Los años habían Pasado tan rápido para el joven hijo de la Familia Loud. Después de haberse unido al MC de Sons of Anarchy, durante el tiempo que pasó ahí lo único que hizo fue aprender, mirar y hacer lo que le decían. Roberto Alejandro Martínez, como su mentor y segundo padre, le había enseñado junto a Bobby a montar una hermosa motocicleta y de lo que se trataba el club, eran libres en las carreteras, lo único que necesitaban era una Harley Davidson, una botella de whisky y un chaleco o chamarra de cuero para cabalgar en el mundo como perros que no respondían ni a la autoridad ni a dios, en el club todos eran hermanos, ni uno más ni uno menos, pero debías ganarte el respeto de ellos.
"¿Quieres respeto? Gánatelo", era lo que siempre le decía Joseph y Roberto, la mano derecha del presidente de Sam Crow. Afiliado en Royal Woods. y padre de Bobby, Lincoln tardó varios meses que se convirtió en dos años enteros en entrar al club, porque él no era igual que los demás, él para los compañeros de Roberto, para ellos era un puto blanquito de mierda la única razón por la que lo dejaron ser un aprendiz, o como le llamaban a sus novatos "Prospect" era por qué Bobby le había pedido a su padre que lo unieran, Bobby consideraba a Lincoln como el hermano que nunca tuvo y ya era prácticamente parte de la familia al haberse convertido en novio de su hermana; Ronnie Anne.
Pero eso no le hizo las cosas más fáciles a el muchacho peliblanco, él se había vuelto la perra de Joseph, Rick y Mike, los que por ese entonces eran las manos derechas de Roberto. El club Sons of Anarchy en Royal Woods no fue bueno con él al inicio, pero mientras el tiempo pasaba, se ganó el respeto y la aceptación de todos los que lo consideraban una perra para el club, poco a poco dejó de ser un Prospect para finalmente ser un Son hecho y derecho, manejando a su bella Lucille por todo el pueblo, cuando se ganó el emblema del club en su chamarra fue el día en el que dejó de ser el puto blanquito de mierda a volverse un Men of Mayhem, pero poco sabía él que al unirse a un club de motociclistas vería y haría cosas de las que tarde o temprano se arrepentiría, fue con los Lambs of Satan, su primera guerra de bandas, la primera vez que sostuvo una Colt 1911 45 y la primera vez que tuvo que disparar en contra de alguien mientras aún era un Prospect.
En palabras de Bobby pertenecer a S.A.M.C.R.O. Sería algo genial, algo cool, algo que les daría respeto y reconocimiento frente a todos en la preparatoria de Lincoln y en las calles de Royal Woods, Sons of Anarchy imponía respeto hacia donde se viera el símbolo del Grimm Reaper.
Pero imaginar el club y lo que era realmente el club eran dos cosas completamente distintas, Sam Crow era una hermandad, un taller mecánico y un bar para los hermanos... Pero también un club en el que se hacían también trabajos ilícitos, uno de los principales era el tráfico ilegal de armas.
Pero como bien decía Roberto.
"Es mejor ser temido que respetado, porque el respeto es algo momentáneo, mientras que el miedo es eterno."
Pero por razones que Lincoln no pudo controlar tuvo que colgar su chamarra y cubrir su Harley con una manta cuando su primera hija nació, obtener un trabajo honrado y dedicarse a ello sin titubear, su esposa le había hecho prometer que no volvería a ponerse esa chaqueta y mucho menos volver a montar a Lucille. Así era la vida de Lincoln Loud, teniendo que conformarse con un trabajo mediocre, extrañando la carretera. Claro tenía a una esposa que amaba con toda su alma y una hija que adoraba sin dudarlo ni negarlo... Pero... La libertad lo llamaba, la gasolina lo llamaba, maldición un puto tarro de Jack Daniel's Quería que agarrara nuevamente su chaqueta y a su hermosa moto para remontar las calles como el cuervo maldito que era.
Ese día mientras terminaba su trabajo talando árboles aún pensaba en estar sobre su moto haciendo lo que muchos motociclistas pensaban al manejar sus vehículos, hacerle el amor a Lucille toda la noche mientras el viento rozaba ligeramente su cara y meneaba su cabello, con una botella de ron en una mano y la otra en el manubrio, ante una noche despejada y fresca con miles y millones de estrellas resplandeciendo en la infinidad.
"Oh Mierda... Lo que no daría por hacerlo de nuevo." Pensó mientras colocaba su hacha y sus materiales en el compartimiento trasero de su camioneta pick up.
Hasta que un sonido inconfundible y que extrañaba día a día se hizo presente en el bosque, cuando miró a la tierra árida que hacía caminó hacia la salida se encontró con un viejo rostro familiar.
― ¡¿Que Tranza Carnal?!. ― Bobby llegó haciendo gala del sonido de una Harley Davidson aceitada, con un motor reluciente y una capa de pintura oscura.
― ¿Bobby? ― Lincoln arqueó una ceja al ver a su cuñado deteniendo el paso de la moto al llegar a él. ― ¿Qué haces aquí? hace meses que no te haces ver. ―
― Bueno he estado de ahí para acá y de un lado a otro, ya sabes cosas del club, ¿Y tú carnaval?.― Bobby Al bajar de su moto fue a abrazar a su hermano del alma, Lincoln al recibir a Bobby Tocó el símbolo de la parca con su palma como lo era parte del saludo, Bobby hizo lo mismo, y aunque Lincoln no tenía el símbolo de Sons en su camisa lo podía sentir aún en la marca permanente que estaba tatuada en su piel, el mismo día que se volvió miembro oficial de S.A.M.C.R.O.
― Bueno compadre... Ya sabes ganándome el pan de cada día. ― Cuando ambos se separaron, Lincoln dio un pesado suspiro ambos se miraron a los ojos mientras la conversación fluía.
― Sí te entiendo carnalin...― Bobby colocó una de sus manos en el hombro de Lincoln. ― ¿Te va bien aquí? ―
― Sí... Bueno relativamente bien. Ya sabes cómo es esto, desde que Luz nació he tenido que adaptarme al trabajo humilde pero honrado. ― Lincoln se quitó la gorra que llevaba puesta para limpiarse el sudor de la frente.
― Ja ja. ¿Y que lo que hacíamos en el club no era honrado? ― Bobby miró a Lincoln incrédulo de las palabras del leñador mientras se recargaba en la camioneta―
― Bueno... Parte sí, pero no vas a negarme que eso de vender armas y la toma de territorios eran algo... Jodidos. ― Lincoln dijo con cierto hilo en su voz.
― Bueno ahí tienes un punto Linc, pero, por eso he venido hoy carnal. ― Bobby volvió a ver a Lincoln a los ojos.
― ¿Ah sí? ¿De qué se trata Bob? ― Lincoln sabía que lo último dicho por Bobby no podía pasar desapercibido, cuando él venía con asuntos de Sons no podía ser o bueno o malo, pero suerte aire de esperanza floreció al escuchar lo que Bobby tenía que decir a cerca del club, una oportunidad de volver a montar y portar el chaleco de motoquero.
― Mira compatriota, algo surgió con un club rival, ¿Recuerdas a los Lambs of Satan? ― Lincoln al escuchar ese nombre proviniendo de Bobby sabía que no podía ser para nada bueno, la última vez que supo de ellos fue por parte de un oficial de policía, Sons of Anarchy y Lambs of Satan estaban en una guerra que ya le había costado varias bajas a ambos bandos. Lincoln suspiró pesadamente de recordar sus enfrentamientos.
― Ahhh… Mierda... ¿Ahora que hicieron? ― Lincoln miró serio a Bobby quien se comenzó a rascar la nuca al pensar en los detalles.
― Bien... La versión corta es que nos la hicieron de apedo. ¿Por qué? Pues por qué la versión larga es que descubrieron un almacén que teníamos en Riverside, Ahí teníamos Fusiles M16, AK 47, Escopetas algunas SPAS 12, doble cañón, escopetas tipo Carabina y Pistolas Beretta 9MM, Glock 17 y Colt 1911 45...― Lincoln al escuchar eso dio un silencioso "Puta madre." ― Asaltaron el almacén, mataron a Rick y a Ferguson y se llevaron la mayoría de nuestras armas, además que como mensaje nos dejaron una nota nada sutil con el puto almacén en cenizas. ― Bobby sacó su celular y al desbloquearlo le mostró a Lincoln a sus dos hermanos con los rostros desfigurados por agujeros de bala y con unas letras marcadas con cuchillos en sus pechos que decía. "White Power!"
― Mierda... No puedo creer que le hayan hecho eso a Rick y a Fer... El hijo menor de Rick apenas acababa de cumplir 2 años...― Lincoln no pudo evitar sentirse mal por su amigo y por el hijo del mismo, lo que les habían hecho a ellos dos era imperdonable.
― Sí... Y Fer apenas había reparado su moto...― Bobby guardó su teléfono en su chaleco para volver a ver a Lincoln. ― ¿Creo que ya sabes por qué he venido verdad? ― Bobby tragó saliva mientras su hermano asentía con la cabeza.
― Sí sé por qué viniste Bob...― Lincoln, aunque quería decirle que sí volvería aún tenía esa correa de perro invisible alrededor de su cuello. ― Pero el problema es que, ya sabes que no puedo regresar a Sons... Se lo prometí a Ronnie hermano ya sabes... Desde que nuestra Lucecita nació he tenido que enfocarme en mi familia... Sabes que la descuide mucho durante los tratados con los Mayans... Y cuando me dijo lo de Luz me hizo prometerle que no la volvería a dejar por el club...― Lincoln miraba algo melancólico a Bobby, mientras él acomodaba el paliacate de su frente.
― Sí Linc Yo lo sé... Créeme que Lori tampoco me la ha dejado fácil. Pero hago lo posible para darle a ella, las niñas y a Robbie todo lo que necesiten, supongo que son los gajes del oficio, ya sabes. ― Bobby hizo una mueca de aceptación ante la situación de ambos. ― Mira... te lo diré simple y sencillo, te necesitamos carnal, la situación en Sam Crow no se ve que nos favorezca a ninguno de nosotros Joseph ya se ha puesto todo paranoico y Víctor quiere tomar represalias de inmediato, la policía ya nos tiene investigando varios movimientos con la mafia china y si los Lambs of Satan nos quitan más territorio estaremos jodidos. ― Lincoln respiraba larga y pesadamente con las palabras de Bobby. ― Además... Los chicos en el garaje y el bar te extrañan Linc, nos gustaría volver a tener a nuestro hermano de vuelta.
― Sí, yo lo sé Bobby, pero no sé... Ya tengo un trabajo honrado, ya tengo la confianza de Ronnie de nuevo, no me gustaría echar por la borda todos estos años que he estado con mi familia. ― Lincoln decía cosas por las que había dejado a su Amado club, pero la mentira salió a relucir cuando en su mente pedía sólo una razón más para volver a ponerse su chaleco, quitarle la estúpida manta de mierda a su Lucille y volver a Sam Crow como un Cuervo renacido del infierno.
― ¿Es que ya no sientes el mismo amor por el club? ― Bobby volvió a preguntar con cierto rastro de desilusión en su voz, Sons lo era todo para él, un sueño que empezó cuando su padre buscó la libertad del sistema por primera vez en su vida.
― No digas eso Bobby, Sabes que amo al club, son mi familia... Pero si Ronnie se entera que volví a S.A.M.C.R.O... Seguramente va a querer el divorcio... Y me va a quitar a mi Lucecita...― Lincoln Terminó de decir esas palabras con un hilo de tristeza en su voz.
― Vamos Linc, hazlo por mí, ya sí Ronnie te termina haciendo un pedote por haber vuelto pues... Yo te cubro, ya sabes. ― Levantando un puño para que su Hermano respondiera con un Fistpump. ― Carnales de toda la vida, ¿Recuerdas?
Lincoln lo pensó por un momento, revivir los años de carretera en su moto, ir y hacer lo que quisiera sin obedecer a la Ley, sin obedecer a Dios, libre como el viento que rozaba su rostro en las noches de verano, con una botella de whisky en la mano y otra en el manubrio, ¿De verdad echaría todo lo que había logrado por 8 años solo para volver a Sam Crow? Y la respuesta era. Hey ¿Y Por qué chingados no?
El Club lo valía.
― Muy bien. ― Lincoln chocó su puño con el de Bobby para comenzar a hacer el saludo que practicaron desde que Lincoln tenía 11 y él 18.
― ¡Chingón eso es todo wey! ― La sonrisa regresó nuevamente al chico Santiago.
― Aunque... Aún tengo una duda. ― Mirando serio a Bobby.
― ¿Y esa cuál es? ― Bobby miró confundido al chico Loud.
― ¿Crees que aún me quedé la Chamarra? ― Ambos hombres comenzaron a reír por esa pregunta.
Después de un rato Conversando a gusto el trato con el diablo ya estaba hecho, Lincoln volvería a al club, para reencontrarse con viejos amigos y para hacer el trabajo que debía de hacerse para Joder de una vez y por todas a los Lambs Of Satan, aunque eso no lo hizo evitar meditar sobre su decisión… Él era un amante de las motocicletas, pero también era padre de familia, no podía simplemente tomar su chamarra de cuero y a Lucille y que su familia se fuera a la mierda, debía pensar en las palabras que debía decirle a Ronnie, A sus hermanas y a sus padres, era obvio que él ya no era un bebé, era un hombre de 32 años, él ya podía tener absoluto razonamiento lógico sobre sus decisiones y acciones. Desde el vamos ya era alguien responsable, ya tenía pelos en los huevos y era libre de hacer lo que quisiera con su vida… Pero aun así no podía separarse de la gente que amaba por muy arbitraria o estúpida que fuera su decisión con una familia que lo adoraba, una esposa que amaba con toda su alma y una pequeña niña de no más de 8 años que para ella al igual que su madre era su sol, pero algo más pues si la genética era fiel a la lógica de las niñas y los niños, Luz se había apegado demasiado a su padre. Y mientras pensaba en la decisión que había tomado al chocar su puño con el de Bobby, mirando su plato de comida aún con su bistec sin terminar en completo silencio fue cuando su esposa, la señora Loud Santiago decidió tomar la primera palabra.
― Hey Linc… ¿Sucede algo? ― Ronnie preguntó algo preocupada, pues desde que la cena había comenzado Lincoln se había mantenido en un silencio muy notable, usualmente se quejaba de su trabajo o de los culeros de la mayoría sus compañeros, pero ese día estaba muy callado lo que hizo que Ronnie comenzará a preocuparse. Lincoln ante la pregunta apartó su mirada perdida y se enfocó en la dirección de la voz de su mujer.
― Oh… Ehhh… S-Sí Ronnie por supuesto que estoy bien, ¿Por qué lo preguntas? ― En la voz de Lincoln se le notaba tranquilo, pero Ronnie conocía a su esposo como un libro, de pies a cabeza, algo no andaba bien, ella lo sabía, pero su mente aún no le había lanzado la idea abandonada de S.A.M.C.R.O. Aún confiaba plenamente en que su esposo no le diría que había vuelto a ello.
― Bueno… No has tocado tu carne y ya debe de estar muy tieso…― Ronnie señaló al bistec de Lincoln con su tenedor, algo a lo que él miró sin muchos ánimos.
― Uh… Sí eso, supongo que no tengo mucha hambre. ― Lincoln apartó su plato mientras su esposa aún tenía la mirada firme en él. ― Mira… fue un día ocupado y supongo que mi apetito se fue junto con con todo lo demás… Ya sabes cómo me deja el talar árboles y eso. ― Lincoln se limpió la boca con la servilleta que tenía al lado para luego arrojarla a un lado de su rostro.
― Oh… Sí… Te entiendo Linc… Entonces no hay problema, si quieres puedo prepararte algo más de cenar. ― Ronnie vio a su marido levantarse con su plato entre las manos.
― No te preocupes Ronn Todo está bien linda. ― Lincoln se acercó a su esposa solo para colocarle un beso en los labios, para luego dirigirse a la cocina donde su hija se le veía haciendo la tarea. ― ¿Cómo vas con eso Lucecita? ― Lincoln preguntó con una sonrisa a su pequeña hija.
― Bien Api… Solo que se me complica un poco. ― Luz miró a su padre con una sonrisa mientras trataba de descifrar cuanto eran 5+5.
― No te preocupes, solo échale ganas pequeña. ― Lincoln al dejar su plato en el fregadero se acercó a ver que hacía su hija, era un problema matemático simple, pero para una niña que apenas estaba entrando a primaria era algo muy difícil y desafiante para su intelecto.
― Eso intento Api… Pero es muy difícil…― Luz miró decepcionada la hoja de su tarea, Lincoln la miró con una expresión algo intranquila, su hija debía aprender a hacer sus deberes por sí misma, pero eso no evitaba que la pudiera ayudarla a superar un desafío algo más grande para ella.
― Mira, si te ayudo, ¿Crees que puedas hacerlo por ti misma luego? ― Lincoln volvió a sonreírle como siempre a su hija.
― ¡Sí! Oh… Bueno eso espero. ― Luz terminó esa frase algo apenada.
― Muy bien pequeña. ― Lincoln tomó uno de los lápices de la mesa para comenzar a ayudar a su hija. ― Hoy por ti y mañana por mí ¿De acuerdo? ― Volteando su mirada a los ojos de su hija.
― Muy bien api. ― Lincoln se sentó junto a su pequeña hija, su aspecto, su color de piel y parte de su cabello lo había heredado completamente de su madre, pero había un pequeño 30% de cabello blanco a un lado de su cabeza, algo que había heredado completamente de él.
Lincoln era un buen padre, tuvo 8 años para dedicarle a ella y a su esposa… Pero ahora debía hacer frente a la promesa que le había hecho a Bobby y no sabía cómo volver a abordar el tema con Ronnie. Debía pensarlo… En realidad, debía pensar en todo lo que debía hacer de ahora en adelante, Bobby era su hermano y no podía fallarle, pero Ronnie y Luz eran su familia, no podía volver a alejarse tanto de ellas y mucho menos de su hija, pero su hermano lo necesitaba… Sus hermanos lo necesitaban. Buscaría el momento apropiado para hablar con su esposa, pero no debía preocuparse, de cualquier forma, debía ayudar a su hija con un problema de matemática simple y eso era mucho mejor que preocuparse de lo que le debía decir a su esposa. La que veía a sus dos amores al marco de la puerta sin preocupaciones.
Ella era ama de casa, pero también era enfermera, con lo que ganaba Lincoln como leñador no les alcanzaban a ambos para seguir manteniendo su hogar. Por lo que debía tomar dos turnos en el hospital, uno para poder llevar a su hija a la escuela y el otro para poder llevarla con su abuela o con los abuelos de la familia Loud cuando salía de la escuela y aunque era una labor muy pesada funcionaba pues ella podía darse el lujo de poder pasar tiempo con su hija y su padre también aunque el tiempo que pasaba cortando árboles fuera ridículo y lo que le pagaban por desgastarse todos los días ahí era una puta mierda. Lincoln necesitaba un trabajo más decente, pero su registro criminal no podía darle nada mejor, Sons of Anarchy se había llevado sus mejores años de vida, años que no iba a recuperar, pero ¿Qué importaba si podía pasar tiempo con ella y su hija? No todo era malo, no todo tenía que ser malo. Por lo menos Lincoln tenía un trabajo honrado, aunque poco remunerado y eso era mucho mejor que volver a ser motociclista... Aunque aún se preguntaba ¿Cómo podía hacer el padre de Lincoln para mantener una casa de 11 hijos? Además de él y a su esposa obviamente.
Un par de horas más tarde.
Lincoln solo preparaba a su pequeña hija para mañana ir a la escuela una vez más, a él le gustaba pasar esos momentos con su pequeña hija, le hacía recordar cuando él era más joven y su padre o su madre lo arropaba a la hora de ir a dormir.
Pero esa noche era diferente, esa noche pretendía despedirse de una vida para regresar a otra.
