CAPÍTULO 1.
Mimi Tachikawa se encontraba terminando de arreglar sus cosas en la pequeña habitación que tenía en la residencia de la universidad. Aun faltaban varias semanas para que las clases comenzaran, pero los estudiantes ya podían empezar a ocupar las habitaciones.
Había llegado de America la noche anterior, sin embargo aun no le avisaba a ninguno de sus amigos, pues les quería dar la sorpresa.
Mantenía una excelente comunicación con cada uno de sus amigos, sobre todo con Sora y Hikari, con quienes se escribía casi diario, por lo tanto no fue nada difícil saber que ese día todos se iban a reunir en el departamento que compartían Taichi y Yamato.
Aun tenia algo de tiempo, por lo cual coloco su computadora en el escritorio y comenzó a revisar su correo. Había propaganda de la universidad junto a un correo de bienvenida. Ofertas de diferentes tiendas. Una carta de su madre preguntándole como le había ido, la cual contesto. Y como ya era costumbre, una serie de correos que con solo leer el remitente, los borraba.
Soltó un suspiro y tomo su celular para darse cuenta de que ya era hora de irse. Abrió su armario para sacar su bolso y un suéter.
El departamento estaba muy cerca de la universidad, por lo tanto fue a pie, esperando no perderse.
Mientras tanto, todos los elegidos ya se encontraban reunidos. Sora, Miyako y Hikari se encontraban en la mesa platicando bastante animadas. En la sala se podía observar a Taichi y a Daisuke jugando videojuegos, mientras que Takeru e Iori esperaban su turno. Yamato y Ken platicaban sobre el nuevo sencillo de una banda que a los dos les gustaba, al igual que Joe y Koushiro sobre algo relacionado a sus estudios.
El timbre sonó, pero nadie hizo nada con la intención de ir a abrir. Sonó de nuevo.
-¿Alguien puede abrir?-grito Taichi desde su lugar.- Puede que sea la pizza, además estoy a punto de ganarle a este mocoso.
-¡Tonterías!- protesto.-
Al ver que nadie se movía, Sora se levanto para dirigirse a la puerta y encontrarse a la ultima persona que hubiera imaginado ver en ese momento.
-Mimi…-susurro aun sorprendida, para después dejar salir un gran grito de alegría.-¡Mimi!
Todos se asustaron al escuchar el grito de la pelirroja, sobre todo su novio, el cual dejo caer de inmediato el control del juego para dirigirse rápidamente a donde se encontraba Sora.
-¡¿Qué pasa Sora?!- dijo llegando a la puerta.-
Estaba preparado para aniquilar a cualquier maleante que intentara hacerle daño a su novia, sin embargo lo único que vio fue a la pelirroja abrazando con mucho cariño a una chica castaña, la cual le devolvía el abrazo de la misma manera.
-¡¿Mimi?!
-Hola Taichi- saludo con una gran sonrisa.- ¡¿Qué?!
El moreno fue hacia ella para levantarla del suelo y empezar a girar. Estaba muy contento de volverla a ver, pues aunque platicaban seguido, tenía mucho que no se veían en persona.
-¡No puedo creer que estés aquí!- dijo mientras seguía girando.- Te extrañe mucho.
-Yo también te extrañe mucho, pero por favor ya bájame que me estoy mareando.
Taichi hizo caso y la dejo en el suelo. Se quedo quieta unos cuantos segundos para reponerse para después voltear a ver a todos los demás, los cuales no podían creer que estuviera ahí.
-Hola chicos.
Esas dos palabras fueron el detonante para que los presentes corrieran hacia Mimi para abrazarla y reclamarle el porque no les había dicho nada.
-De verdad lo siento,-dijo ya sentada junto a todos.- pero quería darles la sorpresa.-
-Bueno, ya no importa.-dijo el menor de los rubios sonriendo.- Lo importante es que estas de visita.
A Mimi se le dibujo una sonrisa, como si fuera una niña la cual acababa de hacer una travesura.
-¿Qué pasa?- pregunto Yamato.-
-¡Sorpresa de nuevo!-grito estirando los brazos.- Me transferí a la universidad de Odiaba.
-¡No lo puedo creer!- dijo una emocionada Hikari.-
-Así es, me di cuenta que lo mejor es terminar mis estudios aquí, con mis amigos.
Todos sonrieron ente las palabras de la castaña, pues era verdad que la había extrañado mucho.
