¡Hola a todos! Esta es mi primera historia dramione, estoy algo nerviosa, pero creo que puedo hacerlo luego de tanto tiempo escribiendo. Aun no sé si Hermione me quedara muy Mary Sue o muy OCC, así que díganme si algo de ese estilo pasa, lo mismo con Draco.
Acepto toda clase de opiniones y críticas. Aun no sé muy bien como quedara la historia, ya que solo tengo una vaga idea de cómo será.
Acto Uno: Primer Error-Enamorarnos.
Escena uno: Encuentros Fatídicos
Ya ha pasado varios meses desde que se acabó la guerra con Voldemort. Han habido perdidas, muchas pérdidas, y a veces pienso en todo lo que ha pasado, en los caminos y decisiones que he tomado han sido las correctas, siempre me lo estoy cuestionando. Si cierro los ojos y me concentro muy bien aún puedo oír los gritos de la gente, mientras algún mortífago decía la maldición asesina con odio impregnado en la voz a un alma inocente que estaba ahí, luchando, por lo que creía o solo por simple capricho del destino termino, podía aun ver como Hogwarts era destruido y saqueado, como uno tras uno los cuerpos inertes iban cayendo. La impotencia que a veces uno siente en esos momentos es mayor que cualquier orgullo o valentía Gryffindor de la que tanto me jacto, y aun cuando eres la bruja más inteligente de Hogwarts, de tu generación, el cerebro del trio dorado y una de las mayores esperanzas para el mundo mágico y muggle, sientes miedo, porque las esperanzas caen sobre ti, sobre proteger a el elegido, al niño que vivió, a Harry Potter. Sabes de memoria todos los hechizos de ataque, de protección, y el Ejército de Dumbledore no es nada comparado con el hedor del campo de batalla, nada nunca te prepara para los errores que enfrentas.
No ha sido para nada nuevo, ni sorpresivo que apenas llego la carta en la cual McGonagall me informaba que podía terminar mis estudios junto con los otros afectados por la guerra que tuvieron que interrumpirlo, escribiera mi respuesta confirmando mi ida a cumplir mi último año a Hogwarts. Para la gente que quiera terminar mis estudios es raro, hay cosas que la guerra no cambia. Supongo que creen que por ser la heroína del mundo mágico tendré todas las puertas abiertas y es cierto, pero solo a veces quisiera que vieran un poco más lejos de eso, quiero que vean mi hoja de vida y mis expedientes de notas, y me den el trabajo en el ministerio por mis méritos y no por ser la mejor amiga de Harry Potter. Patético. Así que solo estoy empacando mis cosas para ir a Hogwarts, para terminar mi último año, a veces me pregunto… ¿Habré hecho bien en irme con Harry en una misión suicida de búsqueda de algo que ni sabíamos que era con certeza? Prácticamente escape de mis responsabilidades como alumna, como prefecta, en un impulso de amistad. Aunque no lo necesitara, porque no había problema, nadie me señalaría por no terminar Hogwarts, solo sería una mera formalidad; pero como soy Hermione Granger, obviamente decidí ir por el camino más difícil y masoquista, que es acabar el colegio. Aunque siempre me ha gustado Hogwarts, su magia y todo lo que le rodea, también me gusta quedarme haciendo nada y leyendo un libro, disfrutando de la tranquilidad que da la sensación después de haber hecho todo lo que tenías que hacer.
Harry ya es auror, considerado uno de los más capaces de su época, pero al parecer toda la suerte estuvo de su lado y en una serie de hechos que aún no tienen explicación, no los llamare coincidencias, todo sucede por algo y tiene premeditación y esa premeditación conlleva a esos hechos, por tanto el hecho en que Harry terminase por algún motivo siendo dueño de la varita de Sauco, es una serie de hechos en un complot causado por Dumbledore.
Bravo Hermione, ahora sabes porque no tienes novio y Ron no te quiere hacer caso luego de ese beso, estúpida. Pienso demasiado, mi mayor problema, soy una escéptica por naturaleza y todo tiene una explicación científica y hechos que lo fundamenten, sino no creo nada.
Por parte de Ron, nadie quiere sacarlo de su tristeza por la pérdida de su hermano Fred, aunque trabaja como auror al igual que Harry, perdió esa chipa de inocencia que siempre me fascinaba y ese estado de tranquilidad que siempre me enloquecía. Ginny está dudosa de ir conmigo a terminar Hogwarts, ya que ahora que la guerra termino y después de la casi muerte de Harry está demasiado, pero demasiado pegada a él, y él no se preocupa por quitarla, ya que es lo que el necesita, que alguien le consuele con todo ese amor que solo ella puede tener. Parece ser que soy la única de mis amigos que quiere ir al colegio, lo comprendo, cada ladrillo tiene recuerdos de personas muertas, cada lugar está manchado por sangre de inocentes, de mortífagos y volver ahí es como un shock emocional. Ahora que todo el mundo es prestigioso por haber luchado en la batalla, ya solo toca dar como parte de su hoja de vida "Estuve en la Batalla de Hogwarts apoyando a Potter" y te gritan contratado, aunque no seas calificado para el puesto. Me molesta la hipocresía de la gente, cuando nadie creía que íbamos a ganar, ahora nos tiran flores y besan el suelo de por dónde pasamos.
