Ellos no me pertenecen blablablá.

Shonen-ai, KakuHidan.


Medicina.

Su cabeza deambulaba a todas partes.

Sus ojos, la mirada quedaba en un punto del cuarto.

Parecía volado.

Pero no era así.

Un resfriado la tiene tan idiota.

Nunca imaginó que se enfermaría a pesar de andar semidesnudo, pero estaba acostumbrado.

Pero la vida le dio una mala pasada.

Un resfriado de cambio de temporada.

Se escondió bajo las sabanas porque tenía frío. Ni siquiera poseía el afán de hacer sacrificios a su Dios, prefiere mandarlo al diablo, primero es su salud.

—Jashin-sama~ no me deje… —deliró, aunque no tuviera fiebre, no obstante tiene la molestosa picada en la garganta.

Kakuzu entró a la habitación, preocupado por su compañero a pesar de que lo odiase, ya que sin él las misiones y las cabezas de recompensas son dificultosas.

Tiene que curar como sea a Hidan.

— ¿Cómo te sientes?

El albino abrió como pudo los ojos.

—De maravilla… —dijo sarcástico. Que pregunta tan estúpida y obvia.

Kakuzu prefirió guardar sus palabras.

Se acercó a la cama donde estaba Hidan moribundo.

— ¿Vienes… a burlarte? Ya lo… hiciste… ahora vete, joder.

—Joder Hidan —susurró—. Traje algo para que te mejores.

— ¿Así? —Hidan no le creyó en absoluto, pero al ver que el moreno iba sacando un frasco de vidrio, se incorporó rápidamente— ¿Qué es?

—Remedio, una antigua receta de mi familia.

Eso sonaba bastante aterrador proviniendo de Kakuzu, y sobre todo de Kakuzu, como dice "antigua receta" debe ser mu~y antigua receta. Quizás en el tiempo de los Dinosaurios.

—No voy a beber eso, joder.

—Te lo tienes que tomar o no tendrás más sexo.

—Joder. Jodete Kakuzu. —y aceptó el contenido.

Kakuzu enmarcó una sonrisa entre mala y buena por ver que él se bebía toda la medicina.

—Tiene un sabor raro… como alcohol. ¿Estás seguro que esto es medicina?

—Confía en mí una vez en tu vida. Mañana te sentirás mejor. —dijo y le arrebató el frasco, luego camino a la puerta y salió.

Hidan volvió a cubrirse.

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A la mañana siguiente, Hidan estaba en el inodoro.

— ¡Maldito Kakuzu! ¡¿Qué mierda era esa medicina?!

—Ron y un poco de laxante. —contestó simplemente mientras leía el periódico sentado en su cama.

— ¡Joder Kakuzu! ¡Eres un maldito hijo de pu…! ¡Ahg, mi estomago!


N/A: Estoy enferma; resfriado de cambio de temporada, siempre me da. TToTT Lo mejor es que Hidan se recuperó, pero evacuando en el baño xD

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