¡¡Hola!! Que ganas tenía de volver a colgar algo por aquí!!
He estado un mes y medio sin internet y, para que engañarnos, no lo he empleado en escribir demasiado... Bien... Esto que vais a leer ahora empezó como una tonta ilusión que jamás pensé que fuera capaz de llevarla a cavo.
Smoker fue un personage que me cautivó de una manera brutal desde que salió por primera vez y este es mi pequeño y humilde tributo. El protagonista del fic es él, pero le acompaña nuestra querida Hina XDDD Ella tb me gustó al verla, pero lo que más me impresionó fue la relación que ellos dos mantenían.
Me di cuenta de que, pese a que Hina sale nada y menos, ellos dos se hablaban muy distinto cuando estaban solos y cuando había gente delante, y ahí empezó esta locura XDD
Los que habéis seguido mis fics sabéis como escribo, y creo que esto es más o menos parecido. Creo que este fic lo empecé a escribir a finales del 2006... Y poco a poco ha ido madurando hasta llegar a este primer cap. De momento llevo 5 (si, sé que en todo este tiempo debería tener más, pero me está costando demasiado ¬¬).
En cuanto a la peculiar forma de hablar que tiene Hina, he decidio mantener el estilo japonés, es decir, no usar siempre la tercera persona, si no lanzar frases al aire en tercera persona de vez en cuando (a pesar de que yo conocí a Hina en español, prefiero esa forma, es menos cansina)
Pues nada, me dejo de tonterías y ahí vamos, al lío... A ver que os parece esta introducción al tema XDD
Besos y ¡¡me alegro de volver!!
1-. LO MEJOR QUE GUARDO DE TI…
- Capitán Smoker!- Exclamó la mujer mirando por sus prismáticos- ¡Ya veo la isla!
El hombre estaba sentado en una silla de cara a popa, con el torso desnudo y una duda rodando en su cabeza. El viento le despeinaba los cortos y ya de por si despeinados cabellos y el sol simulaba tostarle la piel. Suspiró.
- ¡No grite tanto!- Vociferó él, levantándose. Su chaqueta descansaba en el suelo pero pronto la tomó. La colocó sobre sus hombros de mala gana.
Empezó a caminar hacía proa. No se fiaba demasiado de la vicealmirante Tsuru y todo aquello le olía a chamusquina. Pero no era lo suficientemente tonto como para no cumplir una orden directa de un superior.
Encontraba demasiado repentino viajar hacia esa isla perdida para cumplir una estúpida misión con el montón de cosas que sus hombres podrían hacer. Seguía tras la pista de los piratas de Luffy y aquella misión que no le apetecía nada cumplir solo iba a retrasarlos.
Llegó a donde su teniente se encontraba y, tomando sus prismáticos, divisó ante él la pequeña isla de destino.
- Desembarquemos- ordenó. Y de inmediato sus hombres emprendieron las maniobras de anclaje del navío y prepararon todo para tomar tierra.
A sabiendas de que estaban retrasados bajaron a tierra y empezaron a localizar la base a la que debían acudir. Siguiendo las instrucciones que el telegrama mandado por su superior vislumbraron por fin la base.
Era una base de la Marina nueva, recién construida, y por lo visto en secreto. Según las informaciones que el capitán pudo reunir esa base estaba destinada a que los miembros de la Marina cumplieran misiones para ser evaluados o ascendidos. Eso a Smoker lo corroía, pues él no se pensaba objeto de evaluación y de momento sus aspiraciones no eran de ganar fama dentro del cuerpo, pues no creía estar en condiciones.
Aun así emprendió el viaje por no desobedecer ordenes directas de la vicealmirante Tsuru. Su teniente, Tashigi, lo acompañó seguida de sus mejores soldados. No sabía qué se iba a encontrar y nada en esa historia le pintaba bien.
- Teniente Tashigi- la llamó cuando vio la entrada de la base-. Acerquémonos. Vamos tarde.
