Capitulo 1

Esa hermosa mujer

Los personajes de esta historia no son de mi pertenencia si no de RUMIKO TAKAHASHI la historia si es de mi pertenencia, hago esto con el fin de entretener y gozar de la lectura así como de revivir por un pequeño momento a grandes personajes. Dejen comentarios por favor.


Ahí estaba ella, tan hermosa, su larga cabellera que llegaba hasta sus muslos y de un color tan negro como la noche, su piel tan tersa, suave y nívea, a plena vista cualquiera se percataba de la belleza que transpiraba esa mujer, un cuerpo delgado con curvas perfectamente alineadas, era joven rondaba los 20 años, sus ojos grandes color cobrizo, su nariz delicadamente afilada y sus labios deliciosamente curveados con un color rosa tal flor de cerezo.

Disfrutaba de las deliciosas aguas termales mientras masajeaba ese perfecto cuerpo, era una noche perfecta un sorprendente cielo estrellado y la bellísima luz de la luna cubriéndola por completo; entre suspiros se relajaba después de un largo y cansado viaje a lado de ese enojón sapo verde y de su hermoso señor Sesshomaru.

Sesshomaru… se dijo entre pensamientos, su sola imagen reflejada en su mente la hizo bajar la mirada y ruborizarse así; recordando aquel momento en que se había percatado de que ya no lo veía como su protector, se había enamorado de él, si, lo amaba más a nadie en este mundo. Se había percatado de sus sentimientos desde aproximadamente 5 años cuando era aun una adolescente, la edad en la que Aome se enamoro de su Inuyasha.

Ahora cada vez que veía esos hermosos ojos dorados que brillaban más que los mismos diamantes, su corazón latía fuerte, su respiración se alteraba y sus mejillas enrojecían ante su presencia, no importaba si solo se dirija a ella para indicarle seguir el camino o solo para tranquilizar las discusiones entre ella y Jaken el escuchar su voz todos sus sentidos se alteraban, su sola presencia la inundaba de emociones y sentimientos que en ocasiones eran difíciles de ocultar. Sin dejar de pensar en ese demonio perro del cual estaba sumamente cautivada continuo su relajante y delicioso baño.


Sin duda exquisita ante la vista de cualquier hombre o demonio. Pero aun mas irresistible para el Yokai que siempre la vigilada a donde sea que fuera. Y en esta ocasión no sería la excepción, ya que ahí se encontraba el, cubierto por los arboles que rodeaban ese hermoso paraíso de aguas termales donde la joven tomaba un relajante baño.

Ya era costumbre el seguir a su protegida y "cuidarla" a una distancia cada vez más cerca, ¿era realmente esa la razón por la cual siempre la observaba de esa forma? O ¿sería solamente para contemplar a la hermosa mujer que se había convertido su antes pequeña Rin? En realidad eran ambas, hace tiempo que cada vez que Rin se alejaba a buscar comida, en busca de flores o a pasear entre el bosque, la seguía no solo para cuidarla sino también porque el gran Lord de las tierras del Oeste sin darse cuenta en qué momento sucedió, ya no podía dejarla sola y mucho menos podía dejar de admirar tal belleza.

En ocasiones se le era difícil creer como es que su pequeña Rin ya era una mujer cuando para él en no mucho tiempo era aun una dulce niña que corría por doquiera siempre de su lado, al igual de increíble de los pensamientos que le ocasionaban tan solo verla, tan perfecta tan bella, tan irresistiblemente tentadora.

Una mujer realmente bella, esa hermosa mujer le ocasionaba deseos inexplicables, deseos de poseerla de sentir esa piel nívea, de poseer su curveado cuerpo y probar esos apetitosos labios rosas. Perdido entre sus pensamientos volvió en si cuando noto que la hermosa joven se disponía salir del agua.

Sin voltear atrás se retiro para esperarla en el lugar donde dejo a su espera a ese par que de seguro se encontraban dormidos; Ha Un y Jaken. Se dirigió a aquel lugar para esperar la llegada de su pequeña nadie sabía ni tendría porque enterarse de donde se encontraba el gran demonio y mucho menos ella. – ella….- se dijo retirándose tan imponentemente como siempre.