Continuaron platicando y riendo de todo, para después ponerse de acuerdo en ir al siguiente día a un club nocturno que acababan de abrir, pero Hikari, Takeru, Daisuke, Iori, Miyako y Ken no podrían ir por ser menores de edad.
La noche llego y los menores fueron los primeros en irse, seguidos por Joe y Koushiro.
-Creo que también es hora de que me vaya.- dijo la castaña.-
-¡Vamos, Mimi!- protesto Tachi.- La noche es joven.
-Lo se, pero aun no me dan la credencial de la universidad, así que tengo que llegar antes de media noche.-
El moreno dejo salir un suspiro, pues su deber de mejor amigo de la castaña lo obligaba a acompañarla, ya que el era todo un caballero, además de que no quería que le pasara algo malo. Sin embargo también quería quedarse en su casa y pasar mas tiempo con su novia, la cual había estado los últimos días muy ocupada ayudando a su mamá con la florería.
-No te preocupes, yo la acompaño.- se ofreció Yamato.-
Mimi se limito a dedicarle una linda sonrisa al rubio en forma de agradecimiento, la cual el correspondió.
-Nos vemos mañana chicos.- se despidió dándoles un abrazo.-
El rubio y la castaña se encontraban caminando por las tranquilas calles, ninguno decía nada, sin embargo el silencio no era para nada incomodo.
Mimi estaba feliz de haber regresado a Japón por lo cual dejo salir un suspiro seguido de una sonrisa risueña.
-¿Y eso?- preguntó Yamato con una media sonrisa.-
-Nada,- contesto sin dejar de sonreír.- solo que de verdad extrañaba mucho Japón.
-Yo pensaba que estabas cumpliendo tu sueño americano.
Mimi soltó una carcajada algo cansada.
-Admito de Nueva York es lindo, pero no era para mi.- confeso de manera casual.-Además, ahora ya estoy con ustedes, quiero decir, puedo ir de compras con las chicas, ir a los partidos de Tachi y claro esta, por fin asistir a uno de tus conciertos y corear cada una de las canciones.
Yamato le volvió a sonreír, pues tiempo después de que Mimi se fuera a Estados Unidos, su banda empezó a volverse famosa, al punto en que empezaron a dar conciertos generosamente grandes. Y aunque la castaña no había asistido a ninguno hasta ahora, siempre estaba al pendiente de todo lo nuevo de Knife of Day.
-En cuanto tengamos algún concierto serás la primera en saberlo.- comento con sinceridad.-
-No esperaba menos, pues recuerda que soy su fan numero uno.
-Es verdad.- soltó una risotada.- Solo trata de evitar decir eso cuando estés cerca de Jun.
Los dos empezaron a reír al recordar la hermana de mayor de Daisuke, pues Yamato le había contado lo loca que podía llegar a ser.
Sin darse cuenta ya habían llegado a las residencias de la universidad. El camino se les hizo bastante corto por la charla tan amena que tuvieron.
-Muchas gracias por acompañarme.- dijo con una sonrisa sincera.-
-No hay de que, además me la pase muy bien.-contesto con una media sonrisa.-
-Nos vemos mañana.
-Adiós.
Se despidió para así darse la vuelta y empezar a caminar mientras colocaba sus manos en los bolsillos de su chaqueta.
-¡Matt, espera!
Se detuvo al escuchar el nombre que Mimi le había puesto cuando vivía en Estados Unidos. Volteo y vio como la castaña caminaba rápidamente hacia el.
-¿Qué pasa Mimi?
-Quería saber si aun tocas la armónica.
Yamato frunció un poco el seño, pues le tomo por sorpresa las palabras de Mimi.
-Claro, pero lo hago mas para mi.
-¡Genial!- grito emocionada.- Espérame un momento por favor, prometo no tardar.
Dicho eso empezó a correr hacia el edificio dejando a un rubio muy confundido, sin embargo hizo caso y la espero.
Minutos después pudo ver como Mimi regresaba corriendo.
-Gracias por esperar, toma.- dijo extendiéndole una pequeña caja azul.
Yamato se sorprendió porque sabía a la perfección que era esa caja. Era el estuche característico de una Blues Harp MS.
-Mimi, no debiste.- dijo aun asombrado y un poco apenado.-
-Se que le darás un buen uso.- dijo tranquila.- Mi papá me la regalo hace unos años, sin embargo nunca pude lograr que sonara bien por mas que lo intente.- explico.- Me daba mucha pena que estuviera guardada y por eso te la quiero regalar.
