres lobos frente a ella, en primer momento la paralizó el terror, y los lobos comenzaron a rodearla y acercarse, cuando el primero saltó y ella lo esquivó por poco, despertó y tomo la iniciativa, con un enorme esfuerzo, posible solo por el golpe de adrenalina, el carro voló hacia el oeste, dejado un lugar donde escapar, el estruendo del mismo destruyéndose contra un árbol asusto lo suficiente a los lobos como para que Trixie alcanzara a correr unos segundos, luego de eso, se convirtió en una persecución infernal.
"¡No dios ¿Por qué me está pasando esto?!" se preguntó, recordando que los timberwolfs despedazaban a sus presas vivas antes de comérselas, el terror estaba haciendo estragos en ella mientras corría tan rápido como se lo permitían los cascos "¡¿Por qué?!" había estado bloqueando esa pregunta largo tiempo, todo lo que le había estado sucediendo por un largo tiempo era demasiado cruel, y ahora corría por su vida de esos lobos viciosos, "vaya excuso de vida" las lágrimas y la tristeza comenzaron a fluir.
Tenía que mantener su cuerno encendido como un faro si quería correr por el bosque de noche, atrayendo la completa atención de los seres que corrían y aullaban detrás suyo, cansada por la caminata, por la situación y por empujar el carro se vio obligada a lanzar ramas y rocas por su hombro, intentando que los lobos no le dieran alcance.
"¡¿Porque me pasa esto a mi?!" sus pensamientos pasaron de los lobos a su vida mientras corría "Yo solo tenía un show, porque me odian por decir mentiras en un show, era obvio que no podía haber vencido a un Ursa Mayor, y luego el amuleto tomó control sobre mí, ¡¿Por qué no pueden perdonarme?! ¡Perdonaron a Luna y a Discord!"
La pena la abrumó, pero el estoicismo que había necesitado a lo largo de toda su vida no la abandonó, mordió su labio fuerte y redoblo esfuerzos, pero aún así escuchaba a los lobos acercarse cada vez más, los escuchaba a los lados, intentando cerrarle el paso para comer.
Casi todas las criaturas del bosque eran indefensas ante los lobos, así que se confiaron frente a Trixie, el primer lobo que saltó hacia a ella casi la atrapa, alcanzó a rasgar parte de su flanco, pero ella saltó y lo golpeó con las patas traseras, un poni no es una presa tan fácil, menos un errante, aún así entró en pánico, lanzando rocas y ramas sin ton ni son.
"Lo único que quería era dar un gran espectáculo" pensó, pero se dio cuenta de que no era así, lo que había querido era admiración y fama, que la miraran hacia arriba, como a alguien superior, al fin y al cabo la habían mirado demasiado tiempo hacia abajo, en Canterlot e incluso en Manehatan "¿¡Es eso suficiente para merecer todo esto, para ser diada, atacada con fruta podrida, volverme pobre y miserable?! ¡ ¿Para qué me despedacen los timberwolfs?!"
Ahora respiraba pesadamente, sentía como si sus pulmones fueran a explotar, el sudor se mesclaba con la sangre de los ataques fallidos de los lobos, la cabeza le dolía y sabía que no podía seguir mucho tiempo así "¡Si solo nunca hubiese ido a ese maldito pueblo, si nunca hubiese visto a esa maldita poni purpura!" en ese momento se dio cuenta de que jamás había podido dar un espectáculo como lo habían dado sus padres, también recordó cómo se comportó con ellos el último tiempo, y la última vez que los había visto, antes de que se fueran sin poder darles una despedida cariñosa, "Tal vez por eso" pensó, y vio el final del bosque.
-¡Ayuda! ¡POR FAVOR AYUDA! – gritó con lo último de sus fuerzas antes de salir del bosque, en ese momento, sintió una garra en el flanco, cayó rodando y el timberwolf estaba encima de ella en un segundo, su cuerpo dolía horrores, el terror no le hizo posible fijarse en nada más que en el monstruo encima de ella, el timberwolf apuntó a su garganta, pero ella pateó el suelo una última vez y la dentellada la alcanzó en el pecho, le arrasó un dolor indescriptible, antes de desmayarse escuchó unas voces de alarma, un destello celeste, y sin saber porque, pensó "Lo siento" luego de esa la oscuridad se apoderó de ella.
