Emma paso la mañana completa en la sala de entrenamiento, lanzó dagas, golpeo el saco de box y uso a Cortana el resto de la mañana. No había nada que la relajara tanto como entrenar y era irónico, la lucha la tranquilizaba.
Salió a correr aproximadamente por dos horas alrededor del Instituto. Necesitaba despejar su cabeza, acababa de romper con su novio, uno de tantos por los que no sentía nada. Ella solo lo hacia por tratar de olvidar ese sentimiento prohibido. Emma no se sentía como una cualquiera, ella intentaba con todas sus fuerzas quererlos pero era imposible, su corazón estaba ocupado.
El amor de los Nefilims era completamente diferente al amor mundano. Los mundanos tenían la capacidad de enamorarse tantas veces ellos quisieran, mientras que los Nefilims tenían sentimientos mas profundos por una sola persona.
Emma se había enamorado, no de la persona incorrecta como muchos pensarian por que su amor era tan puro y sincero como el de cualquier persona. Ella se había enamorado de Jules, su amigo desde la infancia y además, su Parabatai. Eso estaba mal para la Clave, ella lo sabia y era plenamente consciente de ello, por eso era tan discreta en cuanto a eso se refería.
Cuando llegó de correr fue a la cocina y se encontró con el pequeño Tavvy hurgando en la alacena.
—Hey Tavvy, ¿Buscas algo?
Se giro inmediatamente.
—Ah, hola Emma. —Sonrió como aliviado de que apareciese alguien. —Quiero desayunar y no encuentro el cereal.
—Siéntate, yo lo buscaré por ti.
Tavvy se subió a un taburete mientras que Emma sacó el cereal y la leche para servirle. Puso el plato frente a él y le sonrió agradecido.
—Muchas gracias, Emm.
—De nada, Tavvy.
Emma se sirvió un enorme vaso de agua y se lo bebió casi de solo un trago.
—¿Saliste a correr? —Dijo con la boca llena de cereal.
—¿Qué hemos dicho sobre hablar con la boca llena? —Lo regañó cariñosamente y sonrió. —Si, he salido. —Suspiro.
—Jules te ha estado buscando.
—¿De verdad? ¿Dijo que quería?
—Nope, solo preguntó por ti y cuando no te encontró se fue directo a su estudio.
Inconscientemente sonrió y se quedo sumida en sus pensamientos. Era la cosa mas normal que Jules la buscara, pero eso no quitaba la emoción y las ridículas mariposas que sentía en el estomago.
—¿Emma? ¿Emm? —Tavvy chasqueó los dedos frente a su cara, Emma parpadeo y volvió en si. —¿Estas bien?
—Si, lo siento, me distraje. —Se excuso.
—Dijo que estaría en su estudio por si lo necesitaban. —Repitió y alzó las cejas como insinuando algo.
—Bien, entonces iré a buscarlo. —Ella camino hacia la salida.
—¿Emma? —La llamo y ella se giró.
—¿Si?
—Ponte guapa.
Emma frunció el ceño y lo observo con atención un momento, luego sonrió negando con la cabeza y salió de ahi sin decir una palabra mas que fuese a incriminarla. Se preguntó si esa pequeña mentecilla sospechaba algo acerca de sus sentimientos y si lo hacia, tendría que ser el triple de cuidadosa.
La rubia se dirigió a su habitación para darse un baño. Saco ropa cómoda y usual en ella cuando estaba desocupada: una playera y un shorts.
Entro al baño y se miro en el espejo por un momento, se veía bien, tenia color en las mejillas no como otras veces que amanecía bastante pálida por los malos malos sueño que le llegaban de repente. Se soltó el cabello y luego lo acomodo en un peinado bastante mono y se sonrió así misma.
En momentos como ese se imaginaba peinándose, maquillándose y vistiéndose especialmente para Julian, para tener una cita o algo parecido. Miró el peinado de todos los ángulos que le fue posible y no podía dejar de desear un momento romántico con él. Suspiro soltándose el cabello y se metió a la ducha.
Dejo correr el agua por un momento y luego se metió en la regadera. El agua tibia le caía de maravilla, como si estuviera recibiendo un masaje que la relajaba de inmediato. Salió de la ducha, se seco, se envolvió el cabello en una toalla y se puso una bata.
Al salir del baño, se puso la ropa interior y volvió a ponerse la bata dejándose caer en su cama. Estaba cansada tanto física como mentalmente. El cansancio físico era lo que menos le importaba, porque todos los esfuerzos y ejercicios eran por gusto propio, porque era lo que ella era y lo que quería ser: la mejor. Por otra parte el cansancio mental podía llegar a ser bastante tedioso porque por mas que intentaba dejar ciertos pensamientos de lado, ellos volvían a atacarla cuando mas vulnerable se sentía.
Recordaba a sus padres todo el tiempo, cada momento que paso con ellos. Como cuando su papá le enseño a tocar el violín, en un violín bastante viejo, había pertenecido a uno de sus antepasados en el estuche decía "James Carstairs". Cuando las cosas iban bien su papá y ella podían pasar montones de horas practicando nuevas notas, siempre subiendo la dificultad.
También recordó a su madre con algo de gracia, por todas aquellas veces que intento convencerla de que se pusiera un vestido y se hiciera coletas, Emma disfrutaba mucho cuando su mamá le daba la charla de eres-una-niña-usa-vestidos pero igual, nunca la convenció.
Su mamá era la persona mas adorable del mundo al igual que su padre, ella estaba completamente segura de que si sus padres vivieran, ella podría confiar en ellos sobre sus sentamientos por Jules. Aunque de vivir sus padres probablemente Jules y ella no hubiesen sido Parabatai, hubieran seguido siendo solo amigos.
Y ahí iba una vez mas la tortura mental, un pensamiento la llevaba a otro y solo se iba complicando mas y mas. Asi que mejor cerro los ojos y se dispuso a descansar un momento.
...
Esta es la primera parte de una pequeña historia sobre Jules y Emma, ellos me dan muuuuuuchos feels por todo eso de las leyes y yo solo puedo decir que no se como le va a hacer Cassie pero quiero que terminen juntos xD' Espero que sea de su agrado :)
Por otra parte, solo quiero dar las gracias a quienes se toman el tiempo para leer mis historias y que dejan sus comentarios.
De verdad, muchas gracias.
