**ANTES DE COMENZAR A LEER**

Nota: esta historia es la continuación del One Shot que escribí "¿Cómo te llamas?" para que más o menos tengan una idea de como va esta historia. Sucedió que después de que escribí ese fic, se me vinieron muchas ideas de como continuarlo, pero no podía tener el mismo nombre así que decidí hacer la continuación, pero en un fic nuevo. Y bueno, si tienen dudas ustedes sólo me preguntan. Es el primer fic largo que pretendo escribir de Avatar (claro que esto es un universo alternativo) pero que está ubicado en Ciudad República.

Mmmm, que más. Bueno bien saben que Legend of Korra no me pertenece, Y MENOS A NICKELODEON! sólo pertenece a los dioses Bryke! Y esto es sin fines de lucro, sólo por mera diversión.

Y de antemano gracias por darse el tiempo de leer mis locuras (:


Capítulo 1

"Reencuentro"

Ciudad República estaba tranquila. Todos los jóvenes en la mañana se dirigían a sus respectivas universidades o trabajos a cumplir con la rutina del día. Se venía fines de Junio y un grupo de chicos rendía una de las prueba de Inglés, antes de comenzar con el examen final. Era el primer año de estudio para Korra, pero el inglés no era su fuerte.

Ella se encontraba sumida en sus pensamientos, hace una semana atrás habían celebrado el cumpleaños de su mejor amiga Asami, y no había reparado ni siquiera en estudiar para sacar una nota decente. Y qué decir del resto de la semana, Korra se encontraba en las nubes y nadie sabía por qué. Mientras seguía perdida en sus pensamientos mordiendo la punta del lápiz grafito el profesor carraspeó algo molesto. Ella era la única que quedaba en el salón y cuando la muchacha se percató de eso, al mirar a todos lados, empezó a responder al azar las alternativas que se le presentaron en ese odioso papel.

Korra bufó de mala manera y se levantó de su asiento para entregarle la prueba al profesor. Luego tomó su bolso y salió del salón con cara de resignación. Asami, quien estaba esperando por ella fuera del salón se acercó a su amiga para brindarle ánimos. Aquella vio su cara y se largó a reír.

- Korra, ¿Supongo que no diste una?

- Horrible amiga, horrible. ¿Por qué existe este maldito ramo?

- Jajaja – reía Asami - todas las carreras deben impartir este ramo sí o sí – luego le dio un pequeño codazo - agradece que estamos en esta clase juntas al menos.

- Que no se te olvide Bolin – respondía – y ¿Dónde se encuentra?

- Fue a ver un asunto de su carrera. ¿Sabías que tiene que realizar una pequeña presentación en su examen? Dijo que nos invitaría a verlo.

Bolin, Asami y Korra se había conocido a principios de semestre gracias a esta clase. Los tres estudiaban carreras distintas pero en la misma Universidad. Y todos habían entablado una muy buena relación de amistad y de trabajo, por cierto.

- Korra, mañana nos juntaremos en la casa de Bolin para empezar a trabajar en el examen de Inglés - dijo la chica de cabello largo y ojos verdes a su amiga bebiendo un sorbo de bebida en la cafetería de la Universidad– Nos juntaremos acá y de ahí nos vamos a su casa.

- Perfecto – dijo mientras saboreaba unas papas fritas – tengo que pasar este maldito ramo Asami, ¿me ayudarás cierto? – preguntó abrazando a su amiga

- Claro que si - le respondió esbozando una linda sonrisa - por cierto ¿Tienes que ir al gimnasio ahora?

Korra, además de estudiar Educación Física, le gustaba la natación. Lo descubrió cuando comenzó a practicarla y a estudiarla en clases, por eso mismo quiso seguir perfeccionándose y casi todos los días asistía, después de clases, al gimnasio de Ciudad República y entrenaba en solitario en la piscina que allí había.

- Sí iré, necesito despejarme un poco.

Cuando ambas terminaron de platicar, quedaron de juntarse al día siguiente al mediodía en aquel lugar. Ambas se despidieron y cada uno comenzó su marcha hacia sus respectivos hogares, en el caso de Korra, al gimnasio.

Mientras buscaba los audífonos de su mp3 para poder irse caminando hasta su destino, encontró en su bolso un papel que reconocía a la perfección y en ella había escrito un número de teléfono. Korra dio un suspiro nervioso al saber de quién era esa letra. Intento más de una vez guardar el número en su móvil, pero no lo conseguía. Los nervios que ese simple papel le producía le impedían siquiera comenzar a marcar el número. Entonces lo arrugó en su mano y lo volvió a guardar en el fondo de su bolso.

- Estúpida, apuesto a que ni siquiera se acuerda de ti – dijo mientras comenzaba a sonar la música en sus oídos.

