Esta historia la empecé por que la verdad aunque me gusta la pareja de Kagome e Inuyasha, me encanta también la idea de que el frío y estricto Sesshoumaru se enamore de Kagome, siendo tan opuestos no me imagino como harán los dos para confesarse su amor.

Bueno les dejo esta historia y espero varios comentarios así como también críticas, así podré mejorar ya que es mi primer fic.

LOS PERSONAJES DE INUYASHA NO ME PERTENECEN SON DE RUMIKO TAKAHASHI, Y ESTA HISTORIA LA ESCRIBO POR DIVERSIÓN SIN FINES DE LUCRO.


Introducción.

Han pasado 2 meses desde el regreso de Kagome a la época del Sengoku.

Ella regresó para estar con el amor de su vida (Inuyasha), pero tuvo que dejar toda la vida que llevaba en la época actual y también a su familia ya que a su regreso el pozo se selló para siempre y nunca los volvería ver, aunque muy seguido pensaba en ellos la miko (así se les llama a las sacerdotisas en la época del Sengoku) , sabia que sería feliz al lado de su querido hanyou (así se les dice a los hombres mitad bestia ó híbridos en la época del Senguku), bueno eso pensaba pero la realidad cada vez se tornaba mas dolorosa para la pobre miko.


Capitulo I : La decisión más amarga.

Kagome y Sango se encuentran platicando en la casa de Kaede ya que esta había salido con las 2 hijas de Sango a recoger plantas medicinales, Sango cargaba en sus brazos a su pequeño hijo que tenia 3 meses de nacido.

Han pasado 2 meses desde la llegada de Kagome aunque ella se veía siempre tan feliz, algo le estaba oprimiendo el corazón, pero como su mayor característica era no preocupar a los demás, ella sufría en silencio.

Y eso era por que el hanyou de sus sueños se alejaba de ella y eso le resultaba difícil de entender, ya que en largas pláticas que había tenido con sus amigos ( Sango, Miroku, Kaede y el pequeño Shippo) le comentaban como había sufrido aquel hanyou cuando se encontraba separado de ella.

Pero Sango que era unas de sus mejores amigas la notaba algo triste y también preocupada, así que no dudó y empezó a hablar con su gran amiga Kagome.

—Kagome se que no es de mi incumbencia pero se que tú te encuentras muy triste, y no me gusta verte así, casi no sonríes y te pasas largos ratos metida en tus pensamientos, dime ¿Qué es lo que te pasa? ¿acaso es por tu familia? o ¿tiene que ver con Inuyasha?—

La miko muy triste le dice— Hace dos semanas que no lo he visto, últimamente solo dice que entrena pero…., un silencio se hizo presente en la miko y dándo un suspiro ella prosiguió,— el nunca me lo dice pero estoy segura que sigue teniendo muy presente al recuerdo de Kikio.—

—Pero ¿Cómo es eso posible?— Dijo algo sorprendida Sango. —Pero si el sufrió mucho el tiempo que te alejaste de él, no lo creo, tal vez es tu imaginación, —dijo con tal seguridad que la miko solo respondió.

— Si tal vez sea mi imaginación.

Sango se dispuso a salir después de esto y con una sonrisa le dijo, que no se preocupara ya que se veía que Inuyasha la amaba.

Sango había pasado mucho tiempo con Kagome y tenia que llegar a su casa para preparar la cena e ir a buscar a sus hijas ya que su esposo Miroku, no tardaría en regresar de un exorcismo que fue hacer desde el medio día, fue hacia su casa cuando de lejos vio a la anciana Kaede que regresaba con sus dos hijas ellas se despidieron y fueron caminando hacia su casa.

Kaede siguió hasta llegar a su casa y al entrar vio a Kagome como últimamente la veía, metida en sus pensamientos y con una cara muy triste.

—Kagome dime, ¿ya has comido algo?— preguntó Kaede para sacar de sus pensamientos a la miko, esta levantó la mirada y dijo— No estaba platicando con Sango pero la verdad no tengo hambre,— la anciana movió la cabeza de lado a lado y se dispuso a servir la cena que la miko ya había cocinado.

Cuando terminaron de comer Kagome se quedó viendo a la anciana fijamente y esta al ver como la estaba mirando le dijo— ¿Ya pensaste bien lo que te dije hace dos días?—

Flash back

Precisamente hace dos días la anciana Kaede le dijo a Kagome que debía de entrenar más para ser una gran miko ya que sus poderes eran semejantes a la sacerdotisa Midoriko, la anciana le dejó claro, que ella solo podría entrenarla en el conocimiento de plantas medicinales y conjuros sencillos, pero que era necesario que viajara con los grandes maestros de las montañas del oeste, para que la entrenaran y así convertirse en una gran y poderosa miko.

