Bueno, los personajes no me pertenecen, si no a su creador Masashi Kishimoto
Historia dedicada a Citlaly Salas.
El primer capítulo está ubicado después de la muerte de Asuma
Capítulo 1.- Estrategia fallida
Miró la espesura del bosque, sintiéndose completamente mal de nuevo.
Apretó sus puños, si tan solo hubiese planeado bien, si hubiesen tenido una mejor estrategia, o tan siquiera si hubiera hecho más de una sola estrategia, él estaría con vida todavía, Kurenai no tendría tantos problemas… su hija no nacería sin padre.
Golpeo un árbol con fuerza, haciéndose daño en los nudillos, pero ni siquiera notó ese dolor, nada podía compararse con lo que Asuma sufrió, con lo que Kurenai estaba sufriendo.
− Asuma-Sensei – Susurró sujetándose el rostro.
Había sido un idiota, había sido un presumido, su maldita inteligencia no le ayudo a salvar la vida de su maestro.
"Es la única estrategia que tengo".
Sintió las lágrimas bajar por sus mejillas y se cubrió la cara con una de sus manos.
− Lo siento – Susurró dejándose caer de rodillas.
Apretó los puños contra la tierra, sintiendo como la tierra se mezclaba entre sus dedos.
Todo el mundo le decía que no era su culpa, que era parte de la vida de un shinobi, pero él no pensaba en eso. Él había sido el culpable, él y su estúpida estrategia le habían costado la vida a un buen hombre, a un excelente maestro.
Él era el culpable. El único culpable.
− ¿E-Esta b-bien?
La voz cálida lo desconcertó por completo y giró su mirada, encontrando la mirada asustada de la chica.
Estaba tras un árbol, como escondiéndose, y aun así lo había llamado, tal vez asustada de verlo actuar así.
− Déjame solo – Espetó.
La miró dar un respingo, y luego mirar sus manos con duda.
− N-No q-quería m-molestar – Susurró.
Shikamaru la miró con el ceño fruncido, levantándose lentamente dándole la espalda.
− Entonces vete.
Hinata lo dudo un momento, antes de avanzar despacio hacía él.
− Kurenai-Sensei está preocupado por usted – Susurró.
Shikamaru apretó aún más los puños. No merecía la preocupación de esa mujer.
− Vete – Repitió.
Escuchó sus pasos, acercándose poco a poco hasta él.
− N-No fue su culpa – Dijo en voz baja.
Shikamaru se giró bruscamente, haciendo que la chica cayera hacía atrás con un grito quedó. La miró aun de pie, temblaba levemente, algo asustada del comportamiento poco usual que tenía.
− Tú no sabes nada – Espetó dando un paso hacia ella.
La chica retrocedió con sus piernas en automático, mirándolo con un poco de miedo.
− A-A v-veces l-las cosas no salen c-como uno las p-planea – Susurró la chica aun retrocediendo lentamente – A-Así e-es la vida del shinobi.
Shikamaru detuvo su avance, mirando a la chica sin decir nada.
Sabía que solo quería hacerlo sentir bien, que no se sintiera como en ese momento.
− Fue mi estrategia la que lo mató – Dijo con rencor.
− Fue Akatsuki – Lo corrigió la chica.
− Cállate – Espetó de nuevo.
Hinata cerró la boca en automático.
− L-Lo s-siento – Susurró – S-Solo quería ayudarlo.
Shikamaru achicó los ojos.
− Tú solo querías ayudar – Repitió con un deje de burla.
Hinata asintió, cerrando los ojos. Si bien no se hablaban mucho, ese no era el Shikamaru que conocía, no era el chico centrado, el inteligente.
− L-Lo siento – Repitió.
Shikamaru bufó. Sabía que lo que hacía estaba mal, que no estaba pensando con claridad, que lastimaba a los que estaban a su alrededor, pero no podía dejar esa culpa, no podía dejarla, no podía olvidar.
Él quería olvidar.
− Ayúdame entonces – Dijo viéndola.
La chica lo vio con duda.
− ¿Q-Qué?
Shikamaru se arrodillo casi encima de ella, pudo percibir el calor de su rostro sonrojado.
− Ayúdame a olvidar, a pensar en otra cosa.
Hinata lo vio sin comprender, y negó con la cabeza, sonrojándose aún más cuando Shikamaru la tomó de la mejilla con una de sus manos.
Shikamaru solo la miró fijamente, ese rostro sonrojado y esos ojos que lo veían con duda. Ella no le diría que no, ella era demasiado buena.
Pero él no. Él quería vivir el presente, necesitaba vivirlo, ese momento, ese instante, y solo ella podía ayudarlo.
Ino lo mataría si se acercaba a ella, Neji lo mataría si se acercaba a Tenten, pero Hinata no, ella no se lo diría nada a nadie.
Ella quería ayudarlo.
Comenzó a deslizar la mano por el muslo de la chica, subiendo muy despacio. Se tensó a principio, lo pudo sentir, pero se lo permitió, ella lo dejó continuar, cerrando los ojos y apretándolos con fuerza.
− Hinata – La llamó despacio.
La chica abrió los ojos, mirándolo con duda, seguramente preguntándose si eso que hacían era lo correcto.