-Muchas gracias.
Abrió el estuche para sacar la armónica. Estaba muy bien cuidada, pero sus ojos se enfocaron en un pequeño grabado que esta tenía.
Mimi dirigió su vista a lo que el rubio veía con detenimiento.
-Oh.- soltó inconscientemente.- Si quieres puedo buscar un lugar en donde se lo quiten.
Comento al ver como estaban grabadas las iniciales M.T. en manuscrito. Estiro su mano con intención de quitarle el instrumento al rubio, sin embargo este la sujeto con mas fuerza apartándola del alcance de la castaña.
-No.- dijo un poco mas fuerte de lo que hubiera querido.- Ese grabado la hace especial.
Esas palabras hicieron que las mejillas de Mimi tomaran un color rosado, el cual se intensifico al momento de que subió la vista y noto que Yamato también la estaba viendo sonrojado.
Caramelos y azules se veían fijamente, y aunque solo fueron unos segundos para los dos se les había hecho eterno.
-Creo que es mejor que me vaya.
Mimi únicamente se limito a asentir aun sonrojada, por lo que Yamato igualmente sonrojado dio media vuelta y empezar a caminar, no sin antes susurrar un ultimo "Gracias".
La castaña se quedo ahí hasta que su amigo desapareció de su visión. Espero unos cuantos minutos mas para así dirigirse a su habitación.
Abrió la puerta, encendió la luz, se quito su suéter y entró al baño para encontrarse con la sorpresa de que aun seguía ese color rosado en sus mejillas.
Cuando Yamato entro a su departamento pudo visualizar a Taichi y a Sora abrazados en el sillón viendo una película.
Fue directamente a su cuarto, no sin antes decirle a sus amigos que Mimi había llegado salva y sana.
Se sentó en su cama y de su bolsillo saco la armónica para volver a admirarla. Tal vez no era la mejor del mundo, sin embargo la sentía como si fuera un preciado tesoro. La saco de su estuche para colocársela en los labios.
La pareja que estaba en la sala decidió bajar el volumen de la televisión para así disfrutar el sonido de Run with the wind que salía del cuarto de su amigo.
A la mañana siguiente, Mimi se preparaba para salir, pues había quedado con Sora en que iban a ir a desayunar juntas para así ponerse al corriente de todo lo que había pasado mientras la castaña vivía en America.
Llego a la pequeña cafetería que se encontraba a un par de cuadras descubriendo que la pelirroja ya la estaba esperando.
-Hola Mimi, buenos días.- saludo con una linda sonrisa.-
-Buenos días Sora.- contesto de la misma manera mientras se sentaba.-
Las dos amigas ordenaron para así empezar con lo importante que era ponerse al corriente de todo lo que habían hecho durante este tiempo.
-¿Y bien Mimi, como fue que decidiste regresar a Japón tan repentinamente?- pregunto para después darle un sorbo a su té.-
-En realidad no fue tan difícil tomar la decisión.- explico.- Mi padre todo el tiempo se la pasa de viaje y últimamente a decidido llevarse a mi madre con el, por lo tanto casi no los veo .-hizo una pausa para darle un bocado a su desayuno y después continuar.- Tampoco tengo mucho amigos con los cuales pasar el rato, solo estaba Michel y como te había contado antes por correo, le dieron una beca para irse a estudiar a España, por lo tanto me quedé completamente sola.
-Ya veo.- dijo analizando todo lo dicho por su amiga.- Y me alegra mucho que decidiste regresar, pues aunque todos tenemos nuestros propios asuntos respecto a la universidad y varias cosas mas, siempre buscamos tiempo para estar juntos.
-Me encanta que aunque pase el tiempo, sigamos siendo tan unidos- confeso felizmente.- Por cierto, veo que lo tuyo con Taichi cada vez va mas enserio, ¿no es así?
A Sora se le dibujo una sonrisa de oreja a oreja, la cual no oculto para nada.
-Así es, quien iba a pensar que terminaríamos juntos y sobre todo que ya llevemos cuatro años.
La castaña al escuchar eso volteo a ver a su amiga como si hubiera dicho algo bastante tonto.
