PORCELAIN LOVER
Violada. Ultrajada, humillada… ¿Algo más para tirar mi vida definitivamente a la basura?
Disclaimer
Los personajes de CCS no me pertenecen, pertenecen a las CLAMP.
CHAPITRE 1: "Broken Porcelain"
"Porque la vida no es del dulce color rosa del que siempre la pintan, porque después de la oscuridad hay mas oscuridad y no hay nada que cambie aquello"
Un Día en la vida de ella…
Las calles siempre sucias y polvorientas que forman el camino a "casa"…
Casa…
¡Eso no es un hogar para mí!, me quiero morir, quiero desaparecer del mapa, simplemente no estar aquí. Desde hace tiempo he pensado en eso, pero parece que Dios no me escucha porque a pesar de haberlo pedido con toda la fuerza de mi corazón no se me ha concedido. Debí matar a mi propia madre a mordiscos en mi vida pasada para que no me saque de esa agonía ¿Verdad?
Algunas veces me pregunto si seré capaz de salir de esta vida asquerosa, o tal vez este es el castigo por haber sobrevivido al accidente que mató a mis padres y dejó a mi hermano interno en un hospital para enfermos mentales… nunca lo sabré, lo único que puedo asegurar es que ni el peor criminal merece la vida que llevo…
Vivo con un "amigo" de mis padres… y digo "amigo" en unas grandes comillas porque desde que cumplí los 15 años ha estado abusando de mi…
Sí, me ha violado por todos los sitios posibles e imaginables.
¿Doloroso?
... Lo creo…
¿Penoso?
Para mí sí, porque él lo encuentra placentero, especialmente en el primer año cuando lloraba y suplicaba, por eso, ahora sé que no debo hacerlo, el tiempo se ha encargado de enseñarme a ocultar la indignación y la vergüenza que esto me ocasiona.
Por eso encuentro muy sabio el dicho que reza el diablo sabe más por viejo que por diablo.
Supongo que se aplica muy bien en mi caso y la forma en que he decidido tomar los abusos, aunque quedan cicatrices, ¿Cómo no iba a haberlas?, por eso es que le tengo pavor a los hombres, no puedo soportar que uno ande a menos de un metro de mi periferia, para mi todos son iguales: unos cerdos asquerosos que solamente buscan saciar un apetito lascivo con cuanta muchacha joven y saludable se les cruce en el camino, pero debo ir a una escuela mixta y no hay nada que pueda cambiar eso, no hay dinero para pagar un privada, aun así evito que se me acerquen teniendo una faceta gótica y escalofriante que hasta el momento me ha funcionado bastante bien. Parezco pandillera y la gente "buena" de la escuela no osa acercarse a mí en un radio de 500 metros.
Al principio dolía, ahora simplemente como con todo lo que me ha pasado, he aprendido a soportarlo, sin embargo no dejo de pensar que si tan solo mi hermano estuviera aquí, si tan solo no me hubiera abandonado, él los espantaría como cuando era más pequeña, pero en vista de que ya no está debo hacerlo yo misma.
Tengo 18 años, y me corté el cabello hace una semana para que el abusador no tuviera oportunidad de agarrarme de ellos cuando estuviera haciendo una de las pocas huidas exitosas para esconderme hasta que llegara su esposa, pero el trato era siempre el mismo y si no me dejo, el castigo físico es duro, siempre me deja con cardenales en las piernas y no me puedo poner el uniforme reglamentario para la clase de deportes, supongo que la profesora ya se habrá dado cuenta y ya no me dice nada, pero al principio peleábamos bastante.
Lo mismo cuenta para el resto de asignaturas, los profesores se resignaron y ya no intentan despojarme de mi gruesa capa de maquillaje.
La escuela es solitaria y así suene irracional uno de mis dos únicos amigos es un hombre, tal vez el único que dejo que se acerque, por lo mismo que somos amigos desde antes que mis padres murieran, de lo contrario ya estaría tres metros bajo tierra si se hubiera acercado después de ello ¿Su nombre? Pues es Hiraguizawa Eriol, viene de Inglaterra y es huérfano como yo, pero como heredo una gran fortuna no tuvo que quedarse bajo la custodia de terceros y vive cómodamente en una mansión en las afueras de Tomoeda, que es el lugar donde yo vivo.
Y si se preguntan si sabe algo… no, no le he dicho nada, pero creo que lo sospecha, Eriol es endemoniadamente perspicaz y no se le pasa nunca por alto los días que llego más deprimida de lo normal, o los golpes que se alcanzan a divisar bajo las mangas de la chaqueta reglamentaria del instituto. Pero hasta que no me vea acorralada no pienso decirle nada, porque él sería capaz de asesinar al maldito, y aunque ganas no me faltan, no quiero que el peso de un asesinato caiga sobre sus hombros, sin quitar del medio el hecho que quisiera ser yo misma quien tenga el placer de quitarle la vida al desgraciado.
