Gracias a Naite por ser mi BetaReader (lean sus historias, es paso obligado!)

Esto va dedicado a Ilisia Brongar que siempre esta en mis fics nuevos y a quien le prometí que le iba a dedicar el próximo!


Otro amanecer nublado

-¡Harry¿Ya te vas? –preguntó una rubia con pronunciadas curvas mientras con su varita abría las ventanas de la habitación y se veía el amanecer que se anunciaba nublado.

-Si –contestó un Harry de más de un cuarto de siglo mientras se ponía el pantalón y buscaba uno de sus zapatos por debajo de la cama.

-Pero ¿ni siquiera vas a quedarte a desayunar? Puedo preparar tostadas y jugo de calabaza.

-Me tengo que ir… Accio zapatos –un par de bólidos negros llegaron hasta sus manos y se los puso en un instante.

-Por favor, quédate. Charlemos, vamos a conocernos un poco más¿qué te parece?

-Lo siento, ya es muy tarde. Te dije que no soy confiable –dijo sin siquiera mirarla, buscando su camisa entre la ropa interior que se amontonaba en una silla.

-¿Sabes cuál es mi nombre?

Él detuvo la búsqueda y la miró con el ceño fruncido por unos instantes; parecía que se iba a quejar, pero simplemente relajó la cara y, volviendo a la búsqueda, respondió- Te dije que no soy confiable.

-¡¿Es lo único que sabes decir¡¿Acaso no tienes un pequeñísimo corazón o un pedacito de cerebro como para retener el nombre de una persona con la que tuviste sexo toda la noche?!

Harry se volvió hacia ella con los ojos fuera de su cabeza, cansado de escuchar lo mismo cada mañana, siempre proviniendo de la boca de una chica distinta; este era el punto máximo al que podía llegar, no aguantó y estalló.

-¡Cada uno de los pedacitos de mi pequeño y arruinado cerebro se están ocupando todos los días desde esta misma hora a buscar unos objetos que ni siquiera sé si existen y simplemente para que tú y tu perfecta casita rosa se mantengan en pie como la de tantos otros¡Sólo para que cada una de las mujeres con las que me acuesto y el resto del maldito planeta puedan vivir como lo hacían hace diez años¡Pero al parecer soy el único idiota que se acuerda cómo eran las cosas¡Claro¡Eso es porque soy el único idiota que todavía se preocupa por cada una de las muertes diarias y se siente culpable por todas¡Soy el único imbécil que sigue adelante cuando todos sus seres queridos quedaron atrás¡Y todo es por mi culpa! –tomó aire y vio que la chica estaba horrorizada, escondiéndose detrás de las sábanas. La lámpara de noche detrás de ella había explotado y las cortinas se habían caído. Agarró bruscamente la camisa que vio que estaba a los pies de la cama, debajo de una frazada muy limpia y dio media vuelta. Al llegar a la puerta, se volvió al interior de la habitación y apuntó con su varita a las cortinas y la lámpara que volvieron a estar como antes al instante- Y no es que no tenga corazón, es que hace rato no lo lustro.

Y, dando un portazo, se fue a grandes zancadas hasta un armario de escobas que se abrió sólo y su Saeta de Fuego se posicionó delante de él, esperando iniciar otro viaje inútil.


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