Para cuando Lorcan decidió hablar con ella, la atracción que ejercía la chica sobre él había cambiado de alguna forma. Sabía que el interés que tenía ella en él era puramente formal y no llegaba ni siquiera a la amistad, pero durante todo ese tiempo él nunca bajó los brazos e intentó que la relación entre ambos sea lo más agradable posible.

De esta manera había cambiado dicha atracción. Lorcan había asumido que Lucy Weasley solo era un amor platónico, una persona que no iba a desatar ningún tipo de interés en él y mucho menos aceptar aquel apasionado beso que tanto quería darle cada vez que veía aquella corta cabellera rojiza que emanaba un olor dulzón y tan característico de ella.

Para muchos, Lucy no era una chica realmente atractiva pero poseía un encanto que hacía que cayera bien a todo el cual le hablase. Guapa o no, Lorcan la veía perfecta.

Lucy, sin embargo, lo veía torpe, poco apuesto y muchas veces infantil. Le caía bien, pero no era el tipo de persona con el que pasaría una tarde. ¿Qué le faltaba, entonces?

Lorcan Scamander se abrió paso entre los despistados alumnos que cruzaban aquel pasillo del colegio Hogwarts. No estaba ni confiado ni tranquilo. No sabía muy bien por qué lo hacía pero con un suspiro se paró en seco y llamó la atención de la joven pelirroja que tenía al lado. Ella se giró con el ceño fruncido, molestada por la interrupción. A partir de ese momento Lorcan lamentó haber decidido, tan de repente, hablar con ella. Sin embargo, ella levantó la cabeza (pues el chico le llevaba casi un palmo) y le sonrió cálida pero cortésmente.

-Hola Scamander, ¿qué pasa?

Durante unos segundos pensó que no le iban a salir las palabras de lo seca que tenía la boca, sin embargo dijo:

-Tengo que hablar contigo.

-Esto… ¿ahora mismo? He quedado en cinco minutos con el profesor Flit…

-Si, ahora.-le cortó tajante.

Lucy lo miró sorprendida e indecisa.

-Bueno… supongo que el profesor tendrá que esperar un par de minutos.-dijo al fin.

-Gracias.

-¿Y bien? ¿Qué pasa, Lorcan?- le preguntó la chica con una sonrisa encantadora.

Tenía miedo de mirarle a los ojos. ¿Y ahora qué le decía?

-Lucy, me es un poco difícil decirte esto, y espero que lo entiendas…-la chica no le quitaba ojo de encima. El corazón de Lorcan parecía desencajarse cuando dijo:-Me gustas Lucy. Desde siempre, desde el día en que nos conocimos en casa de los Potter. Has sido la única chica que de verdad me ha gustado.-y bajó la vista hacia los oscuros ojos de la joven.

Se horrorizó al ver la cara de Lucy. Parecía tan despreocupada y entrañable como siempre.

-Es muy bonito lo que me dices Lorcan.

¿Bonito? ¿En serio había dicho bonito?

-¿Pero?-soltó el chico con los dientes apretados.

-Pero no puedo salir contigo, lo siento. Sabes muy bien que ahora mismo estoy con alguien y por el momento no…

-¿Estás con alguien? No sé con quién estás saliendo.-dijo el chico desconcentrado.

Para su sorpresa, Lucy lo fijó ceñuda y le dijo algo enfadada:

-¿Tu hermano no te ha dicho que estamos juntos?

Lorcan sintió como el alma se le caía a los pies. Comprendió que lo que le había faltado siempre era convicción, porque al fin y al cabo Lucy estaba enamorada de Lysander Scamander.

Que era exactamente idéntico a él.