Jisbon al principio y si les gusta como esta despues obvio sera mas presente.

Hello! antes que nada hago la aclaracion de que mi ff que ya no he continuado, si que continuara, aunk claro k por obvias razones se volvera AU pues la cuarta temporada arribo ya

Ahora, este ff espero k no dure mucho, si les gusta claro que lo seguire, si no, pues quedara como one short, es la primera vez que escribo algo medio HOT, asi k espero k no haya kedado tan mal, o por lo menos no tan mal como yo lo espero -_-U en fin, disfrutenlo!

Con esto pensaran que no quiero a Lisbon, pero al contrario, la amo y a Jane y al Jisbon claro! asi que bueno sin mas los dejo


+Primer asalto+

Eran las 11:45 p.m., todo en la ciudad solo era alumbrada por los faros esparcidos lo largo de las calles; frente a la entrada de un departamento se podía divisar apenas una silueta oscura, parecía estar de cuclillas; mirando mas de cerca el tipejo estaba forzando la cerradura para poder acceder al interior del recinto.

1, 2, 5, 8 minutos pasaron…¡listo!, no había sido tan complicado, nada, esa noche el ejecutaría tal acto que anunciaría su regreso; no seria como las veces anteriores que daba pistas, no, esta vez quería que algo no muerto acompañase a esa huella tan suya que le caracterizaba. Y quería que fuera épico, sin igual, se aseguraría de destruir a mas de una persona en el proceso, y claro por que no, deleitarse con su victima para así a la vez poder disfrutar de la miseria de su objetivo principal.

-Esta velada será sensacional, agente senior-se decía a si mismo con voz ansiosa y macabra.

El hombre había entrado a la parte de la cocina y regresado a la sala de estar con dos copas y un tequila que hallo en la misma; se sentó en el sofá mas largo y comenzó a servir en dos vasos el líquido. Todo en la penumbra de la noche, solo la luz de la una alumbraba a través de las ventanas.

-Lastima que, de los dos, el que lo disfrutara mas, seré yo-comenzó a beberse lo que se había servido-después de todo, me encantara ver la reacción de "mi amigo", una lección mas de humildad, no le hará daño.

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-Jefa, ya llego-Grace toco la puerta y después entro-deje ahí esos estúpidos papeles; hasta Cho los acaba de mandar al diablo-termino con una sonrisa para luego retirarse.

Lisbon se relajo soltando los papeles que revisaba, aun no se podía retirar a casa por culpa del maldito papeleo del caso que habían resuelto, ninguno de los chicos se habían retirado y aunque estuviesen muertos del cansancio no se irían sin su "pizza de caso cerrado" que bien ganada se la tenían.

Con pesadez se levanto de su silla y se dirigió rumbo a la oficina de su equipo; ahí estaban todos reunidos en la mesa grande para poder comer algo antes de seguir trabajando. Todos menos uno, Jane aun se hallaba acostado en su sofá, en cuanto Lisbon entro el se levanto con cansancio, el equipo estaba hecho pedazos, literalmente.

-¿Porque no has empezado a devorar la pizza?-pregunto Lisbon sarcásticamente,

-Porque faltabas tú, pero ya que llegaste-dicho esto a paso rápido se sentó en una silla y como si de un rayo se tratara ya estaba comiendo un trozo.

Lisbon sonrió de lado rodando los ojos, es que su asesor no tenia remedio. La agente senior tomo asiento a lado de Cho dispuesta a comer, la verdad estaba muerta de hambre; Grace servía los refrescos en vasos desechables, claro también con cara de "muerta" pero a la vez sonriente por estar en compañía de su equipo.

-Provecho muchachos-dicho esto Lisbon también se sirvió un trozo de pizza grande-y bien… ¿de a cuanto nos tocara?-comento tratando de que no se notara el que estaba con el bocado en la boca.

-Así déjenlas, esta invito solo yo-contesto Cho con cara de fatiga como nunca antes se le había visto-además, no me apetece ponerme a hacer cuentas.

-Gracias viejo-contesto Rigsby con el bocado en boca, Grace rodo los ojos.

-Wayne, con la boca cerrada por favor-dijo Van Pelt en tono de regaño, mas a Rigsby le dio igual un pepino.

-Gracias Cho-continúo Lisbon sirviéndose otro más.

