FEM GINTAMA

El despertador en forma de Justaway le indicó a Sakata Gintoki que era hora de levantarse, el samurai se levantó con pereza y se dirigió al baño para darse una ducha y de paso quitarse el olor a sake de la noche anterior.

Gin-san entró al baño medio dormido, se quito la ropa y se metió a la bañera con los ojos casi cerrados por el sueño

-ahhhh… me duele la espalda- pensó para sus adentros. Miro al techo que apenas se distinguía por el vapor del agua caliente y después bajó la mirada pero se topó con algo anormal que sobresalía de su pecho. Se quedó mirando el par de protuberancias que flotaban en el agua tibia, después sin perder la calma bajo aun más la vista hacia donde se suponía tenía que estar su pene… pero no encontró nada. Gin-san salió de la tina y se miró al espejo encontrando en el reflejo el rostro de una mujer de ojos rojos que parecían pertenecer a un pez muerto y cabello largo y plateado con unos risos que caían elegantemente sobre sus hombros. Gintoki miró la imagen que el espejo le estaba mostrando, toco su cara y vio que la mujer del espejo hacia lo mismo, también toco su cabello dándose cuenta de que lo tenía más largo de lo normal, igual que la chica en su reflejo, después con temor acerco sus manos a su pecho… y si… su pesadilla se había hecho realidad en vez de sus pectorales pudo sentir un par de senos…

-¡AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!- gritó el samurai esperando por lo menos escuchar su profunda y varonil voz, pero en cambio un grito agudo salió de su garganta, Gin-san se tapó de inmediato la boca, tomo una toalla se la enredo en la cintura y salió a buscar a Kagura para que lo despertara de ese mal sueño

-¡Kagura, despierta, pronto!- gritaba el samurai con aquella extraña voz femenina que no le agradaba para nada y sintiendo sus nuevos pechos moverse incómodamente.

Pronto pudo ver una cabellera pelirroja asomarse por la puerta del armario… pero aquella no era Kagura, se trataba de un muchacho de piel pálida, cabello rojo y corto de ojos azules que traía puesta la pijama de la Yato y que le quedaba muy apretada.

-que pasa Gin-chan- dijo el tipo ese con voz muy masculina, el chico pareció sorprenderse por un momento y volvió a hablar –Gin-chan, mi voz esta rara- dijo de nuevo

-¿Kagura?- preguntó Gintoki olvidándose de su situación por un momento y viendo al chico frente a él (o ella) que se miraba a sí mismo con extrañeza

El pelirrojo saltó del armario, el pijama le quedaba apretado y muy chico.

-Gin-chan, mis hombros son muy anchos y algo me estorba entre las piernas- se quejaba hasta que fijo su vista en la mujer que tenía frente a ella (o él)

-Gin-chan… tienes pechos- dijo agarrando uno de los senos que Gintoki traía al descubierto

-¡ya me di cuenta de eso! Y deja de tocarme- le gritó dándole un manotazo

-deberías taparte, ¿Qué acaso no tienes vergüenza?- le regaño el pelirrojo quitándose la parte de arriba de su pijama dejando ver un bien formado abdomen aun para su corta edad. Le puso la prenda a la peli plateada que frunció el ceño

-¿Qué diablos te pasa? ¿Cómo puedes estar tan tranquila? Tu eres hombre y yo soy mujer, eso no es normal, ¿dónde está mi pene? lo quiero de vuelta, ya van varias veces que me lo quitan que acaso es divertido quitarle el pene a Gin-san que acaso dicen: "oh estamos aburridos secuestremos la parte más importante del protagonista" están locos, ¿acaso están enfermos? Oh Dios mío, mátame, ¡mátame y acaba con este sufrimiento! ¿Ahora qué? ¿Gintama se convertirá en un anime shoujo?- gritaba y lloriqueaba el samurai

-wow, lo tengo muy grande- le interrumpió de repente la nueva voz de Kagura que estaba mirando dentro de sus pantalones-

-deja de andar revisándote- le gritó Gin-san dándole con el puño en la cabeza –tenemos que saber que fue lo que nos pasó, no pienso vivir como una mujer- decía enojado

-pero Gin-chan eres una chica muy guapa, y mira tienes los pechos más grandes que yo- dijo abriéndole la pijama

-¿y eso qué? Quiero regresar a la normalidad quiero ser hombre de nuevo- decía zarandeando a Kagura mientras intentaba evitar que las lagrimas le salieran de los ojos –diablos, ¿Por qué las mujeres tienen que ser tan sensibles? No puedo… dejar… de llorar- decía limpiándose las lagrimas que se le escurrían de los ojos -¿Por qué me pongo a llorar? Tontas hormonas de niña- gritaba sin poder detener su llanto.

-Gin-san, Kagura-chan, ¿están bien?- gritó de repente una voz chillona que venía de la entrada. Pronto una chica castaña de lentes y que iba de dos trenzas entró a la casa, vestía el kimono rosa que Otae solía usar

-¿Shimpachi?- preguntaron Gin-san y Kagura al unísono

La chica asintió con la cabeza –entonces veo que a ustedes también les paso lo mismo- dijo suspirando con frustración

-Pachie, ¿Qué pasa porque nos han robado nuestra hombría?- dijo Gin-san ahora zarandeando al adolescente, el cual se acomodo los lentes antes de explicar la situación

-al parecer un extraño virus se ha propagado por todo Edo y está cambiando de sexo a las personas, el gobierno aun no encuentra una cura… - dijo Shimpachi intentando mantener la calma.