La respuesta era no, pero menos podía importarle cuando la tenía bajo él.
Acaricio su estómago lentamente, metiendo su mano bajo su pantalón, viendo como abría los ojos a más no poder. Su boca se abrió de la misma manera cuando su mano llegó a su intimidad y metió sus dedos en ella despacio.
La vio apretar los labios para contener un gemido, o un grito, no lo sabía bien, pero ese acto solo logró excitarlo. Estaba perdiendo el control.
Sintió la suave humedad entre sus dedos, su rostro le decía que se estaba esforzando por no rechazarlo, tal vez incluso imaginando que era otra persona. Ella tenía ese entrenamiento también. Era una Kunoichi después de todo.
Su dedo índice tocó su clítoris con suavidad, viéndola apretar las manos sobre el pasto donde estaban acostados.
Comenzó a besarle el cuello despacio, bajando hacía su hombro, ella aún tenía puesta la chaqueta. La desabrocho y la hizo a un lado, junto con su camisa de rejillas y su sostén. Estuvo a punto de sonreír, su sonrojo llegaba hasta su pecho. Comenzó a lamerle los pezones despacio, jugueteando son su lengua y succionó con fuerza. Ella por fin lo dejó escucharla gemir.
Deslizó su mano por sus muslos y bajo su pantalón hasta las rodillas, mientras desabrochaba el suyo, deslizándolo lo suficiente para liberarse.
Beso su cuello de nuevo y le abrió las rodillas, ella acaricio su espalda, clavando sus dedos en ella. Estaba nerviosa.
Mordió sus labios cuando se hundió en su interior, sintió esa barrera, pero poco le importo, y cubrió la boca de la chica con su mano cuando entro de golpe, ahogando su grito.
Vio sus lágrimas solitarias bajar por sus mejillas, mientras clavaba sus uñas en su espalda. Se detuvo un momento para dejar que se acostumbrara.
Pero no podía pensar más.
La miró a los ojos y vio esa ternura y compasión en ellos. Cerró los ojos, saliendo casi por completo y hundiéndose otra vez con fuerza, repitiendo ese acto una y otra vez. Quería gritar, enredar sus piernas en sus caderas para entrar más adentro, pero su pantalón en las rodillas no se lo permitía. Apretó sus manos, al lado de la cabeza de ella, moviéndose más rápido. Sintió cómo su estrechez abrazaba su erección, suave y caliente, lo estaba volviendo loco.
Suspiro para darse calma y la empezó a embestir suave, lento, quería controlarse, pero era demasiado complicado. Imposible.
Perdió el poco control que le quedaba, quería poseerla, duro y profundo, perderse entre sus pliegues por siempre. Quería hacerla arder de placer, quería que no acabara nunca, quería que fuera suya.
Comenzó penetrarla más rápido, más duro, dentro, fuera, dentro, fuera. Miró como sus pechos subían y bajaban, como sus erectos pezones se movían dentro de ellos, necesitaban ser tocados, él necesitaba tocarlos. Los volvió a chupar y los mordió.
Hinata araño su espalda por sobre la camisa.
− N-No puedo m-más – Susurró jadeante.
−Yo tampoco – Susurró contra su cuello.
Sujeto sus caderas con fuerza, moviéndose dentro y fuera de ella con fuerza, hasta que escuchó su grito.
Sus paredes internas lo apretaron, y sintió su cuerpo al llegar al orgasmo. Con la boca abierta y los ojos vidriosos, aun clavando las uñas en su espalda.
Tembló solo de verla y puso su cara contra su cuello, tensándose también y saliendo justo a tiempo, derramándose sobre su vientre.
Se dejó caer sobre ella, respirando entrecortadamente.
Había sido una locura sin duda. Pero en esos momentos, no podía ni pensar en Asuma.
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La miró caminar al lado de Kiba y Shino a lo lejos. Desde ese día no habían vuelto a cruzar una palabra, pero ella le daba siempre una sonrisa cálida a la distancia.
− ¿Estás listo?
Miró a Ino con pereza.
Nunca se lo había agradecido, pero aquel día en el bosque lo ayudo a pensar de nuevo con claridad, a volver a ser el mismo.
Esa culpa se había ido, y aun cuando no fuera por completo, le permitió ver otra perspectiva de ella.
Su mirada se dirigió de nuevo a la rubia y se levantó, desperezándose lentamente, moviendo sus brazos de arriba a abajo.
− Si
Caminó tras Ino, mirando de reojo a la chica de cabello azulado que le sonreía a Kiba.
Dejó de verla, esa había sido una ocasión especial, un favor de amigos, y era gracias a ella, que podría hacerlo bien esa tarde.
Sabía cómo vengar a Asuma.
Y fin, por ahora.
Un fic, no sé, algo extraño me parece, una petición de una amiga (Que luego celan a uno peor que un novio ¬ ¬) sobre esta pareja.
Su petición fue que fuera ShikaHina, y muuuuuuucho lemon (Así lo dijo, no soy yo)
Es un short-fic, basándose un poco en la culpa de ambos. Serán d capítulos, dependiendo de cómo se desarrolle.
Espero les haya gustado y me digan que les pareció, si tienen una sugerencia o algo similar, será bien recibida.
Sin más por el momento, Juds fuera.
