Disclaimer: Hetalia y sus personajes le pertenecen a Himaruya Hidekaz

Aviso: Este fic participa del reto "Drabbles, drabbles y más drabbles" del foro "Multifandom is the new Black".


"¿No es difícil cerrar los ojos y escuchar los gritos a tu alrededor?"

"Que va, es algo con lo que ha aprendido a cargar todos los días…"

¿Alguna vez se callarían?

"¿No sientes el olor a sangre y pólvora? ¿El sabor del cóctel de lágrimas que te sirven cada vez que pisas un "territorio al que ayudar"?"

"Ha pasado tanto que ahora ya es demasiado familiar…"

Quería callarlas y seguir. Esas voces que nunca descansaban, que siempre le sacaban en cara lo que hacía…

Las voces de su propia consciencia.

"¿Qué se siente usar la máscara de héroe para ocultar al mayor villano que ha existido jamás?"

"Ya no hay más que sentir… sólo dolor"

Dolor…

Una lágrima resbaló por su mejilla.

Es irónico que el héroe necesite ser salvado… y resulta patético que sea de sí mismo.

"¿Recuerdas Corea? ¿Vietnam? ¿Irak? ¿Recuerdas las súplicas de la gente porque todo cesara?"

"¿Acaso podría desaparecer? Solo basta cerrar los ojos para volver a aquel infierno…"

Y era cierto.

Recordaba haber dado las órdenes, pisar el campo de batalla… el cadáver de aquel niño mutilado al que sostuvo en brazos, a quién enterró por tratar de darle un último hogar en reemplazo al que él mismo le había quitado.

¿Cómo olvidar la primera vez que lloró en la guerra?

"Pero eso no es nada ¿cierto? ¿Cómo inmutarte por el sufrimiento ajeno si ni siquiera te afectó el llanto de tu propio pueblo?"

"Jóvenes que pudieron ser padres o médicos o profesores… pero murieron por el ideal de servir a su país. ¿No murieron con honor?"

Y una mierda. Esos chicos y chicas murieron creyendo en un ideal, creyendo en lo que ÉL representaba… pero era mentira. Sólo fueron carne de cañón para los intereses de sus jefes.

"¿Sientes el peso más liviano por culpar a tus superiores? ¿Es necesario que te recuerde que esas vidas no se perdieron en nombre de Einsenhower, Bush u Obama? Fue en el nombre de los Estados Unidos de América"

"Y ese eres tú, Alfred F. Jones"

Eso nunca fue lo que tuvo en la cabeza cuando se independizó y juró velar por el bienestar de cada uno de sus ciudadanos. Porque, si por él hubiese sido, viviría la muerte de cada soldado americano en cuerpo propio… y también de cada persona que fue asesinada por uno de los suyos.

Sabía bien que no murieron en vano. Gracias a ello, sus habitantes ahora gozaban de una vida tranquila. ¿Eso no hacía que valga la pena cargar con sus demonios internos?

Era algo que no podía cambiar, por mucho que deseara. Lo único que podía hacer era levantarse y seguir adelante, enfocándose en ese futuro cargado de esperanzas… y caminar el sendero de sangre y muerte hasta llegar a él.

Y, cuando llegase aquel momento en el que el peso fuera demasiado para cargar, cuando su cordura estuviese al borde de desaparecer, solo tenía que repetirse una vez más.

- No mires atrás…