La Cabaña.

El frió y el viento golpeaban las paredes de la cabaña como de costumbre en un paraje tan desolado y triste como lo es este, sin embargo, había algo en el ambiente, en el aire, en la luz de la vela en el buró a mi costado que me decían que esta noche era diferente a las demás, pero aun no sabia por que.

Después de haber terminado con la ultima porción de alcohol que quedaba en una vieja botella de Vodka me dispuse a acostarme, si ya no podía beber no había nada mas que pudiese hacer, para colmo de todos los males los cigarrillos se me habían agotado hace dos días, lo cual me recordaba que tenia que recorrer nuevamente los campos helados del "Twin Lakes" para conseguir mas víveres.

Recostado como estaba, no lograba conciliar el maldito sueño, la porción de alcohol que ingerí no era suficiente como para llevarme a la tierra de los sueños, donde todo es perfecto. Sin gente, sin ruido, pero lo mas importante de todo, sin conciencia.

Apenas había cerrado levemente los ojos cuando, sin darme cuenta caí en un profundo sueño, de esos que rara vez suelen llegar.

Todo se oscureció, no sabia como ni cuando, pero estaba de pie, teniendo la desagradable sensación de que alguien estaba detrás mío, esa clase de sensación que lo obligan a uno a voltear, cosa que hice sin siquiera pensarlo, solo para ver que ahí se encontraba una animal horrendo, como sacado de los libros de ilustraciones de las memorias del Dante, un perro de dos cabezas, furioso, babeante quien, al percatarse de que lo veía, ladró, ladro tan fuerte que por un segundo creí que me derribaría, pude ver al animal colocándose en cuatro patas parecía listo para echárseme encima cosa que no iba a permitir que llevara a cabo, así que temiendo cualquier cosa que pudiese hacer semejante bestia me limite a dar la vuelta y correr; correr tanto y tan fuerte como me fuese posible hasta dejarle atrás o hasta que me diera alcance, lo primero que sucediera.

Fue de esa forma como llegue a un muro que no era mas alto que yo, trepé hábilmente por el y, una ves arriba, me di un par de segundos para ver si mi perseguidor se encontraba aun tras de mi, pero sorpresivamente al mirar hacia abajo los ojos me jugaban una broma, una ridícula broma ya que pareciera que me encontraba a docenas de metros sobre el suelo, algo que me parecía inconcebible, mientras meditaba en ello una espantosa y aturdidora sonrisa me saco de mis pensamientos, risa que provenía precisamente del precipicio que tenia a mis pies así que, nuevamente, emprendí la fuga.

Otra ves estaba corriendo, huyendo de algo o alguien, no lo sabia con seguridad, estaba desesperado, el lugar se había convertido en pasillo interminable y oscuro, por mas que corría parecía que no llegaba a ningún lugar, sin explicación lógica el lugar estaba siendo inundado por esa risa desenfrenada, loca y psicotica, una risa que destrozaba mis oídos, pero también al mismo tiempo podía escuchar sonidos de pasos de un monstruo metálico, que provenían de detrás mío pero, increíblemente, también provenían del frente.

El crujir y la fricción de su masa deforme y sin control me desgarraban sin clemencia, un monstruo metálico sin conciencia o razón que se dirigía irremediablemente hacia mi, caminando sin voluntad propia, con solo un objetivo, devorar y destruir, sabia que de un momento a otro aparecería frente a mi o me golpearía por la espalda, para tragarme o aplastarme.

Pero en ese momento decidí detenerme, ya no me importaba quien o que estaba acercándose, no podía soportar esa maldita risa, me tire de rodillas estaba asustado, temeroso e impotente, me sentía desesperado. Aun cuando cubría con mis manos los oídos podía escucharlo, repentinamente las paredes se cubrieron de un rostro familiar, un rostro que dejaba ver al causante de las risas caóticas e hirientes, un rostro que dejaba ver un solo ojo, un ojo maléfico teñido en sangre, aun con los oídos tapados podía escuchar su risa... Esa maldita risa!

Entonces dejo de reír y dijo algo, algo que llegaba hasta lo más profundo de mí ser, palabras inteligibles, pero palabras que yo conocía.

De repente fue un paso de aquellos aplastantes y secos lo que puso fin a la tortura, a la pesadilla.

Abrí los ojos únicamente para darme cuenta que estaba acostado, mirando el oscuro techo de la cabaña, estaba sudando, jadeando, la pesadilla había terminado pero los recuerdos quedaban grabados en mi mente. Aun sentía el miedo dentro de mí.

Escuche entonces un sonido que no era familiar, un sonido hecho por alguien o algo que no pretende hacer el mas mínimo ruido, si lo sabría yo, la mitad de mi vida la había pasado ocultándome y metiendo las narices donde no debía haberlas metido. Pero aun así no me preocupe en lo absoluto por levantarme.

-Una maldita ardilla probablemente-

Pensé. Con la mano derecha, y aun recostado, me seque el rostro del sudor frió y abundante que provenía de mi frente.

Intentaba no pensar en lo que había visto o imaginado o alucinado, fuese lo que haya sido, simplemente no quería recordado, eran recuerdos o imágenes espantosas que, cada ves que las recordaba, un frió de muerte me recorría la espalda desde la espina dorsal.

