Este fic está tambien subido en potterfics, soy la misma autora, estoy en proceso de borrarme la cuenta allí pero no sé cuanto tardaré así que si alguien lo ve por allí tambien, que no se asuste. Elliot


1. Capitulo

Entro en el tubo que me soltará en la arena y espero a que empiece a subir, no puedo contener la expectación, voy a ganar, estoy segura, yo puedo.

Parpadeo para adaptarme a la luz exterior, frente a mi hay un claro rodeado de bosque, las plataformas de los otros tributos están formando un circulo que rodea la cornucopia, mis aliados están bastante distanciados de mi, no es un problema, sé arreglármelas muy bien sola. Localizo una funda con cuchillos justo a la entrada del gran cono dorado y suena por los altavoces la cancioncilla que da paso a la libertad de los tributos en el campo de juego:

"¡Felices juegos del hambre, y que la suerte esté siempre de vuestra parte!"

Todos nos lanzamos a correr, empujo al chico que corre a mi lado, agarro los cuchillos y sale Clove. Agilidad, velocidad y furia en forma de cuchillos que caen sobre los demás tributos sin darles la más mínima oportunidad de defenderse. Me gusta. Corro tras una chica de pelo castaño, no sé quien es, no me importa, dentro de unos minutos solo será una muerta más sobre la hierba pero alza su mochila a tiempo de salvarse del golpe mortal de mi cuchillo y huye sin mirar atrás, vuelvo la vista hacia la cornucopia, Marvel está acabando con él último chico que queda por la zona y los demás están empezando a repartirse las armas.

-Cualquier tipo de cuchillo es mío- Aclaro nada más llegar mientras lanzo una de mis mejores miradas fulminantes.

-Eso ya lo veremos entre todos- Reconozco la voz de Cato a pesar de que ya me había dado la vuelta para marcharme.

Al parecer le resulta irresistible tocarme las narices, desde el momento en que subimos al tren hasta ahora no ha parado de llevarme la contraria. Decido que le haré morir de un modo lento y me voy a rebuscar entre los materiales.

- Más tarde -

Me recuesto al lado de Marvel, espero que Cato no se empeñe en que durmamos todos juntos para guardar el calor, la situación de estar entre Marvel y Cato es algo que a Glimmer no le desagradaría sin embargo a mi me parece agobiante. Seguramente Cato se da cuenta porque decide tumbarse y pegarse a mi, me revuelvo incomoda pero el solo se acerca más a mi y susurra con su voz grave:

-Duérmete, la siguiente guardia te toca a ti- Me quedo quieta mientras lo dice, tiene una voz muy varonil y me provoca una sensación que prefiero intentar olvidar que existe, en mi distrito estaría mal visto que un tributo te provocara algo que no fuera odio o asco.

Soporto los ronquidos de Marvel hasta que me levanto para relevar a Glimmer, ella enseguida se tira a los brazos de Cato que la coge de un modo muy diferente al que a utilizado conmigo y me siento cabreada, supongo que es el desagrado natural al tener cerca a alguien que es capaz de tirar parte de su honor como tributo tirándose a los brazos de Cato como si no supiera defenderse sola, la hace parecer débil y es despreciable. Mejor dejar de mirarlos pero al parecer encuentran algo muy divertido porque oigo sus risas ahogadas mientras intento concentrarme. Me levanto y les grito:

-¡Callaos imbéciles! - Me quedo mirando donde deben estar situados ya que no veo más allá de un par de pasos.

-¿O si no que?- Como no, es él quien sale y se me golpea el hombro con la fuerza justa para hacerme retroceder un par de pasos -¿Nos vas a pegar? -Se gira hacia Glimmer que también ha salido a la entrada del campamento y después me mira con desprecio.

-Tal vez solo eso, si tenéis suerte - Le recrimino de mala ostia

-Tu vigila, reza por salir viva de aquí y deja a los demás que hagamos lo que queramos - Va hacia Glimmer y la besa de un modo que me hace enrojecer hasta la punta del cabello. A mi no me han besado nunca así. Aparto ese absurdo pensamiento rápidamente de mi mente mientras cojo uno de mis cuchillos y lo lanzo, el pelo de Glimmer queda atrapado por mi cuchillo que se clava en la tela de la tienda de campaña (si es que se puede llamar así a lo que hay).

Sorpresa, no he sido consciente de que no estaba dirigiendo mi arma a Cato, es a el a quien debería haber dejado inmovilizado. Ella me mira, se quita el cuchillo y suelta:

-Quédate quietecita, yo no soy como Cato y si me sigues molestando no dudaré en matarte- Se van, el se ríe.

Odio quedarme callada pero aún no es el momento de romper la alianza. Me voy a mi puesto y reflexiono sobre mi comportamiento, me resulta avergonzante reconocer que prefería herirla a ella en vez de a el, yo no tengo motivos para dejar inmovilizada a Glimmer pero si a Cato, es raro.