Disclaimer: Nada es mío. Todo es de J. K. Rowling.

Nota: Este fic está basado en la canción "Somos tres" de Franco de Vita. Lo que pasa es que si ponía la letra de la canción, como que el fic perdía el hilo, y mucha gente directamente se salta la parte de la canción. Así que es solo para que sepan.

Somos Tres

Era de noche y llovía, y Hermione aún no llegaba. Habían quedado en Las Tres Escobas porque según ella tenían que discutir algo muy importante.

Giró la cabeza a la entrada y la vio allí, sacudiendo su sombrilla repleta de pequeñas gotas de agua.

Hermione se dirigió con paso firme a la mesa de donde Harry la esperaba y se sentó justo frete a él.

-Todo terminó – Ni un "hola", ni un beso, ni nada. Solo esas dos frías y vacías palabras. Las más frías y vacías que Harry hubiera escuchado jamás.

-¿Qué? Estas bromeando… ¿cierto? – El ojiverde no lo podía creer, Hermione estaba terminando con el, después de años de salir juntos! Y el que había planeado pedirle matrimonio esa misma noche…

La castaña no dijo nada, solo dejó escapar un hipido entremezclado con un sollozo que hizo preocupar más aún a Harry.

-¿Hay alguien más? ¿Es por eso? ¿Hice algo malo? – Harry no concebía explicación alguna que lograra hacerle entender como es que el inmenso amor que hasta hace 24 horas atrás Hermione aseguraba sentir por el

Pero Hermione seguía sin decir nada. Solo miraba triste hacia abajo. Con su humeante café servido en la mesa, con el pelo empapado como estaba, y un Harry inmensamente triste sentado frente a ella.

-Somos tres – logró articular luego 7 largos minutos de silencio sepulcral

-Escucha Harry, se que tal ves sea demasiada responsabilidad y no quieras hacerte cargo, y lo entenderé… así que piensa si lo quieres o me marcho ahora.

-Un… ¿bebé? – Harry no cabía en sí mismo de la felicidad que lo embargaba. Pero Hermione no interpretó la cara de Harry de la misma forma, se paró dispuesta a marcharse, pero entonces Harry volvió a hablar -¡Cásate conmigo! – dijo al fin sacando de entre sus ropas una cajita de terciopelo rojo y enseñándole a la castaña un hermoso anillo de oro con diamantes de color rosado.

Hermione no pudo más que lanzarse a sus brazos.