La infancia de Trixie fue un momento bastante solitario, solo tenía a sus padres y la casual visita de algún errante, si bien era divertido tener a un visitante, la mayor parte de ellos pasan por ahí y luego desaparecían para no ser vistos ya más.
Una vez que se ubicaron en la ciudad las cosas mejoraron, cuando Trixie tenía cuatro años, ya estaban viviendo en una pequeña casa de madera como ciudadanos, habían conseguido las firmas y el apoyo mayormente de parte de los teatros y productores locales, que querían usar la habilidad de sus padres para hacer negocio, no es que se quejaran mucho por eso, seguían siendo una familia feliz y unida, pero la sombra de las malas lenguas siempre estaba por sobre el hombro, como un mal presagio.
Trixie como siempre se la pasaba ayudando a sus padres, e intentando aprender su arte, era una pequeña bastante inteligente y observadora, y ahora que al menos estaba dentro de la ciudad, lograba sentirse segura.
No es que su padre la pasara bien todo el tiempo, los productores locales le negaban la presentación de casi cualquier cosa que contuviera un demonio o una divinidad ajena a las creencias de Equestria, con lo que la mayor parte de sus historias quedaban fuera, además, el gusto de los ciudadanos estaba más centrado en bellas imágenes que en los efectos que les pudiese dar su padre, así que se concentraba más en hacer una recuadro agradable en vez de darle a sus imágenes movilidad y dinamismo, por supuesto que estaba frustrado, pero además de eso sospechaba que no era solo por las preferencias, si no que el mundillo del espectáculo le negaba la oportunidad de presentar algo mejor de la que los locales podían hacer.
-¡Esto ya está empezando a ser estúpido! – Dijo un día Mystic llegando a casa cuando acababa de recibir un guión – Solo mira esto, tenemos que representar la batalla de Celestia y Nightmare Moon, pero nada de violencia, nada de rayos e incluso tengo que evitar peleas… ¡Mira esta anotación "Intente evitar movimiento"! ¡Por estética, claro! – dijo el tomando sus cascos y agarrando su cabeza, hace un tiempo ya que la frustración se estaba acumulando dentro de el.
-Calma cariño – dijo Frelia acercándosele y acariciando su cabeza, entre los errantes es común la falta de parecidos entre los padres y los hijos, Mystic tenía un pelaje café chocolate, y Frelia color de arena, ambos tenían ancestros del tonos azules, y ambos eran, obviamente, unicornios – dale un tiempo al asunto, acabamos de entrar a la ciudad, pronto van a comenzar a tomarte en cuenta.
-Si papi, yo creo que es mejor – dijo la pequeña, siempre intentaba adecuar la opinión de todos, vale decir, siempre ligeramente a favor de Canterlot – creo que las historias son más agradables así.
-Al menos para los espectadores melosos de por aquí – dijo Mystic, Trixie se sentía atrapada cada vez que aparecían estos problemas, lo que más quería era poder ser parte de la ciudad – mientras todo sea bonito y tierno, todo está bien, no importa que tan poca habilidad se necesite, si sigo así me voy a terminar oxidando… yo – soltó un suspiro – perdón, solo, es que quiero volver a usar mi magia como amo hacerlo, eso es todo.
Frelia le tomo el mentón y le dio un beso, ambos sonrieron y el ambiente se calmó.
Trixie se fue a su rincón y siguió leyendo, lentamente como cualquier pequeña de su edad lo haría, la casa era de madera, algo tosca, el interior era regulas, pero desde fuera los tablones tenían formas extrañas, como si simplemente hubieran quitado la corteza al árbol y lo hubieran lijado, era una técnica antigua, cuando no podían desperdiciar madera y no tenían mucho espacio para construir, ni mucha mano de obra, se hacía esperando que los habitantes dentro no sintieran tanto frío, sin duda no la habían construido en una época de oro, pero ahora le daba un toque carismático a la construcción.