-¿Es enserio Sora?- pregunto sin dejar de mirarla.- Desde el momento que los conocí supe que eran perfectos el uno para el otro.- la pelirroja sonrío.- Es mas, te apuesto que no soy la única que lo sabía.
Las dos chicas empezaron a reír.
-¿Y tu Mimi, seguiste con el chico que nos habías contado?
Los ojos de la castaña se oscurecieron, sin embargo lo oculto con una sonrisa despreocupada.
-Quisimos intentarlo, sin embargo no funciono.- trato de ser lo mas breve posible sin escucharse grosera.-
-Pues el se lo pierde.- dijo la pelirroja de manera divertida.- El chico que conquiste tu corazón será el hombre mas afortunado del mundo.
-Gracias Sora.- soltó una risa cansada.- Ya lo veremos.
Siguieron platicando de todo y nada mientras terminaban su desayuno. Mimi se entero de varias cosas como que Joe empezaba a salir con alguien, sin embargo les pidió a todos ser muy discretos pues nada era seguro aún.
Las amigas quedaron de acuerdo en que cada una regresaría a su casa para terminar con sus respectivos deberes y ya después Mimi iría a casa de Sora para que las dos se arreglaran juntas y así los chicos pasaran por ellas.
Al llegar a su habitación, la castaña reviso su correo viento que tenia un aviso de que ya podía pasar por su credencial. Se emociono con esa noticia pues eso quería decir que ya podía entrar y salir del campus a la hora que fuera.
Bajo rápidamente a la oficina y después de llenas unos papeles y sonreír para la foto tuvo su credencial activada.
Mientras caminaba de regreso a su habitación pensaba en que aun faltaba un poco para irse a casa de Sora, por lo cual podría escoger con tranquilidad su ropa y accesorios, también tendría tiempo de mandarle un correo a sus padres y a Michel.
Siguió caminando hasta que se dio cuenta de que estaba en el mismo lugar en donde se despidió de Yamato la noche anterior. Una sonrisa burlona se dibujo en su rostro al recordar el sonrojo de ambos.
Después de haber tomado un baño, envío los correros y se dedico a guardar en una pequeña maleta su ropa, maquillaje y accesorios. Hoy era el día en que festejaría su regreso a Japón y tenía que verse simplemente perfecta.
Al llegar a casa de Sora y después de saludar a su mamá, las dos amigas se dirigieron a la habitación de la pelirroja para así poner música y empezar a arreglarse.
-Me rindo, no se que ponerme.- soltó cansada la pelirroja.-
Sin decir nada, la castaña se dirigió al armario de su amiga y después de unos minutos le lanzo un conjunto guiñándole el ojo.
-Esto se te vera increíble.
Sora sonrió al ver los pantalones negros de tela brillosa , el crop top holgado color jade y unos zapatos negros de tacón.
-¡Muchas gracias Mimi!- corrió a abrazarla- Esto es simplemente perfecto.
Las dos chicas se terminaron de vestir para después empezar a peinarse y maquillarse.
Yamato y Taichi habían llegado hace diez minutos y realmente no les había sorprendido el tener que esperarlas, pues aunque con Sora siempre estaban a tiempo, sabían que con Mimi era un caso especial.
Antes de que el rubio pudiera prender un cigarrillo escucharon como la puerta de entrada se abría dejando ver a las dos chicas.
Taichi no podía dejar de ver a su novia, pues aunque el ya sabia que Sora era hermosa, en ese momento la pelirroja estaba en otro nivel.
-Te vez hermosa.- le susurro para después darle un beso.- Las dos están espectaculares, ¿o no Yamato?
El rubio seguía sorprendido al ver a la castaña, la cual se veía simplemente preciosa. Mimi llevaba puesto un crop top negro que resaltaba su busto y una falda alta, holgada que llegaba arriba de sus rodillas de color coral la cual dejaba ver sus largas piernas, todo esto acompañado de unos botines de tacón negro. Su maquillaje era muy tenue pero resaltaba sus grander ojos color miel.
-Por supuesto.- aclaro su garganta.- Las dos se ven muy bien.
Sin mas que decir, ayudaron a las chicas a subir al auto de Taichi dejándolas en el asiento trasero. En el transcurso del camino el moreno empezó a reclamarle en forma de broma a su amiga de porque se habían tardado a lo que esta respondió que tenia que agradecerle pues gracias a ella su novia se veía mas linda aun dejándolo callado.