-Pues salud, por otro caso más a la bolsa-hablo de pronto Jane levantando el vaso del cual bebía.

Los demás solo con un gesto de salud, sin hablar por la comida en la boca, alzaron de igual forma el vaso.

Y ahí se hallaba el equipo entero, descansando después de un día horrible lleno de papeleo, pistas que llevaban a un callejón sin salida, y unas dos demandas hacia el asesor; se merecían ese rato de paz.

Este tipo de cosas eran las que hacían ver a Jane que a lo mejor, no todo era su venganza, que se podía disfrutar en compañía de otros, momentos únicos que agradecía tener, pese a sentir que el no tenia derecho alguno a tener amigos como Lisbon y compañía.

Unos minutos después solo quedaba un trozo de la última caja; Jane lo tomo pero Rigsby también, el ambiente se había tensado en cierta forma. Lisbon, Cho y Van Pelt se hallaban expectantes a la escena.

-Compañero Rigsby, le agradecería que me diera ese trozo-dijo Jane con un deje de amenaza pasiva en su voz, su mirar era firme hacia los ojos de Wayne.

-Lo siento, eso no se podrá, yo lo tome primero-contesto sin quitar los dedos del trozo de pizza.

-De eso nada, obviamente lo hice yo primero, solo que tu mente creo la imagen y te hizo creer que fuiste tu primero, cuando no fue así-prosiguió con voz hipnotizadora y calmada, con una sonrisa de lado apenas visible.

-Jane conozco tus juegos mentales, ni lo intentes-contesto también con una sonrisa apenas visible.

De pronto el asesor miro fijamente hacia donde Grace, no se veía feliz, era mas como intrigado.

-Grace, dudo que sea buena idea-soltó de golpe Jane.

Logro lo que quiso, capto la atención de Rigsby y le hizo voltear hacia Van Pelt; error, Jane tomo velozmente el trozo salió echando leches claro con una amplia sonrisa en el rostro que claramente mostraba burla, dejando boquiabierto al pobre agente.

-¡Jane, que te den, vuelve acá con mi pizza!-Rigsby casi se va de boca persiguiendo al rubio asesor.

Los presentes empezaron a reír, incluso Cho no pudo evitar sonreír; a través de los ya solitarios pasillos del CBI por la hora tan tarde, se podían escuchar los pisotones que daban a cada rato ese par, cosas que caían al suelo y de pronto se escucho un golpetazo seco y estruendoso, alguno de los dos se había caído. Ante este ruido los tres hicieron gesto de dolor haciendo su cabeza un poco para atrás. Lisbon solo se preguntaba como diablos les quedaba energía para jugar a lo largo del pasillo.

De pronto entraron los dos paso a pasito, lento, pesado, realmente les dolía. Jane tenia su mano en la cadera y Rigsby se venia sujetando el brazo derecho. Ambos con una expresión de dolor.

-Gane-declaro Rigsby tumbándose en el sofá de Jane.

-A no señor, el único trasero que se tumba ahí, es el mío-Jane agarro del saco a Rigsby y le jalo tumbándolo al suelo.

-Muchachos, ya váyanse, pero mañana en la mañana me terminan su papeleo ¿de acuerdo?-dijo Lisbon desviando la mirada y cruzándose de brazos.

Rigsby, Van Pelt e incluso Cho no pudieron evitar mirar a la agente senior, ¿realmente les estaba permitiendo irse sin acabar el trabajo?, se quedaron sin habla, pero ciertamente aliviados.

-G-Gracias jefa, entonces me retiro-Grace comenzó a levantar sus cosas perezosamente-hasta mañana-todos contestaron.

Van Pelt paso por encima de Rigsby sin pisarle, le dedico una sonrisa que nadie noto, casi nadie obvio.

-Yo…también…tu me las pagas mañana-Wayne se levanto con trabajo del piso adolorido, Jane sonrió triunfante pero agotado.

El agente levanto sus cosas y también se fue, Cho se despidió de igual forma quedando solamente Jane y Lisbon; Teresa miro a su asesor por un momento, sonrió cálidamente, por alguna la razón le gustaba y disfrutaba de un calmado, relajado y no vengativo Jane.

-Bueno, voy a mi oficina, deje todo regado en el escritorio-Lisbon se levanto de forma muy ociosa y salió de la habitación.