La pequeña intentaba borrarse la expresión triste del rostro, siendo más inteligente que la mayoría a su edad prefería estudiar en casa, donde realmente podía aprender algo, fuera de eso los niños en el parque no jugaban con ella, así que sentía el rechazo duramente, a los segundos su padres se levantó y se acercó a ella, Trixie lo miró con un puchero que ni siquiera sabía que estaba ahí, su padre sonrió y bajó el moro para besar su cabeza, luego la tomó en brazos y comenzó a leerle el libro, Trixie recuperó su sonrisa de inmediato, escuchando ensimismada las palabras de su padre.
Ese día Trixie tenía que hacer unas compras, sus padres estaban muy ocupados, pero a esa hora era seguro enviarla comprar unas cosas a unas cuadras de distancia, casi siempre intentaban acompañarla a todos lados, pero como errantes no sabían si era bueno estar SIEMPRE vigilándola, además, la mima potrilla insistía en salir sola del hogar.
Canterlot tenía muchas actividades relacionadas con la milicia y el comercio, y también muchas relacionadas con las bellas artes, es un mundillo muy competitivo, y Mystic y Frelia, por su pericia, se ganaron un puesto asegurado dentro de las taquillas, no es que eso no molestara a nadie, ponis que desde hace años intentaban hacerse un nombre se vieron desplazados por los errantes recién llegados a la ciudad.
Los "Traidores errantes"
Uno de los ponis más afectados fue Frictus, un poni de color ladrillo, Frictus no era un artista, era un productor independiente que había perdido dos escenarios justo cuando la familia de Trixie llegó a la ciudad, el estaba en el local en el mismo momento
-Buenos días señor Pondicherry – dijo la pequeña Trixie asomándose por encima del mostrador, le gustaba ese señor, nunca hizo ninguna diferencia entre ella y los demás niños, no le dejaba ni más ni menos dulces de regalo cada vez que salía comprar – Aquí – dijo levitando una lista – es la lista que dio mi mamá, por favor.
-¿Están bien tus padres pequeña? – preguntó Pondicherry.
-Si, muchas gracias – dijo Trixie sonriendo, luego se hizo el silencio, en ese cordial trato de cliente y vendedor.
-Voy a hacer tu paquete luego del del señor, estaba antes – dijo Pondicherry.
-Okey – dijo Trixie mirando a Frictus, que miraba los paquetes de tabaco en otro mostrador,
-Entonces, Frictus, ¿Cómo te va?
-No muy bien – dijo el poni – con esos errantes ya no puedo conseguir un show digno – se notaba el tono despectivo en su voz, Pondicherry lo miró unos segundos pero Trixie cuando escuchó eso simplemente se quedó quieta e intentó no llamar la atención, en ese momento Frictus la vio y la reconoció de la primera función de los errantes, era la pequeña que se había lanzado a ellos después de espectáculo, lanzó una mirada maligna.
-La gente está sorprendida con sus trucos y sus estúpidos cuentos, pero dentro de un tiempo se van a dar cuenta de que su show sin refinamiento no se compara a lo que desde hace siglos hacen los habitantes de Canterlot.
-¡Frictus! – dijo Pondicherry, Trixie miraba al suelo y respiraba rápido asustada.
-De todas formas, ¿Cuándo los traidores errante pensaron que…
-¡Frictus! – dijo Pondicherry más alto casi en grito, ambos se sorprendieron, ninguno de los dos pensaba una reacción tan fuerte frente a comentarios contra los errantes – toma tus cosas y vete, no necesito tu dinero – dijo Pondicherry dejando la bolsa bruscamente en el mesón, Trixie lo miró con agradecimiento, aunque él no lo notó ya que miraba a Frictus fijamente, con un shock en el rostro dingo de una fotografía, la defensa de la pequeña había sido fuerte y efusiva.
-¡Bien! – Dijo el poni – ¡esos sucios extranjeros nunca van a ser parte de Canterlot, no voy a volver a esta apestosa tienda! – dijo tomando la bolsa y saliendo, murmurando calumnias bajo el hombro.
-Espero que no vuelva, nunca me cayó bien – dijo el dueño de la tienda.
Trixie estaba agradecida pero eso no evitó el susto y la pena, no era Frictus lo que la afectaba tanto, era que la ciudad parecía rechazarla a ella y sus padres a cada momento, por un momento se hizo silencio, Pondicherry era un buen poni, pero no tenía demasiado tacto, cuando escucho el primer sollozo de la pequeña quedó algo paralizado sin saber qué hacer.
