Prologo
Bella salía de su casa como siempre acostumbrara, a las siete de la mañana. Manejaba directo a hacia la empresa de su papá donde trabajaba hace un año, iba en su Aston Martin DB9 volante donde se desempeñaba como gerente de ventas, por ser la hija del dueño de la empresa.
Cuando llego fue directamente hacia el estacionamiento y estaciono su flamante auto en el sitio que ya tenía reservado. Entro al moderno edificio y fue hasta el último piso saludando cortésmente a los empleados. Hasta que llego a la puerta de su oficina donde la saluda una tímida chica.
Buenos días Srta. Swan – dijo la tímida chica quien era la secretaria llamada Jessica.
Jessica – dijo con voz cansada pero a la vez divertida – Cuantas veces te tengo que decir que me llames solo Bella.
Lo siento Srta. … quise decir Bella, le llevaré su café como siempre en unos instantes – dijo antes de salir directamente hacia la cafetería.
Bella fue hacia su oficina y se sentó en su escritorio cuando recibió una llamada de su padre.
Bella, cariño, va a venir el nuevo socio de la empresa y quiero que tú los recibas – está se puso algo nerviosa ya que a sus 20 años nunca había estado sola con un socio ya que siempre la acompañaba su padre. Eso sí, era muy buena en la universidad con notas alta y estaba en el tercio superior.
Pensó un momento y dijo – Esta bien padre, lo hare por ti – colgó y en ese momento entro Jessica con su café.
Después de una hora Bella recibió la llamada de su hermano mayor Emmett diciendo que había llegado bien New York y que si podía avisara a sus padres lo que ella acepto gustosa. Él jugaba baseball en las ligas mayores.
Bella, dentro de cinco minutos empieza la reunión – ella asintió y Jessica salió de la oficina – Emmett te tengo que colgar tengo una reunión con el nuevo socio de la empresa, estaremos en contacto.
Decidió ir a la sala de juntas llevando todos los archivos y cuando entro a la sala se quedo en shock cuando vio al nuevo accionista de la empresa, era como un Dios griego.
Buenos días soy Edward Cullen, el nuevo socio – dijo con una linda voz aterciopelada.