Al llegar al club, dejaron el auto en el estacionamiento y los cuatro amigos salieron para dirigirse a la fila en donde ya se encontraban Koushiro y Joe, sin embargo no iban solos.
-Chicos,- hablo el mayor algo sonrojado.- quiero presentarles a Meiko, mi novia.
-Mucho gusto.- dijo la peli negra a lo que los demás le sonrieron.-
-¡Oh por Dios Joe, es tan linda!- grito Mimi muy emocionada.-
La reacción de la castaña hizo que la nueva pareja se sonrojara a mas no poder, pues los dos eran bastante tímidos.
-Vamos princesa, deja a los tórtolos y mejor empecemos a caminar que ya abrieron las puertas.
Al escuchar como la llamaba el moreno, Mimi sintió una punzada en el corazón, pues desde hace mucho tiempo no le gustaba que la llamaran así.
-Si claro, avancemos.- dijo tomando del brazo a Koushiro para empezar a caminar.- De una vez te advierto que tendrás que bailar conmigo.
Todos rieron al ver como la cara de Koushiro empezaba a combinar con su cabello, todos menos un rubio que noto como la expresión de la castaña había cambiado por unos cuantos segundos al momento en que su amigo la llamo por el sobrenombre que le había puesto desde hace varios años.
Al entrar rápidamente buscaron un lugar en donde pudieran estar todos juntos, pasaron algunos minutos hasta que lo encontraron.
-¡Chicos, la primera ronda va por mi cuenta, pues es la primera vez que estamos juntos desde hace un buen tiempo!- dijo la castaña muy feliz.-
El moreno fue el mas emocionado al escuchar las palabras de su amiga, por lo cual le hablo a un mesero para que les llevara una ronda de shots.
Después de los primeros tragos Mimi y Sora prácticamente corrieron a la pista de baile llevando con ellas a Meiko
Las horas pasabas y el grupo de amigos seguía divirtiéndose, tomando y bailando. Tal vez no había platicado mucho pero sabían que ese no era el lugar ni el momento, para eso habría mas días.
Meiko se había retirado de la pista para estar con su novio, dejando solas a Mimi y Sora.
-¡Este lugar es increíble, tenemos que regresar otro día!- gritaba eufórica la castaña.-
-¡Por supuesto, te extrañaba mucho Mimi!
Dicho eso las dos amigas se abrazaron mientras seguían riendo y bailando, hasta que la pelirroja sintió como unas manos rodeaban su cintura. Al voltear se dio cuanta de que era Taichi, el cual empezó a bailar con ella.
Mimi se dio cuenta que estaba de mas por lo cual se retiro de la pista, pero antes de llegar con sus amigos decidió ir a la barra por una bebida.
-Una margarita por favor.- tomo asiento mientras esperaba su trago.-
-Al parecer te las estas pasando muy bien.
La castaña volteo hacia la persona que había hablado encontrándose con un chico de cabello negro, ojos azules y una sonrisa encantadora.
-Así es.- contesto sonriéndole.- Estoy celebrando el haber regresado a Japón y haberme reencontrado con mis amigos.
-Me alegra escuchar eso, por cierto, me llamo Hiromi Nakamura.
-Mimi Tachikawa.
-Pues, bienvenida de nuevo Mimi.- dijo mientras alzaba su vaso, a lo que la castaña respondió de la misma manera.-
Los dos jóvenes habían congeniado muy bien pues la platica que tenían se tornaba de manera bastante natural.
-¿Qué te parece si bailamos?- pregunto Hiromi ofreciéndole su mano.-
Pero antes de que la castaña pudiera siquiera tocarlo, sintió una mano en su hombro.
-¿Te están molestando princesa?- pregunto un Taichi bastante serio.-
De nuevo ese sobrenombre.
Mimi respiro hondo antes de voltear a ver a su amigo.
-No Taichi, todo esta perfecto.- contesto seria.-
-Lo siento amigo, pero ella vino con nosotros y la estamos esperando.
Hiromi volteo a ver a la castaña para después dedicarle una sonrisa y guiñarle un ojo.
-Fue un gusto conocerte Mimi.- dicho eso, dio media vuelta y se fue.-
Cuando el chico desapareció de su vista, rápidamente volteo a ver a su amigo bastante enojada.
-¡¿Se puede saber que fue eso?!
-Vamos Mimi, viniste con nosotros, no era para que te la pasaras con un tipo cualquiera.