Pero el entrenamiento sería muy largo y una vez entrando a aquellas montañas solo podría salir cuando su entrenamiento diera fin y eso seria alrededor de medio año calculando lo tenaz y lo fácil que era para la miko aprender las lecciones que le daba.

Fin del Flash back

La miko asentó con la cabeza, entonces— ¿cuál es tu decisión?— dijo muy interesada en la respuesta.

—SI estoy segura, medio año pasará rápido además es necesario seguir mi entrenamiento. Así que me iré cuando regrese Inuyasha, así el podrá acompañarme.—

Kaede se le quedó mirando fijamente para responderle con un rotundo— NO —que dejó a la miko muy sorprendida,— "ESTE VIAJE LO TIENES QUE HACER SOLA".

—¡Sola! — Diciendo la miko con un tono de sorpresa,— pero eso no me lo había dicho—.

—Kagome, es necesario que llegues sola a las montañas del oeste ya que si los grandes maestros te ven llegar con un hanyou no te entrenarán— dijo Kaede.

Eso dejó muy pensativa a Kagome, viendo la gran sorpresa en su rostro, la anciana le dijo— "PIENSALO BIEN", ya que en medio año no veras a Inuyasha ni a nosotros ya que los grandes maestros se distinguen por su gran disciplina y fuerza espiritual.—

Después de esa charla las dos se fueron a dormir.

La luz del sol estaba saliendo y se veía el renacer de un día hermoso Kagome se alistó y fue a conseguir unos pescados para el desayuno, pero al salir de la casa a unos cuantos metros se encontraba el hanyou de su sueños.

—¡Hola!— dijo Kagome a Inuyasha y este se sintió feliz de ver a aquella hermosa miko, el no podía permanecer mucho tiempo sin verla, pero el hecho de estar con ella le traía malos recuerdos ya que la miko le recordaba mucho a su amada Kikio. Es por eso que se iba por muchos días pero esta última vez se había ido por dos semanas y no sabía como respondería la miko al verlo.

Pero como Kagome era tan gentil, decidió no pelear y saludar amablemente y con una sonrisa al hanyou.

—¿Esta vez a donde fuiste a entrenar? —le pregunto la miko al hanyou.

—Un poco al sur pero ya estoy de regreso y tengo mucha hambre.

—Anda pues, y ayúdame a pescar para que desayunemos— dijo sonriente la miko.

Inuyasha estaba contento de estar cerca de la miko, pero pronto el recuerdo de su antiguo amor lo descontrolaba y la veía con una gran tristeza.

A Kagome le molestaba que la miraba de esa manera, ya que la hacia sentir muy mal, ella ya sabía que veía el recuerdo de Kikio en ella pero ya estaba harta de esa situación.

—No me mires así, yo no soy KI KI O soy KA GO ME y me molesta que me mires así, parece cómo si sólo vinieras conmigo por que te recuerdo a KIKIO y no por que te agrade estar conmigo, ya no hagas eso por que no sabes cuanto me lastimas.

Al oir eso Inuyasha se enojó por aquel reclamo y no se dio cuenta que de su boca salió lo que estaba pensando y lo dijo en voz alta ya que era algo que jamás habría querido decirle a Kagome.

—TU NO ERES COMO KIKIO ELLA ERA MAS HERMOSA, AMABLE Y NO ERA TAN ENOJONA COMO TÚ.—

Maldición pensó el hanyou no supo detener esas palabras de su boca y la miko ahora las había escuchado solo esperaba que ella le dijera ABAJO por lo que le había dicho.

Kagome sintió como su corazón se partía en dos y le dijo al hanyou todo lo que sentía en ese momento eran tantas mezclas de emociones que no pudo contenerse.

—Inuyasha ¡Eres un tonto! ¡UN TOOONTOOOO!

Gritó Kagome al hanyou ya que tenía dos semanas de no verlo y ahora le decía eso.

—Sabes que dejé todo por ti, sabes que te amo y aun así me dices, que yo soy tan insignificante para ti, no, eso no está bien, no sabes el sufrimiento que me causas, hazme un favor, "MÁRCHATE Y JAMÁS VUELVAS, NO DESEO QUE TE ME ACERQUES NUNCA MÁS."