Por ese tipo de situaciones es que ya pocas cosas me interesan, sólo quiero terminar mi educación lo más pronto posible y largarme de aquí a alguna universidad en Tokio, o mejor si puedo irme becada al extranjero, soy muy buena en dibujo y gimnasia, he hecho ganar varios galardones al instituto y hace poco envié una solicitud a una universidad de bellas artes en Francia, he estudiado el idioma y lo domino a la perfección, así que solo me queda esperar y ver qué me dicen, espero que sea positivo.
La distracción no resulta efectiva, y poco a poco el miedo se apodera de mi alma con cada paso que voy dando hacia aquella casa amarilla de exuberantes jardines, que quizá en otros tiempos más lejanos fue hermosa para mí, pero ahora es el símbolo infalible de un pasado y un presente oscuro, ahora solo cabía la certeza de que iba a ser utilizada de nuevo en cuanto pusiera pie en ella, cumpliendo cuanta fantasía sexual se pase por la mente retorcida de aquel cerdo repugnante.
Papá ¿Por qué me confiaste al cuidado de semejante víbora? Seguramente no sabías lo que este desgraciado haría conmigo, no te culpo, pero sólo te pido que me lleves pronto con ustedes, es lo único que te pido, por favor dile a Dios que envíe a alguien para que me quite de este lugar, por favor dile que si me quiere algo me libre de estar con ese hombre, que me mande lejos de aquí.
Abro la puerta, la casa está a oscuras, el chirrido que hace al deslizarse cada pulgada es escalofriante y lo sé bien, que eso jamás ha sido un buen augurio, puesto que avisa mi llegada al cerdo ese, entro, y mis pasos resuenan en la estancia, dejo mis zapatos, cuidando, previniendo, en otros tiempos pensaría que la casa está sola, pero ya me ha ocurrido varias veces y lo sé, éste hombre sale de las sombras y me ataca, se lanza como un perro hambriento a su débil presa.
Deslizo la puerta de mi dormitorio… bueno en realidad es el ático de la casa, desde que mis padres murieron, cerré la habitación que les había pertenecido bajo llave, para no encontrarme con recuerdos dolorosos, que lo único que acabarían haciendo sería herirme más, es como una especie de santuario donde nadie entraba desde ese día horrible.
La mía la ocuparon los nuevos dueños…
Así que me trasladé al único sitio disponible, y eso es todo.
Suelto un suspiro de alivio, he llegado a mi escondite, pero de un momento a otro siento una mano fuerte tomar mi brazo y adentrarme al cuarto con violencia, mientras estoy en el suelo, oigo como la puerta se cierra y veo delante mío a ese hombre con una navaja en las manos y una mirada asesina y llena de lascivia, instantáneamente me abrazo a mi misma y siento la familiar descarga de miedo quemar cada parte de mi cuerpo, tiemblo, y aunque luzco débil, se que aquel hombre va a hacerme algo peor que lo que ya me ha hecho, lo leo en su cara, lo leo en la forma frenética en la que se acerca a mí, lo sé porque cuando llegó hasta mí puso su navaja en contacto con mi cuello.
No se molesta en quitarme nada, va rasgando mi uniforme mientras desliza su mano libre por la piel que va dejando descubierta a la mala, me amordaza con un pañuelo de mano y al final luego de una lucha terrible en la que he ganado varios cortes en mis brazos y piernas y varios golpes además, el tipo se adentra en mi con fuerza y empieza con su ronda de cochinadas hasta bien entrada la noche, luego me deja tirada y se va sin decir palabra.
Me levanto adolorida y repaso con mis dedos mi fisonomía, una flor cortada de raíz antes de florecer si lo piensan, aunque, con la cara de bebé que tengo, perfectamente puedo decir que soy una porcelana rota, tanto afuera, como por dentro, y sin querer mis ojos se llenan de lagrimas, miro al techo y luego al espejo, donde veo una imagen desconocida.
Una mujer sin alma me devuelve la mirada…
Una mujer herida, destrozada, esa es la imagen que el espejo refleja, veo unos ojos jade sin vida y me pregunto, ¿Estaré expiando alguna culpa?, pero eso ya no importa, lo único real y tangible es el estado de humillación en el que estoy, me miro estando ausente, sin golpearme aun con la realidad de lo que viví, y me observo como si estuviera viendo a una persona distinta, sin lastima, sin compasión, estoy allí, con el uniforme destrozado producto de los cortes que el tipo me hizo con esa navaja, varios tajos en mi piel de paso, hay también golpes que seguramente mañana se verán reflejados en grandes contusiones, y para rematar, sin bragas y el sudor de las partes descubiertas de mi cuerpo se mezcla con la saliva y el semen que ese hombre se ha atrevido a dejar sobre mi cuerpo.