-¿Crees que no se eso?- reclamo.- Estuve hablando con el mientras tu estabas bailando con Sora, Joe y Koushiro hablaban con Meiko y su amiga y Yamato salía probablemente a fumar.- la voz de la castaña cada vez se escuchaba mas molesta.- Solo estaba esperando el a que regresaran para volverme a reunir con ustedes.
Mientras seguían discutiendo, o mejor dicho, mientras Mimi seguía reclamándole a su amigo, iban caminando hacia el lugar en donde se encontraban todos, a excepción de las chicas que había ido al tocador.
-Mimi, no te enojes por favor.- pidió poniendo sus manos en el los hombros de la chica.- Eres mi mejor amiga y siempre tratare de protegerte, pues para mi siempre serás esa pequeña princesa de nueve años.
Esas palabras en vez de que la hicieran entender, lograron molestarla aun mas.
-¡Ese es el problema Taichi!- reclamo apartando las manos de su amigo de sus hombros.- ¡Yo no soy una princesa, se me cuidar sola y se perfectamente lo que hago!
Las lagrimas amenazaban con salir en cualquier momento, por lo cual dio un pisotón en el suelo con impotencia y rápidamente tomo su bolso para salir de ahí dejando a todos bastante sorprendidos.
-¡Mimi, espera!- grito el moreno con intención de ir tras su amiga, pero una mano lo detuvo.-
-Mejor déjala, en este momento no te va a querer escuchar.- explico el rubio bastante tranquilo.-
-No puedo dejas que se vaya sola.
-No te preocupes, yo iré, además no quiero estar aquí cuando el volcán Takenouchi explote al saber el porqué Mimi se fue.
Un escalofrío recorrió la espalda del moreno, pues no sabía como le iba a explicar a su novia que su mejor amiga se había ido por su culpa.
Mimi estaba sumamente molesta, pero su enojo no era hacia Taichi, estaba enojada con ella misma por haber sido tan ciega durante tantos años. Sabía que el moreno no tenia la culpa de nada y sin embargo se había desquitado con el, que solamente se preocupaba por ella. Tenia que pedirle una disculpa pero seria mejor que lo hiciera en la mañana, cuando ya estuviera mas tranquila.
Cuando salio del club, rápidamente el aire golpeo su cara haciendo que todo el alcohol que había bebido se le subiera a la cabeza haciendo que se mareara. Camino con mucho cuidado hasta llegar a una banca, pues quería esperar un poco antes de seguir su camino, por lo cual saco de su bolso una cajetilla y su encendedor.
Daba caladas bastante largas y se tomaba su tiempo antes de exhalar el humo, así siguió hasta que sintió como alguien se sentaba junto a ella. Volteo discretamente para darse cuanta que su acompañante era Yamato Ishida, el cual se veía bastante sereno mirando hacia enfrente. No dijo nada y después de otras dos caladas volvió a mirar a su amigo el cual ahora miraba fijamente su mano, la cual sostenía el cigarrillo.
-No estoy de humor para un sermón sobre lo mal que me veo fumando.- soltó cansada.-
-No pienso darte un sermón.- explico viéndola ahora a los ojos.- Solo que esa marca de cigarrillos no la había visto antes.
La castaña fijo su mirada hacia el cigarrillo y se sintió un poco tonta por como había reaccionado.
-Son americanos, la marca es nueva, tal vez por eso no la habías visto antes.- saco de nuevo su cajetilla para ofrecerle uno al rubio.-
Yamato lo acepto sin pensarlo dos veces y antes de que Mimi le pasara su encendedor, este saco el suyo de su bolsillo.
-Son bastante suaves.- dijo después de exhalar el humo.- Por un momento pensé que iban a ser mentolados, o de algún sabor extravagante.
La castaña solamente sonrío ante el comentario del rubio para después tirar al suelo la colilla y pisarla.
-¿Me comporte como una chiquilla malcriada, verdad?
Yamato volteo a verla para darse cuenta de que veía el suelo bastante apenada.
-Para nada, todos tenemos derecho a enojarnos, y pude ver que de verdad te afecta el echo de que te llamara princesa.
-Aun así no tenia porque haberme desquitado con Taichi.- su voz se escuchaba cada vez mas arrepentida.-
-Conociéndolo ya lo habrá superado.- trato de animarla.- Aunque todos nos quedamos bastante confundidos.
Mimi soltó un suspiro para después voltear a ver a su amigo.
