¡Buenas! Este es mi primer fanfic, así que tened piedad, por favor ( U). Los personajes de Rurouni Kenshin que aparecen aquí no me pertenecen a mí, sino Nobuhiro Watsuki.

La historia está basada en el manga y se sitúa en la saga Enishi y su venganza humana, concretamente entre los diez días que le da Enishi a Kenshin antes del combate.

Bueno, espero que lo disfrutéis.

Era una mañana de tensión en el dojo Kamiya. Ya habían pasado siete de los diez días que les había dado Enishi para prepararse antes del ataque de la venganza humana.

Todo el mundo estaba en tensión y con los nervios a flor de piel, pero el que peor lo estaba pasando era el pobre Kenshin, pues no paraba de atormentarse por su pasado y por la "respuesta" que no lograba encontrar.

Esto no pasaba inadvertido por los demás, que intentaban animarlo, haciendo un poco el tonto para que se riera, o animando el ambiente para que dejara de pensar en el combate contra Enishi ni que fuera durante un rato. Pero a pesar de que Kenshin sonriera con su típica sonrisa de vagabundo, se veía a la legua que aún estaba deprimido.

Aquél día, pero, hartos de ver a Kenshin tan deprimido, se reunieron Kaoru, Yahiko y Sanosuke en el dojo. Después de comprobar que Kenshin estaba medio ausente lavando la ropa, se sentaron en círculo en el suelo del tatami.

"Yo no puedo más… ¿es que no hay manera de animar a Kenshin ni que sea un poco?" les dijo Kaoru a Sano y a Yahiko. Y es que ella lo estaba pasando fatal viendo a Kenshin en ese estado.

"No estoy seguro, Jou-chan" le dijo Sano con tristeza. "Todo esto es demasiado para él. Supongo que hasta que no encuentre la respuesta para expiar sus crímenes, no mejorará." calló un momento y suspiró. "Hasta entonces, lo único que podemos hacer es estar a su lado y ayudarle en el combate de dentro de tres días."

"…" Yahiko no sabía que decir. Le entristecía mucho ver a su héroe en ese estado. Pero lo único que podía hacer era entrenarse al máximo para dominar el arcano supremo del Kamiya Kasshin Ryu y así poder ser de utilidad en el combate.

"Pero…tiene que haber algo más…que podamos hacer por él…"casi susurró Kaoru. Realmente le estaba afectando de mala manera ver al hombre que amaba con toda su alma en ese estado. Había intentado varias veces hablar con Kenshin para que él mismo le explicara como se sentía y así se desahogara. Pero cada vez que le preguntaba si estaba bien, él le respondía sonriendo con esa sonrisa vacía y un 'Estoy bien, no se preocupe Kaoru-dono '.

Sano se la quedó mirando fijamente un momento. Podía entender que estuviera tan preocupada por Kenshin. Abrió la boca para decir algo, pero en ese momento una voz le interrumpió:

"¿Qué hacéis ahí sentados?"

Los tres dieron un respingo y se giraron rápidamente hacía el lugar de donde había venido la voz. Ahí estaba Kenshin, de pie, mirándolos medio extrañado. Se produjo un silencio incómodo durante un momento, en que los tres se quedaron mirando al vagabundo con la boca entreabierta por el susto y una gota en la cabeza. Entonces se pusieron de pie de un salto.

"¡Nada hombre, nada¡No hacíamos nada! Solo sentarnos¿verdad?" dijo Sano en voz demasiado alta y con una sonrisa nerviosa, girándose hacía Kaoru y Yahiko. Estos dos asintieron vigorosamente con la cabeza y con la misma sonrisa nerviosa de Sano. "¡Bueno, creo que yo me voy a ver a Megumi! Ya sabéis, por lo de mi mano…" continuó él mientras se iba acercando a la salida. Desapareció al momento, y entonces Yahiko dijo "Yo mejor voy fuera a seguir con los ejercicios del arcano" y dejó a Kaoru y a Kenshin solos.

'Mira como huyen los cobardes…' pensó Kaoru enfadada. Entonces se giró hacía Kenshin, que seguía inmóvil y más confuso que antes. 'Que carita más adorable que se le pone cuando está confuso… ¡Aahhrg, Kaoru no baka! No es el momento…'

"Esto, Kenshin… ¿quieres que te ayude a preparar la comida?" le preguntó sonriéndole tiernamente. Él se volvió hacia ella y, con una de sus sonrisas forzadas, le contestó:

"Gracias, pero no es necesario que se moleste, Kaoru-dono"

"¡Oh, vamos, te aseguro que no echaré a perder la comida!" le dijo en broma, intentando arrancarle una sonrisa auténtica. Pero él siguió igual, con su sonrisa de vagabundo y contestándole en un tono demasiado formal.