Solo hasta que escuche un segundo ruido fue que me incorpore del lugar donde descansaba y sin pensar deje a un lado todos esos recuerdos, ese segundo sonido había venido exactamente del lado contrario del primero, por un minuto creí que alguien estaba rondando el lugar, me sentí como un tipo paranoico, pero, pensando un poco mas las cosas recordé que el ser "paranoico" me había mantenido vivo todo este tiempo.

Alguien estaba en los alrededores de la cabaña, algo andaba mal, así que decidí salir del lugar y dirigirme a la habitación que se encontraba al final del pasillo que recorría la cabaña por completo, entre con cuidado intentando acercarme a la ventana para ver si podía percibir algo mas de lo que sucedía afuera, estuve a punto de lograrlo pero paso algo que no me esperaba, escuche un pequeño sonido que se producía a mis espaldas.

El lugar estaba ligeramente iluminado gracias a la luz de la luna que se filtraba por la ventana; que se encontraba visiblemente forzada cuando fue abierta, y así la tenue luz de la noche revelo la presencia de un tipo alto, sin mencionar que era también algo corpulento, por un segundo quedamos inmóviles, tanto él como yo no esperábamos vernos el uno al otro, inmediatamente me di cuenta de la situación, el maldito llevaba un pasamontañas y sobre el unos lentes de visión nocturna, portaba un uniforme negro con todos los aditamentos esenciales, gas pimienta, un arma enfundada en su pierna derecha, a primera instancia me pareció una Beretta, pero no estoy seguro, además cinturón con al menos tres cargadores y un par mas supongo; pero de mayor tamaño, también colgaba de un costado un enorme cuchillo de cacería, creo haber identificado un reloj/brújula en la canilla de su mano derecha, pero no estoy muy seguro de ello, los guantes llevaban recortados las partes finales de los dedos, clásico en los "chicos rudos" miembros de los MARINES, radio comunicador en la parte trasera del hombro izquierdo, por lo cual me doy cuenta que el tipo es zurdo, arneses de seguridad para descenso a rapel o caída libre, en las manos portaba un rifle, M16 si no me equivoco; con aditamentos especiales de lanza-granadas y adornado especialmente con una mira telescópica y para rematar; unidad de mira láser de precisión, todo un maldito soldado de juguete con accesorios de lujo y de edición limitada.

Finalmente, él se movió, extendió su mano derecha en dirección a mi, como tratando de alcanzarme me dio la impresión de que intentaba colocar su mano sobre mi hombro, tenia la ligera impresión de que iba a pronunciar alguna palabra, pero no se lo permití, ni hablar y mucho menos que me pusiese una mano encima.

Así que de inmediato lo tome del antebrazo y con un agarre clásico lo derribe, tendido en el suelo lo golpee en la cabeza, creo que quedo inconsciente, esto se había salido de control; tenia toda la razón, algo andaba mal, muy mal.

No sabia que diablos estaba pasando pero sin duda lo iba a descubrir, de esa manera fue que tome su rifle lo despoje del cuchillo y me hice de un par de sus cartuchos, de inmediato me dispuse a salir de la habitación y acabar con los idiotas quienes se atrevieron a interrumpir mi maldita y solitaria paz y descubrir quien o quienes eran, o es lo que hubiera hecho sin duda de no haber sido por la culata del arma de algún idiota que me golpeo por la espalda en la cabeza perdiendo así el conocimiento.

No tengo idea de cuanto tiempo paso, simplemente; al despertar me encontraba en lo que parecía un helicóptero, pero vaya que clase de helicóptero, yo; que me encontraba arriba de el no lograba escucharlo haciendo ruido, me encontraba esposado de manos a la espalda y también atado o esposado de los pies, además del cinturón de seguridad de los asientos, también pude darme cuenta de que a mi derecha e izquierda había dos tipos sentados, esta parte del vehículo estaba iluminada por una leve y tenue luz color azul, levante ligeramente la mirada y me di cuenta que en el asiento de enfrente había otros tres; de los cuales uno se había despojado parcialmente de su pasamontañas y limpiaba con un pañuelo una mancha de sangre que salía de su boca, eso me indicaba dos cosas muy importantes: 1 No había pasado mucho tiempo desde que salimos de la cabaña y 2 Ese era el idiota al que había golpeado hace poco.

En el momento mismo en que se dio cuenta que estaba despierto sus ojos se llenaron de rabia y cólera, mire como su puño cerrado se dirigía hacia mi rostro, ya me había resignado a recibir el golpe sin remedio alguno, sin embargo no logro su cometido ya que el tipo que se encontraba a su izquierda se lo impidió tomándolo de la muñeca

-Sin heridas o lesiones, esas fueron las órdenes- Dijo.

Sin poder hacer mas que acatar sus ordenes, el soldado; con un ademán de impotencia se coloco de nuevo el pasamontañas y se cruzo de brazos.

Estuve a punto de reír cuando repentinamente un pañuelo me cubrió el rostro, la nariz para ser más especifico, me habían colocado el pañuelo con alguna clase de somnífero.

Al menos logre hacer algo que no había podido hacer desde hace mucho tiempo, dormir tranquilamente.