Disclaimer: Ni Dragon Ball ni sus personajes me pertenecen, todos y cada uno de ellos pertenecen al maestro Akira Toriyama, solo los utilizo para dar rienda suelta a mi imaginación.

¡Ahora si, a leer!


— ¡Cállate! ¡Solo dices estupideces!– rugió una voz masculina demostrando su furia.

— ¡Te odio! – la gruesa palma impacto en su mejilla coloreándola de un tono rojizo intenso, lágrimas salieron de los ojos oceánicos y la joven escapó.

El portazo resonó por todo el viejo apartamento y varios gritos e insultos sonaron a través de los angostos pasillos provenientes de un hombre ebrio.

— ¡Si no abres la maldita puerta, la tiró Videl! – grito el hombre moribundo y con cabello afro.

— ¡Vete, solo nos haces daño!

— ¡Espero volver y encontrar esta maldita puerta abierta, si no verás lo que te haré! – grito furioso Mr. Satán para después abandonar su hogar dispuesto ahogar sus penas en alcohol.

Videl se deslizó por la puerta hasta quedar sentada en el frío y maltratado suelo de su habitación, cubrió su rostro con sus débiles manos bajando el ruido de sus intensos sollozos.

Cómo odiaba su vida, hubiera preferido morir en el accidente que se llevó a su madre, todo gracias a su padre que iba como maniático manejando al estar totalmente ebrio.

Aún recordaba todo.

¡Mark, cuidado!– grito asustada una mujer de cabello negro y ojos violetas.

¡Papá por favor! ¡Detén el auto! – grito una pequeña niña de 14 años.

¡Papi! – grito una pequeña de 7 años abrazando a su hermana mayor.

Muy tarde, el hombre que iba al volante hizo caso omiso a las palabras de su esposa e hijas y aceleró más, para mala fortuna ninguno de los cuatro habitantes en el automóvil vio venir el barranco que le quitó la vida a Miguel Satán.


La joven despertó sobresaltada al soñar con el fatídico día en que perdió a su madre por la imprudencia de su padre, odiaba a ese señor.

Se levantó con dificultad y abrió cuidadosamente la puerta de madera caoba para observar el exterior, pero ese fue su error; cayó bruscamente por un empujón que vino de su progenitor, parpadeo confusa y tomando su cabeza con su mano derecha dirigió su mirada nuevamente a la puerta encontrando a su padre.

—Por fin abres mocosa… – escupió con desprecio, Videl cubrió su nariz al distinguir el notorio aroma a licor.

Mr. Satán agarro bruscamente ambos brazos de su unigénita acercándola a su rostro y mostrando una sonrisa maliciosa la arrojó de manera violenta contra la pared más cercana haciendo que la oji-azul soltará un grito de dolor.

— ¡Deja a mi hermana papá!– grito una voz aguda de una niña de cabello negro y ojos verdes.

— ¡No te metas donde no te llaman! – la niña de ojos color esmeralda cubrió su rostro con sus brazos al ver la palma de su padre acercarse pero como siempre su hermana mayor la salvó posándose delante de ella. — ¡Hermana! – lloro la pequeña de 14 años abrazándola.

Videl en un rápido movimiento puso detrás suyo a Hino recibiendo el puño de su progenitor causando que su nariz sangrase, la joven frunció el entrecejo y se levantó dándole una patada en la entrepierna a su padre.

—Miserable...– gruño el hombre sacando una reluciente arma apuntando a su hija mayor.

— ¡Hino! – grito Videl cargando a su hermana y saliendo a toda velocidad de la habitación antes de que su padre le quitará el seguro a su arma.

La joven esquivaba las millones de botellas mientras escuchaba los sollozos de su hermana, gruño furiosa; no podía creer que su padre tuviera una pistola y las amenazara, tenían que irse de ahí cuanto antes.

Pero al parecer la suerte no estaba de su lado y antes de que pudiera salir el sonido del proyectil lleno el apartamento por completo, la joven grito soltando a su hermana y cayendo al piso a la vez que se agarraba el hombro derecho que había recibido el impacto.

Hino temblaba por el terror que invadía todo su cuerpo sin embargo frunciendo el entrecejo y gracias a que su hermana le había enseñado a defenderse pudo esquivar a su progenitor y tomar el jarrón más cercano para romperlo en su cabeza dejándolo inconsciente.

