-Mírame! Por favor mírame!- decía a los gritos él

-…- ella no otorgaba respuesta, y tampoco lo miraba, demasiado dolida se encontraba por haber visto lo que encontró

-Por favor! Mírame! Te lo pido por favor!

-Y para qué quieres que yo te mire?- dijo ella fríamente.- Me vas a decir que esto es un error? Que te equivocaste y que nunca más volverá a pasar?

-Es solo que…- frustrado, no terminó su oración… se jaló el cabello, y poco a poco se acercó a ella.- Lo remendaré, te lo juro…- dijo tratando de convencerla mientras tomaba una copa

-…- el silencio fue la respuesta a su súplica, los minutos pasaban cual horas y pronto su personalidad inquieta le hizo exigir respuesta

-Vamos Hinata! Dame la oportunidad! Tú sabes que la merezco…- dijo confiado, después de todo ella le amaba ¿no?

-No…- de pronto recibió la respuesta, y no era la que esperaba…-Abusas del hecho de que yo te amo, abusas de mis sentimientos, los explotas, los exprimes, los maltratas, los hieres, los pisas y cuando te das cuenta que me vas a perder, simplemente dejas de pisarlos para tratar de remediar la situación.- Naruto escuchaba anonadado, no podía creer que esa dulce chica, que juraba amarlo, de pronto se tornara tan fría para con él.- No más, es suficiente para mí. Te amo, pero no estaré contigo, no confío en ti, me has traicionado. Se acabó.

Dicho esto, se marchó de la oficina de su marido. Si bien era el vicepresidente de las empresas Uzumaki, dependía del trato que se cerrara con las empresas Hyuga para poder expandir su empresa al extranjero. Con esto jamás culminarían el trato.

-Déjala.- le dijo la chica de cabello rosa.- Es solo un mal trato, puedo decirle a mis padres que te otorguen la concesión que buscas si los Hyuga se niegan a darte el contrato.- dijo Sakura, hija de una de las empresas más poderosas de todo Japón.- Pero quédate conmigo…- dijo melosamente mientras se sentaba en las piernas del rubio, él simplemente se dejó hacer…

Todo comenzó en la mañana…

Ese día ellos cumplían su primer año de casados. El compromiso había iniciado más que nada por obligación pues sus padres se habían puesto de acuerdo y los habían comprometido desde su nacimiento. Sin embargo, ella se había enamorado perdidamente de él desde que le conoció: su hiperactividad, su explosividad, su efusividad, entre otras características propias de él la habían cautivado, cosas de las que ella carecía.

A él, ella simplemente se la antojaba como una buena amiga.

Cuando se les anunció su compromiso, él se negó tajantemente, pues decía estar enamorado de otra. Ella lo apoyó y dijo que si él no quería casarse con ella, ella no lo obligaría. Su padre interpretó esto como una deshonra y la desheredó.

Después de aquella pelea y de la ruptura de su compromiso, Naruto fue a la universidad y no volvió a saber de ella, hasta que un día…

-Buenos días! Puedo tomar su orden?- dijo una dulce voz. Él no pudo reconocerla al inicio, se encontraba concentrado en su café. Cuando volteó a mirarla quedó sorprendido

-Hinata? Hinata Hyuga?- dijo con sorpresa, por su parte, la cara de ella era un poema. Estaba sorprendida y muy avergonzada.

-Disculpe las molestias señor, en seguida iré por otra mesera que lo atienda, mis disculpas.- dicho esto se retiró del lugar. Él estaba muy sorprendido, no esperaba encontrarla trabajando como una mesera. Después de ese suceso, la intriga lo absorbió.

