Tinta roja por la pasión

La gente acostumbra evitarle emociones fuertes a Cloud Nine. Se rumorea que estalla en lágrimas fácilmente, en especial desde la partida de cierto General Impertinente.

No obstante, es ahora que se deja traslucir su fuerte carácter, por debajo de sus quemaduras, el maquillaje y la sonrisa apaciguadora.

"Es linda...", se ha dicho Rabi, en más de una ocasión, al verle pasar por la Biblioteca, avisado por el sonido de sus tacones de que debía asomarse por encima de uno de los libreros.

Hay pocas mujeres en la Orden y escasas han sido las ocasiones en la que se ha topado con ellas, de lejos o de cerca. La más conocida, será siempre Linalí. Pero Rabi se enteró de que era mujer el día en que cumplió doce años. Según él, comenzaron a aparecer sus senos. Le cuesta trabajo pensar en ella (y en toda la gente que ama, muy a pesar de los consejos, recriminaciones, coscorrones y prohibiciones, recordatorios del Panda) como en un trozo olvidado de la Historia Universal.

Un suspiro. Incluso después de la muerte de la General Nine, todo seguirá como antes.

Será incluso como si nunca hubiese existido. Su vida se confundirá con la de Gwen y Lina, a la hora de que un Bookman dos generaciones posteriores a la de Rabi, deba hacer una nimia introducción a la historia venidera, cerrando su ciclo de veinticinco años de servicio a la Ocultación Histórica.

Tal vez por eso, en parte, el Panda pregonaba que había que dejar atrás cualquier sentimiento humano si querías convertirte en Narrador.

Por más de que estuviera obligado a hacerlo, en el fondo Rabi deseaba ser un Bookman. En la medida en que se desea una lluvia en sequía, pese a que tenemos el cuerpo seco y caliente, por más de que el agua fría nos duela mucho. En el fondo, Rabi sabe que es lo único que está capacitado para hacer.

Nada es más importante que la preservación de la historia.

Si esas valiosísimas palabras tienen alguna acogida en la mente de un Bookman, consecuentemente: por nada debe dejar que la guerra corroa su existencia. Es el envase. No es humano: no tiene un alma. Tampoco un corazón: es la pluma con la que escribe. Sus amigos: tinta. Y a eso se reduce lo que se puede llamar "vida utilitaria". La suya por entero, pero no para él ni sus deseos envueltos bajo el nombre de Cloud Nine y en los cuales, no se siente culpable porque ella no es como una hermana ni nada parecido.