- Sí, mi Capitán.
La mujer aceleró el paso y llamó a la puerta de la base. Anunció que el capitán Smoker estaba en la isla y el encargado de la base los invitó a pasar. Sus hombres restaron en el patio, junto con otros soldados que esperaban allí.
La pareja restante fue conducida por los pasillos de la base hasta una enorme sala donde otras tres personas los esperaban.
Smoker observó el pasillo mientras su teniente entraba en la sala, saltándose el protocolo de no entrar antes que un superior. Las paredes estaban adornadas con fotografías de los mandamases de la Marina, algunos ya retirados, otros muertos, otros aún activos. Y como si se tratase de un insulto, de una estúpida burla, frente a la puerta por la que debía entrar, presidiendo la pared, una foto de la vicealmirante Tsuru, sonriendo con su boca poco poblada de dientes.
Endureció la mirada y se dio la vuelta hacia la puerta. Su acompañante lo miraba expectante, apremiándolo a entrar sin palabras.
- Por fin llegáis- dijo una dura voz femenina desde dentro de la sala-. Estaba cansada de esperar. Hina cansada…
El capitán Smoker entró y la miró sin mostrar su sorpresa. Allí estaba ella, esa mujer, de pie con sus largos brazos cruzados, su larga melena suelta y su permanente expresión de superioridad en la cara. Y sin duda esta vez esa mirada gélida iba dedicada a él. Ella se sentó mientras aguantaba una sonrisa.
Él logró dejar de mirarla y paseó la vista por la sala. Más fotos de marines importantes, aspecto de sala de reuniones, un hombre presidiendo la mesa, dos a un lado, una mujer al otro y a su lado una silla vacía.
- Si se aburría haberse ido- contestó él, sentándose en la butaca libre, al lado de la capitana.
- No me hubiera perdido por nada del mundo uno de los espectáculos de Smoker- dijo ella, sonriendo de lado-. Llegáis tarde.
- No empecéis- pidió Nezumi viendo que la situación se calentaba-. Por favor continúe.
El hombre sentado al final de la mesa carraspeó. Se notaba que era bajito aún estando sentado, seguramente la mitad de alto que Smoker, tenía poco pelo y alrededor de cuarenta años. Miraba a su alrededor como asustado, observando a esos hombres a los que debía tratar con un respeto extremo, pero a su vez le atemorizaban. Nada más y nada menos que cuatro capitanes de la Marina.
Smoker no le conocía pero supuso que era el encargado de encomendarles la misión. Lo que él no esperaba era encontrar a sus compañeros allí. No esperaba ver a Nezumi "el rata" allí, ni a T-Bone tampoco. Pero sobretodo le incomodaba la presencia de Hina, la única persona viva capaz de derribarle las defensas fácilmente.
- Debéis atrapar a ese sujeto en el menor tiempo posible- empezó el desconocido-. Pueden ayudarse de sus hombres en todo momento. Debéis traerlo con vida.
- ¿Qué sujeto?- Preguntó Smoker, mirando al pequeño hombre.
- Si hubierais llegado a tiempo lo sabríais- Hina sonrió, encantada de poder aprovechar todas las oportunidades para picarle, mirando a Smoker de medio lado.
- Han soltado a un tipo aquí en la isla y debemos atraparlo- dijo T-Bone-. Gana el más rápido. Solo eso.
- ¿Esto es un maldito juego?- Smoker se levantó y golpeó la mesa con un puño-. ¿He venido hasta aquí para jugar a cacería?
- No es jugar a nada, iluso- Nezumi se abanicó la cara con una mano, intentando ahuyentar el humo de los puros de Smoker-. Es un ejercicio.
- ¿Y representa que ganamos algo?- Preguntó Hina al narrador. Encendió el primer cigarrillo desde que entró en la sala con sus dedos largos y finos.
- Esto es tan solo un ejercicio, señora- contestó.