"Let the Freedom Ride." Ese lema retumbaba en las paredes de su cerebro cada vez que se veía así mismo en Lucille. había dos grandes amores para él su familia y su familia motociclista, decidir entre los dos le era muy difícil y si le preguntabas a él que era lo que más quería. Pasar su vida montado en una Harley Davison o con su familia él simplemente no sabría que responder, ambos significaban todo para él. No podía decir "Oh no yo daría todo por Ronnie o Luz." O inclusive "Maldita sea el club es mi vida." Tanto el club como su esposa y su hija eran su familia y de lo que había aprendido de cuando era niño con sus 10 hermanas era, que la familia era lo más importante.
― Descansa bien lucecita. Ten dulces sueños. ― Lincoln ya había terminado de contarle una historia para antes de dormir y solo la estaba cobijando.
― Gracias apí…― Luz acomodó su cabeza en su almohada soñolienta tratando de encontrar una posición que la ayudará a conciliar el sueño de mejor manera. ― Te quiero. ― Lincoln la vio con una sonrisa simplemente para colocarle un pequeño beso en la frente.
― Yo también te quiero Lucecita… Descansa bien. ― El padre de la pequeña niña la vio cerrando sus ojos por última vez esa noche mientras él acariciaba el mechón de pelo blanco que ella había heredado de él.
Su día se había compuesto de memorias, sorpresas y memorias de su tiempo en Sons of Anarchy.
El día que Ronnie llegó a él con la noticia no se lo pudo creer, pues pasaba poco tiempo en el apartamento que ellos habían alquilado, durante un tiempo él pensó que no podía ser real, desde el vamos Ronnie y él aunque ya habían tenido relaciones sexuales siempre tenían cuidado, debió suceder una noche en la que en el club se había celebrado el noveno aniversario de Sons en la ciudad de Royal Woods esa noche había llegado más ebrio de lo previsto, seguramente hicieron el amor toda la noche y la protección se había ido mucho a la mierda. Tenía más de una justificación para ello. Y cuando su esposa lo llamó después de haber ido al doctor los resultados de embarazo habían dado positivo Lincoln estuvo tratando de meterse en la cabeza lo que pudo haber salido mal para que la noticia surgirá, aún era relativamente joven con 25 años, pero cuando Ronnie le dijo sobre Luz ahora sí debía dejar las mierdas de niños y empezar a actuar como un hombre.
El primer paso para ella fue que se alejará lo más posible del club entre los meses de embarazo, pues no era para menos, no se podía dar el lujo de atender al club mientras su aún novia esperaba a una pequeña niña, podría necesitarlo en cualquier momento y si él se encontraba haciendo pendejadas en cualquier lado excepto en casa sería el peor descuido de su vida.
El segundo paso fue casarse, hacerlo bien por primera vez en su vida y organizar su boda, claro que los invitados variaba desde la Familia Loud, la Familia Santiago y hasta la Familia del Club, del lado de ambas familias que se volvían a unir por la vida y el amor de dos de sus hijos fue una fiesta perfecta, pero para Sons fue la oportunidad perfecta para sacar a la banda, tomar hasta caer desmayados, charlar, poner canciones de los Forest Rangers, MetallicA, White Buffalo, El Cafe Tacuva, Rolling Stones y sacar el alcohol para que todos estuvieran alegres y ebrios.
Y el último paso ocurrió cuando el producto de la unión de Ronnie y Lincoln, después de nueve meses finalmente naciera: Luz de María Loud Santiago, una niña perfecta y sana, aunque la única peculiaridad era el mechoncito de pelo blanco que sobresalía de los cabellos negros. Ese fue el cañonazo para que Ronnie le pidiera a Lincoln que dejará el club definitivamente para enfocarse en ella y en su hija. Tardó mucho tiempo en poder convencerlo cuando Luz aún no nacía, y cuando ella llegó al mundo Lincoln no tuvo más opción que guardar su chamarra, guardar su Harley y empezar a buscar un trabajo honrado. Luego consiguieron una pequeña casa cerca de la avenida Franklin, pero esa ya era otra historia… Además de que Bobby y el club les hicieron el favor a su hermano y hermana de conseguirla pues ese departamento ya les estaba quedando muy pequeño a ambos, y más por una bebé que algún día se volvería una jovencita, que necesitaría su propio cuarto y su privacidad. La vida de Lincoln era eso, una serie de eventos que habían cambiado su vida para bien o mal, le debía mucho a su hermano Bobby y aún le seguía debiendo mucho, debía volver a S.A.M.C.R.O. Para poder recompensar todo. Lincoln se quedó tanto tiempo pensando que no se dio cuenta de que Ronnie lo miraba desde el marco de la puerta de su hija.
― Es hermosa ¿Verdad Linc? ― Ronnie miraba a sus dos amores con una sonrisa, esas palabras lo hicieron reaccionar para finalmente levantarse.
― Por supuesto que sí…― Lincoln se acercó a su esposa con la misma sonrisa en sus labios. ― Ustedes dos son preciosas a mis ojos. ― el señor Loud tomó a su esposa de la cadera para verla a los ojos.
― Je jeh… A veces siento que lo dices para hacerme sentir como una niña otra vez. ― Rodeó con sus brazos a su esposo mientras que las mejillas de Ronnie se coloraban un poco por el comentario de Lincoln el cual procedió a juntar su frente con la de su esposa.
― Si eso fuera cierto ya tendría un puñetazo en el rostro y un sándwich en los calzoncillos. ― Lincoln río un poco al recordar sus tiempos de infancia y parte de su adolescencia.
― ¿Quieres uno ahora? Créeme que no se me haría difícil. ― Ronnie dijo en tono de burla, pero de alguna forma le habría encantado hacerlo en ese preciso instante simplemente por nostalgia.
― Hmmm… ¿Sabes que me encantaría en este momento? ― Lincoln tocó suavemente los labios de Ronnie los cuales reaccionaron de inmediato al tacto.
― Oh, ¿Y qué es eso? ― Ella sabía lo que vendría a continuación por lo que lentamente se acercó al rostro de su esposo.
― Esto. ― Lincoln rompió las distancias con Ronnie Anne y sus labios se unieron en un beso, Lentamente el padre del hogar comenzó a salir junto a ella cerrando la puerta del cuarto de su hija.
Este tipo de interacciones entre ellos había empezado desde que eran más jóvenes, quizás no hasta el punto en el que se acostaban en el sillón a tener sexo, pero a veces se daban una que otra muestra de afecto, a veces discreta por el carácter tan rudo de Ronnie Anne, pero después de un par de años Lincoln fue capaz de acercarse a su lado más blando, aunque aún lo recordaba como si hubiera sido ayer, por primera vez había montado una Harley, y Roberto estaba orgulloso de Lincoln por haber superado el miedo a la moto mientras aún seguía siendo un novato o bien dicho Prospect. Ahora cabalgaba por las calles con una hermosa Harley Davidson Bautizada como Lucille Loud tras su primera montada en la manada de Bobby, Roberto y él. A sus dieciocho años, la experiencia había sido la mejor en años, y cuando llegó a compartir su anécdota con su novia, ella se sintió relativamente bien que él pudiese compartir mucho más tiempo del que jamás pudo compartir con su propio padre. Entonces la charla llevó a una cosa y luego otra a otra, y otra a otra y así sucesivamente hasta que los dos estaban en el sillón del apartamento besándose y uniendo sus cuerpos sin ninguna clase de arrepentimiento o pudor, era obvio que se amaban y que el afecto que se tenían iba a revocar el deseo de hacer el amor, así de simple y sencillo la noche después de su cabalgata le había dejado tanta emoción que compartirlo solo con palabras no había sido suficiente. Si bien no había perdido su virginidad al montar a Lucille, que bien se la pasó en el apartamento de Ronnie.
Aunque esa noche solo se dedicaba al amor que se tenía tanto uno como el otro, su vida juntos, aunque con falta de ingresos económicos era perfecta. Y en medio de los besos a Lincoln aún buscaba la manera de decirle.
¿Cómo carajo iba a hablarle sobre la visita de Bobby a su trabajo en la tala de árboles, y la propuesta de volver a Sons of Anarchy, que por supuesto ya había aceptado? Mierda… ¿Que mierda le iba a decir a Ronnie y a su Hija? Y así como así Lincoln la apartó sintiendo un pequeño pinchazo de conciencia, algo que ella notó de manera algo extraña.
― Linc… ¿Pasa algo malo? ― Ronnie miró confundida a su marido mientras este volvía a acomodarse en el sillón para sentarse bien.
― Sí Ronn, solo que… Es que… Ahhh solo no te preocupes, ¿Sí? Supongo que el día fue más pesado de lo que creí…― Lincoln desvió su mirada a un lado de la sala, decirle sobre la visita de Bobby a su trabajo la pondría como una cabra, quería evitar a cualquier costo eso, pero era muy difícil pensar en algo que no la altera tratándose de Bobby y su relación directa con la filial de Sons en Royal Woods. Ronnie por supuesto sabía que no era eso, era algo más.
― ¿Porque siento que me mientes Lincoln? ― Ronnie cruzó ambos brazos mientras buscaba indicios de la mentira que Lincoln le estaba lanzando en esos instantes.
― No, no te miento Ronn es cierto, ya sabes cómo me deja el talar árboles casi todo el día además con el salario de mierda que me dan siento que no tengo muchas ganas de seguir ahí…― El tono del hombre del hogar se cubrió los ojos aun esperando que eso le diera la respuesta que quería escuchar pues sonó algo convincente tratando de no revelar el acuerdo que había hecho con Bobby. ― Solo quédate tranquila, ¿Sí Ronn? ― Lincoln trató de abrazarla para por lo menos compensar, aunque ella ahora fue quien apartó la mano de su esposo y tomó su cabeza entre las suyas para que la viera directamente a los ojos.
― Lincoln… Prométeme que me estás diciendo la verdad. ― Ahora sí estaba contra una espada y la pared, cuando ella lo veía de esa forma, directamente a los ojos sabía que no podía decirle ni la más simple de las mentiras, Lincoln posó una de sus manos encima de la que tenía en una de sus mejillas, dio un suspiro muy largo y cerró fuertemente los ojos.
― Bobby… Vino a visitarme hoy al trabajo…― Al escuchar el nombre de su hermano, Ronnie lo soltó sin previo aviso, la idea del club llegó súbitamente a su cabeza y su hogar comenzaba a tornarse en un lugar muy frío, no sabía si era porque el ambiente en realidad se había puesto muy frío o porque un aire muy gélido le recorrió completamente la espalda al referenciar directamente a su hermano con el club que casi le arrebataba a su novio.
― Y… Y q-que… ¿Que te dijo?, ¿Que quería o… ¿O Que? ― Ronnie trató de pensar lo mejor de su esposo en esos mismos momentos, pero su respiración comenzaba a alterarse mientras más pensaba en la vida criminal que él había tenido antes de concebir a Luz, y que sí era lo que empezaba a pensar, el hogar entero se iría al quinto demonio.
― Bueno…― Lincoln pensó lo más rápido que pudo ahora que ella no lo miraba directamente al alma, algo que le diera una calma temporal del nerviosismo que poco a poco incrementaba dentro de ella. ― Él… Me contó algunas cosas sobre Lori, me dijo que Laura y Lynn#3 se enfermaron la semana pasada y las tuvieron que llevar con un doctor, además de que Lori quiere visitarnos la próxima semana y quiere ver si puede traer a las niñas y a Robbie para que pasen un rato agradable con Luz… Ya sabes qué a ella le gusta pasar tiempo con sus primas y con su primo. ― Eso pretendía ser el discurso más convincente de la historia, pero Lincoln conocía a su esposa, y sabía que no se iba a tragar esas pendejadas tan fácilmente.
― Lincoln… ¿En serio Bobby te visito para decirte eso? ― Ronnie de verdad quería creerle a su marido, ocho años de confianza y honestidad que él le había dado podrían irse directo a la basura en ese mismo instante si le decía que sí, y al final la mentira salía como disparo por la culata. Lincoln llenó sus pulmones de aire y trató de decirle que Sí, pero debía de decirle la verdad… o por lo menos una pequeña mentira blanca que no la lastimaría del todo, pero sí la pondría mucho más nerviosa de lo que ya.
― Bueno… También me dijo algo sobre… Ya sabes el Club… Me dijo que hubo un par de problemas y eso con los muchachos y con un club rival, pero de ahí en más nada…― Lincoln volvió a desviar la mirada, sabía que su esposa no se había tomado bien eso cuando se levantó y con una mano en la boca pensaba silenciosamente en lo que él le había dicho.
No le gustaba para nada que él mencionara a S.A.M.C.R.O., Lo odiaba, odiaba el hecho de que el club haya vuelto a Lincoln un criminal, casi igual o peor que un gánster o un mafioso y la alarma se activó cuando la idea de que él regresaría a esa vida llegó cuando pensó en su hija, en su hogar y en todo lo que ambos habían logrado por ocho años. Y luego una imagen de su casa en llamas, su hija desaparecida o muerta y ella lamentándose de ver su hogar y sus sueños reducidos a cenizas. Ella no quería pensarlo y quería pensar que su esposo sería fiel a la promesa de no volver al club, pero… Sabía que no podía controlar lo que él hacía cuando no lo veía, no podía tenerlo como un perro y cuando se portará mal regañarlo y decirle "No, Chico Malo, Ve a tu rincón." Era un maldito ser humano, no un animal que ella podía controlar, cuando era su bully y abusaba de él se sentía en absoluto control sobre Lincoln… Pero ya habían pasado tantas primaveras desde entonces, ahora eran una pareja casada y con una hija, no podía volver a esa época en donde le hacía bromas pesadas o le pegaba por su extraño entretenimiento, esto ya era muy diferente hermano. Su cabeza era un revoltijo de ideas inconclusas y muchas cosas que le estaban doliendo ahí mismo… Hasta que sintió que alguien la abrazaba, reconocer los cálidos brazos de su marido fue la primera parte, la segunda fue cuando él volvió a hablar tranquilamente para calmarla a ella.
― Oye… Sabes que te amo. ¿Verdad? ― Lincoln le habló a la madre de su hija, haciendo un intento por calmarla. Ronnie escuchó, pero sus palabras estaban perdidas entre la realidad y la pesadilla. ― Yo sé cómo te sientes con respecto a S.A.M.C.R.O… Créeme… Créeme que yo jamás haría o diría algo para lastimarte a ti o a Luz. Ustedes dos son mi vida. S.A.M.C.R.O. También lo fue, pero ahora tengo prioridades más grandes. ― En su mente esperaba que su esposa le creyera sus palabras, pero en su mente Lincoln se decía a sí mismo "¡Puto Mentiroso de Mierda!"
Mientras que Ronnie trataba de encontrar un escape para el laberinto que había hecho en su cabeza. unos minutos pasaron hasta que ella tomó la cabeza de su marido con ambas manos y juntó su frente con la de él. Ella confiaba en su esposo, y de verdad quería hacerlo ahora más que nunca.
― Lincoln…― Ronnie miró al suelo tratando de buscar el camino hacia los ojos del amor de su vida.
― Dime Ronn. ― Lincoln muy por el contrario no podía apartar la mirada de su esposa.
― Prométeme… Prométeme… Que nunca más volverás a Sons. ― Lincoln al escuchar esas palabras sabía que ya no era una promesa que podía cumplirle, y aunque le dolía mentirle a su propia esposa no sabía cómo abordar el tema del trato con su hermano.
"No Le Hagas Promesas A Una Chica Si Sabes Que No Puedes Cumplirlas…" Es lo que sus hermanas le habían dicho por tanto tiempo y en ese mismo instante cobraron más relevancia de lo que ya, Lincoln sabía cómo responder sin tener que decirle nada.
Un beso en los labios, un beso que estaba cargado con todo lo que Lincoln podía dedicarle desde el pecho, sí eso debía funcionar, tenía que funcionar, y como si algún ente divino lo hubiera escuchado funcionó.
Ella respondía con el mismo afecto, Ronnie en su mente todos esos sueños y pesadillas se desvanecían, su mente se volvió en completo blanco como el cabello de su amante incondicional. Poco a poco los roces, caricias y besos comenzaron a bañar el ambiente con un calor muy pasional, y así como así Ella lo guio al cuarto de ambos para seguir haciendo lo que se comenzó en el sofá. Primero las prendas superiores perdieron su significado y mientras más se proseguía en la acción las interiores también se perdían en el cuarto hasta que solo eran dos cuerpos desnudos que se fundían una y otra vez, como bien decía un gran cantante: "El amor sabe mejor sobre la cama. Pero se te apaga el sol cuando se marcha" Pero ella no iría a ninguna parte, ella era suya, la mujer que amaba con tanta pasión desenfrenada, la madre de su hija era la mejor amante que él podría pedir y desear. No se podía tener tan poco de la piel color café de su esposa, no podía tener suficiente, la quería completa y absolutamente para él.
Un par de horas más tarde…
Ambos cuerpos descansaban sobre el colchón matrimonial, ambos estaban exhaustos y se notaba en sus respiraciones, pero el de ella era mucho más tranquilo y satisfecho, tanto así que ya estaba a medio paso del mundo onírico. El sexo entre ellos era una experiencia que siempre terminaba con ambos cansados y con ganas de dormir. Pero Lincoln, aunque cansado, no podía conciliar el sueño como Ronnie, él aún tenía su cabeza metida en otras cosas… Y eso no pretendía ser un chiste sexual, simplemente pensaba. Todo el maldito día, desde que Bobby lo fue a visitar, no pudo apartar los pensamientos de su Familia y S.A.M.C.R.O. era un cuento de nunca acabar, sin final.
Siempre que pensaba que podría tener la solución, llegaba a otra idea que le jodía por completo la primera, Lincoln solo les daba vueltas a sus pensamientos y de regreso. En la tarde con Bobby, ni siquiera se pensó mucho la propuesta, la aceptó sólo pensando en su deseo de libertad y de remontar su motocicleta, ni siquiera se dio cuenta que debía pensar en su Esposa e Hija. Su decisión fue una muy estúpida desde un inicio, y muy autocomplaciente, primero era su familia y luego él… Pero esta vez él había tomado una decisión solo por él, su familia fue a segundo plano y así fue como todo en algún momento le cobraría caro, el pasaje al infierno no era gratis y sabía que en algún momento cuando debería saldar cuentas, aquellas que nada debían ni temían serían las que más sufrirían las consecuencias… Cuando lo que nada deben son los que más temen… Los inocentes siempre eran los que pagaban los platos rotos. Lincoln suspiro pesadamente y dirigió su mirada a un lado para tratar de decirle algo a Ronnie… Pero ella ya estaba profundamente dormida.
Lincoln ahora estaba solo con sus pensamientos, apartó una de las piernas de su mujer que aún seguían encima de él y la cubrió con las mantas, el frío de la noche se filtraba por la ventana y por el sudor y los demás fluidos que se compartieron esa noche le provocarían un resfriado y una enfermera que se la pasa estornudando entre los pacientes no era algo muy bueno que digamos. Cuando se sentó al borde de su lado de la cama solo se dedicó a mirar el suelo con las prendas que aún lo cubrían parcialmente… Sí Ronnie, con la simple mención de Sons of Anarchy, la había puesto en ese estado de shock, el que él volviera al club la iba a afectar demasiado. ¿Qué le había ocurrido a esa chica ruda de la escuela? Bueno el tiempo junto a Lincoln y el tiempo que él pasó en S.A.M.C.R.O. La habían ablandado un poco, tan solo un poco aún seguía siendo la chica dura que él recordaba… Pero también era madre y su hija era su mundo entero al igual que el de Lincoln, si le ocurría algo a ella, justamente a ella la pequeña Lucecita de ambos. Lincoln y Ronnie se morían, pero él no lo permitiría, él la protegería, aunque tuviera que arrancarse los brazos y las piernas con tal de mantenerla a salvo.
Simplemente Lincoln entonces miró al closet de ambos… era un closet muy grande de hecho, se levantó y se dirigió a él.