Cuando llegó al gimnasio tuvo la suerte de que lo encontró vacío. Era perfecto decía ella. Así que se dirigió a los camarines, se puso su traje de baño de una pieza, su gorro y sus anteojos. Luego de un rato ya se encontraba en la piscina, quien le daba esa sensación de libertad. Para Korra nadar significaba otra forma de vida. El agua cuando cubría su piel la hacía sentir viva y a la vez tenía la libertad de mover su cuerpo, toda su anatomía en el agua. La sentía en cada rincón de su piel y con eso, con el esfuerzo que ella hacía al nadar podía dejar de pensar en exámenes, trabajos, profesores mal humorados y en una noche de sexo desenfrenado con un desconocido. Sintió sus mejillas arder, pero le restó importancia, para ella este momento de ejercicio era más importante que todo lo demás.

La mañana del día siguiente se presentó ante sus ojos con un sol radiante, era raro tener ese clima en invierno, pensó ella. Pero no le quedaba otra opción que disfrutar de los rayos del sol le estaba otorgando a su piel y a la ciudad.

Doce en punto y Korra llegaba corriendo al lugar de encuentro con su amiga. Ella ya la estaba esperando y le hizo una señal con la mano.

- ¿Estás hace mucho rato? – preguntó jadeando un poco la chica de ojos azules

- No, llegué recién, tranquila – decía sonriendo

- Bueno, ¿nos vamos?

- Hay que esperar a Bolin, dice que viene enseguida

Bolin venía saliendo con un grupo de alumnos de su carrera para dirigirse hacia las chicas. Este las saludó a ambas con un beso en la mejilla y un abrazo de oso, Bolin siempre era tan cariñoso y amigable con sus más cercanos.

- Bien chicas ¿preparadas para hacer el mejor trabajo de inglés? – preguntó con entusiasmo el chico

- No – respondió Korra de mala gana y ambos amigos rieron por su honestidad

- Tranquila amiga, ya verás que entre los tres lograremos un buen trabajo y tu aprobarás el ramo – dijo Asami dándole unos golpecitos en la cabeza a su amiga.

Los tres partieron entonces en dirección al paradero de los móviles que los llevarían a la casa de Bolin. Ni Asami ni Korra conocían la casa del muchacho, así que iba a ser llamativo de todos modos conocer donde habitaba él. Siempre hablaba de un hermano mayor y de su abuela. Korra vio que Bolin hablaba con gran entusiasmo mientras que Asami dirigía su vista hacia la ventana y daba un pequeño suspiro.

- ¿Sucede algo Asami?

Esta se exaltó al ver que Korra notó su tensión, o eso es lo que ella creía, por lo que disimuló y sólo le dijo que estaba agotada con tanto trabajo de fin de semestre.

Cuando llegaron a la casa de Bolin, vieron que él habitaba en unos departamentos, o algo bien humilde como en bloques. A su alrededor habían restaurantes de comida rápida y un local de comida china. Korra se tentó con el olor que salía de aquel lugar, tanto que se le hizo agua la boca.

- Opino que después compremos comida allí – dijo apuntando al local

Entraron a la casa y luego al departamento del chico. Era un lugar bastante acogedor. Al entrar veías la ventana y en el centro un sillón bastante cómodo y una mesita de centro, al frente de esta había un pasillo con tres puertas, que debía ser de las habitaciones de él y su hermano o de su abuela, pensó Korra y la otra debía ser del baño. Hacia la derecha de la entrada principal se encontraba la cocina y en ella había una mesa con unas sillas, bastante simples.

- Bueno, esta es mi casa, sencilla y humilde. Pueden acomodarse en el sillón yo iré a buscar los apuntes de la clase de inglés y comenzamos con el trabajo. Si nos da hambre…

- ¡Compramos en aquel local! – interrumpió Korra - es que olía delicioso, ¡por favor!

- Oye Bolin ¿Y tu hermano? - preguntó Asami.

Korra observó el rostro de su amiga y presintió que ésta ya lo conocía.

- Debe estar en la facultad. O en el trabajo de medio tiempo. Está todo el día ocupado, que casi ni lo veo - dijo con un pequeño puchero.

Las horas avanzaban, los chicos tenía que trabajar en grupo para poder aprobar el ramo de inglés. El profesor les había pedido que realizaran un cuento de no más de 20 páginas. Obviamente en el idioma que se les estaba pidiendo. Todo debía ser perfecto sin ninguna falla, ya que esto podría descontarles puntos en su calificación. Asami se manejaba bien en el idioma y Bolin al menos ganaba en los intentos, pero a Korra le costaba todo. Para ella todo era chino mandarín japonés coreano y hasta jeroglíficos incluidos. Y no tenía paciencia lo cual era un arma en contra de la chica.