Jane se espero unos 10 minutos y se levanto del sofá, tomo las llaves de su auto y se dirigió a la oficina de Lisbon. Entro y ella ya había terminado de arreglar sus cosas.

-Ya es muy noche-Lisbon volteo a ver a su asesor, tenia la misma cara de cansancio que ella.

-Trabajo es trabajo-contesto con desgane-pero bueno, ya vámonos-cogió sus llaves del auto y portafolios.

Jane en modo caballeroso le cedió el paso para que pasara primero, Lisbon sonrió en gesto de agradecimiento. Era algo complicado pero, gracias a Jane, tal vez esa era la razón por la cual la compañía de un hombre no le atormentaba tanto. Prácticamente tenía a su asesor-caballero fastidioso para ella.

Al llegar al estacionamiento, Jane acompaño a Lisbon a su auto.

-¿No quieres que te acompañe?, ya son las 12:00-pregunto Jane, su preocupación por el bien estar de Lisbon era mayor en muchos aspectos que a su cansancio.

-Gracias, pero no te preocupes, además, tengo a mi calibre 45 conmigo-contesto sonriendo de lado.

Jane le miro un tanto mas serio, no quería dejarla ir, le quería acompañar, pero sabia que Lisbon no necesitaba a alguien para encontrarse a salvo…bueno, haciendo la excepción de cuando la noquearon y colocaron el chaleco bomba en ella.

-Lo que deberías hacer es irte a casa ya-dijo cerrando la puerta de su auto-te veré mañana en la mañana.

-Que tortura, muchas horas sin tu grata presencia-comenzó a hablar con tono melodramático-pero no te preocupes Teresa, dentro de unas horas, cuando el sol se comience a asomar y los primeros rayos de sol toquen la ciudad, tu y yo nos reuniremos para un día mas de trabajo-culmino su ridícula composición.

Lisbon no pudo evitar sonreír, este hombre era tan especial, como le gustaba hacerla sentir extrañamente divertida, feliz.

-Claro, Hmph hasta mañana-Lisbon sonrió ampliamente y comenzó a arrancar y dar vuelta para marcharse. Se asomo por ultima vez para despedirse de Jane; el asesor le mando un beso y le guiño el ojo, la agente senior hizo ademan de tomar el beso y con su puño cerrado se lo regreso, como si le hubiera arrojado una bola de papel y luego se marcho.

Jane se dirigió a su auto con una sonrisa en su rostro, recordando la sonrisa que la agente senior dibujo en su rostro, desafortunadamente esa sonrisa seria la única que le vería durante un largo rato.

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Lisbon entro a paso cansino en su apartamento, una oscuridad infinita inundaba su hogar, dejo caer pesadamente su portafolio y las llaves, las arrojo a la mesita como si de un trapo se tratara. Pero algo llamo la alerto, un tintineo, de algún vidrio seguro. Por desgracia eso fue lo ultimo que escucho, pues de un golpe cayo inconsciente al piso.

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La cabeza le dolía, podía sentir un fluido caliente que al parecer brotaba de lado izquierdo de su cien, seguramente sangre, alguien le había agredido con un duro objeto; trato de moverse, inútil, tenía las manos atadas, estaba acostada en su cama atada de las muñecas a los extremos de la cama, igual de los tobillos. Una cosa peor: no tenía camisa alguna puesta, se hallaba en ropa interior, solo poseía el pantalón negro que tenía.

De pronto una figura masculina entro en la habitación, llevaba una mascara, así que no se le podía apreciar el rostro, Lisbon trataba de zafarse, fue inútil; el corazón latía al cien, se le quería salir del pecho, el hombre se acercaba amenazadoramente; el hombre la abofeteo para que no pusiera resistencia alguna y poder vendarle los ojos.

Lisbon se recupero del golpe ya tarde, le había vendado y pudo escuchar un claro sonido de cómo el hombre se retiraba la mascara del rostro.

-¿Quien eres?-Lisbon tenia un nudo en la garganta que apenas le dejaba hablar, presentía lo que iba a suceder en unos momentos y no tenia como salir de este embrollo.

-Agente Lisbon, lamento mi poca cordialidad al tratarle, después de todo, debería de ser mas caballeroso, así como lo es Jane con usted-la agente senior no reconocía la voz.

