-Ya son las 5:00 p.m.-suspiró, totalmente agotado-¡Se acabó el entrenamiento!

-¡Al fin!-exclamó Gakko, dejándose caer en el fresco césped.

-Pensé que no sobreviviríamos ¡Alumi-San se puso muy exigente!-Yohane tomaba asiento a la sombra de un árbol.

-Y hablando de ella…-el Asakura desviaba su mirada hacia todos lados en busca de su prometida- ¿en dónde demonios está pecho plano?

-Dijo que iría a darse una ducha ¿no te diste cuenta, Hana-Kun?

-¡Pues cuando la vea…!-interrumpió Gakko-¡Le diré unas cuantas verdades! ¡Sus entrenamientos son cada vez más pesados!

-Es que ustedes son muy débiles-Men tomaba un vaso de leche fría, hábito heredado de su padre.

-¿Qué dijiste, caca parlante?-el pecoso enfurecía. No importaba que se tratara de un simple niñito, lo iba a masacrar.

-¡Basta los dos!-una hermosa chica de cabello rubio aparecía en escena., deteniendo al instante la pelea-Se supone que somos un equipo ¿no? ¡Dejen de discutir! A no ser…-formaba su Over Soul, mostrando un aterrador semblante-…que quieran un correctivo.

-¡Lo siento!

-Lo siento-Men apenas musitó.

-Muy bien, muy bien. Así me gusta. Saldré por un momento, pero dejaré a ms Silver Arms vigilándolos, y si me entero de que han tenido una pelea, por más mínima que esta sea, les triplicaré el entrenamiento. ¿Escucharon?

-Si…-dijeron todos al unísono mientras la chica se alejaba sin prestarles atención. Estaba molesta…se había esforzado en arreglarse, y Hana ni siquiera la había volteado a ver. Sacudió ligeramente su cabeza, intentando sacarse ese pensamiento de la mente. ¡Estúpido Hana!

-¡Por Dios! Alumi-San es aterradora-decía el pelinegro una vez que ella había abandonado el lugar. Todos asintieron, excepto Hana-¿Hana-Kun?

-¡Ah!-apenas reaccionó, pues concentraba toda su atención en algo…o más bien alguien-¿Qué quieres?

-¿Estás bien?-el pelinegro le veía con preocupación-Estás muy distraído y…

-¡Y sonrojado!-completó Gakko, con una sonrisa picarona en su rostro-Alumi no se veía nada mal ¿eh?

-Ca…cállate-gritó el rubio, sonrojándose todavía más-¿Quién te dijo que yo estaba viéndola?

-¿De qué color son sus pantaletas?-cuestiono el pecoso.

-Azules con líneas horizontales neg…-reflexionó muy tare su respuesta-¡Yo que voy a saber!

-Cochinote…bien que viste debajo de su vestido. No te hagas-Gakko picoteaba con su dedo la mejilla izquierda del rubio.

-¡Suficiente!-Hana formaba su Over Soul.

-Hana-Kun, Gakko-Kun…recuerden lo que Alumi-San dijo…-Yohane intentaba calmar los ánimos entre sus amigos, sin embargo, fue totalmente ignorado. Hana se abalanzó sobre Gakko, iniciando así la pelea.

-Son unos imbéciles-dijo el siempre apacible Men, Yohane asintió.

O-O-O-O-O-O-O-O-O-O

-¿Puedes verla?

-Sí, ahí está-la observaba a unos metros de distancia. Sonrió, ese era el momento-Se ve indecisa… ¿Qué tal si le ayudamos un poco?

El espíritu asintió, siguiendo al joven. Alumi observaba la vitrina, aún sin poder elegir, por tanto, no notó que ambos se acercaban por detrás.

-¡Cuánto tiempo sin vernos! ¿Necesitas ayuda?-le susurró al oído. Ella volteó al instante-¿Pasa algo, Alumi-Chan? ¿Por qué me ves así?

-¡Tú!-lo reconoció perfectamente, intentando formar su Over Soul. ¡Maldita sea! Había dejado a sus Silver Arms cuidando de esos tontos.

-Pero qué manera de reaccionar. ¡Me hieres!-Yosuke soltó una pequeña carcajada.

-¿Qué quieres? ¿Intentarás matarme otra vez?-se puso en guardia, previniendo cualquier movimiento que Kamogawa pudiera hacer.

-Tranquila, tranquila-él se mostraba sonriente-No necesito lastimarte para poder sacarte de la jugada ¿cierto?-le veía despreocupadamente, Alumi frunció el ceño –Yahabe…dame las cartas que te pedí.

Yahabe pasó dos cartas de sus manos a las de Yosuke. Alumi podía recordar esas cartas a la perfección, y era consciente del peligro que estas representaban. Intentó derribar al hombre con una patada, sin embargo, este reaccionó rápidamente, ejecutando el poder dentro de las cartas.

La rubia cayó de rodillas al suelo, aparentemente sin daño alguno. Yosuke sonrió…el trabajo estaba hecho. Ahora Alumi Niumbirch no sería amenaza para ellos, así que ya no tenían nada más qué hacer allí, desapareciendo al instante.

Alumi se incorporó, tropezando con lo que parecía ser una prenda de mezclilla. Que extraño…podría jurar que estaba en casa de los Asakura, entrenando a su equipo para el F.O.M, entonces… ¿qué hacía en el centro comercial? Se levantó nuevamente, observando todo a su alrededor…cada cosa parecía más alta de lo que recordaba. Confundida, dirigió su mirada hacia sus manos. ¡Esperen! No recordaba que estas fueran tan pequeñas, o que su camisa le llegara prácticamente a los tobillos. Se dio cuenta de que la prenda con la que había tropezado era, precisamente, la falda que usaba. Oh por Dios… ¡No, no, no, no, no! ¡Las conclusiones que su desesperada mente sacaba eran simplemente ilógicas e imposibles! Se acercó a la vitrina, comprobando que, de algún modo, lo que pensaba si estaba ocurriendo. ¡Era una niña! Retrocedió, topándose con una mujer de mediana edad.

-Pequeña… ¿estás bien? ¿Te perdiste?-le miraba con preocupación, Alumi tragó saliva.

-Este…yo…-estaba nerviosa. ¿Cómo demonios había pasado eso?

-Tranquila, linda. ¿Dónde están tu mamá y tu papá?

-Yo…bueno…

-¿Ocurre algo?-un oficial se acercó a ambas.

-Me…perdí-no se le ocurrió nada mejor a la confundida Alumi.

-Muy bien… ¿sabes dónde se encuentra tu casa?-se agachó para quedar a su altura, la rubia asintió-De acuerdo…sube a la patrulla. Mi compañera y yo te llevaremos.

Alumi asintió nuevamente, siguiendo al oficial hasta el vehículo donde una mujer policía les esperaba. Subió son dificultad y observó por la ventana trasera al mismo tiempo que el coche arrancaba. ¿Qué demonios había pasado?