Lo abrió y en el fondo vio una caja negra con un símbolo. El símbolo de la parca sosteniendo su Guadaña que se componía de una M16 y una bola blanca con el símbolo de la Anarquía. La abrió y de ahí sacó una chamarra de cuero con ese Mismo Símbolo…
Nuevamente miraba a Mr. Mayhem a los ojos como la primera vez.
Su piel se erizó… Él lo llamaba…
"Una Vez Más" Pensó mientras tomaba su chamarra y de uno de los bolsillos sacaba una llave.
Bajó hasta su cochera y cubierta con una gruesa lona la miró, la destapo solo para ver el reluciente color negro del repintado y a Mr. Mayhem grabado en su piel, al igual que él.
Era hora de Volver…
― Hola Nena… ¿Me extrañaste? ― Sonrió ante su última palabra.
Era raro estar nuevamente junto a Lucille. La impresión de estar jugando nuevamente una antigua partida guardada golpeó su mente, y no fue divertido: fue como dejar a su esposa en el olvido y no volver a verla hasta después de ocho años. ¿Cómo pudo hacerle eso a Lucille? Ella había sido su primera vez y su libertad. Su Anarquía. Sobre ella sentía que el mundo era suyo. ¿Acaso ella le guardaría rencor? Imposible. Lucille estaba más allá del rencor. Entonces al colocarse su chamarra y montar su moto una vez más finalmente se sintió Completo...
― This Life Curtis Stigers & The Forest Rangers.―
Riding through this world… All Alone.
God take your soul. You're on your own.
A Crow flight straight, a perfect line.
On the Devil's Path. Until you die.
Gotta look this life, In The Eye.
Gotta Live this Life.
Until You Die.
The Loud House: Sons Of Anarchy.
Capítulo 1: Regresando A La Carretera.
Escrito y Dirigido por Eddy The Black Fire.
Co Dirigido y Escrito en colaboración con Osvaldo The Sleeping Voice.
―The Black Keys Hard Row.―
Royal Woods se veía diferente visto sobre una moto que sobre un auto o andando a pie. No era solo por eso, sino que parecía que todo se movía a pasos de tortuga, mientras que en una motocicleta el tiempo era relativo. Como si uno estuviera corriendo encima de él, a veces ni siquiera se notaba el paso del mismo. Y él un hombre que había pasado 8 años sin esa sensación de Libertad absoluta, sin cadenas. Solo el sonido de su respiración en sus oídos y la voz de su amada Harley. Esas sensaciones casi lo abrumaban. Era como una represa abierta, inundándolo de una libertad que hace años no sentía. Casi, casi se sentía capaz de renunciar a todo, a ese trabajo, a la vida en sociedad..., ¿A su familia?
No. Era hermoso andar sobre Lucille otra vez, pero no al extremo de olvidar a Ronnie Anne y a Luz. Aquello lo devolvió a la realidad con un sentimiento de mierda en el interior de su estómago.
Pensar en la familia que había formado y que en un momento todos esos años se irían directo al Infierno. Pero no se sentía abrumado, estresado, o incluso mal por esos pensamientos que inundaban su mente, No podía estarlo en realidad pues él estaba en paz. Cabalgando como lo había hecho cuando aún era joven, con una vida libre y sin restricciones. El motor que ronroneaba como una Leona hermosa y aún fiera lo calmaba, y la briza fría solo reafirmaba que estaba siendo llevado de la mano por una sensación que no había tenido en años… Maldición una sensación que no había tenido en toda una vida. Girar el acelerador y su leona fiera y con un rugido le correspondía sin dudarlo ni negarlo, ella también había esperado tanto tiempo por ese reencuentro.
Y él solo sonreía, sonreía al disfrutar el dulce sabor de la libertad recorriendo su cuerpo fríamente por el viento de esa mañana donde él volvía a nacer como un Cuervo Negro que volaba en una carretera oscura.
Habría deseado que el viaje jamás terminará. No podía ser infinito, pero sí podía dar un paseo hasta Hazeltucky, quizás ida y vuelta dos veces. No molestaría a nadie.
Llevaba mucho tiempo sin rodar, seguiría viajando hasta agotar el tanque y llenarlo hasta acabarse el dinero de ser necesario.
A la Mañana siguiente…
Ronnie despertaba levemente por un olor singular, miró a su lado y se dio cuenta de que su marido no se encontraba a su lado.
Al ponerse algo de ropa y dirigirse a la cocina se encontró con su hija y con Lincoln.
Él preparaba el desayuno mañanero con una sonrisa mientras que la pequeña Luz comía con una sonrisa. Eso se le había hecho raro por una forma, pero Lindo de otra pues las dos personas que más amaba en el mundo estaban ahí.
― Ami, Ya despertaste. ― Luz dijo con alegría mientras Lincoln volteaba a verla.
― Eh… ¿Que es todo esto? ― Preguntó con una sonrisa nerviosa mientras entraba a la cocina. Siendo recibida por su Lincoln el cual colocaba sus manos sobre los hombros de su esposa.
― Que bien que despertaste Ronn, Ronn― Mencionó dándole un beso en la mejilla. ― Siéntate, yo hago el desayuno.
Aquello no era común, y una alarma se encendió en la mente de Ronnie Anne. Pero prefirió ignorarla: tal vez Lincoln quería relajar las tensiones que ella acumuló por la noticia del día anterior.
Su esposo volviendo a S.A.M.C.R.O. Ni en sus pesadillas lograba concebir aquello. No podía creer que su esposo fuera así de egoísta había cambiado totalmente tras el nacimiento de Luz. Se había vuelto un hombre trabajador, puede que no ganara mucho, pero era un trabajo honrado.
— Está bien, Lincoln — Dijo ella, sonriendo un poco— ¿A qué se debe tanta... Atención? —
"Porque quiero volver a Sons of Anarchy y quiero que estés tranquila antes de contarte". Dijo una voz en su cabeza que ella se esforzó por silenciar.
— Bueno me desperté de buen humor. Y quería darles a mis chicas algo lindo para hoy. — Respondió dándole su desayuno a su esposa. — Además. — Lincoln pegó un poco su boca a la oreja de Ronnie para susurrar. — Anoche estuviste fantástica. — Eso hizo que su esposa se sonrojara.
— ¡Linc! No digas eso enfrente de Luz. — Susurró mientras miraba apenada a su hija.
— ¿Que no debe decir Api enfrente de mí? — Preguntó curiosa la pequeña a sus padres.
— Nada, nada, Lucecita —dijo Lincoln revolviendo un poco el cabello de su hija, antes de sentarse y tomar su desayuno. Sentía algo de culpa por ocultarle a Ronnie Anne lo que pensaba hacer, pero sabía que, de contarle, sólo conseguiría ponerla nerviosa. O peor, quizás Ronnie Anne decidía marcharse, llevándose a Luz con ella, a otro Estado, quién sabe hasta tal vez otro país, para que él jamás pudiera volver a verlas.
No quería pensar en eso. Ellas eran su todo, desde hace mucho tiempo su esposa e hija significaban todo para él, no podía perderlas, pero en su dilema estaba su deseo de volver a ser uno con el club.
Algo debía hacer. Algo tenía que hacer. Ese día tenía que presentarse a la sede de S.A.M.C.R.O en Royal Woods para reencontrarse con sus hermanos, pero también debía de seguir pensando en las cosas que debía decirle a su esposa para que esa decisión no la afectará más de lo que debía.
Algo debía hacer… Algo tenía que hacer, ya no podía reprimir ese deseo de volver a las andadas como en el pasado, pero tampoco podía despegarse de su familia… No otra vez. Debía encontrar una solución al problema en el que él se había metido por voluntad propia. Por más que daba vueltas al asunto, no lograba dar con una solución, al menos no una que no hiciera sufrir emocionalmente a Ronnie Anne. Al parecer el hombre con un plan se había ido muy lejos de vacaciones.
El futuro se veía oscuro. Quizás su hermana Lucy disfrutara con esa frase, pero en ese momento le pareció sumamente cursi y aun así apropiada. Debía proceder con mucho cuidado si quería que su familia estuviese bien en ese futuro oscuro.
Poco después Ronnie se preparaba para ir a trabajar esperando que Lincoln también se estuviera preparando, Aunque se veía más enfocado en su hija que en otra cosa. Aunque no dudaba que pronto se pondría a hacer su rutina diaria, pues su trabajo, aunque le chupaba el alma, ayudaba al salario de enfermera que tenía a mantener la casa de pie. Pero ese día parecía que solo quería enfocarse en su hija y en ella.
— Oye Linc, ya me voy. Espero que no se te haga tarde. — Comentó cargando sus cosas mientras tomaba las llaves de su auto. —Vamos Luz es hora de ir a la escuela.
— Oh, No, no te preocupes Ronn yo llevo a Lucecita a la escuela. — Respondió el peliblanco sonriéndole a su esposa.
— ¿Seguro? ¿No crees que haya algún inconveniente con tu jefe? — Ronnie preguntó con algo de ansiedad, en serio rogaba internamente a que Lincoln de verdad estuviera siendo completamente sincero con ella. Trataba fuertemente de ignorar esa alerta sobre Sons.
— No te preocupes, le diré que solo quise pasar tiempo con mi hija. —Respondió acercándose a su esposa, él sabía que ella comenzaba a desconfiar por lo que trató de calmarla. — Mira, si me tomo un par de minutos extra no creo que afecte. Greg puede que entienda. De todas formas, casi no paso mucho tiempo con mi niña. Él lo entenderá.
— ¿Me lo prometes? — Volvió a cuestionar Ronnie viendo fijamente a los ojos de Lincoln.
En ese momento Lincoln le colocó un suave beso en la frente para calmarla tratando de que esas inseguridades se desvanecieron de donde habían venido.
— Te lo prometo por mi corazón Ron. Espero estar aquí antes de que se haga de noche. ¿Desacuerdo?
Realmente quería creer en Lincoln. No había ningún motivo para no creerle, él era su esposo y lo amaba durante años. Jamás tomaría una decisión tan egoísta y mucho menos una que arriesgara a su hija y a ella misma.
— Está bien, Linc, ten cuidado — Se dijo ella buscando mano con la suya—. Prepararé tu comida favorita para la cena.
— Bien, bien eso sería perfecto. — Respondió sonriéndole demostrando confianza a Ronnie la cual también le sonrió de vuelta.
— Luz Ya me voy chiquita. — Llamó a su hija la cual la abrazó. — Cuídate mucho, ¿Sí? — Dijo con mucho cariño para entonces despedirse de ella. — Volveré por tú cuando terminen tus clases, ¿de acuerdo?
— Sí ami, te esperaré. — Respondió al recibir un beso en la frente de parte de su madre, acto siguiente Ronnie se levantó para ir a la puerta y despedirse de Lincoln.
— Tú también vete con cuidado Linc. Y que no se te haga tarde. — Comentó mirando de frente a su esposo.
—Tranquila, Ronn. — dijo él —. volveré temprano.
Al menos eso era lo que esperaba. La vida tiene facilidad para truncar los planes y los deseos de las personas. Lincoln muchas veces se había visto arrastrado por circunstancias fuera de su control, a lo largo de toda su vida.
Pero la vida no podía negarle disfrutar de las decisiones que tomara, aunque fuera por escasos momentos. Fue feliz durante ocho años con su decisión de dejar S.A.M.C.R.O. para cuidar de su familia. Será feliz regresando con los Sons of Anarchy el tiempo que tardará en enterarse Ronnie Anne.
Finalmente, ella se subió a su auto para ir directo al hospital del pueblo, Mientras que Lincoln ahora debía encargarse de su hija. Por supuesto que ese día la llevaría a la escuela… Aunque de una forma diferente.
— Oye Luz ¿te gustaría saber lo que se siente estar en completa libertad? — Le preguntó a su hija mientras esta se colocaba su mochila en confusión total.
— ¿Completa Libertad? — Preguntó curiosa mientras que su padre sacaba las llaves de su moto de su pantalón.
— Ven conmigo Lucecita, te quiero presentar a una vieja amiga.
La pequeña lo miraba confundida, y eso le daba entre risa y tristeza. Subirla a Lucille debió ser una de las primeras cosas que tenía que hacer con ella. Pero nunca es tarde.
Existen momentos inolvidables, momentos que cambian el desarrollo y la vida de las personas, cosas que permanecen en el recuerdo para el resto de la vida. Como ver por primera vez una moto, o andar en moto por primera vez.
El primer paseo de Luz había sido una de las experiencias más lindas de su corta vida, Lincoln se había imaginado ese momento con su hija muchas veces antes de que ella naciera, un día montarla sobre el asiento, asegurarse de que ella no se callera y darle un paseo por Royal Woods, ese momento para Lincoln fue algo muy grande, finalmente le mostraba a su hija de lo que se había compuesto su vida como joven adulto. El rugido del motor, el viento entre su cabello, el ver cómo el mundo poco a poco se hacía pequeño y nada más importaba.
Luz por su parte estaba maravillada por una nueva sensación en su vida, como si no estuviera en realidad sobre un vehículo, como si por un momento ambos se hubieran despegado del suelo y estuvieran volando, pero aunque ella quería alzar sus brazos para sentir el vuelo de un ave no podía hacerlo, hubo dos reglas que ella debía seguir al pie de la letra ya que su padre se lo había dicho con mucha seriedad.
"1 Por ningún motivo me sueltes y 2 Siempre lleva el casco puesto" Pero aún con eso ella experimentaba un momento grandioso de poder y velocidad. Notaba que a su hija le encantaba la velocidad de Lucille, y eso lo hizo sentir más orgulloso que si hubiera llegado con el título profesional bajo el brazo. Su hija y él compartían la misma pasión, y aquello le encantaba y aterraba a partes iguales.
Ambos llegaban a la primaria donde Lincoln había estudiado durante años, De alguna forma le agradaba volver ahí, aunque no de la forma que lo esperaba.
— Muy bien aquí estamos. — Dijo al ver nuevamente su escuela.
— Gracias Api. Me gustó mucho el paseo. — Dijo su hija comenzando a quitarse el casco con ayuda de su padre.
— Je jeh esa es mi niña. — Dijo orgulloso de haber escuchado esas palabras. — Pero solo una cosa, este paseo… Que quede entre nosotros. ¿Sí? Digamos que sea como un secreto entre nosotros dos.
—¿No quieres contárselo a ami? — preguntó Luz.
Dicho así sonaba muy mal, pero en realidad era lo que quería decir. Nunca se imaginó enseñarle mentir a su hija, pero si iba a empezar, mejor que mintiera sobre su primer paseo en moto.
— No es que no quiera decirlo, mira pequeña Luz, solo mantén este secreto y te prometo que te traeré a la escuela más seguido. Además. — Lincoln le sonrió a su hija. — Yo sé que te gustó mucho andar en motocicleta. Si puedes guardar este pequeño secreto te prometo que saldremos más seguido así. ¿De Acuerdo? — Lincoln acarició el mechón blanco de cabello de ese lado de la cabeza de su hija.
— De acuerdo, api. — dijo ella feliz. Notaba que varios padres, transeúntes y niños los miraban con sorpresa. ¿Cuántas veces se ve a un motociclista de cabello blanco yendo a dejar a su hija a la escuela? Es posible que incluso le hayan sacado una foto.
— Hoy por mí, mañana por ti. — Un abrazo y un beso fueron suficientes para que la hija de Lincoln se encaminará a la escuela. Él simplemente sonreía por eso. Su hija era lo más lindo que él pudo haber creado y no lo dudaba por ningún momento. Lincoln entonces tomó su chamarra y se la puso, reluciendo el símbolo de Mr. Mayhem en su espalda, se colocó sus anillos de SoNs y de La Parca. Estaba Listo para volver al Club.
Se puso su casco y nuevamente prendió su moto para dirigirse al Club de Royal Woods.
El Club..., finalmente volvía. ¿Qué pensarían los demás miembros? Seguro habría muchos novatos que poner en su lugar.
Era el momento más complicado. Ya no había vuelta atrás si llegaba con los demás Sons of Anarchy.
No lo aparentaba, pero se sentía nervioso, ¿qué diría Joseph al verlo de nuevo? El V.P Podría reaccionar como se le diera la gana. ¿O Mike ese hijo de perra seguiría siendo el mismo de siempre? ¿Víctor le daría una paliza por tanto tiempo ausente? ¿E incluso ese pequeño granuja de Little Rocky ya estaría en la mesa? No lo sabía, pero tenía tantas ansias de reencontrarse con esos perros malditos. No sabría sus reacciones hasta que llegara hasta allá. En el peor de los casos nadie salvo Bobby estaría feliz de volver a verlo. En el mejor de los casos, lo aceptarían nuevamente como un full patch.
Un par de calles más adelante se vio con las Marcas de motocicletas que adornaban el pavimento. A Lincoln le dio un ligero escalofrío al sentirse por primera vez en mucho tiempo como en casa, y cuando vio a Mr. Mayhem tatuado en una de las paredes supo que ya había llegado a su destino.
Subió su moto hasta el estacionamiento y la aparcó justo al lado de las demás.
Algunos de los chicos presentes se preguntaban quién era el Imbécil que se presentaba justo ahí justo en ese momento. Y no tardaron en descubrirlo al ver el cabello blanco ser liberado del casco. Y mucho menos al reconocer esa chamarra de cuero negro.
— Lincoln el Hijo De Perra Loud. — Dijo un hombre robusto acercándose con una sonrisa completa a su hermano. — 8 Años en el que no veo tu asqueroso culo por aquí. — El peliblanco sonrió al reconocer la voz de ese hombre.
— Lo siento Michael, es que estaba tirándome a tu puta madre. — Respondió hilarante mientras abrazaba a su hermano motociclista.
— Oye, ella no es Puta. Sexoservidora sí, pero puta jamás. Esa mujer es una santa.
Lincoln río un poco, y los temores que lo habían asaltado comenzaron a desaparecer. Todo parecía seguir igual, y le habría gustado haber regresado antes, sin el ataque de los Lambs amenazando a S.A.M.C.R.O. quien sabe, tal vez estando él en el club, jamás hubieran atrevido a atacarlos.
Que pensamiento tan narcisista, pero en ese momento le pareció real.
— ¿Cómo has estado hermanito? Hace tiempo que no te dejas ver por aquí. — Dijo Michael posando una de sus manos en el hombro del motoquero peliblanco.
— Bueno, ya sabes, cuidando a mi hija, siéndole fiel a la promesa de mi esposa. Y tratando de adaptarme a la suciedad. — Lincoln respondió irónicamente a la pregunta de su hermano del club.
— ¿Y cómo te ha ido con la última parte?
— En palabras simples es una puta mierda.
—Te entiendo — Dijo Mike, riendo un poco—. Necesitas escapar de la rutina un par de días de la semana.
— Espero hacerlo más seguido Mike. Me hace falta estar con mis hermanos—Respondió sin apartar su sonrisa del rostro. Hasta que un tercero apareció de la puerta del Club.
—¡LOUD!— Gritó un hombre de ascendencia Latina en la puerta del bar, Ambos se miraron unos instantes antes de que el tercero fuera corriendo a Lincoln, El cual se cubrió antes de recibir un golpe de parte de Víctor. Lincoln fue derribado rápidamente por su amigo, pero eso no parecía una pelea en serio. Más bien como una firma personal de su hermano al demostrar cierto cariño a los demás.
— Maldito hijo de perra, te largas, no llamas y lo peor de todo es que no sacas a pasear a esa belleza que tienes. — Dijo Víctor alegremente mientras seguían luchando en el suelo. — ¿Que tienes que decir en tu defensa eh cabrón?
— Que también me alegra volver a verte, Vic. — dijo riendo Lincoln mientras correspondía los golpes. — Sigues igual de lento.
— Lento tu chingada madre— Río mientras ambos aún se seguían peleando. Mientras que más miembros del club salían a ver qué pasaba en el estacionamiento. Joseph y Mark también salían para ver por qué tanto alboroto. Solo para ver a Víctor peleando con otro hombre que no podía reconocer plenamente. en el suelo.