"De acuerdo, como usted quiera Kaoru-dono" Se giró y caminó hacia la cocina, seguido de cerca por Kaoru, la cual estaba sumergida en sus pensamientos.

'¡Kami, es que no hay manera¿Qué tengo que hacer para verte sonreír de corazón, Kenshin? Daría lo que fuera por conseguirlo…'su mirada se posó distraídamente en su pelo, que era rojo como el fuego. 'También me gustaría quitarte ese molesto –dono- de la boca. ¿Por qué no me llamas simplemente Kaoru¿Acaso no te…no te importo lo suficiente como para que me llames simplemente por mi nombre¿No podrás llegar a amarme nunca como te amo yo? Es Tomoe quien ocupa ese lugar en tu corazón¿verdad? Kenshin…Kenshin…'

Cuando llegaron a la cocina Kenshin se paró en seco, pero como Kaoru estaba tan absorta en sus pensamientos no se dio cuenta y chocó contra él. Esto la cogió tan de sorpresa, que perdió el equilibrio y empezó a caer hacia atrás. Pero Kenshin, en un acto reflejo y con la velocidad divina que le caracteriza, se giró y la cogió por la cintura con un brazo antes de que cayera al suelo.

Se quedaron un momento en esa posición, sin moverse, mirándose a los ojos. Entonces Kenshin, sin soltar a Kaoru, la acercó más hacia él de manera que ella estuviera completamente de pie. El brazo que tenía libre lo puso en la espalda de la chica de manera gentil y la acercó todavía más hacia él, hasta que sus rostros quedaron separados por centímetros.

"Estás bien, Kaoru?" le susurró Kenshin con dulzura. Kaoru, por su parte, como estaba en estado de 'shok' a causa de la cercanía de sus rostros, le costó un poco caer en la cuenta de que Kenshin no había usado el –dono-, y después le costó otro poco más darse cuenta de lo que le había preguntado.

"¿Qué…? Ah, sí, sí, estoy bien…" dijo con las mejillas coloradas. Entonces, sin poder evitarlo, dijo "de maravilla…". Al acto se arrepintió y se puso aún más roja. Kenshin pareció sorprendido por eso último, pero entonces se le dibujo una tierna sonrisa en los labios. Ante esto, el corazón de Kaoru se paró en seco, para luego volver a latir furiosamente. Lo había conseguido, había conseguido hacer sonreír a Kenshin de verdad. Y encima la había llamado solamente Kaoru.

Estaba tan irresistible en ese momento, que Kaoru no pudo evitar acercar lentamente sus labios a los de él, intentando cerrar el espacio que los separaba…

BRROOOOOOUUUMMMMM!

Se separaron de un salto, con los corazones en un puño. En ese momento apareció Yahiko en la cocina, algo empapado y con aspecto de fastidio.

"¡Maldita sea, cómo llueve¿Habéis oído ese trueno? Creo que se avecina una tormenta de las fuertes…" se calló al ver las caras sonrojadas de Kaoru y Kenshin. "Eh¿ocurre algo?"

Kaoru fue la primera en reaccionar. "¿Eh¡No, nada, nada! Es solo que ese trueno nos ha cogido por sorpresa¿verdad, Kenshin?" dijo muy nerviosa, mirando a Kenshin.

"¿Qué? Ah, sí, sí¡menudo susto!" dijo él igual de nervioso. "¡Bueno, yo todavía tengo que preparar la comida!"

"¡Ah, sí, claro¡Oye, Yahiko!" dijo volviéndose hacia su discípulo "¿Qué te parece si te ayudo con el entrenamiento en el dojo?"

"Eh…" iba ha decirle que no hacía falta, pero hubo algo en la mirada de su maestra que le hizo cambiar de idea. "¡Sí, claro!"

