–"No me alcanzas"–Reía ella mientras corría alegremente hasta el prado– Vamos a que no me atrapas–seguía ella sonriendo y riendo mientras era perseguida por aquel chico de cabellera negra.

–"Te alcanzare pequeña"–Corrió él, tratando de alcanzarla, cuando logro hacerlo la sostuvo con una mano ya que en la otra cargaba una canasta de comida que puso sobre el piso para después abalanzarse sobre ella y ambos reír.

–"Gracias"–Le susurro ella y lo abrazo, él la miro confundido a lo que ella sonrió y lo beso.


–"No, no me mojes"–Reía mientras trataba de cubrirse de aquel que la salpicaba–"Ya por favor, ja ja"–

–"Anda ven conmigo pequeña"–Decía él mientras seguía mojándola, el tomo su mano y la jalo al lago junto con él empapándola por completo.

–"Oye"–Gritó la azabache mientras golpeaba suavemente su pecho mientras ambos reían.

–"Jajá te lo ganaste pequeña"–Respondió mientras reía fuertemente el a lo que ella le hizo y le saco la lengua.

–"No es cierto"–Grito y se abalanzó a abrazarlo ambos cayeron nuevamente mojándose aún más y volvieron a reír.


– "¿Me amas?" –Inquirió ella con la cabeza gacha apretando fuertemente el borde de su vestido recordando aquellas palabras dichas tantas veces por su madre y hermana.

–"Pequeña"–Él tomo su barbilla y la obligó a mirarlo a los ojos–"Claro que si"–Le dijo el besando sus labios

–"Gracias"–Murmuró ella.


–"D…dolerá"–Preguntó ella apretando fuertemente las sabanas.

–"Solo un poco pero confía en mi ¿Si? "–Susurró él acariciando su mejilla ella cerró sus ojos y asintió con su cabeza.


–"Ya no te necesito, nunca me fuiste importante, eras un simple juego"– Siseó él en tono cortante y apartando la vista de la chica que al oír eso se quedó pasmada.

–"¿Q…Qué?" –Preguntó asustada y triste por la posible respuesta, no eso, no podía ser ¿verdad? El aun la amaba ¿verdad? No ella ya no quería más soledad ella lo quería y él no la podía dejar, grandes lagrimas derramaron sus achocolatados ojos y sollozo bajando su cabeza.

–"Como oíste ya no te necesito"–Recalcó el dirigiéndose a la salida, ella que mantenía su cabeza agachada se derrumbó y calló en un golpe seco al piso llevo ambas manos a su cara y lloro desahogando aquel vacío y tristeza que tenía.

–"No, por favor"–Gritó y un sollozo salió de sus labios.


–"Lo vez no vales nada, te dejaron"–Afirmó aquella que se suponía ser su hermana mientras soltaba grandes carcajadas junto a su madre.

–"Estarás sola, siempre"–Esta vez fue su madre quien le dirigió aquellas palabras, ¿Por qué?, ¿Por qué se sentía tan sola?, las madres y hermanas estaban aquí contigo para quererte y apoyarte ¿no? ¿Por qué a ella no?, que había hecho ella para que la trataran así, Callo de rodillas bajando su cabeza, ni una sola lagrima rodó por sus mejillas ¿Es que acaso ya no tenía más?

–"Tienen razón… siempre lo estaré"–Murmuró más para sí que para ellas.


La lluvia caía en grandes cantidades pero a pesar de eso no le impidió a la azabache correr hasta allí.

Mojado completamente su cabello y largo vestido, sucia y desesperada corría ella por el bosque tratando de no tropezar como hace poco acababa de caer, siguió su rápida carrera sosteniendo su vestido intentando llegar hasta él, llovía demasiado y a cada segundo que pasaba sentía que la lluvia aumentaba, ya no podía, se sentía cansada, sus piernas dolían mucho, , sentía sangre escurrirá sus piernas, sus brazos eran pesados a comparación de cualquier cosa, su cuerpo temblaba por aquel frió que hacía, su cabeza estaba echa un embrollo y un nudo enorme era su estómago, pero a pesar de todo eso no paraba, no quería parar, necesitaba llegar a él costara lo que costara.

Calló en un golpe seco, debida a la raíz con la que sus pies tropezaron, sus brazos se rasparon nuevamente y su vestido se ensucio un poco más, pero no le dio importancia, con ambas manos se sostuvo y uso de apoyo para levantarse maldiciendo su torpeza, cuando alazo su cabeza pudo distinguir al fin una casa a pesar de la lluvia, confirmando que al fin había llegado, sacudió su vestido y corrió nuevamente hasta allí sin importarle nada.

–Inuyasha–Gritó la azabache demasiado fuerte, más sin embargo nadie le escucho o simplemente no la quisieron escuchar.