— ¿Qué Demonios está pasando aquí? — Preguntó Joseph mientras Que Vic se levantaba del suelo ayudando a su hermano. — ¿Lincoln? ¿De verdad eres tú? — Preguntó el Vicepresidente Mientras que el peliblanco aún reía por lo anterior acontecido.
— No, soy un fantasma, claro que soy yo. — Dijo sarcásticamente mientras los otros dos se acercaban a su viejo hermano.
Todo seguía igual, todo volvería a ser igual. Volverían a rodar todos juntos hasta el límite del Estado, pondrían en su lugar a sus rivales, y en el mejor de los casos, Ronnie Anne aceptaría que regresara con Sons of Anarchy.
Bueno, eso último era extremadamente improbable, pero era válido soñar por un momento.
Si hubiera sido un poco más cursi, hasta se habría puesto a llorar ahí mismo. Por suerte ese no era su estilo. Se sentía feliz, como no se había sentido desde que nació Luz. Le daba la impresión de que regresaba a un punto casi olvidado de su vida.
Sentía que regresaba nuevamente a casa.
Habría mentido si hubiera dicho que no extrañaba volver. Posiblemente habría acabado regresado al club aún si Bobby no hubiera llegado a avisarle de los problemas con los Lambs of Satan.
— Wow. Este día parece estar lleno de sorpresas, ¿no lo crees? — Dijo Mark acercándose para abrazar a Lincoln. — Que bueno verte de nuevo Linc.
— Digo lo mismo Mark, digo lo mismo. — Respondió sinceramente a el afecto que estaba recibiendo de parte de todos sus compañeros. De verdad parecía que estaba volviendo a su hogar después de 8 largos años.
— Bueno… Es bueno volverte a Ver Lincoln. — Replicó el V.P. Tratando de acercarse al hermano perdido de Sam Crow de Royal Woods. — Escuché que Bobby había tratado de hablar contigo sobre regresar, pero no creí que fuera cierto que decidieras dejar tu vida normal para regresar a esto.
"Dejar tu vida normal"... Aquella frase retumbó en la mente como unas campanas anunciando el fin. Abandonar a Ronnie Anne y a Luz.
De ninguna forma iba a dejar su vida junto a ellas, aunque regresará al club. Debía haber una forma de conciliar ambos mundos, por improbable que sonara.
— Bueno, solo la estoy anexando nuevamente a Sam Crow. — Respondió abrazando a su V.P. y este correspondió de igual manera. — Además los extrañaba a todos. Ustedes también son mi familia. — Dijo mirando de frente a Joseph. —¿Oye y donde está Rocky? ¿Ya tiene el Patch?
Los demás se miraron el uno al otro con algo de pena por esa pregunta de Lincoln.
— Oh… Gary… Linc, ¿Bobby no te lo contó? — Preguntó Mike apenado. Lincoln no tardó en entender lo que le había pasado a Little Rocky.
— Ay Mierda…— Dijo suspirando decepcionado y triste. — ¿Cómo pasó?
— Un tiroteo entre los Lambs. Él… Digamos que fue emboscado mientras completamos la transacción de las armas con los Negros. — Respondió Joseph recordando aquel momento.
— Apenas lo habíamos ascendido con su parche de Mr. Mayhem… Fue toda una puta desgracia...— Mencionó Víctor. Colocando una mano en el hombro de su hermano. — Hubieras estado orgulloso de Little Rocky. —
La noticia fue como un balazo. Rocky siempre había soñado con el día en que finalmente pudiera usar a Mr. Mayhem en su chaqueta, y era probable que hubiera llegado lejos en el club...
Y jamás podría debido a los Lambs. Encima en una emboscada.
— Esos hijos de puta ya se han cobrado a muchos de nuestros hermanos Linc, Ahora se llevaron Fer y a Rick, pero esto no quedará impune, todos ellos se reunirán con Mr. Mayhem ante nuestras represalias...— le habló Joseph con determinación. — Ellos no son más que nosotros. Ya no se cobrarán a uno más de nosotros.
— Yo me encargaré de que eso no suceda. — Dijo Lincoln sintiendo Odio por ese club Rival que ya había llevado a tantos hermanos. — Díganme dónde está Bobby. Estoy listo para hacer lo que debe hacerse.
Mataría a todos los Lambs of Satan con sus propias manos de ser necesario. ¿Como había pasado eso? ¿Como no le habían contado antes? Habría reaccionado de inmediato.
La mejor venganza sería a la manera de Sons of Anarchy.
Todos entraron al bar acompañando a uno de sus hermanos apenas regresado. Listos para empezar, con los planes.
Y por su parte Lincoln veía todo el lugar con ojos nostálgicos, las repisas con licores, la mesa de billar, las sillas, la mesa del bar, el sillón. Todo estaba en su lugar, todo como debería ser.
Y más allá la sala de juntas donde la mesa lo esperaba nuevamente, Y en una pared cercana todas las fotos que se les habían tomado cuando la policía los había detenido, como una muestra de orgullo y lealtad por el club, Y casi en el medio estaba la suya junto a la de Bobby.
Lincoln se sonrió a sí mismo, en esos tiempos él debía tener 23 años, lo habían detenido junto a su hermano por disturbios en el parque del pueblo, una riña con los Angels of Death.
Pero esa era una muestra de su valor por el club.
Mientras que Víctor le pedía una Ronda de Jack Daniel's a Tick para celebrar la llegada de un hermano al club como se debía.
— ¿Qué otras cosas han pasado? — Preguntó Lincoln, contemplando el lugar con cierta tristeza. Cada cuadro, cada foto, cada miserable rincón le traía el recuerdo de su violenta juventud: cuando le robaban motos a los Angels of Death, cuando se enfrentaban a los Lambs of Satan en la carretera, cuando escapaban de la policía y cuando debían defender sus negocios de las mafias rusas y afroamericanas. Parecía increíble que hubiera pasado tanto tiempo.
Apartó la vista, y se concentró en beber su trago. Ya era suficiente de melancolía, no quería sentirse como un anciano que rememora su juventud.
— Bueno, qué no ha pasado — Comenzó diciendo Joseph. — Nos están acorralando por todos lados.
— Pero ya estamos tomando acción contra ellos, la última bodega que asaltaron tenía cámaras de seguridad. Identificamos a varios de los Lambs que se infiltraron. — Dijo Mark tomando su pequeño vaso de cristal lleno de Whisky. — De la grabación salen Darren y Lowen. Ellos nos dirán donde dejaron nuestras armas y a quién se las dieron. Aunque no me explico cómo la encontraron… Esa bodega estaba en completo secreto...
— Cuando los interrogamos nos dirán quién fue el soplón. Lo encontraremos antes de que sepa que esos perros los delataron— Replicó Mike.
— Sí, Pero por ahora yo propongo que brindemos, por nuestro Hermano Lincoln que regresa después de tanto tiempo ausente y que se nos une a esta cruzada contra Lambs. — Dijo Víctor alzando su vaso de whisky junto a los demás mientras que Lincoln también tomaba su vaso de la mesa.
—Gracias, chicos — Dijo Lincoln, algo emocionado por el recibimiento de sus compañeros. Realmente no imaginaba que sería un recibimiento tan cordial, estaba seguro de que desconfiarían de él y le recriminarían haberlos abandonado por su familia. ¿No había hecho él mismo un comentario referente a moteros así, cuando tendría diecisiete años? Es increíble cómo funciona la ironía y el destino.
— Podemos ir ahora mismo a buscar a esos putos bastardos que nos robaron — Dijo Lincoln. — Quiero que me digan quien fue el puto traidor de mierda.
Apretó los puños. La idea de que hubiera un traidor en el club ya era nefasta de por sí, pero que encima los traicionara con los Lambs of Satan ya era demasiado.
— Yo también. — Respondió Víctor entusiasmado mientras los demás también empezaban a prepararse.
— Espera Lincoln, contén tus ganas de sangre por un momento, recuerda que aún debemos esperar a nuestro presidente. — Dijo rápidamente el V.P.
— Exacto, hay que pensar en nuestra movida antes de actuar. No queremos que todo esto se nos salga de las manos. ¿Verdad? — Replicó Mark mientras se acomodaba en el sillón del bar.
— ¿Y dónde está Bobby para empezar con esto de una vez? — Preguntó Lincoln mirando al V.P.
— Seguro está con su señora esposa, ya sabes que, aunque sea el presidente de este lado del país aún es algo mandilón con esa mujer… ¿Cómo se llamaba? — Mike preguntó tratando de recordar el nombre de la esposa de Bobby y hermana de Lincoln.
— Lori. Se llama Lori. — Respondió Lincoln con algo de seriedad porque no recordarán el nombre de su hermana.
Hasta cierto punto podía entender que nadie que no fuera él o un familiar cercano pudiera aprender los nombres de toda su familia, pero Lori estaba casada con Bobby y parecía casi una broma que no conocieran el nombre de quien era la esposa de su presidente. Sin embargo, no iba a hacer problema con eso. Tampoco es como si Mike fuera una de las mentes más brillantes de S.A.M.C.R.O.
— Tienen razón — Dijo Lincoln, tratando de calmar sus encendidos ánimos. — Sólo me llena de rabia saber que hay un traidor en el club.
Tan solo pensar esas últimas palabras hacían que la ira se reavivara en él. casi se sentía capaz de destruir un camión a golpes.
— Ya Lincoln. — Le dijo Mike. — Por mientras piensa cómo vamos a castigar al puto soplón, para cuando lo encontremos.
— Tienes razón Mike. Encontraremos a esa perra soplona y nos encargaremos de ella. — Respondió Lincoln con una discreta sonrisa.
Hasta que la puerta principal del club se abrió, dejando ver a Bobby y a otros dos chicos, uno con un chaleco full Patched y el otro sólo con el parche de Prospect.
— ¡Ya llegó por quién lloraban Perros!— Dijo Bobby entrando solo para ver a Lincoln ahí. — ¿Lincoln? ¡Qué pasó carnal! Que bien que te veo. — Dijo alegremente a su hermano el cual no dudó en abrazar. — Gracias por aceptar volver Linc.
— No Bobby, Gracias a ti por invitarme a volver. — Respondió Lincoln abrazando a su hermano de igual manera.
Ahora sí parecía que toda la banda se volvía a reunir, excepto aquellos que ya habían tenido una cita con Mr. Mayhem. Pero aún con su ausencia ninguno de ellos faltaba, siempre estaban presentes junto a los demás. Cada hermano perdido regresaría con cada golpe y bala que le lanzaran a los Lambs, y cualquier otra pandilla, club o mafia que se atreviera a meterse con los Sons of Anarchy de Royal Woods.
— Justo queríamos hablar contigo, por lo que haremos contra los Lambs — Dijo Lincoln, entonces se fijó en el Prospect que entró junto a él. inmediatamente rememoró los días en que él mismo era un joven Prospect, y prácticamente debió ganarse el respeto del club con cada gota de sudor y de sangre que pudiera entregar a nombre de S.A.M.C.R.O. sonrió un poco al recordar el momento en que finalmente le dieron sus parches, es el momento que se queda grabado a fuego en la memoria de cualquier motero.
Le hizo un gesto a Bobby para que le presentara al full patched que no conocía y al Prospect. Había pasado mucho tiempo fuera, era normal que llegaran nuevos miembros. Quería conocerlos, ahora eran sus hermanos.
— Richard ven aquí. — Llamó al nuevo hermano del club para presentarlo con el apenas regresado. — Linc este es Richard, se unió a nosotros hace un año. — Dijo haciéndose a un lado para que ambos se conocieran, él era un tío de cabello cortocastaño, ojos café y .
Piel morena.
— Hola, tú eres Lincoln, el que tanto me habló Bobby. — Dijo alzando una mano al viejo hermano del club. — Encantado de conocerte. — Lincoln asintió dándole la mano a su nuevo hermano.
— El gusto es mío. — Respondió sonriendo levemente.
— Y este pequeño cabrón es Johnny, es un poco torpe y algo distraído, pero es más leal que un perro y tiene muchos huevos. — Volvió a decir Bobby.
— Y es mi hermano menor. — Replicó Richard cediendo paso para que también él saludara a Lincoln. El joven se parecía mucho a su hermano, pero la gran diferencia es que el cabello del muchacho estaba rapado por los lados.
— Wow, así que tú eres Lincoln Loud —dijo impresionado Johnny—. Eres una leyenda aquí. ¿Es cierto que una vez ahorcaste a tres Lambs con la misma cadena?
— Sólo fueron dos — Dijo él. — Y ni siquiera era la misma cadena. ¿Qué mierda le han estado contando a este niño? — Dijo Lincoln intencionalmente en voz alta.
— No es nuestra culpa que haya preguntado por ti al ver tu foto. — Respondió Mike. — Además Bobby siempre hablaba de ti.
Lincoln rio un poco. no quería imaginar cuánto habrán exagerado las cosas que hizo por el club, en esa época cuando era más joven y vivía únicamente para Sam Crow. Pensándolo mejor, tenía sentido que fuera una leyenda: ¿cuántas cosas no se atrevió a hacer?
— Bueno. Solo te diré que soy bueno nada más eso niño— Dijo Lincoln sonriéndole al Prospect.
— Modesto como siempre Linc. Bueno, Yo convoco a una reunión. — Avisó Bobby colgando su mochila sobre su hombro. — Vamos que se hace tarde y tenemos muchas cosas de que hablar. — Dijo Bobby dirigiéndose a la sala de juntas junto a los demás miembros del club. Pero antes de que Lincoln cruzará la puerta Joseph lo detuvo.
— Linc. Podrías decirle al otro Prospect que cuando termine de limpiar las motos que limpie el baño. Hubo un problema con ya sabes quién. — Susurró a su hermano antes de que Lincoln reacciona.
Lincoln caminó tranquilamente hacia el lugar donde el Prospect estaba trabajando en limpiar sus motos. No parecía ser mucho mayor que Johnny, aunque sí parecía más débil físicamente. Podía imaginarse las bromas que el club le haría cuando no debía trabajar en el propio club.
— Hey, Prospect —lo llamó Lincoln, acercándose a él. el joven motero se giró apenas lo oyó, y al verlo parecía no saber reaccionar.
— ¿Quién eres tú? — Preguntó el muchacho de cabello negro y ojos azules, mirando su pelo blanco como si pensara que aquello debería decirle algo, pero no lograba recordar qué. Entonces recordó y abrió su boca de asombro.
— ¡Joder! ¡Eres Loud! — Dijo sorprendido, levantándose. — ¿Es cierto que...?
— Sí, es cierto — Dijo riendo un poco. —Dicen que cuando acabes de limpiar las motos, que vayas a limpiar el baño.
El Prospect pareció querer maldecir, pero se controló viendo a Lincoln ahí.
— Claro, lo hago apenas termine.
Lincoln miró a ese chico con algo de empatía, de verdad le recordaba a él, enclenque, crédulo y que siempre le dejaban los peores trabajos.
— Oye niño ¿cómo te llamas? — Preguntó acercándose un poco a él.
— Eh… Me dicen; Tony, pero mi nombre real es; Anthony Miller. — Respondió colocándose sus guantes para el trabajo sucio.
— Tu acento… No eres de por aquí ¿Verdad? — Preguntó al notar esa particularidad.
— No, soy de Brooklyn. Nacido y crecido ahí señor Loud. — Respondió sonriendo un poco.
— ¿Brooklyn? Huh… Curioso. Mi madre es de ahí. — Dijo con cierto rastro de curiosidad en su voz.
— ¿En serio?
— Y Síp. Ella es de Brooklyn. — Respondió sonriéndole al Prospect. — Bueno Tony, me tengo que ir, que te diviertas limpiando el Baño.
— Gracias, señor Loud… — Respondió él tratando de sonar amable, pero su rostro delataba que no le hacía gracia limpiar el baño. Lincoln rio, realmente eran muy parecidos. Quizás en el futuro, Tony se enamoraría, y al nacer su hija dejaría el club hasta que pasaran ocho años y luego volvería en el momento en que más los necesitaran.
Entró de regreso, y fue hacia la sala de reuniones, donde seguramente lo estaban esperando. Aún no podía quitarse de la cabeza que uno de los Sons era un topo de los Lambs, ¿Quién sería capaz de eso? ¿Traicionar a sus camaradas por qué, dinero? Era bajísimo.
Intentando despejar su mente, cruzó la puerta, y la magnífica mesa de Sam Crow lo miró con sus ojos de esqueleto. Parecía querer darle la bienvenida.
— Bienvenido Hermano. — Dijo Bobby tanteando la silla a su lado izquierdo mientras miraba la alineación acostumbrada de los demás miembros, con Joseph al lado derecho de Bobby. Después estaba Mark al lado de Joseph y Mike Al lado de Mark. Y del otro lado estaban Richard y Víctor. Lincoln solo se encaminó al lado de Bobby. — Bueno ya que estamos todos me gustaría comenzar con la reunión, no sin felicitar que. — Bobby posó su mano izquierda en el hombro de Lincoln. — Nuestro hermano Lincoln ha decidido unirse a nosotros una vez más. — Los demás miembros aplaudieron y apoyaron ante su hermano peliblanco el cual sentía el orgullo por esa bienvenida al club. — Ahora… Lambs, lo que pasó el otro día… Fue una pérdida enorme para nosotros, no solo por las armas sino por los hermanos que fueron llevados antes de tiempo por Mr. Mayhem… Rick y Ferguson fueron hermanos tan leales y devotos a su club, y a sus hermanos, que aún con su partida sé que esto no quedará impune. Rick al igual que Mark o Joseph han sido de los hermanos más longevos de este club. Y ahora su pérdida se siente como un golpe directo a nosotros. Y Fer Nuestro Sgt. On Arms nos han dejado un vacío enorme...
— Los vengaremos —dijo sombrío Lincoln, y sus palabras sonaron a juramento sobre la mesa de madera roja.
—¡Les meteremos una navaja por el culo a los Lambs! — Dijo Víctor, seguido de un grito de aprobación por parte de hermanos presentes.
— ¿Pero ¿cómo? — Preguntó uno de los hermanos nuevos, uno que traía la cabeza afeitada. — Nos robaron las armas, ¿cómo los matamos? ¿Puteandolos?
— Tenemos que conseguir más armas. — Dijo otro de los hermanos; Mike.
Lincoln bufó. No tenía idea de cómo estarían las finanzas del club o su relación con otros grupos o bandas. Si el dinero no era problema, podrían conseguir rápidamente nuevas armas para suplir las pérdidas; si no, era un problema, pero nada que una banda amiga no pudiera solucionar.
El problema sería si no tienen dinero ni aliados. Tendrían que comenzar prácticamente desde cero.
También debían planear bien la ofensiva a seguir contra los Lambs. Cualquier error podría llevar a la destrucción total del club. Lincoln no temía morir por el club, pero sí temía desperdiciar la vida en nada.
— Cierto necesitamos más armas, y con las que tenemos aquí no nos son suficientes. — Respondió Bobby. — Joseph, ¿cómo cuantas tenemos en la reserva?
— Tenemos 4 Glocks, 3 Colt 1911, Apenas dos escopetas y un rifle M4. — Respondió a la cuestión de su presidente.
— Mierda… Apenas tenemos lo necesario— Dijo pensando un poco en las opciones disponibles. — Mark… ¿Los Hood Dogs pueden ayudarnos?
— No… Aún le debemos armas a esos Negros...— Respondió en tono pensativo.
— ¿Y qué tal Angels of Death? — Preguntó Richard haciendo que los demás lo miraron extrañado.
— Claro, porque ellos van a ser muy cooperativos al darnos armas. — Respondió Lincoln en un tono sarcástico. — El problema aquí no es como, porque todos sabemos que todos ellos ya están muertos, el problema es con qué lo vamos a hacer. Ellos tienen nuestras armas y con ellas estarán bien armados para lo que sea, si queremos atacar primero debemos conocer en donde las tienen y a qué nos enfrentamos.