-¿Sabes? Necesito desahogarme, así que todo esto se lo atribuiré al alcohol.
Yamato se acomodo en su lugar, pues sabia que lo que estaba apunto de escuchar sería bastante serio, pues pocas veces había visto a Mimi tan afectada con algo como ahora.
-Por mucho tiempo de verdad creí que mi vida era perfecta, como la de una princesa.- una sonrisa triste se dibujo en su rostro.- Mis padres eran la pareja perfecta y se desvivían por mi. Era bastante popular en la escuela y obviamente tenia un grupo de amigos que valían su peso en oro. Pero… todo eso cambio cuando me fui a America.
El rubio se sorprendió con las ultimas palabras de su amiga, pues ella siempre les contaba maravillas de Nueva York.
-Cuando llegue me costo mucho adaptarme al idioma, por lo cual sufrí bastantes burlas por parte de mis compañeros de clase, pues al parecer mi acento era bastante gracioso. También me di cuenta que ya no era Mimi Tachikawa, la niña linda de la escuela, ahora simplemente era la niña japonesa, la cual no sobresalía pues habían aproximadamente otras setenta alumnas asiáticas. Eso golpeo bastante mi orgullo.- trato de sonar graciosa pero no funciono.-
Yamato no dijo nada, pues sabia que Mimi algún día tenía que pasar por eso y hasta cierto punto lo agradeció, pues la ayudo bastante a que la verdadera Mimi Tachikawa saliera a la luz, aunque tal vez no fue de la mejor manera, pues en ese momento se encontraba totalmente sola. Si pudiera cambiar las cosas, hubiera querido estar con ella en esos momentos. Aunque también se dio cuenta que eso no era lo que realmente la había afectado tanto por lo cual la alentó a continuar.
-Aunque sea difícil de creer, me adapte rápido a ya no ser el centro del universo y eso ayudo a que mi desempeño académico mejorara y cuando creí que ya todo iba a esta bien, empezaron los problemas en mi casa.- esta vez su voz se escuchaba mas triste que al principio.- Resulta que a la empresa en donde trabajaba mi papá le empezó a ir bástame mal, por lo cual llegaba a la casa bastante estresado y eso causo que el y mi mamá empezaran a discutir muy seguido.
El rubio asintió pues es sabia a la perfección como se sentía.
-Ahí fue cuando la realidad me golpeo de nuevo, pues me di cuanta de que ninguna pareja era perfecta, así como en los cuentos de hadas y se volvió mas real cuando empezaron a dormir en cuartos separados y mas de una vez la palabra divorcio salio de sus bocas.
Sentía un hueco en el corazón cada que recordaba eso, pues su hogar siempre fue un consuelo cuando llegaba desanimada de la escuela, pero todo eso de desvaneció cuando al entra a su casa el ambiente tan tenso la envolvía.
-Fue en esa época cuando entre a la universidad, trataba de aclarar mi mente pero por mas que lo intentaba no podía. Hasta que lo conocí.
-¿A Michael?- pregunto al recordar al chico con el cual Mimi conecto excelentemente es su estadía en America.-
-No.- contesto rápidamente.- Conocí a un chico llamado Nick.
-Creo recordar a Sora hablar alguna vez de un chico con el que empezabas a salir, ¿era el?- pregunto, a lo que la castaña solo asintió.
-El y yo teníamos una clase en común y eso fue suficiente para empezarnos a tratar. Debo decir que el me inspiraba mucha confianza por lo cual le empecé a platicar por lo que estaba pasando en ese tiempo y lo mejor de todo es que el siempre hacia todo lo posible para animarme. Y aunque también tenía a Michael, debo confesar que no era lo mismo.
-Me alegra que encontraras a alguien que te apoyara.
Mimi simplemente negó con la cabeza.
-Con el tiempo empezamos a salir hasta que lo hicimos formal, creí que eso era lo que me hacía falta para tener un poco de equilibrio en mi vida, pero de nuevo me equivoque.- limpio una lagrima que se le había escapado.- No se en que momento me volví muy dependiente a el, de lo cual empezó a tomar ventaja, pues mas de una vez descubrí que me estaba engañando. Yo le reclamaba a lo cual el me empezó a chantajear de manera emocional diciéndome que si lo dejaba nadie mas me iba a querer y cosas por el estilo.
Al escuchar eso, los ojos de Yamato se oscurecieron y sus manos formaron un puño.