-Efectivamente Naruto. Hinata Hyuga fue desterrada del clan después de que tú rompieras el compromiso con su familia. Ahora ella trabaja medio tiempo en esa cafetería.- le dijo su padre, después de que él preguntara con insistencia sobre el destino de la chica

-Cómo pudo su familia hacerle eso solo porque rompimos el compromiso con ellos?- dijo indignado

-Ciertamente no todas las familias se basan en el amor y el cariño como la nuestra hijo.- señaló tranquilamente su padre.- En el clan Hyuga cuando un miembro pierde su compromiso suele ser desterrado de este y además se considera una deshonra, por lo cual ya no es apto para ser parte del clan Hyuga.

-Eso no es justo! Solo porque yo no quise casarme con ella, no es justo que la humillen de esa forma!- dijo molesto el muchacho

-Tienes razón hijo, pero nada podemos hacer con las reglas y tradiciones de una familia tan antigua y poderosa como esa. Así que te recomiendo no meter ahí tus narices.- le dijo su padre con seriedad mientras lo observaba desde arriba de su periódico del otro lado del escritorio. El chico, completamente molesto, se retiró de la oficina de su padre. Tenía que hacer algo al respecto…

Pasaron los días, y él asistió cada uno de ellos a esa cafetería donde ella trabajaba. Pronto se dio cuenta que la injusticia, ciertamente había sido grande. Era una muchacha excepcional. Trabajaba duro y era muy amable, y claro, estaba el hecho de que era muy hermosa. Lo que lo mantenía intrigado, era que, el trabajo era de medio tiempo, y surgía su duda: Qué hacía ella la otra mitad del tiempo?

Un día comprendió todo: él iba llegando a esa cafetería como diario lo hiciera, estaba a una cuadra del lugar cuando observó a una muchacha recoger unos papeles del piso. Era Hinata y se encontraba levantando unas carpetas que había tirado. Procuró llegar al mismo tiempo que ella, de modo que, al momento de entrar los dos a la cafetería chocaron.

-Mil disculpas señor!- decía la pobre joven apenada.

-No te preocupes!- dijo el sonriente, el corazón de la chica se detuvo.- Y no me digas señor! Vamos! Tenemos casi la misma edad!- decía con efusividad. Ella se sonrojó

-Debo hablarle con respeto a mis superiores.- señaló ella tranquilamente, mientras el sonrojo cubría sus mejillas. Él por su parte, observó anonadado los papeles

-Medicina? Estudias medicina?- le dijo completamente impresionado, eso solo logró cohibirla más

-Sí, así es… estoy en el último año.- le dijo apenada

-Y eres muy buena por lo visto! Llevas excelentes notas!- señaló aún más sorprendido

-Sí…- dijo ella casi en un susurro

-Sé que ya nos conocíamos antes, pero creo que deberíamos empezar de cero, sin compromisos ni nada.- le dijo, bastante curioso por conocer a esa extraña persona- Soy Naruto! Naruto Namikaze y estudio derecho! Mucho gusto!- dijo efusivo

-Soy Hinata, Hinata Hyuga y estudio medicina… mucho… mucho gusto.- dijo casi en un susurro…

Y así pasó el tiempo, ambos comenzaron a conocerse. Ella siguió enamorándose perdidamente de él y él por su parte encontró una persona bastante interesante en ella. Y de pronto se halló prendido de ella.

-Padre, quiero comprometerme de nuevo con Hinata Hyuga.- dijo de pronto un día en la oficina de su padre

-Estás seguro Naruto?

-Completamente…

El compromiso se reactivó, la familia Hyuga completamente feliz volvió a aceptar a Hinata, ella por su parte no necesitó que la reaceptaran, como médico, creó su propia fama.

Se casaron, y todo iba viento en popa para la pareja, hasta que un día…

-Soy Haruno Sakura, por favor ayúdenme en todo lo que puedan…- La nueva secretaria de Naruto, contratada por su padre era nada más y nada menos que su antiguo amor de la infancia, quien se había ido a estudiar al extranjero hacía algunos años. Naruto al volverla a ver, tan radiante como siempre quedó sorprendido. Necesitaba hacerla suya.