Mis amigos van a despedirme a la estación de King Cross, somos más unidos y a la vez más distantes, es como si hubiese un abismo después de las cosas que sucedieron. No era un día especialmente hermoso, estaba lloviendo y solo quería llorar, quería ir con mis padres, acurrucarme en los brazos de mi madre, y ella me diría que estaba soñando, que tenía 11 años y que pronto partiría a Hogwarts para cumplir mi destino como bruja, que solo había sido una pesadilla ver a tanta gente muriendo enfrente de mis ojos.
Nos despedimos con un abrazo, con tranquilidad, dolor. Ron, Ron me abrazo más tiempo que Harry y en su abrazo pude sentir todo lo que había sufrido, todo lo que sentía, cariño, tristeza, rencor y más que todo un profundo dolor. Parecía que me quisiera decir, "Te amo. Quédate" Pero aun si lo dijera, Hogwarts era mi hogar, al que le debía mis conocimientos y lo que era Hermione Granger ahora, me parecía justo despedirme bien de él, terminando lo que había comenzado a mis casi doce años. Encanto mi baúl para que no pese tanto.
Me subí al tren con una sonrisa melancólica, e irónicamente era el vagón en el cual había visto por primera vez a Harry y Ron. Me senté, como si eso fuese a traerlos de vuelta, a llevarnos a esa época marcada de inocencia. Miro el paisaje antes que el tren empezara a moverse, la sensación de después de estar en el mundo muggle por un tiempo y volver al mágico, nunca se me quita, esa fascinación por lo fantástico me gusta de manera enloquecedora y solo un nacido de muggles me entendería. Empecé a jugar con mi varita, a hacer hechizos fáciles, recordando todo, desde el troll en las mazmorras hasta cuando me despedí de ellos hasta hacia unos pocos minutos estando en sus brazos. Realmente, Harry era como mi hermano, le quería como mi hermano y si alguna vez le había querido como algo mas sabía que era meramente platónica la idea de tener una relación con él, y además de imposible.
Suspiro con pesadez, la señora de los dulces toca ligeramente la puerta del vagón, abro la puerta con algo de pereza y nostalgia, pido una rama de cromos y mientras con la mirada me examina, como si fuese su heroína, le pago, con un gesto me entiende que no necesito nada más. Me vuelvo a acomodar en mi silla con mi dulce entre mis manos, me meto la rana de chocolate a la boca antes que quiera escapar, rio soñadora, y no siendo muy amante de los dulces me permito disfrutarlo. Veo como sobre sale una pequeña pero adorable tarjeta de el sobre donde estaba el dulce, sorprendida del color tan inusual que tenía como un rojo metálico, rio de la ironía que eso significa, la tomo entre mis manos y la miro, con letras finas aparece mi nombre con una foto mía, que, apuesto que fue tomada sin mi consentimiento, porque no me acuerdo de haber posado para eso o haber dado consentimiento del uso de mi imagen para la empresa. Leo la inscripción, honrándome de alguna extraña manera. Debajo de mi foto está inscrito con tinta negra que resplandece:
Bruja más inteligente de su generación.
Integrante del trio dorado. Cerebro del trio dorado.
Mejor conocida por ayudar a la definitiva derroca del Voldemort.
Mejor amiga de Harry Potter, el niño que vivió.
Rio un poco, me siento feliz que antes de mejor amiga de Harry Potter aparezca "Bruja más inteligente de su generación", pero conociendo como son estos cromos lo dejo a un lado, sonriendo. Si, tal vez si, era la bruja más inteligente de mi generación, pero de igual manera la más solitaria, la más traumatizada por haber visto cosas que son imposibles de ver, torturada hasta una extraña locura por Bellatrix Lestrange, un escalofrió la recorrió mientras miro su cicatriz que con ayuda de muchas pociones después estaba logrando desaparecer y se estaba volviendo casi invisible a la vista. Sin darme cuenta me duermo, respirando el aire tan misterioso que dominada ese tren, durmiendo mejor de lo que había hecho en meses.