Salió de la deliciosa agua cubriendo su perfecto cuerpo por un kimono verde con flores rosas que tanto le encantaba, era un regalo de su señor, uno de muchos más que se encontraban guardados en el imponente castillo donde vivía desde hace mas de 10 años. Era el último día de viaje, para la mañana siguiente ya estarían en el castillo de su señor y tenía que llegar al menos no tan sucia.

- Espero no haberme tardado tanto - pensó- pero no pude evitarlo estas aguas están deliciosas además, después de un largo viaje junto al señor Sesshomaru no veo mal relajarme un poco.- sonrió para sí misma- Es la primera vez que al amo le urge llegar a sus tierras ¿porque será, tendrá un asunto pendiente ahí? Bien sea lo que sea después sabré que es.

La confianza entre protegida y amo se había vuelto más estrecha al pasar de los años aun más que la de su viejo sirviente Jaken.

Al llegar al lugar donde esperaría la llegada de su Rin, Sesshomaru se sentó bajo un gran árbol, mirando sin punto fijo nuevamente se perdido en sus pensamientos.

- ¿Pero que me sucede?- se reprocha - ¿Que tiene Rin que me hace pensar de esa forma? Evidentemente ha dejado de ser una niña pequeña, pero… ¿qué tiene que ver el hecho de que ahora es una mujer, que me ocasiona el pensar así de ella?

Volviendo su mente al pasado, pudo recordar la ocasión en la que el olor de Rin había cambiado drásticamente, un olor que le pertenecía a ella pero ahora era más exquisito que el de siempre, ahora contenía un sabor diferente al olerlo, era una dulce mezcla de sensualidad y dulzura, tan adictiva a sus sentidos, era tan… agridulce. Sin equivocarse en ese tiempo Rin tendría alrededor de 15 años y a partir de ese momento el tenerla cerca enloquecía sus sentidos pero él, el gran Sesshomaru no podía permitir que un siempre aroma lo perturbara mucho menos perteneciente a una débil humana. Una humana cuya existencia era indispensable para él, cuya humana le hacía dibujar en su frio rostro una sonrisa, ella que era parte de su vida porque le pertenecía, era de él y solo de él.

- Mía… solo mía-se repetía continuamente dentro de su mente- mía… Rin serás completamente mía- finalizo al darse cuenta que ya se acercaba y con ese embriagador aroma a flores combinado con el suyo natural. Pero en seguida su semblante cambio Rin había tardado más de lo que él le había indicado.


Llegando a donde la aguardaba el señor Sesshomaru, noto en seguida el semblante de su amo -parece molesto-pensó- tal vez si he tardado mucho…

- Señor Sesshomaru?-pregunto algo apenada

- Has tardado más de lo que te indique- contesto mas frio de lo usual

- Per… perdone señor… yo…- le dolía mucho que Sesshomaru se molestara con ella

- Entre más creces mas desobediente te vuelves chiquilla tonta- alega Jaken a favor de su amo

- Jaken- dice la voz fuerte del Yokai

- Si... dígame amo bonito?-contesta dudoso

- Cállate- exige mientras el sapo verde obedece al saber que algo malo le esperaría si no cierra su boca en cuanto su amo se lo ordena.

- Perdóneme, no volverá a pasar- dijo Rin con la mirada baja

- Sabes que no tolero la desobediencia- confirmo el frio Yokai-mañana llegaremos a mis tierras así que ya retírense y Rin ve a dormir porque en cuanto el sol aparezca nos iremos- finalizo

- Si- dijeron Jaken y Rin al unisonó

Jaken se retiro del lugar mientras Rin se quedo parada sin mover ningún musculo, su mirada apuntaba al suelo, cada vez era más difícil soportar que su señor se molestara con ella, más ahora que cuando era tal solo una niña.

- ¿Rin?- pregunta Sesshomaru

- ¿Sí?- contesta la joven un poco triste-

- ¿Qué te sucede, porque te quedas ahí parada, no te ordene ir a dormir?-le pregunta

- Amm si, si- contesta con su voz entre cortada

- Debes comprender el porqué me moleste contigo, la desobediencia no la tolero y lo sabes muy bien- le explico- y aun que no me agrade debo ayudarte a mantener una disciplina.

