. Capítulo Uno .

~ Ce que j´ai pensé ~

-¡¡No es justo!! ¿¡Por qué tiene Hikari que sentarse contigo!?

Toda la parte de atrás del autobús se giró para mirar al causante del alboroto, un chico de piel morena y cabello castaño, que parecía a punto de pegar a otro de tez más clara y pelo rubio que se encontraba sentado detrás de él y lucía una cara de soberano aburrimiento.

-Ella eligió su sitio, ¿por qué me lo echas a mí en cara?

-¿¡Cómo dices!? -chilló el moreno.

En ese momento subió al autobús la razón de su disputa: una joven de pelo castaño y ojos marrones, que no sobresalía demasiado del promedio de adolescente japonesa. En cuanto él la vio, procedió a indicarle a gritos dónde estaban, causando más de un molesto "¡ccccht!" por parte de los demás ocupantes del vehículo. Ella sonrió y se apresuró a ocupar su asiento...

...Al lado del chico rubio.

-¡Hikari! -lloriqueó el otro- ¿Por qué no te sientas conmigo?

-¿Eh? -parpadeó, haciéndose la sorprendida- Lo siento, creía que ya lo sabías; ya había quedado en sentarme con Takeru desde que planeamos la acampada.

El muchacho se desinfló en su asiento mientras balbuceaba sinsentidos. Hikari reprimió una sonrisa, antes de preguntar por los demás.

-Miyako e Iori cogen el bus en la siguiente parada, y Ken dos más adelante -contestó Takeru rápidamente- Deberíamos haber quedado todos en un mismo sitio...

-Espero que nadie llegue tarde -asintió ella- Llevamos dos semanas preparando esta excursión. Si los demás se la pierden, me temo que Daisuke tendrá que dormir solo en su tienda...

Sus palabras no tardaron en hacer efecto: un rostro furioso apareció por encima de los asientos anteriores a los suyos; rostro que empezó a despotricar, regándoles con saliva.

-¿¡¡¡Qué significa eso!!!? ¿¡¡¡Vais a dormir juntos!!!? -chilló, recibiendo un zapatillazo en la cabeza por parte de otro viajero- ¡¡¡Takeru, te juro que si le pones una mano encima a mi Hikari, te parto la cara!!!

-¿"Tu" Hikari? ¿Desde cuándo te pertenezco, Daisuke? -dijo ella gravemente. Daisuke volvió a hundirse en su asiento- Además, yo dormiré con Miyako, no tienes de qué preocuparte -añadió.

Un suspiro, entre molesto y aliviado, brotó de la garganta del joven.

Pronto llegaron a la siguiente parada, donde Miyako e Iori hicieron su aparición. No habían pasado ni dos minutos e Iori ya estaba mirando por la ventana abstraído y Miyako conectando su PC portátil, olvidándose del resto del mundo. La pandilla quedó al completo cuando Ken se sentó al lado de Daisuke y se quedó dormido al instante, haciéndoles suponer que se había pasado la noche anterior terminando algún trabajo de la escuela.

-Menudo rollo de viaje... -refunfuñó Daisuke antes de ponerse los auriculares y dormirse él también.

~~~~~~~~~

La cabeza de Ken iba dando botes cada vez que el autobús encontraba un bache, hasta que finalmente se escurrió de donde debía estar y le despertó bruscamente. Adormilado, echó un vistazo a su alrededor: Daisuke dormitaba con la cara aplastada contra el cristal, y la mochila en su regazo respiraba pausadamente, dándole una idea de dónde se encontraba Chibimon; su propio digimon, Minomon, le saludó desde una bolsa deportiva situada debajo del asiento de delante; al otro lado del pasillo Miyako, con Poromon en las rodillas, e Iori, con Upamon, miraban la pantalla del ordenador de la chica; y en la fila posterior al asiento de Ken, Tokomon observaba desde el portaequipajes a Takeru y Hikari, quienes mantenían una animada conversación mientras ella acariciaba a una dormida Nyaromon.

Entonces, bajo la mirada de Ken, la joven Yagami agarró a Takeru por el cuello de la camiseta y comenzó a besarle sin ninguna vergüenza. Ichijouji volvió la cabeza bruscamente; tanto, que despertó a su compañero de asiento.

-¿Gué tge pasa, Ken? -balbuceó mientras se quitaba las babas con la mano. Ken se apresuró a negar lo ocurrido:

-Nada, no pasa nada. Sobretodo no mires hacia atrás.

-¿Eh? ¿Por qué?

Decirlo y hacerlo. Daisuke miró por el hueco entre ambos asientos para encontrarse con la escena que antes había presenciado su amigo. Durante unos instantes se quedó en blanco, después se giró y miró al frente en silencio. Chibimon despertó y levantó la vista hacia su compañero, consciente de que algo andaba mal. Ken, maldiciéndose por dentro, intentó consolarle sin mucho resultado, pues el chico se quedó en estado vegetativo hasta que llegaron a su destino.

Detrás, Takeru y Hikari se despegaron por fin.

-¿Crees que nos habrá visto? -preguntó, en voz baja, ella.

-Me parece que sí -respondió sofocado- Te pasaste un pelín, ¿no crees?

Contestó con una risita.