Me quiebro.
Sin querer caigo de rodillas y las lágrimas que ya no puedo retener se resbalan copiosamente por la piel de mi rostro y grito, por primera vez en todos estos años grito… grito desesperada mirando a lo alto, clamando en mi interior por algo de justicia, por algo de bondad.
Dios por favor si en algo te he ofendido házmelo saber, pero si no lo he hecho te suplico que me envíes algo, alguien lo que sea, lo que sea es mejor que estar aquí, por favor sácame de este infierno… - susurro ahogada en mis propios sollozos.
Y me derrumbo sobre la alfombra manchada de mi habitación, sollozando, revolcándome entre el dolor y la agonía, sabiendo que nadie me escucharía, sabiendo que mañana sería igual, deseando morir hoy más que nunca, sintiéndome de pronto más percudida, más utilizada que antes.
El sueño que me ataca esa noche es denso, como una premonición, veo dos figuras, una de ellas alta de hombros anchos, parece ser un hombre y otra a su lado más baja y más estilizada, de su cabeza salen rizos que bailan al son del viento, una mujer sin lugar a dudas, dos colores, ámbar y amatista, dos báculos y dos pares de alas, un árbol de cerezo a sus espaldas, en un momento extienden sus brazos hacia mí y…
Me despierto asustada.
¿Qué había sido eso?, coloco una mano sobre mi pecho y siento el familiar latido desbocado de mi corazón, me levanto del suelo igual de sucia que ayer y miro la hora, eran las 4:30 de la mañana, vaya hora extraña para levantarme, me dirijo al baño de mi habitación y luego de cerciorarme que estaba cerrado, abro la llave de la ducha sintiendo como con cada gota de agua que recorre mi figura se van cayendo las manchas del ultraje de la noche anterior, miro al techo mientras me jabono y pienso en el sueño extraño que tuve, ojalá sea el indicio de algo bueno, las pocas veces que sueño con algo, se cumple.
Sin pensar en lo que hago, me envuelvo en la toalla y abro la puerta para salir a mi cuarto, pero lo que veo en mi cama no me gusta, ahí está ese desgraciado totalmente desnudo haciéndome una seña para que fuera con él, niego y me entro de nuevo en el baño, sintiendo como todo se derrumba de nuevo al ver que él interfiere y pone su pie para que la puerta no se cierre, me agarra del brazo e intenta sacarme de allí, yo grito y pido ayuda, pero los vecinos ya están acostumbrados a ello y sé que nadie vendrá a ayudarme.
Eriol…
¿Dónde estás cuando te necesito?
Mamá… papá… hermano, lo que sea por favor no más, no lo soportaré…
Hoy no está su esposa en la casa, así que quiere abusar de mi antes de ir al instituto, por más que lloro y pataleo, lo único que consigo es que me dé un fuerte bofetón cuando logra sacarme a las malas del baño, y siento como la sangre cálida sale de mi boca y empapa mi rostro, caigo en el piso y me veo despojada de mi toalla, al tiempo que siento su miembro entrar rudamente en mi mientras muerde mis pechos y me golpea en la cara.
No más… no lo soporto… voy perdiendo la conciencia de todo y de repente todo se vuelve oscuro.
Despierto alrededor de una hora después, son las 6:10 am. Me levanto, me doy otra ducha más corta y me visto en el baño, cuando me veo al espejo, cubro los cardenales del rostro con maquillaje, me vendo los brazos en los lugares donde están los cortes, poniéndome mis guantes negros hasta el codo para cubrir las vendas y veo la puerta del baño con algo semejante al horror, miro la ventana, que tiene cerca una rama de un árbol, y salto a ella, dejé mi mochila en el casillero, así que no me preocupo por ingresar de nuevo en la habitación, me bajo del árbol y camino de nuevo a la escuela, recorriendo el camino oscuro y polvoriento que me aleja de ese infierno, al menos por unas horas.
Señor… ¿Hay algo más que deba expiar?...
Ya no pido que me saques de allí, solo pido que me des las fuerzas necesarias para matarlo yo misma.
Ser buena no lleva a nada, sólo me está trayendo sufrimiento, lo voy a matar, eso es seguro.
Llego a la escuela mucho más temprano de lo acostumbrado, pero ¿Que importa? Mejor para mí me digo, y me siento a esperar a que por fortuna alguien llegue, diez minutos después percibo movimiento afuera y escucho un par de voces desconocidas discutir en el pasillo
- Pero… ¿Qué demonios haces aquí? – parecía preguntar con una voz fría un chico.