— Esa es una buena Idea. — Replicó Joseph. — Miren sabemos que Lambs nos ha tendido una trampa en miles de ocasiones, pero si usamos la misma estrategia en su contra no solo vamos a recuperar lo nuestro, sino que recobraremos más y tendremos aún más ganancias que pérdidas.
— Que yo recuerde en la grabación de la cámara de seguridad habíamos visto a Darren y Lowen, esos dos son tan estúpidos que visitan la misma cantina todas las tardes, ya saben, podríamos tenderles una trampa para que nos digan sobre sus depósitos. — Mencionó Richard ante las ideas que se complementaban en la mesa.
— Oye esa es una buena idea. Podríamos agarrarlos mientras van por un trago. Así podríamos interrogarnos hasta que nos digan dónde están sus bodegas y quién fue la perra escurridiza que nos delató. — Respondió Víctor emocionado por esa idea.
— Ese es otro tema… Chicos nadie que no haya estado en esta mesa los últimos meses sabía sobre esa bodega...— Bobby Mencionó. — Todos ustedes a excepción de Lincoln sabían que las ocultábamos en Riverside. No voy a desconfiar de ninguno de ustedes… Pero si alguno quiere decir algo sobre lo ocurrido. Necesito lo suficiente para saber quién fue la rata...— Finalizó dejando un silencio sepulcral entre los demás Sons.
—Vamos, es mejor que lo diga ahora. — Dijo Víctor — Si lo reconoce, le volaremos la cabeza. Rápido y sin mucho dolor.
Los moteros se miraron entre ellos, dudosos. No iban a comenzar a delatarse entre sí, ese comportamiento no era digno de S.A.M.C.R.O., pero temían que los líderes comenzaran a acusarlos al azar buscando culpables.
—No nos vamos a volver locos — Replicó Bobby. — No vamos a acusar a ningún hermano sin pruebas.
—Sólo quiero que la rata sepa que por su culpa han muerto hermanos del club. — Lincoln tomaba la palabra. — Y muchos más pueden morir. Si la rata está aquí, que lo admita ahora, porque después su sufrimiento va a aumentar por cada Son of Anarchy que muera.
Nuevamente el silencio. Los moteros estaban seguros de su propia inocencia, y al menos Lincoln no notó que ninguno estuviera demasiado nervioso o tenso. ¿Cómo hallar a la rata? Habría que tenderle una trampa, y eso era riesgoso. Primero tendrían que ver en quienes se puede confiar. Sus viejos amigos, ellos sí son confiables. Por más tiempo que llevaran separados, sabía que ninguno podría traicionar al club.
— La rata no hablará. — Sentenció Mike, y esas palabras sonaron a epitafio.
— ¿Qué haremos ahora? — Preguntó Richard.
— Podemos ir ahora mismo a pescar a Darren y Lowen. — Propuso Víctor.
— ¿Y si los Lambs esperan que vayamos tras ellos? — Preguntó Lincoln. — Puede que lo hayan planeado así, provocarnos para luego tenderse otra emboscada.
— Los Lambs no son tan listos. — Dijo Joseph, aunque la duda se notaba en cada palabra. — ¿O sí lo son?
— Esperemos que no lo sean...— Dijo finalmente Bobby. — Muy bien, vamos a prepararnos, este será un día muy largo. — Bobby finalizó la reunión dando el martillazo que siempre se acostumbraba cuando cada sesión se terminaba. — Prepárense saldremos a buscar a esos perros. — Dijo mientras los demás se levantaban.
— Bobby, ¿podríamos hablar solos tú y yo? — Preguntó Joseph a su presidente.
— Hum… Bueno, adelántense ustedes chicos. — Dijo mientras los demás salían, aunque Lincoln se quedó solo por unos instantes solo para mirarse en mutua confianza. Cuando el último Son salió Joseph cerró la puerta. — Muy bien ¿de qué se trata?
— Lincoln...— Soltó de repente mientras volvía a sentarse.
— ¿Qué tiene Lincoln? — Preguntó serio y confundido a lo que Joseph dijo.
— Él lleva… 8 Años fuera. — Volvió a decir seriamente.
— Sí, por su esposa; mi hermana. — Bobby respondió confuso ante las palabras de Joseph.
— Es por eso lo digo Bobby.
— No entiendo a qué quieres llegar con esto. — Volvía a responder Bobby con una gran incógnita sobre a lo que su V.P. quería llegar.
— Debes poner a prueba su lealtad hermano, esos ocho años pudieron haber ablandado mucho, debes comprobar que sigue estando dispuesto a hacer lo necesario por el club...
Él mismo lo había pensado, pero no quería formularlo en voz alta. Lincoln llevaba mucho tiempo fuera del club, y viviendo una vida tranquila sin nada de acción. No quería dudar de su camarada, del que fuera el mejor hermano del club, el primero de todos los Men of Mayhem de Royal Woods. Pero no podía negar que la falta de práctica afectaba demasiado a las aptitudes de un hombre. Él mismo a veces perdía puntería o temple cuando regresaba de las vacaciones con su familia.
Sin embargo, sentía que, si reconocía eso en voz alta, le estaría dando una patada por la espalda a Lincoln.
— Puede que lleve ocho años fuera. — Dijo Bobby. — Pero es un Men of Mayhem. Es como andar en la moto, algo que nunca se olvida.
— ¿Estás seguro de eso? —preguntó Joseph, aún dudoso.
Realmente no estaba tan seguro, pero no se retractaría.
— Ahora iremos a atrapar dos Lambs, y comprobarás por ti mismo que sigue siendo el mismo Lincoln de hace ocho años.
— Bien. — Dijo pensando en las palabras de su presidente. — Otra cosa, me gustaría que hablaras con Richard. — Bobby nuevamente miraba a su V.P tratando de entender sus palabras. — ¿No se te hace curioso… ¿Que hace unos meses su hermano se unió? Y que casualmente la reunión de Enero hablamos sobre nuestra bodega de armas, y ahora Lambs la descubrió.
— ¿Estás insinuando que Richard & Johnny sean las ratas? — Bobby volvió a preguntar serio a lo que su V.P le lanzó en esos momentos.
— No. Estoy diciendo… Que quizás Richard le contó algo a Jonathan que no debía saber aún. — Finalizó al levantarse de su silla. — No te estoy diciendo que Richard nos haya delatado, digo que quizás le contó algo a su hermano. Por eso te digo que hables con él, quizás él habló con una pequeña rata. — Sentenció mientras salía de la sala de juntas. Dejando a Bobby pensativo sobre aquello.
No quería pensar en eso, pero ahora que lo decía, era una posibilidad potente. Trató de quitarse esos pensamientos de encima, no era momento para desconfiar de los camaradas ni de los Prospectos. A pesar de que ellos perfectamente podrían ser topos a cambio de los parches de los Lambs y dinero.
Intentó apartar su mente de aquellas carreteras de pensamiento. Eran dañinas. Una vez capturaran a sus víctimas, pensaría en cómo cazar a la rata.
Esa tarde Lincoln volvía a tomar una funda de Pistola y colocaba el arma bajo su chamarra de cuero, Estaba Listo para volver a salir a las calles, con una. Dispuesto a darle caza a esos hijos de puta.
Se sentía como un joven de 20 de nuevo, dispuesto a salir a matar a aquellos que se atrevieran a dañar su estimado Club. Una vez más salir en manada, tal y como se debía. Como un verdadero motociclista salido de uno de los mejores clubes que se podían encontrar.
Nuevamente él junto a sus hermanos salían del bar para dirigirse a sus Harley's Cada una con el nombre de una chica. Solo para recordar que cuando se conducía, en realidad se le hacía el amor a la motocicleta.
Lincoln montaba a su Bella Lucille, mientras que Bobby conducía sobre una hermosa motocicleta conocida como Lorraine. Ese nombre que le había dado más que nada como un tributo por la mujer que amaba: Lori. Mike también montaba su moto con el nombre de Tasha, Mark paseaba por las calles con Dyna, Víctor cabalgaba a Tammy. Y Joseph a su vieja, pero confiable Betsy. Todos juntos y en manada mientras que los Prospect los seguían por detrás. Hasta que Lincoln hizo una seña a Bobby de que se separarían, no por mucho solo por unos instantes. Debía volver a casa por algo importante. Por lo que Bobby le hizo señas a los Prospectos de acompañarlo.
Los tres jóvenes seguían a Lincoln intentando no separarse de él. En cuanto llegaron a su casa, comenzaron a murmurar entre ellos, pensando que Lincoln no los oía.
— ¿Seguro que ese es Lincoln Loud? — Preguntó Tony.
— Debe ser él, ¿cuantos Sons han tenido el pelo blanco? — le respondió Johnny.
—Pues… Si no contamos las canas de Joseph… Pero se ve algo bajo, decían que levantaba las motos con una mano.
— Y ahí vas tú y les crees. — Dijo Johnny riéndose.
— Escuché que mató a tres Lambs con un bolígrafo. — dijo el tercer prospecto.
— Era una cadena. — Dijo Johnny. — Y él mismo me contó que fueron solo dos.
— Oigan tontos, si ya dejaron de hablar necesito que uno de ustedes me preste su moto. — Interrumpió Lincoln ante los otros chicos que comenzaban a preguntarse por qué de eso.
— Eh yo podría, pero… ¿Por qué señor Loud? — Preguntó Johnny confuso.
— Digamos que a mi esposa no le gusta ver cosas fuera de su lugar. — Dijo lanzándole unas llaves al novato. — Necesito que dejes tu moto en mi cochera y te lleves mi camioneta al club.
— Pe... Pe-pero señor Loud…
— Solo hazlo niño, y si puedes hacer eso le diré a los demás que consideren ascendente en el club. — Dijo con voz incitando a que ese Prospect dejará su moto solo por un par de días luego se le volvería a ocurrir que hacer con Lucille.
No le gustaba tener que abusar de su poder como Old member del Club… Pero necesitaba seguir manteniendo una fachada ante su esposa, si había una moto en la cochera y la camioneta no estaba cuando ella regresara de trabajar, eso significaría que él seguía siendo fiel a la promesa de seguir en un trabajo humilde y honrado.
— Está bien, señor Loud. — dijo el joven Prospect mientras se bajaba de la moto. Los otros dos no sabían que hacer, si sentirse felices o molestos por la suerte de su amigo.
— ¿Nosotros qué hacemos, señor Loud? — Preguntó Tony, deseando obtener el apoyo de Lincoln.
— Deben volver con Johnny al club, yo volveré con los demás. — Dijo Lincoln. — Esto no es trabajo para prospectos.
— Pero nos dijeron que lo acompañara. — Se quejó Tony, ahogando un bufido.
— Síp, para llevarse mi camioneta. — Respondió el motero de cabello blanco, mientras que Johnny dejaba su Moto en la cochera de Lincoln y la cubría con la manta.
— Maldición… Yo creía que tendríamos acción hoy— Dijo Tony decepcionado.
— Tranquilas chicas, cuando crezcan y estén dispuestos a mancharse las manos tendrán su oportunidad, aún están algo verdes. — Lincoln dijo mientras Johnny abría la puerta del conductor.
— Oiga señor Loud… ¿Usted en que trabajaba? — Preguntó el tercer Prospect curioso al ver las herramientas en la parte trasera de la camioneta.
— Era Leñador… Bueno aún lo soy, pero espero dejarlo muy pronto. — Respondió Lincoln cerrando la cochera con el control. — Muy bien niñas, vayan a casa, dejen que los hombres se encarguen de esto. — Avisó mientras volvía a encender su Moto.
— Es como decían que era. — Dijo orgulloso Tony al tercer Prospect mientras encendían sus motos y seguían a Johnny.
Lincoln sonrió un poco, algún día serían grandes hermanos en el club, hasta entonces había que evitar que se metieran en demasiados problemas. Ya irían adquiriendo experiencia.
Subió a Lucille y al encenderla ella lo saludó con un rugido de su potente motor. Debía ir a reunirse con Bobby, y el resto de Sam Crow, para hacer rendir cuentas a los Lambs.
Sintió una punzada de duda picar su interior. ¿Hace cuánto que no tocaba un arma? ¿Y si no podía estar a la altura de las circunstancias? ¿Y si quedaba en vergüenza frente a todo el club? O peor, por su culpa un hermano podría morir.
Agitó la cabeza para despejarse: no quería pensar en eso, debía confiar en que disparar, apuñalar y golpear fuera como andar en moto y no se olvidará jamás.
Nuevamente paseando por Royal Woods Se daba cuenta de que muchas personas lo miraban diferente, algunos con respeto, otros con intriga y hasta miedo, y algunos, lo miraban con admiración. Como si su título y puesto fueran algo a lo que aspirar.
Incluso al pasar cerca de la preparatoria se dio cuenta de que algunas de esas jovencitas lo miraban con atracción y algunas con ciertas insinuaciones, a veces ser el chico malo daba ventajas tan claras como esas. Pero ellas ya estaban muy fuera de su línea, casado y con una hija no podía darse el lujo de subir a una a su moto y menos a su edad… Aunque si hubiera sido más joven, sin compromisos y aún con el puesto que tenía de seguro le habría dado el visto bueno a una de esas jovencitas.
Pensado y enfocado en su objetivo no se dio cuenta de que un auto de Policía lo seguía hasta el punto en el que ambos vehículos quedaron uno al lado del otro.
— ¿Lincoln? — Escuchó a su lado un Oficial de policía que lo llamaba por su nombre y al voltear la mirada se encontró con alguien que solía ser su mejor amigo. — Creí que habías dejado esto. — Dijo Clyde serio y confundido por verlo de vuelta portando la chamarra y montando su moto.
— Clyde. — Respondió Lincoln, con una amarga sensación de sorpresa en su interior. Maldita sea, no esperaba toparse a su viejo amigo ese día, ni de esa forma. Era muy probable que Clyde lo delatara con Ronnie Anne, y eso echaría por tierra todo lo que había planeado para encubrir su regreso al club.
— Volviste a ser un criminal. — Dijo él, con un tono que más que una acusación, parecía una afirmación.
— Clyde, acusarme así es grave. — Respondió Lincoln, tratando de sonar tranquilo. — Solo quise montar a Lucille un rato. ¿Acaso eso es un delito? Que yo sepa, aun no me excede del límite de velocidad.
Debía tener cuidado, si Clyde lo detenía, su participación en la operación contra los Lambs que se robaron sus armas quedaría en nada. Y realmente quería estar ahí para vengar a los hermanos a quienes no pudo conocer, por culpa de esos dos.
— Ah. ¿Y para eso necesitabas la Chamarra? Que por cierto tiene uno de los logos de las pandillas que más problemas nos ha dado. — Respondió sarcásticamente mientras ambos seguían conduciendo.
— Es solo para recordar los viejos tiempos. — Dijo Lincoln simplemente tratando de no hacerle más caso a su viejo amigo.
— Sí, cómo no.…— Volvió a decir enfocándose nuevamente en el camino. — ¿Tú esposa sabe que volviste a las andadas?
— No y no necesita saberlo...— Lincoln respondió devuelta con cierta molestia en su voz.
Mientras Clyde suspiraba pesadamente.
— ¿Sabes algo? Te he visto en la celda de la comisaría más veces de las que alguna vez me he sentido cómodo. — Siguió hablando mientras conducía. — He leído cada reporte, cada acusación y cada crimen en el que te has vuelto implicado. — Entonces volteó la vista a su viejo amigo. — Desde que te uniste a ese club has puesto en duda todo rastro de bondad que hubo en ti. Y cuando te alejaste vi un cambio tremendo en ti y creí que volverías a ser ese chico Noble y Bueno que conocí cuando éramos niños...
— Los tiempos cambian y yo también Clyde. — Respondió nuevamente Lincoln realmente molesto, pero conteniendo ese impulso de detenerse y golpear a su amigo en el rostro.
— Sí. Pero tú cambiaste para mal… Solo te voy a decir esto una vez. Espero no volver a verte en esa celda otra vez. Porque si pasa se lo diré a Ronnie, a ver cómo ella responde a esto.
— Por ahora no es necesario contarle nada, Clyde. — Dijo secamente Lincoln. — Verás que no romperé la ley. No entraré a tu maldita comisaría.
No quería pensar en la lejanía que se instauró entre él y Clyde. Pensar eso lo hacía sentirse extrañamente mal... Como si fuera el primer síntoma de que su vida iba a torcerse inesperadamente. A veces le dolía rememorar el pasado y reflexionar cómo había pasado radicalmente de ser un perdedor a ser un Men of Mayhem, pero hasta ese momento no le había dolido.
Miró a Clyde durante un tiempo que pareció infinito. ¿Que faltaba ahora? ¿Encontrarse con alguna de sus hermanas? A ese paso Ronnie Anne terminaría oyendo sobre el regreso del Son of Anarchy de cabello blanco.
— Eso espero Lincoln, si aún tienes aprecio por nuestra vieja amistad te sugiero que no me decepciones más. — Respondió Clyde como advertencia de que esta vez iba en serio.
— Sí, sí lo que digas. — Finalizó mientras aceleraba a toda prisa al objetivo que debía ir en un inicio.
Para él, ese momento había sido no solo molesto, sino que incómodo. Ese reencuentro había sido tan horrible entre su viejo amigo y él. Por lo que lo había puesto de malas.
En otras circunstancias a él le hubiera gustado encontrarse con Clyde…
Pero él era un Oficial de la Ley y Lincoln un Forajido de la Anarquía.
No había punto medio entre ambos papeles en realidad
A veces pensaba que Clyde había decidido unirse a las fuerzas de la Ley únicamente para joderlo, ser su contrapunto total. A veces igual pensaba que entró para poder buscar una forma de encarcelar o tirotear a Bobby, pero trataba de no pensar en eso. ¿Hasta cuanto podía durar su rarísimo amor por Lori? No podía durar toda una vida. Y, de cualquier forma, si se metía con Bobby, el quiebre entre ambos sería total.
Los rugidos de Lucille lograron sacarlo de esos derroteros, y el camino se vio más claro. Como si la propia calle fuera adaptándose para permitirle pasar hasta donde los demás Sons of Anarchy lo esperaban.
Al ver varias motocicletas con el símbolo de Mr. Mayhem estacionadas a un lado de la calle, supo que esos eran sus amigos, lo habían estado esperando para comenzar con la operación, por lo que sin dudarlo se estacionó junto a las demás. Y un poco más adelante estaban sus amigos y hermanos.
— Ahí estás Lincoln, te estábamos esperando. — Dijo Bobby saludando a su hermano del club.
— Y síp. — Respondió Lincoln al apagar el motor de su motocicleta. — Ya mandé a los prospectos al club, ¿Qué es lo que tenemos? — Preguntó para mirar hacia las puertas del bar al otro lado de la calle.
— Bueno ya están ahí adentro. — Mencionó Richard mirando al mismo punto.
— Síp, perras costumbristas yendo a la trampa. — Replicó Víctor. — Ya no puedo esperar a hacerlas gritar.
— Tranquilos, recuerden que ese Bar también está controlado por Lambs. — Mencionó Bobby mientras se colocaba sus guantes y su bandana de calavera en la boca. — Tenemos que ser discretos y precisos.
— Como un puto ninja. — Respondió Lincoln haciendo lo mismo que los demás para cubrir su identidad, sumando a ponerse la capucha de su sudadera.
Varias veces, cuando era más joven, había pensado en entrar en ese bar con un rifle de asalto y acabar con todos los Lambs y asociados que encontrara, como en los videojuegos de disparos, pero no era idiota y sabía que en la vida real una bala basta para morir. Era muy raro, pero casi se sentía como un niño otra vez, haciendo realidad esa fantasía, por estúpida que fuera.
El bar..., odiaba todo de los Lambs, hasta el aspecto que tenían los lugares bajo su control. Hasta el alcohol debía saber a meado ahí dentro, y las mujeres eran feas como orcos. Seguramente la seguridad sería dura, pero no lo suficientemente dura como para impedirles vengarse.
Como tiburones, avanzaron entre las personas que llenaban el bar y ubicaron a sus víctimas. Había un extraño y cruel gusto en vigilar a las víctimas antes de atacarlas, un gusto que sólo deben sentir los depredadores.
