Wrestling's hearts - lucha de corazónes –

Capitulo 1: El comienzo

Era todavía la madrugada no había amanecido aún, en una casa había una muchacha durmiendo placidamente, tapada con las sabanas y la manta, porque estaban a principios de Septiembre y estaba comenzando a entrar el frío. El nombre de esa muchacha era Higurashi Kagome. Era una principiante de sacerdotisa, al principio no sabia de sus poderes, pero un día que estaba en el bosque la atacaron unos demonios y ella asustada libero una extraña energía que los mato, ahí se dio cuenta que tenía poderes de una sacerdotisa.

El despertador comenzó a sonar comenzando a despertarla, ella levanto su mano y empezó a buscar el despertador, hasta que lo encontró y lo apago.

Se quedo sentada en la cama, esperando a despertarse un poco más y luego se levanto. Ahora sin las sabanas, se podía saber como era Kagome.

Tenía un pelo azabache azulado y negro, que le llegaba hasta la cintura, era delgada, con unas piernas que parecían muy suaves y que también eran delgaditas. A partir de su cintura, tenía unas perfectas curvas, los brazos delgaditos, manos pequeñas, tenía un poco más de pecho. Luego por la parte de su cara, sus labios eran finitos y parecían sabrosos, su nariz era pequeña y por último sus ojos eran de color chocolate, tan marrones como el chocolate y con un gran brillo en ellos. Kagome se estiro para despertarse un poco más.

Kagome: ya hoy me toca ir a ese tipo de academia… a sacar todo mi potencial de sacerdotisa… quien lo iba a decir, yo… una sacerdotisa… - sonriendo, cogiendo ropa de su armario y una toalla – bueno ¡a darse un buen baño caliente! – mientras sonreía con ganas y entraba en el baño –

Ya en el baño Kagome llenaba la bañera con agua caliente, esperaba y luego se quitaba toda la ropa, estando como dios la había traído al mundo y metiéndose en la bañera. Se estiraba acostada en ella diciendo como "que gusto", cerraba los ojos para relajarse. Casi se quedaba dormida, pero oyó el grito de su madre, dándose cuenta que debía salir temprano. Salió de la bañera, primero se seco con la toalla todo el cuerpo y se la enrollo en el pelo, para que se secara un poco. Comenzó a vestirse, se puso la ropa interior y luego ya se puso una falda corta y una camisa blanca entre color verde. Se soltó el pelo, cogió el secador y comenzaba a secar su pelo, cuando vio que ya no chorreaba agua comenzaba a peinarlo y por último se lo dejo suelto. Se miro en el espejo

Kagome: ya esta… ni muy arreglada… ni muy hecha una facha – sonriendo saliendo del baño bajando a la planta baja donde su familia comían el desayuno – ¡buenos días!

Sunomi (Madre de Kagome): buenos días Kagome – sonriéndole –

Abuelo de Kagome: hola Kagome, ¿Cómo has amanecido?

Souta (Hermano de Kagome): no te has quedado dormida – con una sonrisa de travieso –

Kagome: no esta vez no renacuajo – con los ojos cerrados, pero sonriendo, sentándose y desayunando –

Sunomi era la madre de Kagome, era una persona muy amable y simpática, quería a toda su familia. Era casi parecida a Kagome, pero ella tenia el pelo corto. El Abuelo era el mayor del templo, el dueño, siempre esta contando leyendas o cosas de esas, Kagome nunca le hace caso y le contradice. Souta es el hermano pequeño de Kagome, es un poco miedica ante muchas cosas, pero es revoltoso, amable, simpático y quiere también a su familia y es el único que se interesa por las leyendas que cuenta su abuelo

Abuelo: ¿Y saben que? Estas verduras dicen que vienen de…

Kagome: vienen de la tienda de la señora Marisol y ya esta – con los ojos cerrados, pero abriendo un ojo como mirándolo que era pesadito –

Abuelo: ays Kagome porque siempre me tienes que contradecir – suspirando – al menos hoy que te vas una buena temporada

Sunomi: Kagome quiero que tengas mucho cuidado… puede ser peligroso… - preocupada –

Kagome: tranquila mamá, aunque no senote, soy una chica muy fuerte – sonriéndole –

Souta susurrando: si… muy fuerte… pero luego se asusta y sale corriendo…

Kagome: te he oído renacuajo – mandándole una mirada asesina –

Souta había sentido un escalofrío

Después de un rato, Kagome había terminado de desayunar, lavo la loza y se fue a su habitación a preparar la mochila

Souta: ¿Hermana no la habías preparado anoche?

Kagome: lo dijiste… "había" pero me quede dormida y lo deje a medias – entonces termino – ¡ya está! – sonriendo, cogiendo la mochila y bajando las escaleras con rapidez –

Al cabo de un rato Sunomi, el abuelo y Souta estaban en la salida del pueblo, viendo como Kagome ponía los bolsos en la parte trasera del taxi. Y luego fue hasta su familia

Kagome: bueno… me voy… os extrañare a todos…

Sunomi: nosotros también Kagome

Abuelo: extrañare que no me contradigas Kagome

Souta: y yo extrañare no discutir contigo Kagome…

Kagome: bueno… volveré para navidades – sonriendo –

Sunomi: ten cuidado ¿vale?... – preocupada –

Kagome: lo tendré… mamá…

Entonces les dio un abrazo a todos, se quedo un buen rato abrazada a su madre, Sunomi le daba un beso en el pelo a Kagome y en la mejilla. Al final Kagome decía adiós con la mano y se subía al taxi, indicándole a donde debía ir

Kagome pensando: bueno… el viaje va a ser largo… me pregunto cuanta gente conoceré en ese sitio… por lo que investigue van todo tipo de gente… Yukais… Hanyuos… Mikos… como yo… monjes… Exterminadores… de todo… creo que igualmente va… a ser un año genial – sonriendo, entonces aún tenía algo de sueño y comenzó a quedarse dormida –

Continuará…