Esas palabras dejaron al hanyou todo helado no quería perder a Kagome pero no sabía que decirle en ese instante.

La miko al darse cuenta que solo se encontraba parado enfrente de ella y no se veía que quisiera aclarar las cosas, ni disculparse se dio media vuelta y empezó a caminar cuando:

ù¡KAGOOOMEEE ESPERA!— Gritó el Hanyou

La miko solo volteó pero el no dijo otra cosa, este se había quedado inmóvil, todavía sus pensamientos no estaban en orden y solo podía pensar en lo que la joven miko le había dicho, al no ver respuesta del hanyou, la miko se voltea nuevamente y sigue caminando.

Al ver que ella se aleja el hanyou le grita que lo perdone pero que fue su culpa ya que ella siempre era muy enojona y eso hizo que se le escaparan esas palabras de su boca , al escucharlo la miko furiosa gritó ¡ABAJO! , haciendo que el hanyou caiga de cara.

—Y no me sigas o ya verás lo que te pasará — grito Kagome al darse la media vuelta e internarse en el bosque, dejando al hanyou tirado en el piso.

—Ya me cansé de tanto pelear pensó Kagome y después, dio un suspiro largo seguido de un "Pero te amo".

—Maldición—dijo la miko— yo queriéndolo tanto y el piensa que seguiré siendo su amiga para siempre pero se equivoca ya estoy HARTA, HARTA, no puede ser que haya dejado todo por él y que él crea que le perdonaré todas las groserías que me hace por el hecho de amarlo tanto.

Mientras el hanyou se dispone a pararse después del fuerte golpe recibido, va tras la miko pero ella puso un campo de energía detrás de ella, el hanyou no se percató de aquel campo y este al correr detrás de la miko, le dio una descarga tan fuerte que quedó inconsciente por aquella energía espiritual.

DENTRO DEL BOSQUE

Se encontraba una pequeña niña al lado de un youkai que solo la miraba mientras ella le sonreía y jugaba alrededor suyo.

—Hola— dijo la niña al ver que Kagome se acercaba y la miko sonriéndole le dice, —hola Rin que haces tan lejos de la aldea la anciana Kaede de seguro te anda buscando.

Rin muy sonriente le contestó:— No le dije a la anciana Kaede que saldría a jugar por que Sesshoumaru sama vino a verme.

Al levantar la mirada, la miko se encuentra con una mirada fría e intensa que hace que le de un escalofrío.

Era Sesshoumaru que desde hace un mes andaba rondando por la aldea ya que seguido visitaba a la pequeña Rin, así que últimamente se encontraba muchas veces la miko con aquel youkai.

—Hola —dijo la miko, pero al no haber respuesta ninguna de este personaje ella se enoja y repite…—Te dije HOLA ¿y tus modales? No por ser un youkai debes ser grosero.

Él se le queda mirando con ojos de ira, ya que como siempre cuando se veían estos dos, las peleas eran las mismas, y ciertamente la miko encontraba gracioso hacerlo enojar.

—No molestes y vete no tengo ganas de ver tu horrenda cara— contestó con ira Sesshoumaru.

Pero la verdad es que le gustaba estar cerca de la miko ya había pasado un mes que el youkai andaba siempre paseando por el lugar en donde vivía Kagome y seguido se encontraba con él.

—Te dije que te fueras,— pero la miko respondió —no molestes no ves que estoy furiosa hace rato peleé con Inuyasha y tú con tus desplantes de youkai poderoso me pones aún peor.

—Entonces ¡lárgate! no me des dolor de cabeza— dijo Sesshoumaru, dándo respuesta al desplante de la miko que se quedó helada con el tono de voz tan brusco e implacable del youkai.

—Lo siento—, dijo disculpándose y se dio la media vuelta y empezó a caminar, aquel youkai solo la siguió con la mirada hasta que la miko se le perdió de vista.

Pero no fue lo que dijo la miko ni tampoco el tono de voz que ocupó, lo que hizo que el yokai se enojara con ella, sino el nombre de Inuyasha que si de por sí no lo soportaba, el oírlo en la voz de Kagome le fastidiaba aún más.

La miko no le tomo mucha importancia al encuentro que tuvo con Sesshoumaru ya que el actuaba siempre de esa forma y lo encontraba de lo muy normal.

Ahora solo pensaba en las palabras que le dijo el hanyou, que había hecho que la hermosa miko se sintiera la mujer más desdichada del mundo y sin poder resistirlo más, tardó casi el día completo llorando su desdicha y el reprocharse lo tonta que era por amar a alguien que no la ama. Así la miko quedó dormida sollozando y teniendo en la mente a su querido Inuyasha.

