Disclaimer: Los personajes les pertenecen a sus respectivos autores.
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Introduccion
-¿Qué es? – observó la pequeña niña de solo 11 años, con ojos inocentes y dudosos.
Se acercó algo temerosa, sujetando un muñeco, su muñeco favorito.
-Es un vocaloid.-le dijo su padre, un científico que había trabajado en realizar robots para ayudar a la humanidad. El primer robot creado, Kagamine Len, a la imagen y semejanza de Rin, su hija.
¿Motivo de creación? Simplemente un hermano y acompañante, alguien quien protegiera a Rin. Por el momento, Len era casi como todos los Humanos, casi era perfecto, tenía corazón, todos los órganos y unas que otras habilidades que había agregado el científico, padre de Rin, sin embargo Len tenía que aprender a ser como todo un Humano normal.
Rin observó al robot, de pies a cabeza, se parecía a ella, tenía ese cabello rubio y ojos similares. Solo que había una diferencia, era hombre.
-¿Qué hace?
-Este robot, lo he creado para que te proteja cuando no pueda estar contigo, este robot jugará contigo y siempre estará a tu lado. Te obedecerá como un fiel sirviente, cantara esas hermosas canciones que te cantaba mamá antes de dormir –sonrió acariciando su cabeza.
-Len…-susurró
-Otra cosa mi pequeña, no le digas a nadie que Len es un Vocaloid.
-¿Por qué no?
-Porque lo pueden usar para cosas malas.-se levantó y se colocó detrás de Len- solo quiero que te sirva a ti, para que no estés sola, nunca.-el científico prendió a Len, sus ojos brillaron con unas pequeñas líneas fugases en ellos. Rin corrió detrás de su padre y observó de lejos.
-Len.-dijo el científico.
El rubio voltio a verlo y se agacho en forma de reverencia.
-Rin acércate-susurró.
-Pe...Pero.
-vamos, él es como tu y yo, casi no hay diferencia.-le sonrió a su hija. Rin tragó saliva, algo asustada y se acercó al robot, éste solo pestañeo un par de veces sin decir nada y sin mostrar ninguna emoción. Cuando la pequeña estaba a menos de un metro de él. Len hizo nuevamente su reverencia.
-Len…-pronunció la pequeña, tocando el rostro de su ahora hermano, suave, calido, tan blanco como el de ella. Era cierto este robot era como un humano, no había diferencia que pudiera encontrar Rin. El rubio abrió enormes sus ojos, acarició la cabeza de la niña y pronunció su nombre.
-Rin.-gruño su estomago.
Quien iba a pensar que también tendría hambre. Él científico al hacer a Len solo lo programo por completo, para que adquiera habilidades, como todos los Humanos, aprendiendo de otras personas y de sí mismo. En ese sentido Len es como un niño, no sabe que comer, ni como comer, donde dormir, donde comprar, ni como ir al baño lo cual eso era lo más difícil en enseñarle, lo que él sabe es escribir, leer, hablar, escuchar, cantar, jugar y limpiar, pero sabía más y en eso estaba orgulloso. Sin embargo, tampoco sabe como demostrar sus sentimientos, en realidad ni siquiera sabia si Len podía identificarlos bien, pero eso se vería con el paso del tiempo, ahora solo tenían que alimentarlo.
Gruño nuevamente el estomago de Len.
-Rin tienes que alimentarlo y enseñarle hacer unas cosas, no te preocupes el aprenderá rápido.-sonrió su padre.
-Esta bien.-dudo, mirándolo de reojo.-vamos Len.-dijo llevándoselo hacía la cocina
Rin corrió a buscar comida en el congelador, mientras su hermano observaba con curiosidad lo que hacía.
-¿Qué te gusta?
-¿Qué me gusta?-pestañeo observando el lugar.
-¿Te gusta alguna comida en especial? –sonrió Rin, porque había encontrado arroz de un día antes y carne congelada.
Len camino y miro unas frutas sobre la mesa.
-Espera que calentare esto.-prendió la cocina, sin antes dejar su muñeco sobre una silla.
Len se sentó al costado del muñeco y observó lo primero que le llamo la atención, una banana. La cogió examinándola, abrió l a boca para morderla, pero Rin gritó.
-No hagas eso.- se acerco a él- tienes que quitar la cáscara.- le enseño.-ahora si cométela, por mientras.
Len la examino de nuevo y probó un bocado, exquisito, pensó. Comió una, dos, ¡tres! Al mismo tiempo, su cavidad bucal estaba totalmente llena de la fruta, tanto que no podía ni siquiera respirar, sus mejillas se habían inflado, pero él no le importo y peló otra. Rin rió.
-Tienes que masticarlo.- le dijo Rin comiéndose uno.- ¿vez?
Len asintió, se tragó lo que tenía en la boca ni él sabe como rayos se lo paso, tal vez con esfuerzo y atragantándose un poco, sin dejar de mencionar que casi se queda sin respiración.