- Eso mismo te pregunto, creí que tu jefe no consideraba necesario enviarte, ¡Sólo interfieres en mi trabajo! – una voz dulce de chica se defendió inmediatamente.
- ¡Sabes muy bien que Kurogane-sama no se iba a quedar con los brazos cruzados!
- ¡Ni tampoco Fay-sama!
- Ehhh disculpen, ¿Podrían dejar esa pelea para después? Son muy escandalosos – intervine yo desde el salón, sin siquiera en molestarme en ir a ver quienes estaban armando semejante barullo.
- ¿Ves? Por eso te dije que te fueras – dijo suavemente el chico.
- Ni loca, éste trabajo ya es mío.
Las voces se alejan por el pasillo, y con ello siento otra vez el silencio pesado y denso llenar el lugar, recargo mi cabeza contra mis brazos y espero de nuevo sola.
Sola como en el hueco más terrible…
Flash Back
- "Sakura…"- si así me llamo… la voz del pervertido ha sonado.
- "¿Qué significa?" – una versión chibi mía se asoma, mostrando unos enormes ojos verdes, en esa época brillaban, pero creo que eso ya no está.
- "Flor de cerezo…" - contesta la voz de mi padre, sonriendo con afabilidad, como solo el sabia hacerlo.
- "Que hermoso nombre…" - volvió a decir el abusador, la versión chibi mía se apegaba a la pierna de mi padre como si no hubiera un mañana, si, era el día que lo conocí, yo tenía 5 años y desde ese día supe que ese hombre me dañaría más que ninguno…
Fin Flash Back
Me despierto de aquel recuerdo lejano y lo primero que veo son los ojos curiosos de Eriol y su prima Mei Ling, mi otra amiga, es una chica muy abierta y muy escandalosa, aunque igual de perspicaz que mi amigo, me sonríen y me saludan, pero dentro de mi oscuridad ya no quedan sonrisas, así que correspondo al gesto con una inclinación de cabeza, mirando hacia el frente, el profesor Terada ha llegado.
- Buenos días muchachos.
- Buenos días respondemos a coro todos los de curso poniéndonos de pie para saludar y luego tomando asiento.
- El día de hoy se vinculan a la escuela dos nuevos estudiantes.
Y antes de que lo supiera, ámbar y amatista se sitúan frente a mis ojos, el sueño, se había hecho realidad, las personas que vi en mi sueño estaban ahí, un chico y una chica, ambos de porte serio y elegante, y por si fuera poco mi mirada se cruzo con la de él.
Mi mundo pareció hallar el mismo centro del universo, era simplemente…
Espectacular, siendo el dueño de los ojos más hermosos que hubiera visto en mi vida y mi corazón pareció detenerse por unos segundos al sentir su mirada dulce y penetrante observarme, como si con ello hubiera desnudado hasta el último rincón de mi alma.
- … Preséntense por favor – la chica dio un paso adelante, hizo una reverencia y sonrió.
- Mi nombre es Daidouji Tomoyo y vengo de Tokio, es un placer, espero que nos llevemos bien – y luego el poseedor de la cara más preciosa de la Tierra dio un paso y miró al salón con un aire de suficiencia un poco sorprendida.
- Li Syaoran, provengo de Hong Kong, un gusto – me miro y yo desvié mi mirada, el dolor volvía a hacerme su presa.
¿Cómo podía mirarme? Los hombres son mi miedo más terrible, no los soporto por más cari bonitos que sean. Entonces, él volteo a ver a su compañera y ella hizo lo mismo luego de dirigirme una rápida mirada, ambos se miraron por una fracción de segundo con algo parecido al reto y a la preocupación.
- Daidouji-san, tu puesto está al lado de Kinomoto-san y Li-kun, tu puesto está detrás de ella, Kinomoto-san por favor alce la mano para indicarles – alcé mi mano de forma desganada, y los dos nuevos se sentaron rápidamente en sus lugares.
- Mucho gusto Kinomoto-san, soy Tomoyo – dijo la chica, parece amigable, pero yo no me fio de nadie.
- Hola… - miro con cautela a mi interlocutora
- Y éste que viene conmigo es Syaoran – el chico de ojos ambarinos se limitó a mirarme con la mirada un poco desorbitada y levantar una mano en señal de saludo, me pongo nerviosa ¿Por qué? Ni yo misma puedo responder esa pregunta, lo único que sé es que es una mezcla entre felicidad y miedo, no quiero que me hable, pero tampoco lo quiero lejos, y aun así desconfío, porque no quiero quebrarme más de lo que ya estoy.
- Hola… - vuelvo a contestar y me volteo a mirar la pizarra.
Definitivamente este día sería raro y agotador…
Continuará…