Mientras tanto el hanyou ya estaba preocupado después de reponerse de aquel choque de energía había salido a buscar a Kagome pero ella había ocultado su esencia y eso hacia que el hanyou se preocupara más.

—Maldición donde estará la testaruda de Kagome es cierto que le dije cosas que no tenia que decir pero me molestó que me gritara si no hacia otra cosa que verla.—

Así que pensó que estaría con Sango y Miroku ya que ellos eran sus mejores amigos y se dispuso a ir a su casa pero al llegar se percató que la miko no se encontraba con ellos.

Sango y Miroku saludaron al hanyou con grandes sonrisas pero al mirarlo bien se dieron cuenta que el estaba preocupado. Entonces Sango le dijo:— ¿Qué pasa? porque estas tan preocupado— y el hanyou empezó a contar lo ocurrido así le darían una solución a su problema.

Pero cuando terminó de relatar lo ocurrido aquella mañana Sango se paró y le dio una cachetada que hizo que el hanyou gritara un ¡AUCH! y después se sobara la cara ya que la mano de aquella mujer había quedado marcada en su mejilla.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué lo hiciste?— aquel hanyou le dijo a Sango mientras la señalaba con su dedo, ella estaba furiosa por todo lo que había hecho sufrir a su amiga y no se sabia como mostrar aquel enojo así que el resultado fue la gran cachetada que le dio al hanyou y que había hecho que le quedara doliendo la mano del tremendo golpe que le había acomodado.

Sango fué calmada por Miroku cuando el hanyou le reclamaba por la cachetada recibida ya que ella quería darle tantos golpes como pudiera por que sabia que ese dolor no era nada comparado con el dolor que sentía su gran amiga.

—De verdad eres una BESTIA grito Sango con lagrimas en los ojos, ya que ella sabía que Kagome amaba tanto aquel descarado que hoy le había roto el corazón.

—Pero Sango dijo Inuyasha no fue mi intención decirle eso, no se que haría si la perdiera para siempre.

—Pues entonces prepárate Inuyasha después de lo que hiciste es lo que va a pasar— le dijo Miroku al hanyou.

—¿Qué dijiste?— respondió el hanyou muy asustado después de oír esas palabras,— Ella no lo haría— dijo muy confiado, ella prometió, " ESTAR CONMIGO PARA SIEMPRE."

Pero Miroku le dio un bastonazo con su báculo en la cabeza diciéndole— Eres un tonto tu crees que después de lo que le dijiste se quedará contigo es más, tal vez ya se halla marchado y tu muy tranquilo piensas que volverá,— haciendo que el hanyou cambiara su rostro por uno de preocupación mucho mayor y moviendo la cabeza de lado a lado decía— NO NO ella no haría eso sin antes hablar conmigo.—

EN EL BOSQUE

Rin ya hacia mucho que se había separado de Sesshoumaru para ir a dormir a casa de la anciana Kaede y este seguía caminando en el bosque cuando escuchó llorar a una mujer, se percató que era aquella miko que había visto esa mañana.

Al quererse acercar a ella pudo sentir el gran campo de energía que estaba a su alrededor, así que solo se quedó observándola y pudo notar lo triste de su rostro además de pequeñas gotas que habían quedado en sus mejillas.

—Valla que son tontos los humanos, jamás podré entenderlos, ni sentir amor por ellos, son las criaturas más repugnantes con todos esos sentimientos que los hacen desgatar y perder el control de sus vidas, ¡Bah! pensé que esta miko era diferente.

Se dio la vuelta e intentó marcharse de aquel lugar pero algo hizo que se quedara toda la noche cuidando y viendo a la triste miko que se encontraba durmiendo.

Cuando empezaron a salir los primeros rayos del sol Sesshoumaru se fue de aquel lugar para que la miko no lo viera y así no tendría que dar explicación del porque se encontraba tan cerca de ella.

Ya entrada la mañana la miko empezó a despertarse y con ello un ruido hizo su estómago y se dijo así misma: —es cierto no he comido nada y me siento un poco débil ya que me desgaste haciendo el campo de energía y el llorar tampoco me ha ayudado—.

Así se dispuso a levantarse y quitar aquel campo que ya había cumplido su misión,— bueno por lo menos no vi a Inuyasha después de nuestra pelea—, así que se levantó para ir a la casa de la anciana Kaede.