-Oh Trixie, no te preocupes de lo que dice ese tipo - dijo Pondicherry – ese imbécil solo quiere hacer daño.
-Pero tiene razón – dijo la pequeña, limpiándose una lagrima – nadie nos quiere en esta ciudad, todos dicen cosas feas y… – un sollozo la detuvo.
-…Bueno, yo no soy así – dijo Pondicherry – Trixie se mantuvo en silencio – solo dale un tiempo a las cosas y todo va a estar mejor eventualmente – dijo Pondicherry, tomó las cosas y Trixie pagó con el dinero justo – Toma – le dijo el buen poni algo desesperado dándole una bolsa grande de golosinas – ¿y no te preocupes de lo que diga ese tipo okey?
-Okey – dijo Trixie, pero no podía evitar llorar – gracias.
-De nada pequeña, solo cuídate – dijo el hombre.
Trixie se fue a un pequeño parque de camino a casa y se sentó en un banco, se secó las lágrimas y comió golosinas mientras miraba a los demás niños jugar, los demás padres, en su mayoría preferían que sus niños tomaran cierta distancia, y Trixie jugaba sola con Mystic y Frelia, el parque no era el mejor lugar para subirle el ánimo.
Unos cuantos sollozos se escuchaban, pero Trixie sacudió la cabeza, su mamá tenía razón, las cosas mejoraban, ya les dejaron entrar a la ciudad, ahora tenían algunos conocidos, y siempre iba a tener a sus dos padres, todo mejoraría con el tiempo.
Pensó en decirle a sus padres pero se dijo que solo los pondría tristes, así que se limpió, sonrió, y se apresuró a casa, pues ya se estaba tardando demasiado, su sonrisa, de todas formas, era una sonrisa algo adulta, de esas sonrisas que se levantan a propósito para evitar la pena, no una sonrisa realmente honesta, igual que su convencimiento, todo iba a mejorar era el mantra al que se había acostumbrado en su corta vida.
-Entonces querida, ¿Qué es lo que tienes en mente que frunces el ceño a cada minuto y te alejas sola al balcón? Sin duda no es por culpa de Fluttershy, la velada ha sido encantadora – dijo Rarity, había seguido a Twilight al balcón nuevo del cobertizo de la pegaso amarilla, esa velada la pasaban en casa de Fluttershy, justo esa noche de verano, una especie particular de flor florecía pasado la medianoche, así que planearon estar hasta ese momento, desde las nueve de la noche se entregaron a una sobria y elegante velada, pero como Rarity decía, Twilight no parecía muy en este mundo cada cierto tiempo.
-No, por supuesto que no es culpa de Flutter, ¡esta noche ha sido magnífica! – dijo en un susurro nervioso Twilight, sabiendo que eso podría afectar fácilmente a la anfitriona, pero luego miró la sonrisa de Rarity y se dio cuenta de que ya era imposible negar que le pasara algo, tampoco es que tuviera sentido negarlo – okey… desde hace tiempo que me molesta, pero hoy en particular no me lo puedo quitar de la cabeza – dijo Twilight, Rarity la seguía mirando, bebiendo del ponche – es por Trixie.
-¿Trixie? Bueno eso no me lo esperaba.
-La primera vez que vino perdió su carro, y el amuleto le costó mucho trabajo, antes de intentar lo que intentó… solo me preocupa, es decir, ¿Por qué vivía en un carro en primer lugar… porque no volvió a su hogar luego del incidente con el Ursa Menor, tiene siquiera donde volver? Me preocupa, he pensado en eso un buen tiempo, no logro llegar a una respuesta y no me gusta pensar en que algo malo le pase, Rainbow todavía la recuerda mal, y al fin y al cabo hizo lo que hizo por el amuleto… hoy solo me molesta un poco más, pero me gustaría saber cómo le está yendo, es solo que es casi imposible contactar a esa yegua – dijo Twilight.
-Bueno, no es… - pero en ese momento Rarity se interrumpió, pues desde el bosque les llegó un feroz estruendo.