–Inuyasha, Inuyasha, inuyasha, inu…–no pudo terminar aquello pues estaba demasiado cansada, sus rodillas flaquerón, más no callo, y su voz se entrecorto pesadas lagrimas derramaron sus achocolatados ojos sin embargo continuó gritando solo hasta que por la puerta apareció kaede, la sirvienta de este, con gesto triste y compasivo dirigiéndole en tono triste el mensaje que el señor le había dicho para ella.

–Señorita el joven inuyasha me mando aquí para decirle que se fuera, que no debería de estar aquí, que no la quería ver–Su tono de voz se mezclaba entre lo dulce y compasivo, kagome miró a la anciana, en el rostro de la muchacha demostraba desesperación y suplica.

–Anciana kaede por favor haga que inuyasha hable con migo, necesito hablar con él por favor o permítame pasar necesito ha…hablar con él –Rogó está a la anciana que la veía con tristeza.

–Mi niña no lo creo conveniente el joven inuyasha me lo prohibió–Contestó la anciana en tono bajo y sintiendo pena por ella.

–Por favor–Rogó nuevamente con ojos llorosos, kaede la miró y noto en ella desesperación, en verdad estaba demasiado desesperada, así que haciendo a un lado la advertencia de su amo hizo un gesto a la chica para que entrara a lo cual ella acepto deprisa y agradeció.

–Espera lo traeré– la anciana camino por el recibidor y se perdió en uno de los pasillos, abrumada, desesperada enojada, triste, asustada, ella se encontraba, todos estos sentimientos contenidos la estaban destrozando, apretando fuertemente su vestido hacia esfuerzos para no echarse a llorar nuevamente lo cual fue en vano al verle llegar, ¿Es que tanto se había metido en su corazón para sentirse si? En respuesta ella misma pensó que era verdad, ella pensó que él la amaba y había sido hermoso y quería continuar así.

–Inu…Inuyasha–Musitó ella débilmente al verle aparecer además sus mejillas enrojecieran.

– ¿Qué haces aquí? –Fue su cortante y fría respuesta causándole un estremecimiento a ella.

– ¿P…Por qué? –Musitó kagome en tono apenas audible y buscando su dorada mirada a lo que él la evito y continuo su contestación en tono cortante.

– ¿Que no entiendes? Nunca te quise, no me sirves ya–Inuyasha retrocedió algunos pasos con la cabeza gacha al momento de ella acercarse–Te mentí–

– ¡Pues miénteme otra vez! –Gritó desgarrándose la garganta, sintiéndose estúpida y desesperada, aún más lagrimas surcaron de sus hermosos ojos–Dime que me quieres, dime que me amas, que sin mí no vales nada, que me necesitas, por favor, miénteme –Sollozó alzando las manos en un estado desesperado, él se quedó mudo no sabía que decir ni que hacer, kagome bajo su cabeza, pesadas gotas que quemaban su rostro mientras resbalaban de sus ojos continuaron.

–Dime que no puedes vivir sin mí aunque solo sea eso una mentira, quiero sentirme necesitada otra vez, no quiero quedarme sola. Por favor miénteme ¿sí? –Alazo su cabeza y contemplo el rostro de su amado pasmado y aturdido, ella sabía que él no sabía qué hacer, lo conocía, le dedico una sonrisa triste y salada al tiempo que caía de rodillas en un fuerte golpe al piso, bajando su mirada continuó rogando en tono bajo mientras golpeaba el piso con sus maltratadas manos una y otra vez.

–Miénteme y ámame ¿sí? –Apretó fuertemente el borde de su vestido intentando reprimir las ganas de llorar aún más, ¿Ya se le había hecho costumbre para evitar llorar cómo realmente deseaba hacerlo? Sí, esa era la realidad.

–Kagome –Musitó el ambarino desconcertado y sin moverse de su lugar, su mirada mostraba cansancio, agonía y una gran tristeza.

–Miénteme, hazlo pero no te vayas por favor–Después de aquello la mente de la azabache se nublo y todo a su alrededor oscureció.

Se desplomo con un fuerte golpe azotándose completamente contra el piso, desmayada, él la miro y solo hasta ese momento se dio cuenta del estado en el que se encontraba ella, estaba completamente mojada, su cabello se había salido de las horquillas que lo sostenía y se había enmarañado, su pequeño vestido azul estaba roto y sucio de lodo y sangre, su rostro, barazos y piernas llenos de rasguños y cortadas además templaba de frió y su rostro ahora se le notaba más pálido que otras veces, sus mejillas tenían un tinte rojo.

Pero ¿qué haría?

CONTINUARA…

09 de febrero de 2014, 10:25 PM

11 de marzo de 2014, 10:29 PM

Aquí una nueva idea ¿Qué tal?

reviews para continuacion eh Owo

Bye:3