Sólo los había visto por un video de una cámara de seguridad, pero bastaba para reconocerlos. Ahí estaban, con sus botellas de cerveza recién abiertas, riéndose. A ver cómo se reirían cuando comenzaran a hacerlos hablar.
Bobby Pateó La puerta haciendo que Víctor y Mike entrarán rápidamente por la trasera. Ambos Lambs apenas pudieron reaccionar antes de que Lincoln y Bobby los agarraron y sometieron en la mesa donde bebían, ambos inmovilizados y con armas en sus cabezas no pudieron oponer mucha resistencia, incluso el cantinero no pudo reaccionar a tiempo antes de que Víctor lo tuviera igual que a los otros dos Lambs.
Y Richard solo apuntaba a los demás presentes esperando a que ninguno la cargará y empezará un tiroteo.
— Muy bien hijos de toda su puta madre. Ahora sí los tenemos agarraditos de los huevos. — Dijo mientras presionaba su arma en la cabeza del Lamb mientras este trataba de no moverse tanto antes de que le dispararán.
— ¿Quién mierda son ustedes? — Preguntó El que tenía la cabeza rapada.
— Eso te viene valiendo verga hijo de tu puta madre, se sentían bien vergas cuando nos robaron ¿No? A ver si ahora muy vergas, ahora a ver si muy vergas hijo de tu perra madre. — Bobby insultaba mientras Los demás esperaban a Joseph con la camioneta del club.
— ¡Que Nadie Se Mueva Si No Quieren Que Les Volemos Los Putos Sesos!— Gritó Richard apuntando su arma a todos los presentes.
— Ahora pequeñas putitas, vamos a dar un paseo. Tienen mucho que decirnos. — Volvió a susurrar Bobby mientras esperaba a la bocina de la camioneta negra.
— ¿Ustedes saben quiénes somos? — Preguntó el hombre que estaba siendo sometido por Lincoln.
— Sí. Son los mismos putitos que se atrevieron a robarnos nuestras armas y matar a nuestros hermanos. — Respondió Lincoln apoyando con furia su arma en la nuca de Darren.
—¿Y quién mierda eres tú? —peguntó molesto el Lamb, presionando su cabeza contra el arma de Lincoln, como si lo desafiara a disparar.
"Mr. Mayhem" habría dicho Lincoln cuando era joven, o en otra circunstancia, pero en ese momento la furia hizo que lo golpeara en la nariz, no lo suficiente para noquearlo, pero sí para hacerlo sangrar.
—Cállate, saco de mierda. — Dijo él, obligándolo violentamente a levantarse. — Voy a ser quien te mate si no dejas de abrir tu puta boca.
La tensión solo crecía en el lugar. Un Lamb intentó levantarse, pero el arma de Víctor apuntándole lo desanimó.
— A ver, hijo de puta. — Dijo el otro Lamb. — ¿Por qué no nos disparas ahora y se dejan de tanto teatro?
Le gustaría que lo mataran de un solo tiro, y así ahorrarse todo el sufrimiento que tenían planeado para ellos. Seguramente putearían a todo el club, de las peores formas que se les ocurriera, con tal de llevar a la furia a alguno y hacer que lo mate, todo para evadir la tortura.
Putos cobardes.
— Eso te gustaría, perra — Dijo Richard. —¡Muévanse ahora! —ordenó apuntándoles. Otro Lamb quiso levantarse. El lugar era una olla a presión que podría estallar en cualquier momento, bastaba que cualquiera hiciera un movimiento estúpido.
Lincoln y Bobby llevaban a ambos Lambs a rastras mientras los demás le seguían apuntando a los presentes.
— jefe. ¿Qué hacemos con los testigos? — Preguntó Richard caminando junto a su presidente.
— ¿De cuáles testigos hablas? — Sentenció sin más haciéndoles entender a Víctor, Mike, y Richard lo que debían hacer en ese preciso momento. Todos comenzaron a disparar a quemarropa y sin piedad a todos los presentes. Gracias a los silenciadores el sonido de los disparos fue mutado por completo, haciendo que todos aquellos que habían estado en ese momento desaparecieran entre balas y sangre.
— Nick, Dart. busquen si hay cámaras. Y si las hay saquen el video de la grabación. — Llamó a sus compañeros con los sobrenombres que acostumbraban ante los asaltos, entonces Bobby al escuchar la bocina de la camioneta.
— ¿Y qué mensaje dejamos jefe? — Preguntó Víctor tomando un trapo para mancharlo de sangre.
— Sorpréndeme.
Se repartieron para realizar las tareas encomendadas por Bobby. Destruyeron las cámaras, sacaron los videos, y pintaron un mensaje en las paredes usando sangre de los Lambs caídos, después tendrían que lavarse las manos, no tanto porque fuera sangre sino porque era sangre de los Lambs.
Les habría gustado ver la cara que pondrían al ver cómo habían dejado su bar.
Subieron a sus motos y se dirigieron hacia el siguiente destino que les esperaba a los 2 Lambs.
Lincoln, por mientras, planeaba que castigos aplicar a los Lambs que traían en la camioneta. Primero necesitaban hacerlos hablar, debían evitar desmayarlos. Lo mejor sería un poco de electricidad, pero quería ver que tenía en mente Bobby.
Cuando ya hablaran y confesaran todo, ahí podrían hacer todo lo que quisieran, sin ningún límite salvo el de matarlos. Lincoln sintió un pulso de adrenalina que no había sentido en años, esa ira acumulada, esa violencia. Esa forma de tratar a aquellos que eran sus enemigos jurados era de un verdadero Son.
Porque para él los Lambs no eran más que suciedad, una infección que había tomado una parte de Royal Woods Y él junto a sus demás hermanos eran limpiadores. La cura para una enfermedad que crecía como un tumor maligno y ellos eran los cirujanos para extirpar la plaga de raíz. Y no serían suaves. Oh no, esta era una guerra sin cuartel.
En este punto ya no era una Limpia ética.
Era una jodida guerra sucia.
— Muy bien una vez que llevemos a estos putitos al club ellos nos dirán donde dejaron nuestras armas. — Dijo Lincoln mirando la van donde los corderos que estaban yendo directamente al matadero.
— ¿El club? No los llevaremos ahí. — Dijo Bobby serio.
— ¿Entonces a donde los llevaremos? — Preguntó Lincoln confundido.
— Tengo un lugar en mente. Algo que teníamos guardado para ocasiones como estas. — Respondió Bobby mientras que los que estaban en la Van junto a los Lambs miraban a ambos sujetos que pagarían los platos rotos.
— No puedo esperar a escucharlos cantar Pequeñas putitas. — Dijo Víctor sonriendo maliciosamente.
Lowen miró con odio a este último, mientras que Darren solo pensaba en como escapar. Aunque ambos ya no tenían escapatoria, ya estaban completamente muertos.
Solo estaban esperando el cuchillo que los degollará como cerdos. No notaba que tuvieran miedo, y eso lo molestaba un poco. ¿Acaso la perspectiva de ser torturados por S.A.M.C.R.O. no era suficiente para provocarles terror? Ellos son la banda más peligrosa de Royal Woods, los únicos dueños de la ciudad, ya era hora de que los Lambs recordarán cuál es su lugar: El matadero. Había que castigar duramente la osadía de desafiarlos como lo hicieron. Debían ser totalmente destruidos.
Y vaya que se encargaría de eso.
—Bien, espero que tenga todo lo necesario para que las perras nos cuenten todo lo que queremos — Dijo Lincoln, mirando el camino con una ira que llevaba años sin sentir.
La meta de todo Prospect, tener los parches completos y encargarse de los enemigos del club. Algún día los tres prospectos que lo habían acompañado, serían miembros de pleno derecho y estarían secuestrando rivales para ajusticiados, tal como él está haciendo ahora.
—Ya quiero poder castigarlos. — Dijo Víctor, apretando sus nudillos. — Eh, ningún intento de escapar, hijo de puta.
Darren bufó una maldición que pudo ser cualquier cosa. Lincoln se rio, en ese momento se sentían valientes, pero ya quería ver sus rostros cuando les arrancara los dedos.
— Cada uno tendrá su turno. — Dijo Mike a Víctor. — Hay que ser justos.
— Muy bien. — Joseph dijo mientras estacionaba la Van en una vieja herrería. Que se encontraba en un lugar alejado de la ciudad. — Ya estamos aquí chicos.
Avisó haciendo que los demás salieran de la van jalando a los Lambs de los chalecos.
— ¿Este es el lugar? — Preguntó Lincoln mirando alrededor y estacionando su moto junto a la Van.
— Aja, aquí es donde solemos interrogar a perros como estos. — Respondió Bobby abriendo la puerta trasera de la van para tirar al suelo y con violencia a Darren. — Muy bien, veamos quién será el primero ¿eh? — Miró a ambos esperando una reacción por parte de ambos Lambs, pero parecían inmutables ante sus destinos con S.A.M.C.R.O. eso molestaba en gran manera a Lincoln, pero debía ser paciente, tarde o temprano debían hablar.
— Vete a la mierda espalda mojada. — Escupió Darren reluciendo el racismo característico de los Lambs quienes se creían superiores solo por tener la piel de color blanco. Algo a lo que Víctor respondió pateando fuertemente el rostro del Lamb.
— Awww… ¿Te dolió pequeño blanquito? Qué pena. — Dijo Víctor para volver a patear con furia el rostro de Darren. — Puto Blanquito de Mierda. — El insulto no iba para él, pero vaya que, si sintió la ira recorrer todo su cuerpo, y no pudo evitar pisar con fuerza la mano de Darren, rompiéndosela. El crujido fue potente, como una bolsa de papas fritas al romperse, y de inmediato el maldito Lamb comenzó a gritar de dolor.
Maldijo, había caído en el juego de los Lambs. Si no se controlaba podría acabar matando a uno antes de tiempo.
Bobby entonces tomó a Darren fuertemente del cabello para que lo viera a los ojos.
— A ver hijo de la chingada, te haré esto fácil desde este punto. Nos dices donde están y quién reveló la ubicación de las armas y te juro que te daremos una muerte rápida a tú y a tu amigo.
—Escúchame, y escúchame bien, hijo de puta. — Dijo Víctor escupiendo. — Tu puto club no vendrá a ayudarlos, están solos y morirán de todas formas, así que confiesa todo para que te puedas morir rápido. —
Lincoln quería matarlo ahí mismo, pero no lo iba a hacer. No la iba a cagar después de tantos años sin volver al club.
Pero era difícil, delante estaba uno de sus odiados enemigos, el virus que infectaba Royal Woods, y encima había ofendido a su hermano y presidente. Hay ofensas que deben responderse al menos con un golpe.
Sólo esperaba que la fractura no impidiera poder torturar aún más al Lamb.
— ¿Y bien, putita? — Preguntó Víctor. — ¿Vas a hablar o qué? — El Lamb respondió escupiéndole en el rostro a Víctor el cual lo miró sorprendido pero furioso. Entonces miró a Bobby por unos momentos. Y Bobby asintió con la cabeza a lo que Víctor comenzó a quitarse su chaleco de piel para dárselo a Richard.
— Ese fue el segundo peor error de tu vida hijo de tu puta madre. — Rabió simplemente mientras lo tomaba del cuello y lo arrastraba a dentro del almacén. El día apenas comenzaba para Sons y la primera Víctima se iba a cobrar, con furia abrió la puerta de la herrería y lanzó al motociclista rival adentro. — Esperen unos momentos chicos, no tardaré… Mucho. — Y con eso cerró la puerta de golpe.
Por unos momentos se escucharon golpes y golpes y mucho más golpe, dados con furia y con violencia que solo podía provenir de uno de los Sons más Locos de Royal Woods.
Incluso desde afuera se podían escuchar los huesos y la carne siendo molida a punta de puñetazos limpios y duros.
Aunque por un instante se detuvieron siguieron con mucha más potencia que antes.
— Wow sí que odiaría ser tú en estos momentos Lowen. — Comentó Bobby mientras escuchaban lo que sucedía en la herrería. — Te apuesto 20 dólares a que le rompe la mandíbula, ese cabrón nunca ha sabido moderarse. — Dijo a Lincoln mientras el Peliblanco también escuchaba con atención.
— Yo te apuesto 60 a que le arranca un ojo. — Respondió dándole la mano a su hermano cerrando el trato.
Los golpes sonaban como bombas atómicas, y más de algún hermano sintió temor. Ninguno querría provocar así a Víctor, el Lamb había cometido un terrible error y seguramente se había dado cuenta de aquello, aunque demasiado tarde.
Se oyó un ruido sordo, como el de una rama astillándose. Algún hueso.
Un par de Sons murmuraron que se estaba conteniendo: antes había tardado menos tiempo en matar a alguien a golpes. Lincoln lo oyó y pensó que seguramente sería cierto, pero también podría ser que Víctor solo estuviera destrozando un cuerpo de alguien que conoció a Mr. Mayhem hace rato. Y eso Lincoln podía darlo por hecho.
Cuando finalmente se detuvo, y salió, fue dejando huellas ensangrentadas en el piso. La sangre también manchaba sus puños y gran parte de su ropa, más bien parecía alguien a quien hubieran acribillado.
Sea como fuera que dejó al Lamb, posiblemente ni siquiera podría ser reconocido como humano.
Se acercó a Lowen y limpió la palma de una mano en su rostro.
— ¡Hijo de puta! — Gritó el Lamb.
— ¿Por qué no lo llevan a ver cómo quedó quedó su amigo? — Respondió él.
— Oye Vic, creo que tienes un poquito de mierda aquí. — Respondió Lincoln tocándose su mejilla para señalar el punto donde un pedacito de cerebro le había saltado.
— ¿Ah sí? — Preguntó tocándose el rostro para comprobar que era cierto, tenía un pedacito de mierda en la cara.
— Sí hermano hueles asqueroso. — Respondió Bobby mientras cargaban a Lowen a la Herrería. — Deberías tomar un baño luego Ja ja ja. — Dijeron mientras se introducían a la herrería solo para ver un cuerpo humano literalmente hecho mierda en el suelo, con los brazos rotos, la cabeza despedazada
— Uy, Si que Víctor se divirtió mucho aquí adentro. — Mencionó Lincoln mientras el otro Lamb miraba con temor lo que le había pasado a Darren.
Cómo demonios un ser humano podía hacer eso. No… Como un ser humano podía tan siquiera lograr romper un cráneo a punta de putazos. Nadie más que Víctor lo sabía.
Más que con puños, parecía haberse machacado con un yunque o un martillo. Los puños de Víctor parecían misiles, y el Lamb llamado Lowen estaba aterrado. Parecía tener más miedo de acabar así que de lo que podrían hacerle Lincoln y Bobby.
Grave error.
— Bien, perra. — Dijo Bobby empujando a Lowen al piso, sobre el inmenso charco rojo que antes había sido Darren. —Dinos ya dónde están nuestras armas o vas a pasarla mucho peor que tu amigo.
— Que te jodan, latino de mierda. — Dijo Lowen, tratando de sonar seguro, pero bien poco le faltaba para orinarse en los pantalones.
Predecible. Lincoln pisó con fuerza su estómago, haciéndolo gritar antes de quedarse sin aire. Sus labios se pusieron morados, mientras se retorcía. Estaría así unos minutos antes de volver a respirar bien.
— Escucha, putita, ¿Qué pensabas que iba a pasar cuando le robaste las armas a los Sons? — Preguntó Lincoln arrodillándose a su lado.
— Ok Lincoln detente. — Bobby dijo para alejar unos momentos a Lowen de su hermano. — Necesitamos saber qué pasó con nuestras armas, y él no nos dirá si está muerto, ¿Verdad? — Comentó mientras Lincoln respiraba para calmarse.
— Pero este puto de mierda no está hablando, debemos presionarlo antes de la noche. — Respondió Aún furioso de lo que había ocurrido momentos antes.
— Lo sé, Lo sé, pero muerto no nos sirve de nada— Finalizó acercándose de nuevo a Lowen. — Escúchame bien pedazo de porquería. La única razón por la que no he llamado a Víctor para que termines igual que tu amigo es porque tú sabes quién les dio la ubicación de nuestras Armas. Así que tú decides, hacemos esto a mi manera o lo hacemos a la Manera de Víctor. El tiempo que tardes en responder lo aprovecharemos para decidir cuándo morirás.
El Lamb se quedó mirando por unos momentos a ambos motociclistas con miedo, sabía que iba a morir, pero eso a morir en manos del animal que había asesinado a su hermano del club o que el club lo asesinara por traición, si era cierto que al revelar lo que sabía tendría una muerte menos dolorosa entonces… ¿Qué más podía perder en realidad? y realmente si podía morir con dignidad y no como un miserable perro entonces ya no le quedaba realmente nada.
— Ok… Ok… Les diré...— Finalmente Lowen se rendía ante su inminente final. — Las dejamos en la 3 45 de la calle roja, sección 5 de Bulevar St Antonio… Hay una bodega atiborrada de armas que debíamos venderles a los rusos… Pero está repleta de mis hermanos, no durarían un minuto ahí...— Finalizó aceptando el destino que le seguía en esos precisos instantes.
— Bien. — Bobby entonces miró a su hermano al lado. —Ve a avisarle a los demás Linc. — El peliblanco asintió con la cabeza al salir de la herrería, entonces y solos Bobby se dispuso a hacer su segunda pregunta más importante. — ¿Y quién fue la rata que les reveló la ubicación de nuestras armas? — Preguntó serio y determinado a recuperar sus armas y eliminar a los Lambs y a la Rata.
— No lo sé… Bart solo amenazó a un niño de tu club… Le dijimos que mataríamos a su puta familia ilegal si no nos decía sobre su bodega...— Respondió sinceramente, algo que alertó a Bobby quien lo tomó del chaleco con firmeza para verlo a los ojos.
— Di-Dime una cosa… ¿Ese niño del que hablas tenía solo parches de Prospect? — Preguntó serio al recordar lo que le había dicho Joseph.
— Sí…
Las palabras de Joseph resonaron en la cabeza de Bobby y lo golpearon con fuerza como uno de los puñetazos de Víctor. No quería creer que fuera Johnny el traidor, pero, aunque le doliera, tenía algo de sentido. Un miembro de pleno derecho jamás traicionaría así a su club..., ¿o lo haría?
Podía ser cualquiera de los otros prospectos, pero él era el más sospechoso.
Lincoln salió y arrastró un poco las suelas en el piso para limpiarse la sangre, no quería dejar a Lucille con manchas orgánicas, ni mucho menos llegar a casa con olor a sangre. Los demás Sons se acercaron a él, intrigados por saber qué confesó el Lamb.
—¿Y bien? — Preguntó Richard. — ¿La perra confesó?
— Lo hizo. —Dijo Lincoln, sonriendo un poco. — confesó donde están nuestras armas y ahora mismo Bobby le está sacando quién fue la rata.
Los hermanos del club gritaron de ánimo. Eran justamente las palabras que querían oír, y en ese momento estaban decididos a ir y recuperar sus armas, matando a todos los Lambs que pudieran.
— Eso es perfecto —dijo Víctor. — ¿Cuándo vamos a recuperarlas?
— ¡Vamos ahora mismo! — Gritó otro Son, y los hermanos gritaron de aprobación.
— Esperen, debemos esperar a Bobby. — Dijo Lincoln — Él dirá qué hacer.
Aunque realmente quería ir a recuperar las armas, castigando a los Lambs por su estúpida osadía. ¿Realmente creían que podían ganarle a los Sons of Anarchy? Estaban locos.
Entonces el sonido de un disparo resonó en el interior del almacén, los demás al mirar dentro de la herrería vieron a Bobby saliendo con arma en mano y con ese rostro completamente sombrío.
— Bobby ¿Qué pasó? — Preguntó Lincoln de alguna forma extrañado de la manera que su hermano salía de ahí.
— ¿Confesó quién es la Rata? — Replicó Víctor con ansias de repetir lo anterior con el traidor.