-¡¿Que demonios fue eso!? – dijo Apple Jack desde dentro.
-Oh mi…
-Fluttershy, ¿hay algún animal que pueda hacer ese sonido? – preguntó Pinkie mirando de reojo por la ventana.
-Ninguno que yo conozca – dijo Fluttershy, si no era ninguna que ella conociera entonces no era ningún animal en lo absoluto.
-Tal vez deberíamos salir – dijo Rainbow – puede haber un poni en problemas.
-Eso suena peligroso – murmuró Twilight – pero Rainbow tiene razón, si hay alguien en peligro deberíamos ayudar – las ponis salieron, Fluttershy y Pinkie detrás y Rainbow delante de todo.
Estuvieron varios minutos afuera, murmurando y mirando el bosque, estaban a punto de devolverse hasta que escucharon un grito.
-¡Ayudaaaaa! ¡Por favor ayudaaaaa! – solo Twilight reconoció la voz, pero todas se dispararon hacia el frente, tal vez si hubieran estado más cerca hubieran alcanzado a escuchar la persecución, pero solo llegaron a tiempo de ver a una herida Trixie salir del bosque sangrando y tropezar.
-¡Oh dios mío! – se escuchó decir Twilight lanzándose hacia delante, antes de que el lobo le clavara los dientes a Trixie y esta se desmayara - ¡Trixieee!
En ese momento una Rainbow, muy delante del resto golpeo al lobo con todo lo que tenía, los lobos intentaron rodear a Rainbow, pero las unicornios llegaron justo a tiempo, entre las dos unicornios, Rainbow y Apple Jack lograron hacer retroceder a los lobos que habían alcanzado el límite del bosque en la persecución y que no habían quedado atrás por los ataques de Trixie, de todas formas, bajo la poni malherida ya se formaba un pequeño charco de sangre, las cuatro la miraron un segundo en shock.
-Twilight… - murmuró Fluttershy por lo bajo cuando llegó al lado de Trixie junto con Pinkie.
-No te pre… - empezó a calmarla Twilight.
-¡Tráela dentro rápido, hazla flotar y que no cambie de posición! – Gritó Fluttershy corriendo de vuelta, pálida como la muerte - ¡Todas vengan conmigo!
El gritó autoritario de Fluttershy las hizo reaccionar, Twilight tomó a Trixie y juntas corrieron al cobertizo, Rarity estaba al borde del ataque, las demás tenían una expresión de terror mientras la sangre goteaba por debajo de la poni, Pinkie estaba llorando.
Cuando llegaron dentro vieron que Fluttershy había despajado un mesa, parecía estar en un estado de autómata, miró a las demás y ordenó de nuevo.
-¡Encima de la mesa ahora, Pinkie, tráeme el cofre debajo de mi cama y el salero! – "Okey Doky" saltó Pinkie con un tono alterado que le quitó todo el encanto a la expresión, y corrió hacia la cama de Fluttershy - ¡Rainbow, ve al hospital, dile que tenemos a una poni malherida, que manden una ambulancia! – Rainbow solo asintió, tener algo que hacer le alivió y la distrajo y salió disparada por la puerta.
-¡Dulce Celestia! – dijo Twilight cuando sintió una gota de sangre caer por su cuerno, todas las ponis tenían cara de shock y las bocas abiertas, mirando la escena, era un nivel de violencia increíble en Equestria.
La única concentrada y activa era Fluttershy, estaba pálida, pero no gastó un segundo de más en examinar las heridas.
-Aquí – dijo pasando una botella llena de alcohol – restriéguense los cascos con esto – ellas lo hicieron todavía sin reaccionar.
-Va a estar bien, he tenido a un par de amigos malheridos – dijo, eso despertó a las demás – Apple Jack, necesito que la sostengas – "O – Okey Fluttershy" – Rarity, ayúdame a sacar las astillas – la poni asintió y sacó unos pinzas del cofre – Twilight ¿Puedes hacer un hechizo para cambiar el color de las astillas?
-Son… son muchos objetos muy pequeños, tendría que concentrarme en mantener el hechizo – dijo como disculpándose – no… ¡No es mi fuerte en magia!