-¿Len? ¿Estas bien?
-Si estoy bien.-sonrió y siguió comiendo todas las bananas que encontraba. La rubia solo lo quedaba mirando, "le gusta muchas las bananas" pensó, "tal vez solo come eso", suspiró con algo de sueño, era muy temprano exactamente ocho de la mañana, ella tampoco había comido nada, normalmente se queda sola en casa todo el día durmiendo. Bueno casi todo el día, ella sola prepara su alimento ya que su padre siempre estaba trabajando en proyectos, pero ahora tenía a Len, que por cierto aún no sabía ni siquiera cocinar y menos comer. Prácticamente la que cuidaba a alguien era ella, aunque eso iba a durar poco ya que Len aprende rápido ¿no?
-Se quema algo.-advirtió el rubio comiendo tranquilo su banana.
-¡la comida! –Corrió a pagar el fuego que ya se había extendido por la cocina.- ¡ayúdame Len!
El robot se levanto con la banana en su boca, aún sin morder, agarró el muñeco de su Hermanita y comenzó a sacudirlo contra el fuego hasta que se apagara. Rin se quedó con la boca abierta, apunto de asesinar a alguien, su muñeco favorito estaba casi sin cabeza por la culpa del robot de su padre, que no le servía para nada más que de compañía. Len se sentó y siguió comiendo. La Rubia de la ira solo hizo puño, decidida a vengarse, se sentó a su lado y sonrió.
-Len…
-¿huh? –siguió comiendo.
-¿Te gusta mucho las bananas no?
-Si, porque-siguió masticando.
-Yo tengo algo más delicioso que las bananas.
-¡¿Más que las bananas? –dijo asombrado, parando de comer.
-Sí, si lo quieres probar, tienes que cerrar los ojos y abrir la boca.
-¡bien! –cerró los ojos y abrió la boca, La rubia hizo una pequeña risita, tomó con su mano pimienta y le echo a que probara Len, este saboreó. Y comenzó abanicarse con una mano mientras sacaba la lengua. La rubia comenzó a reír observando al robot levantarse de su asiento tratando de terminar ese ardor en toda su cavidad bucal.
-¡R-Rin ayuda-me!-trató de hablar, ella seguía riendo a carcajada sin duda Len la había echo reír como nunca. El rubio corrió de un lugar a otro, sin saber como parar el sufrimiento.
-¡R-Rin por favor!-comenzó a correr en círculos mientras gritaba el nombre de la rubia, pero ella no hacía caso, estaba contenta ver como su hermano adoptivo sufría, se secó unas cuantas lágrimas de risa y felicidad y decidió ayudarlo.
-¡Bien te ayudare! –Se levantó y llenó un vaso con agua.- quédate quieto. –ordenó, pero Len seguía corriendo en círculos como desesperado, sin escucharla.
Rin nuevamente se desesperó.
-Bien, Len si no es por la buenas será por las malas.-dijo tirándose sobre él y al mismo tiempo tirando el vaso de agua en la cara del rubio.- ¿mejor?
-Cre-creo
La rubia se levantó.
-¿Por qué hiciste eso?
-Era mi venganza.-habló con autoridad.
-¿Por qué? –se levantó del suelo.
-Porque destrozaste mi muñeco preferido.
-Lo siento, Rin.- agachó la mirada.
-No importa, ya estaba viejo.-bostezó.
-¿Tienes sueño?
-Si, me divertí mucho hoy.-sonrió
-Pero, aun no acaba el día.-respondió mirando desde la ventana el cielo.
-Aún así tengo sueño.-bostezó, dirigiéndose a la sala.
-¿Va a dormir, Rin? –la siguió.
-solo un rato, Len. Luego jugaremos como dijo papá, ¿tú no duermes?
-no tengo sueño…
-Len.- dijo echandose en el mueble amplio…-cántame una canción.-ordenó, mirando a len sentarse a su lado mientras acariciaba su cabeza. El rubio comenzó a cantar una melodiosa canción. Él también se había divertido, a pesar de haber estado poco tiempo con su hermana, ella era divertida, malvada y gentil al mismo tiempo, aunque muy dormilona. Tal vez por que siempre duerme todas las mañanas para no sentirse sola y eso se le hizo costumbre. Pero él lo cambiaría, alegraría su vida, porque para eso lo hicieron o al menos eso tiene entendido. Esta pequeña hora que paso con ella, se sintió en familia, aunque el día recién comenzaba y capaz tendrá algunas dificultades, pero nada que él no pueda solucionar.
Rin cerró los ojos, su rostro tenía una sonrisa calida. Sin duda ella estaba feliz.
¿Continuara?
ehmm...esta corto,lose y raro...o_o tratare de mejorar en esto de vocaloid soy nueva en esto comprendanme (?) xD dejen reviews ñeee