Aun que no me agrade ¿dijo? Pensó Rin. Un brillo apareció en sus ojos- así que ¿no le agrada molestarse conmigo?- se dijo

- ¿Comprendes lo que te digo Rin?

- … si, si lo entiendo señor Sesshomaru- mientras le regala una dulce sonrisa

- No hagas eso- le responde el mientras voltea su mirada a otro sitio, su mirada lo cautivaba, y eso no era bueno para un Yokai como él. Mientras Rin queda sorprendida por su actitud.

- ¿Qué cosa señor?- le pregunta aun sonriendo mientras sin pensarlo se acerca a él y se inca a su lado. Sesshomaru seguía pasivamente recargado bajo el árbol.

- No nada- responde sin más- es solo esa forma en que me sonríes

- ¿No le agrada?- pregunta algo preocupada

- En realidad Rin… es lo contrario, por ello prefiero que no lo hagas- soltó al fin el Yoaki haciendo enrojecer las mejillas de la joven mientras se acercaba lentamente al rostro de Rin, tomándolo con una de sus manos mientras la miraba fijamente a los ojos.

- ¿Señor Sesshomaru?- suspiro no podía creer lo que le decía y más aun al percatarse de lo cerca que se encontraban sus rostros.

La joven quedo estática, no podía moverse, ni siquiera sentía estar respirando, trago un poco de saliva y parpadeo un par de veces, estaba nerviosa, tenerlo frente a ella, tan cerca, ver ese hermoso cabello plateado, esos ojos dorados que esa noche parecían arder junto con esa mirada tan imponente, su afilada nariz y esas encantadoras marcas de nacimiento que se encontraban en sus perfectos pómulos masculinos, sencillamente sexi.

Acercándose peligrosamente más a ella con una seductora mirada el demonio, mordió su labio inferior dejando un poco a la vista sus colmillos característica de su raza, bajaba su dorada mirada a los labios de ella y volvía a posarse en sus ojos, repitiendo esto un par de veces. Quería besarla, moría por besarla, era tan irresistible tenerla en esa posición, tan cerca de él, podía degustar excitantemente de su calor de humana, su aroma a nerviosismo y su encantador aroma a jazmines que siempre la caracterizo.

Sus cuerpos estaban cada vez más cerca, un tibio calor inundo a ambos, de la nada la tomo delicadamente por la cintura acercándola aun mas a él, deslizo su mano por su espalda, Rin podía sentir aquellas garras pasearse por la parte alta de su cuerpo, atrapo uno de sus rebeldes cabellos azabache y jugueteó un poco con el sin quitarle la mirada de enzima, "valla seducción". La respiración de Rin comenzó a agitarse sus rostros estaban más cerca tanto como para sentir el halieto del otro.

Poco a poco las manos de Sesshomaru fueron bajando delicadamente por la cintura de ella hasta llegar a su cadera y finalizar en sus piernas, con ternura fue abriendo camino entre su kimono para sentir su piel tan suave, ante el contacto de esas garras Rin soltó un leve suspiro de placer, qué momento tan dulcemente cálido su cuerpo comenzaba a temblar y él se percataba a la perfección de esto. Fueron entre cerrando los ojos con la intención de acercar sus rostros aun mas. ¿La besara? Sí, eso haría la besaría.

¿Aquel duro Yokai no resistiría más sus deseos hacia su protegida?

- Amo Sesshomaru…- llama el sapo verde al acercarse al lugar donde se encontraban amo y protegida- amito Sesshomarito- vuelve a llamar cuando se encuentra con tal escena. Jaken se queda estático, ¿qué estaba pasando?

Sin pensarlo Rin se separa apenada de Sesshomaru, poniéndose de pie y con la cara sumamente sonrojada, no sabía que decir o que hacer. Sudor bajaba por su frente, Jaken la miraba boquiabierto y temían ver la expresión que tendría su amo en ese momento, tenía que irse, huir de ahí.

- Amm… bue...Buenas noches- tartamudea sin voltear a ver a su amo, hace una reverencia despidiéndose de ambos y así sale huyendo, corriendo de aquel lugar donde estuvo a punto de probar esos labios, labios embriagadoramente tentadores, labios que hace poco eran mordidos por esos colmillos tan característicos de un demonio perro.