- Señorita- corrigió ella, aspirando lentamente el humo de si pitillo-. Soy una señorita.
- Eh… Esto… De acuerdo…- el hombre carraspeó y les entregó a cada uno una carpeta-. Aquí tenéis toda la información detallada y las normas del ejercicio. Empezamos mañana por la mañana.
Cada uno tomó su carpeta y la ojearon. Una carpeta roja, cuya tapa rezaba "Ejercicio rutinario de avaluación nº 3". El de Logue la abrió y leyó por encima la primera página, en la que explicaba el por qué del ejercicio y sus objetivos. "Evaluar a nuestros Capitanes… bla… bla… bla… Poner a prueba sus dotes de mando… todo palabrería… su trabajo en equipo… habilidades… bla…bla…bla y más tonterías…", leyó en su mente el de cabellos blancos.
Smoker le entregó la carpeta a Tashigi y se acomodó en su silla, colocando brutalmente los pies sobre la mesa. Los otros lo miraron de manera reprochadora.
- ¿Rutinario?- Preguntó cuando los demás aun seguían ojeando sus carpetas.
- Sí, señor- el hombre bajito lo miraba con verdadero terror.
El Capitán pareció notar esa reacción y endureció su rostro. Decidió abandonar la queja, puesto que sabía que esa prueba no era ni rutinaria, ni un ejercicio.
- Sus cuerpos de soldados podrán descansar en estas instalaciones- siguió el hombre, otra vez en su lugar-. Sus habitaciones están en el segundo piso. Descansen.
Hina salió de la sala a toda prisa, deseando descansar, no sin antes dedicar una de sus mejores sonrisas de superioridad a los últimos en llegar. Los otros dos capitanes no dudaron en seguirla. Tashigi se acercó a su capitán.
- Nos trajeron aquí para competir…- dijo él, levantándose de su silla-. Diga a nuestros soldados que mañana al alba los quiero a todos de pie. Y retírese a descansar.
- Sí, mi Capitán- la teniente salió de la sala.
El capitán caminó lentamente hasta la puerta. Se sentía furioso por haber tenido que entrar obligatoriamente en ese juego. Pero si tenía que jugar, lo haría para ganar. Salió de la sala y encontró unas escaleras. Echó un vistazo al patio donde una multitud de soldados entrenaba a pesar de empezar a oscurecer.
Subió al segundo piso con paso lento, cavilando sobre la mejor estrategia para alzarse con la victoria. Debía demostrar a esos ineptos que tenía por compañeros que Smoker nunca es vencido, y menos por esos a los que no consideraba legales.
Recordó que la carpeta que debía estudiar la tenía su teniente y bajó otra vez. Se dirigió velozmente al patio, donde Tashigi informaba a sus hombres de las instrucciones del capitán. A unos metros tras ella, la Capitana Hina observaba la escena en su habitual pose cruzada de brazos.
Smoker, a sabiendas de no haber sido descubierto, miró la escena más detenidamente. Odiaba a esa estúpida mujer por estar ahí, por haberse vuelto a cruzar en su vida, por ser tan alta, tener el pelo tan largo, los brazos tan delgados, las caderas tan redondeadas… La odiaba, pero se odiaba aún más a él por seguir mirándola, como hacía muchos años atrás cuando creía que nadie se daba cuenta. Agitó su cabeza a los lados y empezó a andar.
- ¿Espiando, Hina?- Le preguntó acercándose a ella por detrás.
Hina se sobresaltó y se dio la vuelta, reconociendo la voz. Lo miró de arriba a abajo. Parecía cansado, harto. Estaba envejeciendo mal, pero seguía conservando su energía de siempre, la que fue tan admirada desde la academia.
- No necesito espiar…- respondió- Además tu teniente podría haberme echado, si hubiera querido.
- ¡Teniente Tashigi!- La llamó acercándose a ella, bajo la atenta mirada de Hina- Déme la carpeta. La necesitaré esta noche.