Gintoki se enfureció aun más con la respuesta del chico… bueno… de la chica.

-esos bastardos, ¿Qué diablos hacen con nuestros impuestos si ni siquiera pueden encontrar una solución a este problema?, vamos a tener que ir a hablar con ellos y obligarlos e encontrar una cura- decía con un tono sombrío el samurái dirigiéndose a la puerta

-primero deberías vestirte…- le dijo Shimpachi

-pero nuestras ropas no nos van a quedar- dijo Kagura, Shimpachi suspiro una vez más.

Al final Kagura termino usando algunas prendas de Gin-san como sus pantalones y su camisa negra, mientras que Gintoki se puso su kimono y su cinturón tuvo que ajustarlo aun mas para que pudiera ceñírsele bien en la cintura, le pidió prestados unos zapatos a Kagura ya que sus botas le quedaban grandes y Kagura usó las botas de Gin.

-muy bien… esos malditos policías nos van a regresar a la normalidad de la manera que sea- tomó su espada de madera y junto con sus otros dos amigos salieron a la calle, camino al cuartel del Shinsengumi.

La ciudad estaba hecha todo un caos chicas usando ropa de hombre y hombres usando ropas de chicas, todos estaban desesperados inspeccionando sus cuerpos y entrando en pánico.

Por fin llegaron a su destino, entraron derribando la puerta, todos los miembros que antes eran hombres ahora eran todas mujeres que estaban comparando sus medidas entre ellas. Pero había una que captaba la atención más que las demás…

Una mujer de cabello negro que le llegaba hasta la cintura y lacio, parecía enojada pero aun así eso la hacía aun más hermosa.

-¿no me digas que eres Toshi-kun?- dijo con voz burlona Gintoki, la pelinegra se volteó, de cerca era aun más guapa, sus ojos afilados azules parecían enojados además de que traía un cigarro entre los labios. Mirándola bien también tenía pechos grandes y una cintura muy pequeña terminando con unas caderas de buen tamaño, aunque su uniforme fuera de hombre aun se podía apreciar sus curvas.

-no me digas Toshi-kun imbécil, soy Hijikata- le reclamó la joven con una voz que demandaba respeto pero que aun así era agradable al oído.

-oye… ¿Por qué estas más buena que yo?- le reclamo Gintoki señalando los pechos del vice-capitán

-¿Qué dices?- pregunto la morena enfadada

-¿Qué porque estas mas buena que yo? Además tu cabello es lacio y muy bonito, ¡¿Por qué eres más guapa que yo? Está bien que sea mujer pero sigo siendo el protagonista, ¿Por qué tienes los pechos tan grandes? No es justo- y al decir esto Gintoki se puso a apretar los senos de Hijikata el cual no puedo evitar soltar un gritito de niña

-suéltame, maldito pervertido- decía con un intenso sonrojo en su cara intentando separarse de la peliplateada que no la dejaba en paz

-vaya, parece ser que a ustedes también les afectó todo esto…- dijo otra voz una voz de mujer muy suave, todos voltearon a ver

-¿Qué tu no habías muerto?- le preguntó de repente Gin-san a una chica que era idéntica a Mitsuba, la hermana de Okita, tenían el mismo cabello rubio y los mismos ojos rojos, también traían el cabello corto y agarrado en una coleta y sobre la cabeza traía un extraño antifaz rojo para dormir

-soy Sougo- dijo la jovencita recargándose en la pared

-Okita-san también es una chica, entonces eso significa que Kondo-san también- dijo Shimpachi pensativo

-ja ja ja, no tienes tetas y aun así eres mujer, que pena- le dijo Kagura burlándose de Okita

-por supuesto que sí, de hecho tengo los pechos más grandes que tú- le dijo Sougo con calma

-obviamente los tienes más grandes porque ahora soy hombre- le reclamo Kagura

-yo me refería a cuando eras mujer- respondió, Kagura le lanzó una mirada retadora

-oye chiquillo, no es bueno meterse con un varón, además ahora como hombre soy más fuerte y más alto- le advirtió el pelirrojo acercándose a Okita que sonrió sádicamente

-¿en serio? Eso quiero verlo- y sin que Kagura se diera cuenta el rubio le dio una patada en la entrepierna, y la ex niña solo atinó a encorvarse

Después de unos segundos de silencio la chica volteó a ver a Gintoki

-Gin-chan… me duele mucho- dijo con la voz entrecortada…

Todos suspiraron al ver que la chiquilla aun no se acostumbraba del todo a su nuevo cuerpo…

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Y POR AHORA ESTE ES EL PRIMER CAPITUO, ESPERO LES HAYA GUSTADO JUJUJU, TAMBIEN LO PUBLIQUE EN INGLES POR SI A ALGUIEN LE INTERESA, JA JA JA.

NOS VEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO… ESPERO…