— Sí lo hizo… Pero yo me encargaré de eso luego. — Dijo simplemente con frialdad. — Ahora lo principal es que debemos recuperar las armas. Sí es cierto lo que dijo Lowen debemos prepararnos para hoy.
— Pero… ¿Y qué ocurrirá con?
— Richard necesito que vengas conmigo, hay que Limpiar este desastre. — Interrumpió mientras los demás se miraban extrañados por la actitud de Bobby.
El traidor debía ser un miembro bastante importante o querido como para que se comportara así. La gravedad de la situación los ponía nerviosos, y sólo querían desahogarse matando Lambs.
— Que chungo — Dijo Víctor. — ¿Quién podrán ser el traidor?
— Sea quien sea, le afectó saberlo. — Dijo Richard caminando hacia allá—. No empiecen la diversión sin nosotros.
— A ver, ¿cómo vamos a asaltar el almacén Lamb? — Preguntó Mike.
— Bueno, habrá que usar la cabeza. — Dijo Lincoln. — Quizás entramos con las motos y los atropellamos antes de que se den cuentan.
Los Sons se rieron por el chiste de Lincoln. Iba a ser difícil, pero alguna forma encontraría para sobrepasar la defensa Lamb. Quizás necesitaría coches bomba.
Richard entró a la herrería para ver que necesitaba Bobby. Hizo una mueca al ver los deshechos de Darren ahí tirados.
— Joder, vamos a tener que recogerlo con pala. — Dijo él. — Este otro será más fácil.
— Sí… Por supuesto que sí. — Respondió Bobby mientras comenzaban a cargar el cuerpo de Lowen. — Richard… ¿Desde hace cuánto que te uniste a nosotros? — Preguntó tranquilamente mientras comenzaban a levantar el cuerpo hacia un bote de basura.
— Hace… Como 2 años más o menos, o bueno depende del día que pedí ser Prospect del club. — Respondió recordando su llegada al club con una sonrisa. — Mierda este tarado sí que está pesado. — Mencionó al reconocer el peso del cuerpo entre sus brazos.
— Uhuh… Y en ese tiempo has sido un hermano muy leal a nuestro club. — Bobby volvía a tomar la palabra. — Dime… ¿En algún punto, sentiste algún tipo de debilidad ante las cosas que te solíamos decir que hicieras?
— Bueno, la verdad es que solo en ser casi una perra para los demás… Y no tener derecho a voto cuando finalmente me dieron el Patch de Mr. Mayhem. — Respondió ayudando a Bobby a lanzar el cuerpo a la basura.
— Uhuh… ¿Y durante todo el tiempo que has tenido el Patch de Sons, has sido leal a nuestra causa en Royal Woods? — Volvía a Interrogar haciendo sentir un poco incomodo a Richard.
— Oye Bobby, no sé qué te haya dicho ese hombre, pero he sido más leal que un perro ante ti y todos nuestros hermanos, Te juro por la santa de mi madre que en paz descanse que jamás haría algo para dañar al club. — Respondió con completa honestidad. Algo que Bobby pudo comprobar al verlo a los ojos.
— Uhuh… ¿Y qué hay de tu hermano? — Esa pregunta hizo que Richard se quedará en completo silencio. — ¿Tú le contaste sobre nuestra bodega? — Interrogó nuevamente dejando al joven Son completamente paralizado.
— Joh… John… Johnny… Johnny jamás… É-Él No.…— Se le escuchaba nervioso al imaginar a lo que Bobby iba con eso.
— Solo respóndeme. ¿Le contaste a Johnny sobre nuestro almacén? ¿Sí o No?
Richard temblaba, y parecía no estar seguro de querer responder, pero finalmente lo hizo.
—Sí, le conté. — Dijo desesperado. — Pero..., pero él no pudo contarle nada a los Lambs, jamás haría eso.
—Lowen me contó que lo chantajearon y contó todo —dijo Bobby serio, haciendo que Richard comenzara a desesperarse aún más.
—Pudo estar mintiendo, Johnny no es así. — Dijo él, tratando de hallar una justificación. — ¡Este puto mentía!
Gritó dejando caer el cuerpo de Lowen, y entonces comenzó a patearlo con furia. Bobby tuvo que ir a sujetarlo.
Afuera, los demás Sons escucharon los gritos y se acercaron, intrigados por lo que estuviera pasando al interior.
— Bobby. — Preguntó Lincoln. — ¿Qué pasa?
Entonces el presidente de Sam Crow tomó a Richard del hombro para susurrar.
— Tu hermano nos traicionó, y sabes lo que nosotros le hacemos a las ratas. No quieres eso, No quieres que Joseph, Mark o Incluso Víctor se entere de lo que él hizo. Tienes 24 horas para hacer lo necesario. O sino nosotros vamos a ir por él. — Dijo tranquilamente mientras caminaba hacia Lincoln. — No te preocupes Linc, es solo que Richard quería desahogarse también con estos pedazos de mierda. ¿Verdad?
Las palabras de Bobby resonaron en la cabeza de Richard, estaba claro que si los demás Sons se enteraban de lo que Johnny había hecho no solo lo matarían, lo torturarían sin piedad, Le harían cosas horribles a su hermano menor con tal de callar a quién los había traicionado eternamente.
Richard no podía permitir eso a su hermano… Pero en realidad no tenía otras opciones, si trataban de escapar Sam Crow los encontraría, si trataba de hacer algo que pusiera en duda su lealtad, lo matarían allí mismo junto a los demás Lambs & irían por Johnny…
Richard estaba entre la espada y la pared. No tenía escape.
y la única forma para demostrar que él tampoco era una rata era hacer lo necesario con su hermano menor.
— Eh… Sí, sí Lincoln, es que… Tenía tantas ganas de hacerlos gritar al menos...— Respondió Richard con un nudo gigante en la garganta.
— Huh… Sí entiendo eso Richard. No duraron mucho en realidad, pero ya que tenemos un objetivo creo que no importa realmente. — Le respondió Lincoln mientras se acercaba a los dos. — ¿Necesitan ayuda para sacar la Basura?
— Si, realmente sí. — Dijo Richard, tratando de aparentar tranquilidad. — Estos malditos pesan más de lo que parece.
No podía creer que su hermanito los hubiera delatado. Cualquier problema con los Lambs debió comentarlo con él, lo habría ayudado. Maldición, todo el club lo habría ayudado a vengarse o a proteger a alguien, no lo dejarían a la deriva por Prospect.
Recordaba cuando le comentó que quería unirse al club, ese día se había sentido tan feliz, como si los lazos de familia se hubieran triplicado si ambos estuvieran dentro de S.A.M.C.R.O., no solo como hermanos, sino que además como camaradas.
Y ahora debía matarlo, por un gravísimo error que él cometió.
La vida era tan cruel.
Más tarde ese día.
Lincoln revisaba los mensajes de su celular, 2 llamadas perdidas de su trabajo, un mensaje de Ronnie.
"Linc ya fui por Luz a la escuela, la llevé con mi madre. Espero que no llegues tarde. ¡Te Amo!"
Leyó con una sonrisa mientras se preparaban para el asalto. Muchos estaban nerviosos y otros solo impacientes. Pero Lincoln estaba tranquilo. Solo con leer lo que su esposa le decía lo aliviaba… Revisó la hora y ya casi era hora para que ella saliera de trabajar, simplemente respondió con algo simple.
"Está Bien Ronn, yo también te amo." Si esas eran sus últimas palabras con su esposa antes del asalto, por lo menos quería que supiera que también la amaba. Su esposa era su todo… Y realmente de una forma se sentía triste de dejarla por sus afiliaciones por el club.
Pero no se dejaría Matar. Volvería a casa para decirle esas palabras a su esposa y su hija una vez más.
Entonces cuando se detuvieron suspiró pesadamente, ya estaban en territorio hostil.
Las últimas palabras de todo hombre a su esposa e hija debían ser. "Te Amo." Solo deseaba que su Cita con Mr. Mayhem se pospusiera los más posible para ver a su pequeña crecer… Solo deseaba eso.
— Muy bien chicos… Esto es. — Dijo Bobby respirando tranquilamente por lo que vendría a continuación.
Los hermanos estaban reunidos, pero la mayoría estaban preocupados. Bobby había ideado un plan que tenía muchas instancias donde podría fallar y acabar con todos los involucrados en el asalto. Eso sí, había varios que no estaban aterrados por eso, es más, parecían ansiosos por iniciar el asalto e ir a acabar con los Lambs de aquel lugar. Richard estaba con un humor sombrío, Víctor estaba desesperado por comenzar, y a todos les pareció más o menos normal.
— ¿Qué estamos esperando? — Preguntó Mike.
— Que lleguen con los coches bomba. — Dijo Lincoln. — Los usaremos para sorprender a los Lambs.
— No estoy en contra del uso de coches bomba. — Dijo Mike- — Pero ese lugar está lleno de Lambs, ¿Cómo vamos a superarlos si aún con las bombas son más que nosotros?
— Los muy putos están celebrando su victoria contra los Sons. — Dijo Lincoln escupiendo al suelo de la rabia —Están ebrios y distraídos, al menos la mayoría, y no creo que sean de los que disparan bien estando borrachos.
Algunos Sons se rieron, otros gruñeron de rabia. Los perros de los Lambs ya daban por derrotado a S.A.M.C.R.O., incluso se ponían a celebrar, no era algo que pudieran tolerar. Pero, por otro lado, esa misma confianza les estaba jugando a su favor.
— Muy Bien. — Bobby sacó su Glock con silenciador. — Improvisemos un coche bomba. — Dijo seriamente mientras Los demás sentían sacando sus armas con silenciador.
Salieron de la camioneta silenciosamente para dirigirse al callejón donde se encontraba la bodega de armas.
Incluso desde afuera podían escuchar la música y la celebración que se estaba dando dentro del bar de los Lambs.
— Sí aún siguen festejando… Quiere decir que aún no han visto lo que pasó en su otro bar. — Susurró Richard al escuchar la bulla dentro del bar.
— Sí… Esos pendejos no sabrán ni que los golpeó. — Respondió Bobby en tono bajo mientras en el frente veían 3 Lambs cuidando la puerta del garaje.
— Veo 3, dos cuidando la puerta y uno en el frente. — Comentó Lincoln mientras los demás se preparaban para entrar.
Les causaba algo de siniestra gracia el ver que los Lambs no se enteraban de lo que había pasado en su otro club. Los hermanos prepararon sus armas, y comenzaron a montar el coche bomba. Sería cosa de entrar y coser a balazos a todo aquel que encontrarán ahí.
— ¿Dónde están los demás? — Preguntó Mark, preparando su propia arma —¿También van a montar un coche bomba?
— ¿Qué crees tú? — Preguntó Bobby, como respuesta.
Lincoln sonrió un poco, tratando de contener la emoción y en parte, el miedo, que lo inundaba totalmente. Si caía ahí, Ronnie Anne se enteraría de la peor forma que rompió su promesa. Si lo herían, lo descubriría.
No sólo debía tirotear a los Lambs, debía herirlos sin permitir que ellos mismos lo lastimaran.
Recién regresaba y ya estaba en una misión con dificultad añadida.
— Muy bien. — Bobby dijo para sus compañeros. — ¡Vamos! — Exclamó haciendo que los demás comenzarán a disparar a los Lambs que desprevenidos eran asesinados por Bobby, Richard y Mike…
Pero por alguna razón Lincoln, aunque tenía a uno de los pandilleros rivales a tiro no pudo disparar, lo tenía completamente, pero no pudo disparar. Algo falló pues, aunque ya había hecho varias veces en el pasado, simplemente no pudo hacerlo en ese momento.
Entonces cuando los tres cayeron comenzaron a avanzar, lo que no esperaban es que eso alertará a 5 hombres que estaban en la pared del otro lado comenzarán a disparar en contra de Sons, por lo que tuvieron que protegerse rápidamente entre los cubos de basura.
Pudieron haber sido acorralados si no fuera porque Víctor, Joseph y Mike los habían cubierto disparándole a los Lambs por la espalda.
— Que puta suerte de perros. — Replicó Richard con cierta Ira.
— ¿Todos están bien? — Preguntó Bobby mirando a sus compañeros.
— Sí… Eso creo. — Respondió Lincoln aún contrariado por su pulso acelerado. No podía creer que, en su primera vez en disparar en años, hubiera dudado en hacerlo… De verdad que no podía creer que en lo más simple como disparar un arma fuera tan contraproducente en un punto. Simplemente no pudo jalar el gatillo en el momento de la verdad.
— ¿Qué esperan? — Dijo Bobby, revisando las balas que tenía su pistola. — ¡Avancen!
Los Sons comenzaron a avanzar, disparando contra la masa de Lambs ebrios que trataban de encontrar sus armas. Sus amigos acababan con los Lambs como quien le quita los pétalos a una flor, y entraron al lugar caminando sobre charcos de vómito y sangre, y con los ánimos por las nubes.
Sin embargo, Lincoln... aún no acababa con ninguno. ¿Qué podía ser? ¿Era porque llevaba años sin usar un arma? ¿Sin dispararle a nadie? Debía ser eso, quizás era cierto lo que temía y se había vuelto un cobarde. Un inútil.
Gritando de rabia, pegó un par de tiros que no impactaron en nadie. Vaya vergüenza. Él, el más temido de los Sons, ahora era incapaz de disparar a un Lamb.
Uno de los ebrios se lanzó contra él y lo derribó. Intentó golpear su rostro, pero Lincoln reaccionó rápido y lo bloqueó: el golpe, quizás a causa de la embriaguez, fue débil. Alguien le voló la espalda al Lamb de un disparo, y la sangre salpicó su rostro y su cabello blanco.
Debía reaccionar deprisa.
Entonces, como si lo viera a cámara lenta, vio al Lamb que alzó una pistola contra Bobby. El mexicano estaba concentrado en avanzar, y no se percató de aquel Lamb. Casi podía sentir el olor de la pólvora sobre su rostro.
No podía permitir que le arrebataran a su hermano.
— ¡Bobby! —gritó Lincoln, alzando su Colt contra el Lamb, quien no se percataba de que le estaban apuntando.
Se escuchó un tiro.
Bobby miró a su lado para ver cómo uno de los Lambs caía muerto por un disparo que le había reventado el ojo izquierdo.
Y al mirar a Lincoln se percató de que su arma soltaba humo.
— Huh… Buen disparo Linc. — Mencionó Mirando a su hermano el cual parecía temblar por momentos. Pero asintió saludando a Lincoln.
— Bueno parece que son todos. — Dijo mirando a su alrededor para ver las cajas de armas en el almacén.
— Bingo. — Bobby dijo como inercia ante las cajas de Armas frente a él. — Busquen nuestras Armas y lo que nos pueda servir. —
— Uhhh jefe… Son muchas cajas. — Mencionó Richard.
— Sí… ¿Qué mierda estarán tramando los Lambs? — Se pregunto Joseph al mirar todo a su alrededor.
Realmente era sospechoso. Eran demasiadas cajas, como si hubieran robado tres veces el almacén de los Sons. ¿Habrían robado igual a los Angels of Death? Ni aun así reunirían tantas armas.
— Miren todo esto. — Dijo Mark, mirando alrededor—. ¿Cuántas putas cajas hay aquí?
— Muchísimas. — Respondió Joseph. — No soy experto, pero diría que estaban preparando una venta.
— ¿Pero todo esto? — Dijo Víctor, sorprendido. — ¿Quién puede necesitar tantas armas?
— No sé. — Dijo Mike. — ¿Dogs? ¿Los Angels of Death?
— Los Angels of Death y los afros tienen sus propios almacenes. — Respondió Joseph — Este debe ser un cliente más grande, alguien que quiere pelear en otra ciudad.
— Sea como sea, o van a vendérselas a una armada pequeña o se preparan para algo grande… Yo pienso que pueden ser las dos. — Dijo Bobby abriendo una de las cajas con la palanca. Encontrando en su interior sus M16. — Doble Bingo. ¡Aquí están las M16!
— ¡Aquí están las Colt! — Replicó Mike abriendo otra.
Lincoln aun procesaba lo que había hecho… Había matado a otro hombre después de tanto. Y como su primera vez el haber matado una vez más lo hacía sentir… Un vacío muy deprimente en su interior… Fue en defensa propia y se lo repetía una y otra vez en su cabeza. Pero el simple hecho de volver a tomar una vida lo hundía.
Sabía que iría directo al infierno de eso ya no tenía dudas desde hace mucho tiempo… ¿Pero por qué de ahora ese vació como la penumbra más oscura en su interior?
— Oh… Chicos creo que quieren ver esto...— Richard llamó a los demás quienes se acercaron a ver el contenido de una de las cajas, al mirar adentro se vieron con la sorpresa de encontrar C4 entre el aserrín y la paja, un explosivo tan letal como ese en una caja de armas era algo serio y no mamadas.
— Jesucristo… ¿Es que iban a hacer un golpe a un banco o algo así? — Se preguntó Mike al ver las C4
Las manos de Lincoln temblaban, y para disimular, caminó hacia las cajas para ver su contenido. Había matado a tantos hombres en su vida, pero ese..., sintió que lo condenaba directamente hacia un lugar donde jamás volvería a ver a Luz ni a Ronnie Anne.
Le pareció que Joseph lo miraba, y eso lo ponía nervioso. Decidió salir de ahí y contemplar la masacre de afuera, debía hallar como quitarse la ropa manchada y el aroma a sangre si quería que su esposa no lo descubriera.
— Pues nosotros podríamos robar un banco. — Dijo Víctor riendo. — Y así tener pasta de verdad.
— No seas tonto, Víctor. — dijo Mike. — ¿Que no te das cuenta de que preparaban algo grande? —
— Tal vez querían al fin tomar el control de todo Royal Woods. — Dijo Mark. — Tampoco tiene mucha ciencia.
Lincoln pasó sobre unas botellas rotas, unos cadáveres, y vio algo que le llamó la atención.
Una maleta. La recogió y se la llevó a Bobby.
— Oigan, miren esto — Dijo colocándola sobre una caja cerrada.
— Huh. ¿Qué será esto? — Bobby preguntó al jalar el cierre para ver el contenido. — Je jeh… Parece que hoy es día de paga ¡Ja ja ja ja ja! — Rio mientras los demás se acercaban a ver que contenía la maleta.
― Ex's and Oh's Atreyu.―
Todos y cada uno de los sonreían mientras cargaban las armas a la van, Tenían sus armas, habían cobrado lo que Lambs les Había arrebatado y por supuesto que ahora tenían un botín mayor que antes, Cargaron tantas armas como fue posible en la van que ya parecía que era un tráfico de armas lo que tenían ahí adentro.
Y entonces fue cuando los coches Bomba fueron depositados en el almacén, dejando gasolina en el suelo como mecha.
Y todo lo habían acomodado perfectamente, con los Cuerpos de los Lambs dentro de los autos, con las bombas y C4 Puestas en todo el almacén y mientras tanto la fiesta aún seguía.
Los Sons Reían. Los Lambs Reían, todo el mundo reía excepto Lincoln, el cual miraba como el fuego comenzaba a extenderse desde la línea de gasolina. Mientras se alejaban a prisa del Bar. Entonces cuando uno de los Lambs que aún reía vio su almacén con dos autos, las bombas plantadas, los hermanos muertos en los autos y el fuego alzándose… Fue cuando las risas pararon en el bar.
Sons miraba desde una distancia alejada el Bar. De Lambs Y entonces…
¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!
Por lo menos esa explosión debió haberse escuchado hasta el otro pueblo. Sons reía y reía por la victoria contundente sobre sus rivales de Royal Woods.
Pero Lincoln mantenía un silencio sepulcral por ello. Era como sí en un momento todo dejará de tener sentido.
Como si el chiste que se había contado hubiera dejado de tener gracia. Y solo por un instante ver como la explosión se tragaba a todos quienes hubieran estado ahí al infierno de donde habían salido.
— Que Lindos Fuegos Artificiales. — Mencionó Víctor admirando aún la explosión.
— Hermosa sin dudas. — Replicó Mike mientras se prendía un cigarro.