-¿Sabe?, usted es hermosa, toda una mujer digna de ejemplo a seguir-lo peor había comenzado a suceder, el hombre paso su dedo índice como un roce por en medio de los pechos de la agente, insistiendo por encima de uno de ellos sintiendo como se endurecía-no entiendo porque Jane lleva tanto tiempo reprimiendo sus sentimientos, creí que ya le habían dicho que olvidara su venganza y comenzara de nuevo, pero como lo espere, no hizo caso, lo cual me alegra, el quedarme en el olvido no es lo mío.

Lisbon se sentía impotente, inútil, y no podía retirar el asqueroso dedo de ese sujeto, trato de calmarse para poder hablar, cosa muy difícil; estaba aterrada, ya que ni siquiera podía ver la cara de su agresor.

-¿P-Porque conoces a Jane, y lo de vengarse?-se mordió el labio inferior hasta el sangrado, pues las caricias del maldito iban aumentando, pese a que Lisbon sabia lo mal que estaba la situación, la suavidad con lo que lo hacia producía la excitación en ella-¿quién…mmm…eres?-sabia que era una violación a su persona, se maldijo en su mente por sentirse excitada a los toques de aquel hombre.

-¿A Jane?, lo conozco de hace ya tiempo agente Lisbon, pero nunca había tenido la gracia de poder conocerla a usted-el hombre siguió con su trabajo, pero esta vez ya no fue tan gentil.

El hombre le arranco prácticamente el sostén de un tirón y comenzó a retirar como desesperado el pantalón de la agente dejándolo hasta los pies, pues las ataduras le impedían quitarlo, así que tomo las tijeras que había dejado con anterioridad en el mueble a lado de la cabecera de la cama y destrozo la prenda dejando a la agente senior en pura ropa intima de pies a cabeza; si bien iba a torturarla también estaba contemplando el disfrutársela como a el le viniera en gana.

Lisbon ya no podía mas, lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, grito como desesperada, el hombre la golpeo por segunda vez y se retiro a paso veloz, al regreso le tapo la boca con cinta adhesiva de la grande, ahora si, nada le impedía seguir su labor. Así que sin prisa se comenzó a desvestir y se coloco encima de la inmune y quebrada Teresa Lisbon.

-No tiene porque comportarse así, esto es una lección más de humildad; ya que la última no resulto como yo quería-Lisbon podía sentir el sexo del hombre endureciéndose en su entrepierna, que asco-piénselo de esta forma; todo esto es por el bien de Patrick, y en parte, para que no se le olvide que yo sigo presente.

La mano del hombre recorrió de forma lenta las bien torneadas piernas de Lisbon, recorriendo cada centímetro de su piel con una enferma sonrisa en el rostro lo cual era lo único que podría agradecer de tener los ojos tapados.

-Puedo ver la duda e intriga en su rostro, usted finge dureza, porque tiene miedo a ser lastimada, a que la vean como en realidad es; tal vez puede engañar a muchos pero déjeme decirle agente, que usted, "es transparente como un cristal frente a mis ojos".

Lisbon se pasmo por un momento, eso que le había dicho, era parecido a lo que Jane le llego a decir hace algunos años, empezaba a deducir de quien se trataba.

-¿Sabe que mas?, tengo que agradecerle, porque usted, se convirtió en el punto mas débil de Jane y el mas fácil de alcanzar, digo, intente derrumbarlo con Kristina, pero no funciono, hasta que al fin pude ver, la única forma de poder derribarlo por un buen tiempo. Quien sabe, incluso, podría volver al sanatorio mental.

A Lisbon le hervía la sangre de ira, como se atrevía a hablar así sobre la situación de Jane, y se aterro como nunca al caer de quien se trataba, solo alguien podía saber esos detalles sobre la vida de Jane…

-Dígame, ¿le gusta William Blake?-si, era el, no había duda.

Y después de ello Lisbon fue golpeada por ultima vez para quedar inconsciente en su cama a la merced del asesino serial John el Rojo, esto era la guerra declarada en contra del asesor del CBI y la agente senior Teresa Lisbon.

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Jane se levanto de golpe, estaba sudando y muy alterado, respiraba con dificultad y tenia los ojos llorosos; miro a todos los lados del cuarto como buscando a alguien. Al comprobar que era sueño volvió a pegar la cabeza en la almohada. Se tranquilizo al recordar lo que paso hace unas horas. Mientras que el seguía su sueño, la tortura de alguien mas apenas comenzaba.