"¡Bien! Voy a cambiarme, ahora vengo" y se fue casi corriendo a su habitación, sin atreverse a mirar atrás. Cuando llegó se encerró ahí y se dejo caer al suelo, todavía con el corazón latiéndole a un ritmo frenético. Le parecía que lo que había pasado era un sueño, pero había sido tan real…Le costaba mucho creer que, momentos antes, había estado a punto de besar a Kenshin…

La tormenta aún no había pasado cuando llegó la tarde, es más, parecía haber empeorado. Llovía sin parar y de cuando en cuando un trueno caía con fuerza y se hacía oír por todos los rincones de la ciudad. Además, el cielo estaba tan oscuro que daba la sensación de que fueran altas horas de la noche. Kaoru y Yahiko seguían entrenándose en el dojo. Solo habían parado durante un rato para comer, y aparte de eso no habían dejado de entrenarse. A Yahiko le parecía bien que Kaoru pusiera tanto empeño en el entrenamiento por una vez, aunque hubiera agradecido un pequeño descanso (cosa que no admitiría nunca). Por su parte, Kaoru entrenaba sin descanso con la espada para tener la mente ocupada y así no tener que pensar en lo que había sucedido esa mañana. ¿Qué pensaría Kenshin de todo eso?

De repente las puertas del dojo se abrieron de golpe al tiempo que se oía otro trueno especialmente fuerte y una sombra apareció en la oscuridad. Kaoru y Yahiko se pusieron en guardia al instante, pensando que Enishi había decidido atacar antes de lo previsto. Pero entonces se dieron cuenta de que esa sombra no era Enishi.

Era Sanosuke.

"�¡SANO!" gritaron al unísono los dos kendokas. Se acercaron corriendo hacia el luchador, que estaba empapado y con aspecto algo cansado. "¡Menuda la que está cayendo! No os imagináis lo que he tenido que pasar para llegar hasta aquí." dijo mientras se quitaba su camisa y la escurría. "Oye, Jou-chan¿te importa si uso tu bañera para bañarme en un momento?"

"No, claro. Pero¿cómo es qué has venido hasta aquí¿Por qué no te has quedado en la consulta de Megumi?"

"¡Oh vamos, aquí se está mucho mejor que en ese lugar tan frío!" dijo con una de sus sonrisas.

"¿Qué ha pasado?" Kenshin apareció en ese momento, atraído por el alboroto que habían hecho. Entonces vio a Sanosuke y se sorprendió "¡Sano¿Qué haces aquí¿Ha pasado algo?" dijo en tono preocupado.

"¡No hombre, no, no pasa nada! Es solo que me apetecía haceros una visita. Bueno, yo voy a darme un baño" dijo mientras se iba hacia el baño.

"¡Este hombre está loco¿A quién se le ocurre salir con la que está cayendo?" dijo Kaoru en cuanto desapareció Sanosuke de la vista.

"Seguro que él y Megumi han discutido, para variar" dijo Yahiko en broma.

"¡Jaja, eso lo explicaría todo!" se rió Kaoru.

"¿Oro?"

Horas después, cuando ya habían cenado y todos se habían bañado (Kaoru y Yahiko en especial, después de pasarse el día entrenando), se encontraban los cuatro sentados en círculo en el suelo del dojo, intentando pasar el tiempo mientras la tormenta seguía cayendo fuera con la misma furia de antes. La única luz que les iluminaba en ese momento era la que hacían tres velas que tenían en medio del círculo, que era suficiente como para iluminar el espacio que ocupaban los cuatro y poco más. El resto estaba sumergido en la oscuridad.

"¿Hasta cuándo va a durar esta tormenta?" preguntó Kaoru a nadie en concreto. "¡Si sigue así, se va a inundar todo!"

"Sí, es lo más probable" dijo Sanosuke con indiferencia.

"Bueno, eso no estaría del todo mal, así tendríamos algo de acción." dijo Yahiko en tono despreocupado y aburrido.

"Vamos, vamos¡no va a haber ninguna inundación!" se apresuró a decir Kenshin al ver la cara de horror que ponía Kaoru. "Lo mejor es que nos calmemos y no pensemos en la tormenta."

"Es un poco difícil calmarse con el ruido de los truenos y esta oscuridad" dijo Kaoru algo incómoda, mirando a su alrededor "Es tan tétrico…"

Sanosuke asintió con la cabeza de manera distraída, pero de repente se quedó quieto. Sus ojos se agrandaron y en su boca se dibujó una sonrisa. Kaoru acababa de darle una gran idea.

"Eh¿no os parece que ahora, con este ambiente, es el momento ideal?" dijo en tono misterioso y con una sonrisa malévola.

"¿El momento ideal para qué?" le preguntó Kaoru desconcertada.

"Para pasar la noche con una sesión…de historias de terror."

¡Bueno, este ha sido el primer capítulo¿Qué tal? Por favor, decidme que os ha parecido enviándome reviews, prometo contestar (haré lo que pueda).