Al entrar la miko a la casa, se encontró con todos sus amigos y también con el hanyou que estaba sentado en un rincón con los brazos cruzados.

—KAGOME— todos gritaron cuando la vieron entrar, menos el hanyou que la había lastimado el día anterior, el solo se le quedó mirando y claro en su corazón sintió que un gran peso se le había quitado cuando la vio entrar. —¿En dónde estabas Kagome?— preguntaron todos, la miko respondió que había salido para hacer meditación, pero los demás le dijeron que no mintiera y que sabían todo de la pelea que tuvieron ella y el hanyou.

Ella no pudo esconder su rostro que se había puesto tan rojo como un jitomate.

Pero cuando quisieron preguntar más la miko se desmayó estaba tan cansada y débil por todo el esfuerzo que hizo el día anterior, que su cuerpo no resistió más y esta cayó al suelo, todos los presentes se preocuparon, pero la anciana Kaede les explicó que como le faltaba mucho entrenamiento el hecho de poner un campo de fuerza por casi un día completo, había hecho que su cuerpo no lo resistiera.

El hanyou se sintió muy culpable por lo sucedido pero sabia que la linda y hermosa miko lo perdonaría, así que el se quedó cuidándola.

Ya era medio día y la miko empezó a despertarse, el hanyou tenia sus ojos puestos en ella y cuando ella lo miró notó algo en los ojos de la miko que nunca antes había visto, si era rencor hacia el, no podía creer lo que los ojos de la hermosa miko podrían expresar hacia el, ella se levantó de la cama sin tomarle importancia se sentó y empezó a comer ya que la anciana Kaede le había dejado comida para que recuperara sus fuerzas.

El hanyou esperó a que terminara de comer para poder hablar con la miko pero esta se le adelantó.

—Quiero que me escuches y no hables hasta que yo te diga—, asi que sin darle otra opción el hanyou asentó con la cabeza y la miko siguió hablando:

—Me iré lejos de la aldea—, al escuchar eso el quizo hablar pero la miko no lo dejó.

—NO quiero tu aprobación ya que me dejaste claro, que no te importo, así que mañana me iré y tal vez regrese dentro de medio año si no es que tal vez pasen muchos años para que yo regrese a esta aldea.

—Escúchame Inuyasha, no quiero que me sigas, no dejaré mis entrenamientos por ti, ya he dejado todo lo que tenía y ahora no pienso dejar mi entrenamiento aplazado para que tú te sientas bien contigo mismo. Saldré mañana al amanecer.

Dicho esto la miko salió de la casa para empezar a preparar lo necesario para su viaje. No sin antes pensar que su amado le diría que se quedara pero como no dijo nada la miko soltó una lagrima y se dijo a ella misma que jamás volvería a llorar por ese hanyou que le había destrozado el corazón.

El hanyou se quedó en shock no podía procesar las palabras dichas por aquella miko, y entonces recordó las palabras que le dijo Miroku la noche anterior.

Flash Back

Pero Sango dijo Inuyasha no fue mi intención decirle eso, no se que haría si la perdiera para siempre.

Pues entonces prepárate Inuyasha después de lo que hiciste es lo que va a pasar le dijo Miroku al hanyou.

¿Qué dijiste? respondió el hanyou muy asustado después de oir esas palabras, Ella no lo haría dijo muy confiado ella prometió ESTAR CONMIGO PARA SIEMPRE.

Pero Miroku le dio un bastonazo con su báculo en la cabeza diciéndole: Eres un tonto tu crees que después de lo que le dijiste se quedará contigo es más, tal vez ya se halla marchado y tu muy tranquilo piensas que volverá, haciendo que el hanyou cambiara su rostro por uno de preocupación mucho mayor y moviendo la cabeza de lado a lado decía— NO NO ella no haría eso sin antes hablar conmigo.

Fin Flash Back

—NO NO NO NO puedo dejar que ella se marche yo la seguiré toda la vida si es necesario para que me perdone, la acompañaré a su entrenamiento y ahora si no dejaré que nada ni nadie nos separe.— Pensando esto el Hanyou salió en busca de la miko.

EN EL BOSQUE

Salio a toda prisa Kagome para encontrar plantas medicinales ya que tenía que estar preparada para cualquier situación ahora que había decidido dejar la aldea para convertirse en una gran y poderosa miko.

Pero al llegar al lugar en donde crecía la planta que hacia que la fiebre y las infecciones se curaran se encontró …

Continuará…..


Espero me dejen sus comentarios.