La tarde avanzaba, ellos se habían dando una pequeña pausa, Korra les prometió que si cenaban aquella comida que tanto se le apetecía al llegar a la casa de Bolin, ya no seguiría reclamando y maldiciendo el ramo. Fue una buena táctica y así lo hicieron y la comida era realmente deliciosa.

- No la había probado - decía Bolin con la boca llena de arroz - esto está delicioso

Korra comía con mucho entusiasmo, no había mejor manera de saciar el hambre que cumpliendo sus antojos. En ese momento la puerta de la casa se abría dejando ver a un joven muy cansado y abatido por el día. Tres pares de ojos se quedaron viendo su entrada y un par de ellos se quedó totalmente petrificada.

- ¡Mako, llegaste hermano!

El nombrado levantó la vista y vio a las compañeras de Bolin. ¿Por qué siempre su hermano lo metía en líos? Asami lo saludó discretamente y éste le respondió saludándola levantando su mano.

- Hermano a Asami ya la conoces, y ella es Korra, es nuestra compañera de la clase de inglés- dijo apuntando a la mencionada.

Mako se quedó viéndola un buen rato. Estaba helado y sin gesticular palabra alguna. Korra tampoco hizo nada y se le quedo mirando nerviosa, incluso había dejado de comer.

- Ho… hola – dijo finalmente el aludido.

- Ho… hola – respondió de la misma forma la chica.

- He… Hermano yo voy a mi habitación. Estoy muerto – Mako comenzaba a caminar hacia su habitación.

Korra estaba ahí petrificada, nerviosa. Sentía que su corazón se le iba a salir de la boca en cualquier momento. Bajó la vista hacia su comida y no pudo seguir, su estómago le estaba jugando una mala pasada. Era él, el chico de aquella noche, era el hermano de Bolin.

- Mako no quieres comer algo antes, luces pálido.

- No Asami, gracias, sólo estoy agotado - miró de reojo a Korra – bueno, permiso no los molesto, sigan en lo suyo – y se encerró en su habitación.

Mako al otro lado de la habitación no lo podía creer. Toda una semana esperando una llamada de ella y nunca sucedió. ¿Por qué nunca se le ocurrió preguntarle a su hermano sobre la chica? Se maldijo por ser un idiota, pero luego de toda aquella pequeña aventura vio que su cama estaba haciéndole una dulce invitación al país de los sueños. Se tiró en ella y cerró los ojos. Verdaderamente estaba agotado.

Korra después de un rato reaccionó y encontró la excusa perfecta para salir corriendo de aquella casa.

- Chicos, lo lamento mucho, pero van a ser las 5 y debo ir al gimnasio. Podemos seguir con esto mañana ¿Por favor?

Ella no esperó una respuesta de sus compañeros, porque se levantó casi como un resorte para tomar sus cosas, guardar sus apuntes y caminar hacia la puerta. Se despidió de ambos, mientras ellos aún se quedaban viéndola. Korra al otro lado de la puerta dio un largo suspiro. Con una de sus manos se sobó la frente y caminó hacia la salida maldiciendo el día.

- ¡Korra espera!

Escuchó su nombre y giró lentamente. Era él. Su rostro lucía cansado y tenía todo su cabello alborotado. Korra comenzó a ponerse nerviosa mientras él se le acercaba. Aun así con ese aspecto se veía guapo, pensó ella.

- Te hacía durmiendo – dijo mientras fijo su vista en el suelo.

- Era la idea, pero no pude.

- Deberías, tienes un aspecto horrible – mintió

- ¿Por qué no llamaste? O al menos me hubieras dejado un mensaje – preguntó - ¿O quizás no quieres saber nada de mí?

Korra se llevó uno de sus dedos a la boca y comenzó a comerse la uña.

- Es que… no es eso, pero… - dio un suspiro.

Mako la observaba con ojos cansados.

- ¿Podemos salir algún día? – dijo el muchacho – de verdad, me gustaría conocerte Korra.

- Mañana... veámonos mañana en el gimnasio de Ciudad República. A las 5 – Korra aún mantenía la cabeza gacha – hmm… te… te mandaré un mensaje esta noche...

- Lo voy a estar esperando – Mako llevo una de sus manos al rostro de Korra para poder mirarla a los ojos – Mañana - y sonrió.

- Vete a dormir, pareces zombie – intentó bromear ella.

El muchacho sólo rió con su comentario y lentamente se acercó más a ella. Korra no se movía y él, con todos los nervios actuando en su cuerpo le depositó un beso en la comisura de los labios. Se alejó de ella y comenzó su camino de vuelta hacia su departamento, donde todavía se encontraba su hermano y Asami. Y Korra, con las piernas tiritándoles se fue a tomar un móvil que la llevaría al gimnasio a su rutina de natación. Hoy si que necesitaba despejarse y aclarar todo lo que había sucedido.