- ¡Descansen!- Exclamó ella a sus soldados. Luego se acercó a su capitán y le entregó la carpeta.
- Vaya a descansar, Teniente- le ordenó el fumador.
Tashigi saludó con su mano en la sien y se alejó de ellos dos a paso ligero. El hombre acercó la carpeta a su pecho y sacó un mechero del bolsillo de su chaqueta. Encendió un par de puros nuevos y los acercó a su boca. La cabeza de Hina se asomó por su hombro y le tendió ante su boca un cigarro largo y fino.
Se había jurado muchas veces no volver a estar nunca más tan cerca de Hina. Era peligroso. Ella era peligrosa. Aún y así hizo esfuerzos por mantener su semblante frío y reparó en que había sido ella la que se había acercado. Necesitaba separarse.
Él la miró por un momento a los ojos, y sin dejar de exhalar humo de sus puros, encendió su mechero y lo acercó a la punta del esbelto pitillo que la mujer le mostraba, encendiéndolo. La capitana lo acercó a sus labios y se alejó de él.
- El tabaco es lo único bueno que guardo de ti- expresó ella, a apenas un metro de él. Aspiró el humo de su cigarro mientras esperaba la reacción del hombre-. Hina lo guarda.
Smoker hizo una mueca de fastidio y permaneció de espaldas a ella, reflexionando sobre la gravedad de esas palabras. Quiso gritarle muchas cosas, que la odiaba, que se fuera, que dejase de mirarlo así, que no se acercase nunca más a él de esa manera, que era peligroso, que tenía que entenderlo… Sin embargo se dio la vuelta lentamente y caminó hacia ella.
- Deberías descansar- le dijo-. Mañana tendrás que enfrentarte a mí.
- Hina jamás pierde- respondió la mujer, dedicándole unas de sus miradas más rencorosas. Se llevó el cigarrillo a la boca y lanzó el humo a la cara del hombre como si no hubiera sido su intención.
- Smoker tampoco- y el hombre se alejó de ella camino de su habitación, librándose del absurdo peso que había sentido en el estómago.
Hina lanzó al suelo su pitillo y se dio cuenta de que estaba sola en el patio. Vio como el hombre se alejaba de ella y entraba en la base. Se abrazó a si misma y empezó a caminar pisando los pasos de Smoker. Mañana iba a ser otro día.
La capitana Hina despertó antes de que amaneciera. Había dormido terriblemente mal y apenas había diseñado ningún plan de búsqueda. Confiaba en que sus hombres suplieran esa falta de táctica con su astucia y su fuerza. Llamaron a su puerta levemente y Hina se vistió con calma y abrió. Encontró tras ella a dos de sus reclutas, Jango y Fullbody.
- ¿Qué queréis?
- Buenos días, Hina-jou!- La saludaron ambos efusivamente. Ella hizo una mueca de asco.
- Te traemos el desayuno- dijo Jango enseñándole una bandeja llena de caprichos.
- ¡No quiero vuestro desayuno!- Gritó ella, saliendo de su habitación y cerrando la puerta-. ¡Marchaos!. ¡Hina no lo quiere!
Los dos miraron tristes como su capitana se alejaba y bajaba las escaleras. Ella, llena de ira, bajaba los escalones como si los odiara, con pisadas fuertes y rabiosas. Tenía la intención de salir en ese instante a cumplir la misión.
Al llegar al patio advirtió que tan solo sus hombres descansaban allí. Sus tres contrincantes habían madrugado más que ella. Apretó los puños con rabia y empezó a ordenar cosas a gritos a sus hombres.
Eso es todo amigos XDD
Nos vemos!! Besos!!
PD: Dedico este fic a mi hermanita, Pucy! Pk se ha tragado todo el proceso del fic y ha sido duro; a Halane, por aconsejarme mucho y muy bien al principio; y a Sofia, pk la amo, sencillamente, y pk es fan de Smoker y Hina, y la mataré si no lo lee y me deja un review... ¬¬