Sin perder tiempo la pequeña tomo a su hermana mayor del brazo que no estaba herido y la obligó a correr saliendo del viejo edificio, la mujer de ojos azules mandando al diablo su dolor cargo a Hino y corrió más rápido.

Y al salir del edificio, la lluvia las recibió.


— ¡Videl! ¡Despierta hermana! – la joven de cabello negro abrió sus ojos con dificultad, luego de escapar del infierno al que llamaban "Hogar" habían logrado llegar a un callejón lo suficientemente alejado del peligro por lo que Videl no dudó en bajar con cuidado a su hermana y sin importarle su herida cerro sus ojos cayendo en un profundo sueño.

— ¿Cu-cuanto ha pasado Hino? – tartamudeo débilmente notando como la falta de sangre empezaba hacer mella en ella.

—10 minutos Videl, debemos irnos…– rogó con terror.

—Ve-vete tu Hino, yo no puedo…moverme con esta herida.

— ¡No te dejare sola, eso jamás!– grito empezando a llorar, la justiciera en otra línea del tiempo sonrió con dificultad sintiéndose orgullosa de su hermana menor aunque no fuese de sangre si no adoptiva.

—Hi-Hino vete por fa…vor…– esas fueron sus últimas palabras antes de caer en la inconsciencia.


Sus ojos de color comparados con el océano se abrieron de golpe, una luz iluminó su rostro obligándola a girarlo a otro lado reconociendo un lujoso armario, confundida se levantó con dificultad y solo dándose cuenta ahora que se encontraba en una acolchada cama.

— ¿Don…Dónde estoy? –se preguntó Videl, la joven recordó a su hermana menor y sin perder tiempo se levantó decidida a buscarla aunque fue mala idea, pues debido a la sangre que había perdido aún estaba débil cayendo de rodillas al suelo.

—Veo que ya despertaste…– hablo una voz masculina demostrando amabilidad, Videl en un segundo se puso en alerta haciendo que saltase hacia atrás encontrando al portador de la voz. — ¿Estás...bien?– pregunto con preocupación a la vez que se acercaba un hombre de unos 22 años, cabello y ojos negros.

— ¿¡Quién eres!? ¿¡Que hago aquí!? ¡Aléjate! – grito frenéticamente deteniendo al moreno.

—Relajate, estás a salvó...me llamo Son Gohan, estás aquí porque te encontré con herida de bala en un sucio y oscuro callejón.

— ¿¡Donde esta ella!? – reaccionó hostil levantándose de golpe.

— ¿Ella? – cuestionó sin entender acercándose poco a poco sin que la mujer frente a si no se diera cuenta.

— ¡No te hagas el tonto, dime dónde está mi hermana! – Videl lloro rabiosa sintiéndose débil de nuevo y a punto de caer, por suerte su "salvador" la tomo de cintura evitando su caída.

—No grites, te prometo que no te haré daño y a tu hermana tampoco.

— ¿Está bien? – cuestionó dolida pero con una leve sonrisa.

—Es igual de fuerte que tú, solo que aún está dormida porque le dio un resfriado; deberías dormir otro poco, son las 7 de la mañana. – ordenó suavemente acostándola de nuevo en la cama.

—Pe-pero…

—No te preocupes, tu hermana estará aquí cuando despiertes, llámame por si necesitas algo…– susurro amablemente llegando al marco de la puerta deteniéndose por un murmullo de la mujer. — ¿Que has dicho? – pregunto con una tímida sonrisa.

—Gracias.

—No hay de qué. – sonrió afable saliendo de la habitación.

Y sin más Videl durmió, pero esta vez tranquila.

._.

¡Hola a todos! Aquí traigo un nuevo fic de mi pareja favorita de Dragón Ball Z: Gohan y Videl, quise hacer un futuro alterno donde Mr. Satán no es millonario, donde Miguel no muere por una enfermedad si no por un accidente y dónde Videl no es hija única, espero les guste y no me salga mucho del contexto de los personajes.

Ojalá les guste este fic y por favor dejen sus follows, favs y reviews lo agradecería mucho, sin más que decir.

~Los quiere Saremi-San 02~