Sin más Rin se aleja de ahí dejando solos a un Jaken muy consternado, sin palabras y estático frente a un Sesshomaru muy molesto, perturbado y lanzando una mirada de fuego hacia su sirviente.


- A…aa…amo…- tartamudea el pequeño sapo verde completamente atónito- pe…pe... perdone…yo…interru…

- ¿Qué es lo que quieres Jaken?- suelta bastante molesto el hermoso peli plateado-

- ¿Pero qué estaba pasando amo?- pregunta finalmente

- ¿A qué viniste? espero que sea importante o te matare por importuno- responde fríamente

- Si… si... perdone amo bonito…- postrándose a tierra ese pequeño sapo valla que le temía a su poderoso amo y ¿cómo no hacerlo?- solo venia a notificarle que la chiquilla no estaba pero… ya la encontré... estaba… estaba… con usted… por favor amito bonito no me mate, me preocupe por ella, porque no la encontré en ningún lado en cuanto la mando a dormir por eso venia a avisarle… temía que algo malo le pudiera pasar… solo la cuidaba como usted me ordeno se lo suplico no me mate…

- Ya cállate Jaken- alza la voz con un tono de fastidio- lárgate ahora mismo…

- Si… si eso hare amo bonito... muchas gracias… muchas gracias amito… amm ¿quiere que cuide a la chiquilla?

- Si, y lo harás toda la noche

- ¿Toda la noche? Pero… no dormiré nada…

- ¿Hay algún problema con eso?

- No… no señor- contesta apresurado- iré en seguida amito- saliendo del lugar a prisa- valla que le molesto al amo Sesshomaru que llegara con él, cuándo estaña con Rin… pero… ¿qué estaba pasando entre esos dos que le irrito tanto que interrumpiera?… a caso… ¿pensaba hacerla su compañera? Tengo que investigar sobre esto- piensa Jaken dirigiéndose a donde ya hacia Rin dormida acurrucada con Ah Un como era de costumbre entre esos dos.


Caminaba con la mirada perdida y la cabeza llena de preguntas, llega donde se encuentra Ah Un su gran y viejo amigo demonio recostado sobre un gran árbol, acaricia dulcemente ambas cabezas y se recuesta acurrucándose en la gran bestia, la misma al sentir el contacto de su amiga suelta un sonido de bienvenida y gusto correspondiendo el dormirse junto con ella como siempre lo hacían. En su mente no paran de revolotear las imágenes de aquel momento en que sintió tan cerca de ella a su gran amor, imágenes que le mostraban lo que hace unos momentos vivió con su amo Sesshomaru.

Recordaba sus ojos con ese color tan dorado que tanto le fascinaba, su hermosa mirada que esa noche fue solo de ella, sus manos acariciándola, tocándola de una forma dulce, tan tierna, tan delicada por un instante se sintió querida, deseada por aquel demonio que le había robado el corazón desde hace unos años cuando aún era una adolescente. -¿Qué fue lo que paso hace unos momentos? Mejor dicho ¿Qué iba a pasar? A caso… ¿me iba a besar?- se dijo con la mirada dirigida a un hermoso cielo estrellado- sí, me iba a besar!

- Señor Sesshomaru…- pensó entre suspiros- ¿sentirá a caso algo por mí? ¿Me miro? No como su protegida… si no… ¿me miro? Me toco, si, me acaricio… y fue... fue…- no termina la frase cuando escucha al berrinchudo sapo verde acercarse entre la oscuridad del bosque- será mejor que me crea dormida.- cierra los ojos para tratar de engañar al que había interrumpido aquel bello momento.

Algo en esa noche estaba muy claro, Rin no dormiría, por su mente no cesaban las preguntas, la excitación, la emoción la alegría de lo que había sucedido con Sesshomaru el ser al que tanto amaba en este mundo, el único al que siempre amara. Lo que abundaba mas en su cabeza seria… ¿cómo actuaria a la mañana siguiente que viera a Sesshomaru? El ¿cómo actuaria con ella?


Bueno espero sea agradable.

Realmente quiero que dejen comentarios, criticas, citicas constructivas, opiniones de todo.

Dejo en claro que continuara…