Ninguno de los personajes de Cowboy Bebop me pertenece.
ATARDECER
Es una tarde agradable, sentado en la arena, una fresca brisa sopla proveniente del mar y el sol empieza a ocultarse.
Se escuchan las risas de Ed que juega en la playa con Ein. Saltan en la blanca arena, corretean en el mar, se persigue, se tiran, se avientan agua al rostro. Realmente se divierten, tanto que, como rara vez sucede, me contagian de su alegría por vivir y mi mente es asaltada por el súbito desea de unirme a ellos en sus juegos.
Trato de levantarme pero una punzada de dolor me lo impide. Permanezco en ese lugar, observando melancólicamente sus infantiles corredizas.
¿Todavía te duele?- una dulce voz me saca de mis cavilaciones, vuelvo el rostro a aquella que me ha llamado, su rostro luce angustiado, tan diferente a su pose habitual despreocupada.
No, para nada- digo aparentando normalidad.
Ella sonríe. Y es todo un deleite para mí. Su sonrisa cálida, amable, esa que tiene reservada solo para mí…
¿quieres comer algo?- me pregunta. Yo asiento y ella corre hasta donde se está Jet con una canasta, intercambian un par de palabras y ella vuelve con un emparedado… jamón y queso, simple pero delicioso. Como en silencio, tranquilamente y mientras disfruto de aquel bocadillo regresan a mi mente imágenes de los días pasados.
Debía enfrentar mi pasado, me dirigía afuera cuando soy detenido por alguien Faye Valentine. Discutimos. Me apunta con su arma pero se que no disparará. Sigo con mi camino, no ha tenido el valor, ¿o sí? Primero escucho el sonido de la detonación y luego un agudo dolor invade mi cuerpo. Bajo la mirada y veo que mi muslo derecho está herido, un poco arriba de la rodilla. Doy un paso más, dispuesto a seguir. "no me obligues a hacerlo otra vez" escucho a mis espaldas pero no es necesario que lo haga, me desplomo en el suelo por la herida, por la impotencia, por la desesperación, antes de quedar inconsciente la veo acercarse a mí con una expresión de angustia dibujada en el rostro.
No se cuanto tiempo he estado inconsciente pero al despertar y verla a mi lado, vuelvo a cerrar los ojos. No se porque. Talvez porque estoy algo enfadado con ella por haber intervenido. Pasan unas horas en las que finjo seguir dormido. Escucho pasos y la voz de Jet que le dice que valla a descansar, que el me vigilará un rato, ella reclama pero finalmente se va. Después de unos minutos abro los ojos.
Pasaron un par de días y yo me negaba a todo, comer, salir, jugar, nada, nada me interesaba. Cuando alguien se acercaba a mi recámara solo le gritaba que se largara y una vez en mi soledad me dedicaba a lloriquear por su muerte. Julia, mi amada. Desde el primer segundo en que estuve consciente supe que ella estaba muerta, pero cuando recibí esa nota anónima que lo confirmaba, simplemente me derrumbé. Yo, Spike Spiegel, a quien nada le importa, a quien nada le afecta, yo me derrumbe y me convertí en un patético ser incapaz de valerse por si mismo, incapaz de sobrevivir, aunque ya no me importaba.
Entonces volvió a hacerlo. Faye, siempre tan testaruda. Volvió a inmiscuirse y se encargó de volver a la vida a ese miserable en quien me había convertido. Sus cuidados y su cariño lograron que en pocas semanas mi alma y mi cuerpo recuperaran esa vitalidad característica de mi persona.
La observo, sentada a mi lado. Ella siente mi mirada y voltea a verme y con la boca llena aún masculla -¿Sucede algo?
Yo niego con la cabeza –Solo que no te he agradecido aún.
No tienes nada que agradecer, fue Jet quien preparó el almuerzo.
No por eso, sino por salvarme la vida y devolverme las ganas de seguir adelante.
Me mira, con esa cínica expresión –Tienes razón, no me has agradecido- se pone de pie y corre donde Ed y Ein.
Las observo y sonrío, el sol se ha ocultado completamente y el cielo se llena de estrellas. No cambiaría por nada en la galaxia este momento.
F I N