Han pasado varias semanas desde que he regresado a Hogwarts, todo es igual a antes. Me he hecho más cercana a Luna, parece que también, al igual que todo el mundo, la guerra le quito la inocencia. Ya no habla de criaturas que solo ella puede ver, pero las expresa de otra manera. Nos llevamos mejor y es mucha más paciente y tolerante que Ginny. Una cabellera rubia platinada paso por nuestro lado en la biblioteca mientras hacía una investigación de Transformaciones. Lo mire con ojos curiosos y buscando alguna explicación de verlo ahí, tan tranquilo, buscando un libro. Lo había visto en el Ministerio, lo había ayudado en el juicio de su familia para declarar a favor, era lindo y hacía mucho tiempo no le veía. Ahora estaba un poco mejor que cuando lo había visto en el ministerio, sus ojeras no estaban tan marcadas y parecía que estaba menos delgado que antes. Cogía un libro al azar y seguía viéndolo. Me dedico una de esas miradas burlonas. Y desde entonces le prestaba más atención, como una acosadora, quería descubrir si lo que dijo en el juicio era verdad y pareció que copaba todos mis pensamientos cuando no estaba melancólica o estudiando.
Estaba yendo hacia la biblioteca luego de una clase de pociones con Slughorn y que tenía varias horas libres. Y entonces lo veo, veo a Malfoy caminando hacia mí, con una posición menos altanera que siempre, se le veía decaído, un deje de tristeza de su mirada.
-Hola Granger-Me dijo, su voz era profunda-¿Acosándome como siempre?
-Malfoy-dije a modo de saludo-Como te parece que no.
-¿Y Potter y Weasley?-Malfoy, seguía siendo Malfoy y sabía que aunque le salváramos la vida a su familia mil veces, no iba a dejar de meterse con nosotros y era la forma más educada de preguntar por ellos sin perder su orgullo Malfoy
-Ministerio-Me miro interrogante-Trabajan como aurores, fui la única que quiso venir a terminar sus estudios-Intente dar por terminada la conversación
-Siempre la perfecta Granger-Susurro irónico.- ¿Por qué tienes que ser tan perfecta?-Me pregunta, o más bien me grita mientras me inmoviliza contra una pared. Su mirada no hacía más que reflejarme desesperación, dolor, esperanza agotada y su mirada antes gris frio, parecía más bien… Humano, un chico que tomo las decisiones equivocadas, en momentos equivocados.
Intente hablar, decir algo, pero no salía nada de mi boca, no estaba asustada, Malfoy podía ser despectivo, pero sé que no es capaz de eso… No es capaz de hacerme daño. Estoy asustada, esa mirada me recuerda, me trae recuerdos confusos, quiero llorar ahora que la veo tan cerca, es como si compartiéramos el mismo dolor. Es como si fuera un niño asustado.
-No soy perfecta. Soy igual de imperfecta que cualquiera en este castillo-Le digo. Parece darse cuenta de lo que hace y se va, así de rápido como llego y no soy capaz de descifrar que le sucede. Mis piernas se mueven solas y me falta el aliento. ¿Perfecta? Me pregunto una y otra vez.
-¿Hermione?-Me pregunta Luna haciéndome salir de mis pensamientos. Levanto una ceja en forma de entendimiento-Estas peor que yo-Ríe de forma descuidada y solo rio con ella.
-Supongo que si-Digo volviendo a mis pensamientos. Nos separamos para ir a nuestras respectivas mesas y agradezco que Luna nunca quiera preguntar más de lo que uno quiere decir. Me he estado escribiendo con todos en la Madriguera, me dicen que todo está yendo mejor y que Molly está aprendiendo a vivir con la idea de que Fred se haya ido, lo mismo que George, solo que este último está más desalentado y ahora no quiere hacer bromas, solo de vez en cuando y ya sonríe más a menudo, al igual que Harry y Ron. Cada uno tiene que llevar su propio infierno a cuestas. Pero… ¿Cuál es mi infierno? Tengo una vida prácticamente perfecta, soy premio anual y aunque desconozco el segundo ocupante de este lugar, soy la primera. Tengo a mis padres vivos, quiero esperar a que todos los mortífagos sean atrapados para que no corran ningún peligro para devolverles la memoria. Soy una bruja de renombre, considerada como la mejor y más inteligente de mi generación. Tengo unos amigos inigualables. Reputación intachable de niña buena. Así que mi infierno es llevar a cuestas todas las vidas que he visto irse estos años, en una inocencia casi odiosa de no poder superar la muerte de una persona que a duras penas sabia su nombre. Y casi sin darme cuenta me empiezo a cuestionar, ¿Cuál será el infierno que lleva a cuestas el chico de ojos grises?
Bueno. Es raro. Estoy segura que todas ustedes pensaran que es raro. Al principio pensé que Draco la insultaría. Pero al parecer cuando lo escribí pensé que no quedaba con el Draco desolado y mortificado, por su vida y los horrores que había visto como mortífago. Pero como la guerra siempre cambia a la guerra y después de su comportamiento en el séptimo libro simplemente sabía que no quedaría que la siguiese insultando. Así que simplemente la llama "Granger" y Hermione a el "Malfoy". Espero que les haya gustado. Como ven el dramione no se va a dar hasta dentro de mucho, pero si van a haber muchos momentos en los que griten porque se besen y la idea es no salirse de la trama de los libros, así que habrá muchas sorpresas porque quiero que esta historia vaya para largo.
Sara