-De tantas veces que me lo dijo me lo creí, por lo cual seguí en esa relación tan toxica por aproximadamente un año y medio. El abuso emocional continuo hasta que en un punto se volvió físico.
Para este punto el rubio estaba mas que enojado, tenia ganas de matar a alguien, o mejor dicho, a ese tal Nick, pues mientras la castaña le contaba todo eso, las lagrimas no paraban. Parecía que en cualquier momento se rompería, por lo cual tomo su mano en forma de apoyo.
-Michael ya tenía sospechas que algo malo estaba pasando, sin embargo sus sospechas fueron confirmadas cuando un día presencio como Nick me daba una bofetada. Obviamente se le fue encima dándole una gran paliza de la cual como era de esperarse no salio ileso.- confeso bastante apenada al recordar como había quedado su amigo.- Y desde ese día Michael se encargo de protegerme, haciéndome entrar en razón de que yo no valía mucho mas que eso.
-Vaya, recuérdame que la próxima vez que lo vea agradecerlo por todo eso.
Mimi sonrió.
-Lo se, es un gran amigo.- soltó un suspiro.- Poco a poco empecé a superar todo eso aunque claro Nick me siguió buscando pero gracias a Michael tomaba valor para alejarlo de mi. Así siguió todo hasta hace poco que recibió la noticia que había sido aceptado en el programa de intercambio por lo cual se iría a España a terminar su carrera. Obviamente me alegre mucho por el pero al mismo tiempo temí que al no tenerlo cerca podría volver a lo mismo.
-Y por eso regresaste a Japón.- afirmo.-
-Así es, para este punto las cosas ya empezaban a mejorar en mi casa, mis papás están trabajando en su relación y esta funcionando pues ahora mi mamá acompaña a mi papá a todos sus viajes.- esta vez la voz de la castaña sonaba mas alegre.- Regresar aquí con las personas que mas quiero me esta ayudando bastante y creí que me haría olvidar todo.
-Y fue entonces que Taichi inconcientemente te lo recordó ¿no?
-Realmente no me importa que me recuerden que antes era una "princesa", el verdadero problema es que ese apodo no me gusta, pues así era como Nick me llamaba cada que se disculpaba por cualquier cosa que me hacía.
Así fue como Mimi había terminado de contar su historia, sin embargo su acompañante había quedado completamente mudo. Yamato se había quedado con la mirada perdida, sin embargo su mano nunca dejo la de Mimi.
-¿Matt?
El rubio trataba de procesar todo lo que su amiga había dicho, de verdad paso por mucho estando sola. Sintió un vacío en su corazón, pues el había sido elegido para portar el emblema de la amistad, y por varios años pensó que había hecho un buen trabajo con todos sus amigos, pero ¿entonces porqué nunca se dio cuenta que Mimi lo necesito por tanto tiempo? Era verdad que ella no había dicho nada de esto hasta ahora, pero aún así el debió preocuparse mas, tal vez haberle escrito mas seguido o hacer video llamadas, lo que fuera.
Tal vez no pudo ayudar a Mimi en el pasado, pero ahora ella había regresado para no irse de nuevo. Estaba muy orgulloso de que poco a poco empezara a superar todo lo ocurrido, sin embargo el se encargaría de que no volviera a pasar un mal rato de nuevo.
La chica movía su mando de un lado a otro frente a la cara de su amigo para así llamar su atención, pero no daba resultado. Soltó un suspiro, pues se había rendido, no lograba captar la atención del rubio.
Al no saber que mas hacer, decidió darle su tiempo, por lo cual busco en su bolso sus cigarrillos, pero antes que pudiera siquiera colocarlo en su boca, sintió como la mano del rubio apretó mas la suya para después jalarla y terminar entre sus brazos.
Su cara había quedado acomodada en el pecho de su amigo y podía sentir como su corazón latía bastante rápido. Aun no entendía bien que estaba pasando, sin embargo se sentía muy bien por lo cual cerro sus ojos y siguió disfrutando del abrazo.
Hola! por fin regrese con una historia nueva, la verdad es que me anime a subirla ahorita sabiendo que no voy ni a la mitad, pero pues realmente ya tenía muchas ganas de publicarla, pues la historia tiene bastante tiempo rondando en mi cabeza jajaja espero que les guste este primer capitulo y como siempre espero sus bellos reviews 3