-Eso va a ser suficiente – dijo Fluttershy – Trixie está sangrando mucho, tenemos que cerrar las heridas, pero las astillas son muy infecciosas, mientras más pronto las saquemos, más pronto cerramos las heridas, si sangra demasiado pueden haber secuelas.
Comenzaron a trabajar, las heridas del flanco y los cascos fueron primero "las garras casi no dejan astillas" murmuró Fluttershy, las heridas fueron limpiadas y vendados, Pinkie enjuagaba y limpiaba paños, empapaba algunos en alcohol o le daba algodón y desinfectantes a Fluttershy según ella se lo pidiera, a cada acción el cuerpo de Trixie se retorcía un poco, Apple Jack la sujetaba sintiéndose una torturadora, especialmente cuando Fluttershy, luego de limpiar una herida, echó sal sobre la misma, Trixie soltó un lamento "¿Fluttershy…?" preguntó Twilight viéndola "Cualquier cosa que mantenga la sangre dentro" dijo Fluttershy.
Rarity acababa de limpiar una de las heridas de agujas usando pinzas junto con Fluttershy.
-Pinkie, limpia el aguja e hilo – dijo Fluttershy, Pinkie asintió, cada vez que veía los ojos abiertos pero velados de Trixie decía algo para subirle los ánimos "Tienes que ponerte bien ¿Okey? Cuando estén buena vamos a tener una fiesta y tu vas a ser la invitada de honor" nadie sabía si Trixie escuchaba algo, pero era calmante escucharla.
En ese momento una herida quedo limpia, profunda, Fluttershy sacó la sangre con una jeringa.
-Rápido Rarity, cierra la herida.
-¡¿Yo?! Yo simplemente no pue…
-Ahora Rarity, Trixie te necesita – Rarity incluso parecía verse más blanca que de costumbre, asintió levemente y comenzó a trabajar.
La terea parecía lenta y tediosa, casa una se preguntaba cómo es que había pasado, eso, porque de repente Trixie aparecía en el bosque siendo atacada por los timberwolfs, pero las ordenes y el ritmo de Fluttershy las mantenían centradas en el trabajo, Twilight en especial se sentía algo inútil solo estaba ahí cambiando el color de las astillas, Fluttershy había dicho que no podían arriesgarse a que su magia tirase de la carne por levitar los trozos de madera, la herida era profunda y podía abrir alguna vena importante, la sangre caís a gotas de uno de los bordes de la mesa, como un tic tac maldito.
Cada una estaba preocupada de su tarea, con la sal y los puntos Trixie se retorcía y Apple Jack la mantenía quieta a la fuerza, para cuando terminaron con el último punto, Trixie ya no se retorcía, la última venda fue puesta, Trixie respiraba débilmente "Eso es todo lo que puedo hacer" dijo Fluttershy, con ayuda de Apple Jack, cambió la posición de Trixie "Podría tener alguna costilla rota" explicó la pegaso.
Se había hecho en tiempo record, solo trece minutos, la casa de Fluttershy era lejana, así que la ambulancia debiera demorarse unos veinte minutos.
-Dios mío, nunca pensé que iría a ver algo así – dijo Pinkie con el pelo lacio.
-Lo sé querida, es tan irreal – dijo Rarity, uno solo espera eso en los soldados que salen fuera de la frontera, no en Poniville, Pinkie esta vez no podía hacer sonreír a un poni, sin pensarlo se adelantó con un paño limpio y comenzó a limpiar la tierra y la sangre de los lugares que no estaban heridos, al momento todas se unieron.
-¿Crees que va a estar bien Fluttershy? – preguntó Apple Jack.
-Hice todo lo que pude – dijo Fluttershy, seguía pálida y tenía los ojos rojos, su fortaleza se desvanecía luego del tiempo de peligro – he tenido un par de ataques de timberwolfs, pero esas veces no tuve ayuda, una herida tuve que quemarla, pobre bebe – dijo bajando la cabeza, en ese momento escucharon un sollozo.
Era Twilight, todo el tiempo que mantuvo el hechizo e hizo que las astillas brillaras de un verde fosforescente, estaba pensando en la poni azul y en que no hacía lo suficiente.