~~~~~~~~~~

-¡Venga, chicos, coged vuestras cosas! ¡Que vamos a perder la reserva! -llamó Miyako, demasiado enérgica para todos los demás, que entre las bocas pastosas y las cabezas embotadas por la larga siesta, no atinaban a recoger sus pertenencias del maletero.

-¿Dónde queda el cámping...? -murmuró Iori, frotándose los ojos. Upamon se subió a su espalda y comenzó a dar botes para despertarle, casi consiguiendo que se fuera de bruces al suelo. Y de no ser por Ken, que le sujetó cuando caía, lo habría hecho.

-No lo sé. ¿Quién tiene el mapa? -preguntó. Takeru señaló a Daisuke, quien en esos momentos se mantenía a duras penas de pie, entre el peso de su mochila y el pequeño digimon que trataba de arrancarle alguna palabra trepando por su cuerpo sin cesar, gimoteando su nombre. Ken le dio un suave codazo en el costado.

-¿Eh? ¿Qué pasa? -balbuceó medio ido.

-El mapa... Tú tienes el mapa...

-Ah, sí. El mapa. Voy.

Pasaron cinco minutos en los que el castaño no dejó de rebuscar en su mochila en busca del dichoso mapa. Finalmente sacó un papel doblado y se lo entregó a Ken, quien lo abrió y se quedó mirándolo con una impresionante gota de sudor descendiendo por su frente. Le hizo notar que no podrían guiarse demasiado bien con el número de serie de un videojuego y las instrucciones para instalarlo, así que continuó buscando hasta darse un golpe con la cruda realidad:

No había mapa.

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Hora y media más tarde, el grupo se encontraba caminando por el arcén de una carretera oscura, con un bosque a un lado, un pequeño barranco al otro, y un barrizal tremendo en medio. Daisuke lideraba a duras penas la expedición. Detrás iban Miyako, Ken e Iori, y ligeramente más rezagados Takeru y Hikari. Llevaban un buen rato andando, y el cámping daba tantos visos de ir a aparecer tras la siguiente curva como ellos de encontrarse con el Yeti montando en bicicleta.

-Daisukeeeee -se quejó V-mon, ahora en su nivel principiante- ¿Cuánto faltaaa?

-¿Cómo quieres que lo sepa? -masculló- Si ese anciano nos hubiera dado las indicaciones correctas, ya estaríamos allí. Para mí que tenía demencia senil.

-¡¡Esto es un rollo!! -exclamó Miyako, sobándose la espalda- ¡Me duele todo! ¡Si no te hubieras dejado el mapa, ahora estaríamos cenando caliente al lado de nuestras tiendas!

-Eso en caso de que alguien se haya traído el hornillo eléctrico...

Silencio siguió a las palabras de Iori, indicando sin duda que nadie había caído en ello. Un momento después, sin embargo, la joven volvía a la carga con sus quejas.

-¡Con lo calentita que estaría yo en mi saco de dormir! Daisuke, en cuanto recupere la movilidad en mis extremidades superiores, ¡te voy a...!

-Miyako -interrumpió Ken- Déjale en paz, por favor. Ahora no se debe de encontrar muy bien.

La chica frunció el ceño, curiosa, antes de callarse definitivamente, aunque a la legua se veía que seguía refunfuñando entre dientes.

-¿No es ése el sitio que andamos buscando? -intervino Hawkmon, que volaba a varios metros por encima de sus cabezas y por consiguiente tenía mejor ángulo de visión. Inmediatamente el grupo empezó a correr hasta que el enorme campo salpicado de tiendas de campaña apareció unos cientos de metros más adelante.

