Disclaimer: Los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi.
Advertencias: Universo alternativo [AU]. Relato corto [Drabble].
Historia de un gran y nuevo amor
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Todo comenzó en un café, allí lo conocí. Él sólo estaba sentado en una mesa. Yo trabajaba como camarera en el «Café Shikon». El muchacho siempre escogía ocupar el mismo puesto, sin embargo nunca pedía nada.
Un día, mientras hacía mi trabajo y atendía otras mesas, me percaté de que me miraba y, de forma inevitable, me sonrojé. A pesar de ello intenté no prestarle atención. Al terminar mi turno, me cambié de ropa dispuesta a ir a ver a Sango. Nosotras trabajábamos juntas, y luego de un tiempo acabamos por volvernos amigas.
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Aquel simple recuerdo ahora me resultaba lejano.
Hoy era un día como otros, al salir del café luego de terminar mi turno, un chico de cabellos plateados y ojos dorados me estaba esperando: era Inuyasha.
―Hola Kagome. ―me saludó con una sonrisa de medio lado. Yo, algo nerviosa, le devolví el saludo.
Subí a su auto rojo, abrochándome el cinturón de seguridad en el acto. Inuyasha tomó asiento frente al volante y arrancó el vehículo rumbo a mi casa. El trayecto fue rápido, pues en menos de quince minutos ya estábamos estacionados frente a la puerta. Mi familia estaba de viaje, por lo que Inuyasha y yo entramos en mi casa sin hacer mayor ceremonia.
Había conocido a Inuyasha hacía varios meses, pero eramos pareja desde hacía tan solo cinco. Al principio era algo caprichoso, celoso y muy orgulloso. Pero después fue cambiando y conocí su otro lado.
Estuvimos jugando video-juegos, comiendo comida china y tomando gaseosa. Fue entonces que hablamos de nuestro casamiento.
―Kagome ―me llamó―. ¿Ya sabes en donde será la ceremonia?
Habíamos estado discutiendo aquel tema desde hacía tiempo, y él había llegado a la conclusión de que yo debería decidir si utilizaríamos el templo de mi familia o no.
―En el templo Higurashi ―le comuniqué, a lo que Inuyasha asintió.
Él se fijó en la hora, la tarde había pasado rauda.
―Ya es hora de dormir ―comentó anunciando su partida. La noche había llegado sin que nos percatásemos.
Sonrío y lo despido en el umbral de mi puerta. Al cerrarla subo las escaleras y me preparo para ir a la cama a dormir. Sé que Inuyasha piensa en como me conoció, al igual que yo pienso en aquella escena ¿Quién diría qué allí, en mi trabajo, conocería a mi gran amor?
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Al día siguiente, me levanto y meto a bañar rápido. Hoy tenía una cita para probarme el vestido de novia y luego... Luego iría a trabajar al café.