Estaba más preocupada de lo que le había dicho a Rarity, ahora viendo a esa poni, esa talentosa unicornio cuya disculpa y sonrisa recordaba, pensando en todo lo que habría pasado, vagando por las noches, y encima ahora, ensangrentada y herida, muerta si no fuera por ellas, atacada brutalmente, no podía evitar llorar, como la apasionada maga que era, veía no solo un poni, sino un potencial que se desvanecía, si quedaba alguna secuela mental la magia de Trixie se debilitaría considerablemente.
Continuó limpiando las hojas y ramas en su melena, la sangre y la tierra en su pelaje, sollozando.
-Calma Twilight, incluso el oso se recupero después de un tiempo, estoy segura de que Trixie va a estar bien.
-Gracias Fluttershy – dijo Twilight a media voz, limpiando sus lágrimas – por cierto, estuviste genial ahí.
-Cierto, todo pasó tan rápido que ni siquiera tuvimos tiempo de pensar, no quiero imaginarme que hubiera pasado si no hubieras estado aquí – dijo Apple Jack, luego de todo parecía ser la más compuesta, le respiración de Trixie seguía débil pero era regular, y sus heridas sangraban muchísimo menos.
-Oh, no lo hubiese podido hacer si ustedes no hubiesen estado aquí, curé a ese oso, pero los ponis son mucho más pequeños, es una fortuna para Trixie que tuviéramos esta fiesta – miró hacia atrás y las flores ya habían florecido sin que lo notaran, tenían unos hermosos tonos azules y lavandas, aunque se dice que son mucho más hermosas al segundo en que florecen.
-Vaya forma de terminar una fiesta – dijo Rarity – de todas formas ¿Qué estaba haciendo Trixie a esta hora en el bosque?
-¿Estaba perdida intentando llegar a Poniville? – aventuró Pinkie.
-Podría ser – dijo Twilight – espero que Trixie tenga donde ir luego de que saga de esta – todas a miraron preocupadas, a última vez Trixie se había ido sin nada – de todas formas ¿Qué fue ese estruendo que vino de bosque?
-Tal vez nos diga que pasó, no creo que Trixie nos lo pueda explicar en un tiempo – dijo Apple Jack.
-De todas formas, no creo que ninguna tenga que entrar sola, menos en la noche, pasado mañana en la mañana debería ser una buena hora para revisar, para ese momento los timberwolfs deben haberse dispersado completamente – dijo Fluttershy.
-Yo voy – dijo Twilight, "yo también" dijo Pinkie, "Y yo" dijo Fluttershy – esperemos que Rainbow también pueda acompañarnos.
A los veinte minutos llegó Rainbow, como una bala por la puerta, afuera se oía un carro acercándose a toda velocidad, lo primero que vio fueron los ojos hinchados de Twilight y su cara congestionada.
-¡¿QUE… QUE PASÓ?!
-Nada grave, Trixie ya está mejor, pero Twilight parece muy afectada – dijo Rarity.
-Lo siento Rainbow - dijo Twilight intentando calmarse, Rainbow casi corrió a la mesa.
-Siempre has sido buena en esto Fluttershy - dijo Rainbow - ¿Porque fue Fluttershy cierto?
-Sip, nuestra Fluttershy se lleva todo el crédito - dijo Apple Jack.
El carro se detuvo fuera y dos ponis entraron a toda velocidad, un unicornio y un pegaso.
-¿Donde está la paciente? - preguntó el unicornio.
-Ahí está ella - respondió Rainbow.
El se acercó a la mesa y empezó a tantear las heridas de la poni, se detuvo en el pecho, Twilight se sintió algo incómoda, cuando miró las curaciones, el unicornio frunció el ceño por un segundo - Algunas costillas estás rotas, chico pegaso, ver a ayudar aquí - el pegaso abrió la camilla y se acercó, el unicornio hizo levitar a Trixie intentando que no cambiara de posición, Twilight ayudó.
Las cosas se estaban dando bien, el unicornio era nuevo en Poniville, pero el pegaso detuvo su mirada un segundo con sorpresa en la yegua "No han olvidado lo que hizo Trixie" se dijo Twilight, por un momento pensó en si la tratarían de la mejor manera, pero luego se dijo que eran demasiado profesionales como para esperar otra cosa.
-¿Va a estar bien? - preguntó Rainbow.