-¡Muy bien! ¡V-mon, evoluciona! ¡No pienso andar ni un metro más!

-...Pues qué morro, ¿no?

~~~~~~~~~~~

-¡Ay, qué gusto!

Hikari salió desperezándose de su tienda recién montada, uniéndose a quienes volvían de recepción cargados con todo tipo de chucherías de las que venden en las máquinas expendedoras. Sí, tal y como se temía, esa iba a ser su única cena, pues los alimentos precocinados que Miyako se había traído del supermercado de poco iban a servir sin un hornillo eléctrico, o una buena fogata. Y con el ímpetu que ponían Daisuke y Ken en encender el fuego...

-¡Vamos, Daisuke! ¡Tú puedes! -animaba V-mon.

-Como si fuera tan fácil. Intenta tú no dejarte los dedos con el pedernal.

Hikari sonrió ampliamente. Ahora estaba segura: les había visto; ese mal humor no podía ser causado sino por celos...

Y hablando de celos...

¿Dónde se había metido Takeru?

-Estoy aquí -dijo una voz a sus espaldas, a pesar de no haberlo preguntado en voz alta. El joven rubio apareció a su lado cargando unas cuantas bolsas de patatas, una de las cuales utilizó para darle un ligero golpecito en la frente.

Al ver la escenita, Ken miró preocupado a su amigo, pero afortunadamente parecía demasiado ocupado implorando por un mechero (o un buen lanzallamas) con el que prender la hoguera.

Miyako les observó con desconfianza. ¿Qué estaba pasando con aquellos cuatro?

~~~~~~~~~

-¡Iori, Iori, Iori, Iori, Iori...!

-¿Qué quieres, Upamon?

-¡Vamos a jugaaar!

-No quiero jugar, quiero dormir... ¡Y esas dos no me dejan pegar ojo!

En ese momento el volumen de las risas de la tienda contigua aumentó considerablemente. Takeru, Iori, Tokomon y Upamon se taparon la cabeza con la almohada.

¡Chicas!

~~~~~~~~

-¡No me lo puedo creer! -exclamó Miyako- ¿¡Que hiciste qué!?

-¡Besé a Takeru! -gorgeó alegremente Hikari.

Las dos comenzaron a reír histéricamente y a estirajar a sus respectivos digimons.

-¡Oh, Dios mío!, y ¿¡cómo fue!?

La castaña apretó a Nyaromon entre sus brazos, causando que el bichito soltara un lastimero quejido.

-Mmmm... estuvo muy guay -declaró entre risas.

En ese momento una sombra anunció que iba a bajar la cremallera de la tienda, y Ken metió cabeza y parte superior de su tronco en la pequeña estancia. Ambas callaron al verle.

-Por favor -dijo- ¿podríais bajar un poco la voz? Queremos dormir.

Dicho esto, miró a las chicas gravemente y se fue. Miyako contuvo la respiración unos instantes para luego dejarse caer sobre el saco -y el pobre Poromon- con un suspiro.

-¡Qué bueno está en pijama!

~~~~~~~~~

Ken entró en su tienda sin decir nada. Daisuke se giró para verle y seguidamente volvió a darse la vuelta, sin preguntar siquiera qué había ido a hacer. Ichijouji abrió su saco de dormir, se metió dentro con cuidado de no aplastar a Minomon y se tapó hasta la nariz. Pronto el pesado silencio, únicamente roto por los grillos y alguna que otra risotada proveniente de la tienda de las chicas, terminó por incomodarle, forzándole a intentar, sin éxito, entablar conversación con su compañero.

-Mira, Dai -exclamó cuando se cansó de estar hablando para la pared- Siento mucho lo de Hikari, pero ¡no vas a estar el resto de tu vida mirando pasar las horas sólo por que te haya rechazado!

No hubo respuesta de ningún tipo por parte del muchacho. Ni tan sólo una señal de que le había escuchado. Ken bufó molesto.

-Bueno, pues allá tú. Pero que sepas que hay muchos peces en el mar.

Daisuke miró al frente un instante. Después cerró los ojos.

+ + +

N. de la A: Los títulos de los capítulos están traducidos en Babel Fish. En el último capítulo, o en el epílogo si lo hago, pondré las traducciones, o al menos lo que yo quería decir. La autora no se responsabiliza de las aberraciones cometidas por este traductor online.

~Muchos besitos os mando y muchos reviews quiero a cambio~

CX - Un lazo negro por las víctimas del terrorismo.