-A mi me parece que sí, su respiración es regular y su pulso también, es una buena señal, lo demás lo sabremos mañana, ¿Alguna de ustedes es pariente?
-No - dijo Twilight.
-Entonces la podrán ver mañana por la mañana, las primeras horas de evolución son importantes, hacia las nueve sabremos si ser optimistas, con su permiso.
La camilla fue subida al carro y los ponis de tierra comenzaron a tirar con todas sus fuerzas, las amigas salieron y alcanzaron a ver como el carro desaparecía en la distancia.
-Espero que se ponga bien - dijo Apple Jack.
-El dijo que lo haría - dijo Rainbow, que parecía estarse relajando - además Fluttershy es muy buena con estas cosas, de todas formas, ¿que fue ese estruendo que vino del bosque?
-No sabemos, de eso estábamos hablando cuando llegaste - dijo Apple Jack - mañana Twilight, Pinkie y Fluttershy van a ir a revisar, me sentiría más tranquila si las acompañaras.
-Claro, cuenten conmigo - dijo Rainbow dando un giro en el aire.
-A las siete y media aquí - dijo Twilight, el rostro de Rainbow se ensombreció.
Dos días después a las nueve Twilight y Fluttershy estaban a cada lado de Trixie, fue otro impacto, sabía que debía estar conectada, pero se la imaginaba durmiendo plácidamente con un par de cables, en vez de eso, estaba en una posición extraña, llena de máquinas alrededor, eso dolió.
"Usualmente desconfiamos de las curaciones ajenas a la medicina, pero tu amiga estuvo genial, la mordida golpeo puntos críticos, no estoy completamente seguro, pero creo que incluso salvó la vida de Trixie, ahora ni siquiera esperamos algún daño permanente, ella solo está muy débil, necesita reposo y sueño, el coma inducido debe mantenerse al menos una semana"
Las palabras del doctor la habían calmado y preocupado al mismo tiempo, la luz grisácea inundaba el pasillo a esa hora de la mañana.
-Y no solo por la mordida - dijo el doctor - su cuerpo tiene poca grasa y está delgada, muestra síntomas de falta de alimento y sueño, además de mucho stress, va a necesitar un amigo cuando salga de esta - dijo sonriéndole.
-... Están... están atendiéndola bien ¿no es cierto? ... aunque haya intentado... - Twilight se detuvo nerviosa.
-Princesa... es fácil olvidarlo... como sea, vamos a atender a Trixie como a cualquier poni, lo mejor posible, intentando que salga de aquí sin que no haya nado que no hayamos podido hacer, no es trabajo de la medicina juzgar a quien nos necesita.
-Gracias, lo siento, es que...
-No se preocupe, lo entiendo - dijo el doctor - visitas hasta las una y de cuatro a nueve.
Twilight recordaba sus palabras cuando Fluttershy entró con una mascarilla puesta, el ceño se le frunció, Fluttershy notó la mirada y la expresión.
-Oh, no es necesario, yo fui a pedir una por mi cuenta, ella está débil y yo trabajo todo el día con animales - dijo restregando alcohol gel es sus manos - así que no hace mal tener precauciones - luego de unos segundos Twilight salió a pedir la suya.
El día anterior, cuando habían salido a revidar el estruendo, al poco rato se encontraron con el carro destrozado, las cuatro se detuvieron en el pequeño claro a observar, el carro era una pieza de mala calidad, construido casi con sobras de madera, y no se veía nada de valor, aunque eso no era la más extraño, las tablas tenían manchas y dibujos, ahora que estaba destrozado, claro, no estaba claro que decían.
Rebuscaron entre los escombros, la mayor parte de las cosas estaban rotas, solo encontraron un pequeño cofrecito de madera con gemas incrustadas, Twilight dudó pero decidió no abrirlo, definitivamente parecía que Trixie estaba en la ruina.
Viéndola ahora en la camilla, respirando dificultosamente con una peligrosa faringitis, como una muñeca lanzada sobre una cama, la boca abierta, viéndose tan indefensa, el corazón de Twilight se apretó con angustia "¿Qué demonios te pasó Trixie, porque no pediste ayuda, no dijiste que éramos amigas?"