Los Sons gritaron, vociferaban con fuerza su triunfo sobre su odiado archienemigo. Algunos dispararon al aire de la emoción, pero la mayoría solo gritaba. Lincoln, sin embargo, permanecía callado y parecía un mensajero de Mr. Mayhem con su cabello blanco.
Es irónico, lo que más había deseado era ver aquello, la venganza contra los malditos Lambs, volver a sentir la adrenalina de los enfrentamientos en moto, por territorios y por venganza.
Sin embargo, se sentía vacío, como si el precio de volver a S.A.M.C.R.O. fuera todo lo que había ganado en esos ocho años.
Y esas armas, ese maletín..., algo no cuadraba en su cabeza, pero no conseguía hacer click.
Todos regresaban al club victoriosos por la derrota masiva de los Lambs por parte de Sons, pero a diferencia de los Lambs no serían tan estúpidos de celebrar cuando ya creían tener la victoria. Bien se decía que el que ya saboreaba la victoria, ya había perdido.
Joseph se acercó a él.
— Fue bueno tenerte de regreso, Lincoln. — Dijo él, golpeándolo en el hombro con ánimo. — Fuiste muy útil en el ataque y el interrogatorio.
— Hice lo que podía. — Dijo Lincoln. Sintió una súbita vergüenza, un temor de que Joseph hubiera visto que no se atrevió a matar a nadie, solo al que iba a tirotear a Bobby.
— Que pinche día tan más productivo la neta. — Habló Bobby para todos mientras acomodaba las camionetas llenas de armas en el garaje.
— Y Que lo digas. Estoy tan caliente que me tiraría a la primera persona que tuviera en frente. — Mencionó Víctor abrazando a Richard. — Ven aquí nena te voy a dar pa tus chicles.
— No, no ¡No jodas cabrón! — Respondió Molesto. — Mejor agárrate a la madre de Mike, esa no te dice que no.
— ¡No te metas con mi madre imbécil! — Respondió también Mike con algo de molestia, pero con regocijo.
— Anda, uno rapidito, ya sabes ese dicho, cuando hay agujero, aunque sea de caballero. — Se burlaba Víctor mientras los demás también reían por eso.
— ¿Cuándo ya podremos celebrar? — Preguntó Mike, arreglándose la chaqueta.
— Cuando los Lambs se marchen de Royal Woods. — Dijo riendo Víctor. — No antes.
— Pero al menos podríamos tomarnos una cerveza— Dijo riendo Mark. — ¿Que dices, Lincoln?
— ¿Ah? — dijo él, saliendo del estado de reflexión en que se encontraba.
Pensaba en lo que había pasado, y lo que podría pasar desde ese día en adelante. Los Lambs buscarán venganza, y sus aliados también.
Para quiénes serían esas armas?
— ¿En qué piensas, Linc? — dijo Joseph mirándolo.
Había algo en esa mirada que lo estaba poniendo nervioso.
— En nada. — respondió el hombre de pelo blanco.
— Debes estar emocionado— se rio Mark. — Apenas regresa y ya está en medio de una batalla de bandas.
— ¿A cuántos Lambs mataste, Lincoln? — preguntó Richard, acercándose.
¿Por qué le prestaban tanta atención en ese momento?
— Perdí la cuenta. — Mintió con una risa.
— Me salvó de uno. — Dijo Bobby, interrumpiéndolos. — Lo hiciste bien, Lincoln, muy bien.
— Sí… Ese fue un buen tiro. — Respondió Lincoln aun recordando ese momento con cierta incomodidad.
— ¿Pasa algo hermano? — Preguntó Mark al ver la actitud de Lincoln.
— Ah… No nada, es solo que ha sido un día muy lleno de emociones, ¿saben? — Respondió sobándose la nuca. — Usualmente a esta hora ya estoy en casa y… Ay mierda...— Auto realizó al ver el cielo completamente oscurecido. — Mierda, mierda, ¡Mierda! ¿Qué hora es? — Preguntó sacando su celular solo para ver la hora, ya eran pasadas las doce. — Ay maldita sea...— Se dijo mientras aún recordaba en la promesa de volver a casa temprano.
Y como si hubiera sido por arte del destino su celular comenzó a sonar con la imagen de Ronnie sujetando a su hija, Lincoln suspiró al ver la imagen de su esposa e hija en el celular.
— ¿Quién es? — Preguntó Joseph arqueando una de sus cejas.
— Es mi esposa… Esperen un momento. — Pidió mientras se alejaba de sus hermanos para responder la llamada de Ronnie. — Bueno. ¿Ronn? ¿Qué sucede?
— Oh Jesucristo… Gracias a Dios estás bien— La voz de Ronnie se escuchaba angustiada y preocupada al otro lado de la línea.
— Eh… Sí, por supuesto que lo estoy… ¿Porque no habría de estarlo? — Trató de sonar casual por lo que había escuchado de ella. Esperaba que la fachada aún seguirá de pie.
— Linc, estoy viendo las noticias hubo una explosión en la Calle Roja… En St Antonio. — Lincoln escuchó la voz de su esposa aún con cierta angustia. — Dios mío Lincoln… Pude verlo desde casa...
— Uh… ¿En serio? No lo sabía, he estado muy ocupado aquí en el trabajo Ronn… De verdad hoy ha sido un día muy ocupado.
Le pareció oírla sollozar, y eso casi destroza su corazón. Su pobre esposa, preocupada y sufriendo toda la tarde.
Y él no fue capaz de llegar a casa temprano.
— ¿E-en dónde estás? — Preguntó ella, la preocupación era palpable en su voz.
Eso hizo sufrir aún más a Lincoln. ¿Qué le diría a su esposa?
Una cruel tergiversación de la verdad.
— Lo siento muchísimo, Ronnie. — Dijo él. — Unos compañeros necesitaban mi ayuda, y la hora se pasó demasiado rápido.
Un suspiro de molestia al otro lado de la línea.
— Ten cuidado, Lincoln. No quiero que te pase nada. — Dijo mientras el peliblanco veía como algunos de los Sons luchaban por ahogar la risa, y eso lo hizo enojar un poco.
— Voy para allá, Ronn, de verdad lo siento. — Dijo él, y era verdad. — ¿Luz ya se durmió?
— Costó muchísimo, estaba preocupada por ti.
Otro golpe a su corazón. A veces había visto a su pequeña preocupada por Ronnie Anne, Luz lloraba con la inocencia de un niño que no aún no entiende los oscuros rincones de la vida adulta.
Le dolía pensar que su hija se durmió así, cuando en la mañana habían comenzado tan bien.
Una duda lo asaltó: ¿y si Luz le hubiera contado a Ronnie sobre el paseo en motocicleta?
Trató de descartarlo de inmediato, pero la idea permaneció en su cabeza como todas las reflexiones deprimentes que lo asaltaron en la tarde.
— Bien, estaré pronto en casa Ronn...— Firmó eso asintiendo con la cabeza. — Te amo Ronn. Mucho. — Ultimó sujetando con firmeza su celular.
— Yo también te amo Linc, cuídate mucho. — Pidió mientras ambos se preparaban para colgar el teléfono.
— Y dile a mi pequeña… Que no se preocupe, que ya voy a casa y que la amo. Las amo a las dos, con todo mi corazón— Ultimó mientras ambos colgaban el teléfono, oh sí que lo había arruinado, su esposa esa mujer que amaba incondicionalmente se había preocupado a tal grado como si su esposo hubiera estado justo en ese lugar… Amaba al club, pero amaba a su familia. Y había 2 Líneas muy delgadas entre esos amores. En un momento podría perderlos a ambos, y no sería culpa más que de él.
Mientras que Bobby veía con cierta preocupación a su hermano otros Sons aún intentaban superar la risa, algo que Mark reprochó.
— Oigan imbéciles. Mejor vayan acomodando nuestras armas en el club. — Dijo cortando el humor como un cuchillo caliente. — Además, recen por encontrar a una mujer que los ame y no los abandone a los 3 días.
— O mínimo que sepan quién es el padre se su hijo. — Mike replicó también con algo de enojo por la actitud de algunos tontos de los que se componía el club de Royal Woods.
— ¡Y los oyeron, muévanse! — Gritó Víctor alzando el puño, y ese fue aviso suficiente para que los Sons fueran a hacer lo suyo.
Bobby se acercó a Lincoln, su amigo parecía a punto de quebrantarse y no debía permitir que el club lo viera así.
— Ven, Linc, salgamos.
— ¿Que? Ah, está bien, Bobby.
Salieron y contemplaron el cielo nocturno. Lincoln aún estaba aturdido por la llamada de Ronnie Anne.
Bobby amaba a su hermana, y aunque cuando Lincoln estaba dentro del club, sentía que él era el único que merecía estar con ella. Sabía desde entonces que nadie sería capaz de amarla como lo hace Lincoln.
— Oye lo hiciste muy bien ahí afuera, me salvaste y ayudaste a recuperar las armas...— Dijo sonriéndole a su hermano de cabello blanco que aún se encontraba algo manchado de rojo por la sangre, al igual que su rostro. — Hiciste un buen trabajo Linc. Si quieres, puedes volver ahora a casa. Nosotros repartiremos las armas, las ganancias y le daremos a los Afros su parte, así estaremos en paz… Y mañana te daré tu parte del dinero. — Dijo de manera amable mientras Lincoln le regresaba la mirada.
— Bobby… Yo siento que no soy el mismo...— Lincoln respondió con cierta decepción en sí mismo. — No es que el club no sea algo que anhelaba. Por Supuesto que no… Es solo que creí… Creí que volver a la acción tan pronto sería mucho más fácil pero no lo es. — Lincoln suspiró mientras Bobby lo veía con algo de pena.
— Bueno… Creo que fue demasiado el pediré volver tan pronto… No estabas preparado Linc. — Bobby colocó una mano en el hombro de su hermano entendiendo su situación.
— Es… Es solo que, maldición no sé cómo explicarlo. — Lincoln entonces miró a su hermano. — Es que siento que combinar mi vida con mi familia y la vida del club me van a arrebatar una de las dos y yo sé que no puedo vivir sin Ronnie o sin Luz, pero me he dado cuenta de que tampoco puedo vivir sin ustedes. Necesito encontrar un punto entre ambas cosas hermano… De verdad necesito encontrar ese punto entre ambos.
Bobby asintió a medida que Lincoln hablaba. En el pasado, él mismo sintió lo mismo que está sintiendo Lincoln ahora: estar dividido entre su amada familia y el club. Bobby lo había resuelto hace tiempo, no tuvo la presión que tiene su mejor amigo de perder a Ronnie Anne..., aunque Lori lo haya amenazado con eso mismo varias veces. Pero finalmente supo convencerla de aceptar su afiliación a S.A.M.C.R.O., supo manejar ambas vidas sin demasiados reveses.
Aunque aún poseía parte de aquellos temores iniciales.
— Rayos, Lincoln, no sé qué aconsejarte. — era pésimo en eso. — También tuve problemas en manejar a mi familia y al club, pero no estaba tan jodido como tú.
— Realmente no sé qué hacer— dijo frustrado el motero de cabello blanco.
Lo que más temía no era solo que Ronnie Anne lo dejara y se marchara con su hija, sino que sus enemigos tomaran venganza contra ellas. Lograba imaginar su casa quemándose por un ataque Lamb o Angel of Death, y no se atrevía a imaginar nada más.
— ¿Sabes? Después de haber tomado el cargo después que mi padre murió. Yo también tuve esos problemas con Lori… Cuando Robbie Nació no creí estar preparado para Ser padre y mucho menos para mantener el club de este lado de Michigan. — Dijo con cierto aire de melancolía. — Pero… Gracias al club entendí que no estaba solo en realidad Hermano, Joseph me ha aconsejado a cómo llevar esta vida de una manera un poco más tranquila, ¿Sabes? Quizás tú también deberías hablar con él, digo Sí él pudo aconsejar a mi padre sobre cómo llevar el club y a mí ahora, quizás debas hablar con él, ¿quién sabe? Igual y puedas encontrar lo que buscas. ¿No lo crees?
— Sí, supongo que sí Bobby— Dijo para cubrirse el rostro con una mano, pero al sentir la sangre aún en su rostro se dio cuenta de que no podía regresar a casa con eso. — Rayos… Es cierto…
— ¿Por qué no vas a lavarte antes de ir a casa Linc? Entiendo lo que es no querer llegar a casa cubierto de sangre. A Lori no le gusta verme a sí, y no hablemos de las niñas y Robbie.
Lincoln quería pensar que decía eso último en broma. No quería imaginar como reaccionaria Lori al verlo llegar cubierto de sangre.
— Gracias, Bobby. Hablaré con Joseph, no quiero arruinar las cosas con Ronnie Anne. — Dijo adentrándose en el bar. — Ah por cierto Bobby. ¿Podría dejar a Lucille aquí por un tiempo? Solo por precaución.
— Por supuesto le haremos un espacio en el garaje y algo de mantenimiento si gustas. — Respondió con una sonrisa.
— Muy bien. Gracias hermano. — Respondió dirigiéndose al baño dónde lavó lo mejor que pudo su rostro y su cabello. La sangre se estaba secando y eso mismo hacia que fuera muy difícil sacarlo.
Suspiró y se miró al espejo. Hace dos días no habría creído que estaría lleno de sangre, después de volar un almacén de los Lambs. Hace dos días su única preocupación era el sueldo de mierda que recibía por cortar madera.
Suspiró y volvió a lavar su cabello. Cada minuto que tardará preocuparía más y más a Ronnie Anne.
El rostro del Lamb que mató lo asaltó de un modo tan repentino que casi gritó.
— ¿Lincoln, estás bien? — Preguntó alguien detrás de la puerta, Mike o Víctor.
No quería que lo vieran así, a medio quebrar. Un motero incapaz de defender su club no es digno de sus parches.
— Si, estoy bien. — Dijo él. — No pasa nada. — Tenía que averiguar cómo superar aquello, y mejor si era rápido.
— Muy bien Linc, vamos a estar celebrando nuestra victoria con cerveza. — Volvió a responder la voz del otro lado de la puerta.
— Sí yo ahora los alcanzo. — Respondió Lincoln suspirando frente al espejo. Mirándose fijamente al espejo, como un hombre conociendo a otro nuevamente. Mientras el tatuaje de Mr. Mayhem de su espalda extrañamente le pulsaba. Como si apenas se lo hubiera hecho.
Lincoln tomó su playera y su chamarra y se volvió a colocar ambas para salir del baño.
Entonces prosiguió al club donde sus demás hermanos disfrutaban de una bebida bien fría. Una victoria más para Sons. Vio a Mike, Joseph, Mark, Víctor y Richard dándose un gusto con una cerveza bien fría. Víctor le pasó una que él recibió con una sonrisa. Entonces Mark encendió la Rockola para poner algo de música para relajarse.
―Can't Help Falling In Love With You. Elvis Presley.―
La música era una de sus favoritas, y la cerveza estaba perfecta. ¿Podría beberla y luego irse, que tanto más tardaría?
— ¿Vas a acompañarnos, Lincoln? — dijo Richard, alzando su botella.
Él lo pensó unos momentos, reflexionando que tan preocupada estaría Ronnie Anne si llegaba una hora más tarde.
— Hoy no, chicos. — Dijo él. — Tengo que volver a casa.
— Vamos, Lincoln. — insistió Víctor. — Llevamos años sin vernos, solo una cerveza.
— Le ganamos a los Lambs, eso merece una cerveza con los colegas. — Insistió Mark. — Vamos, solo hasta que acabe la canción.
Lincoln reflexionó otra vez. Realmente quería quedarse y beber con sus amigos, pero Ronnie Anne estaba muy preocupada cuando lo llamó.
— Realmente me encantaría chicos. Pero… Si me tardo un segundo más solo preocuparé más a mi chica. — Entonces Lincoln levantó su botella al cielo. — Pero esta va por ustedes. — Avisó mientras comenzó a vaciar el líquido amargo en su garganta y poco a poco el contenido de la botella se vaciaba. Haciendo que los demás comenzarán a animar con el típico "¡Fondo, fondo, fondo, fondo!" Y de una forma Lincoln también animaba a terminarse la botella de Cerveza. Solo para tragarse las penas y los remordimientos de la noche, como una forma de ahogarlas y enterrarlas dentro de su ser.
Y cuando se la terminó todos celebraron la hombría de Lincoln.
— ¡Ese es el Peliblanco que yo conozco!— Gritó Víctor con ánimo.
— Je jeh, sí. — Respondió Lincoln con ánimos. — Y para que me me tengan presente hoy les regalo esta canción de Elvis. — Avisó mientras retrocedía a la puerta cantando.
Los Sons gritaban y cantaban, alabando a Elvis y a Lincoln mientras abrían más botellas de cerveza. Él sabía que estarían celebrando toda la noche, y una parte de él deseaba quedarse. La parte que se acabó la botella de un solo trago.
Lincoln miró a Lucille una vez más y acarició el lomo de su motocicleta, le sonrió y en sus pensamientos le dedicó unas dulces palabras a su moto. "Volveré mañana por ti, nena." Pensó mientras aún acariciaba las letras cromadas de su bella motocicleta Harley. Entonces fue directo a su camioneta, los prospectos no habían movido nada. Incluso parecía que habían tratado de limpiarla un poco, pero se habían acabado rindiendo, quizás porque otro Son les encargó algo distinto. Sonrió un poco, ellos ya contaban con su aprobación.
Subió a la camioneta, y por curiosidad encendió la radio. No sabía si era la cerveza o la canción de Elvis, pero ya se sentía mucho más tranquilo.
— La policía está desconcertada por una explosión ocurrida en pleno Royal Woods. — escuchó que decía un locutor. — Se sospecha de bandas rivales.
Con que a Clyde no le diera por presionarlo a él y a los Sons, no tenía problemas. Gruñó al pensar en Clyde, maldito estúpido, de niño había pensado que por siempre serían los mejores amigos, y desde su adolescencia que su amigo afroamericano parecía planificar su vida para que fuera todo lo contrario a la de Lincoln.
Entonces él miró el camino con una sonrisa mientras veía las patrullas de policía ir y venir, una tras otra y se preguntaba si en alguna estaría su viejo amigo de la infancia, pero en realidad no se enfocaba en ellas, solo se enfocaba en el camino que recorría.
Mientras tanto en el bar donde Sons había dejado su mensaje, el presidente de Lambs de la filial de Royal Woods veía con enfado lo que la banda había hecho y en una de las paredes vio dos alas marcadas con sangre. Dejando en claro quién había hecho todo eso.
Mientras tanto Clyde se encontraba en el otro bar junto a sus demás compañeros policías los cuales acordonaron la zona, donde nuevamente veía el trabajo de alguien al que había considerado su amigo hace mucho tiempo. Pero nuevamente parecía que sería el viejo juego de policías y ladrones. El viejo juego que él había aprendido a odiar.
Y entonces Lincoln se estacionaba junto a la rampa de su cochera. Listo para sea lo que fuera que debiera confrontar, puso su chamarra en el suelo de la camioneta y la cubrió con una lona que tenía ahí. Entonces suspiró y tiró su cigarro al suelo para dirigirse a la puerta de su hogar.
Esperaba que nadie descubriera el escondite de su chaqueta, tampoco es que fuera el mejor del mundo, pero ya buscaría algo mejor.
Respiró profundamente antes de abrir la puerta, ya podía ver a Ronnie Anne esperándolo en el comedor de su casa
Y al entrar, efectivamente la vio, despierta, esperándolo.
— Oh, Lincoln. — gritó yendo a abrazarlo. — ¡Estaba tan preocupada!
Sintió una puñalada de culpa, no quería hacerla sufrir así, nunca lo quiso, pero de todas formas la violencia y el sufrimiento de su oscuro mundo de motociclistas salpicaba a su inocente familia.
Debía hablar urgentemente con Joseph.
— Ronn, lo lamento mucho. — Dijo él con sinceridad. — No quise asustarte así.
— ¿Qué pasó? — preguntó ella mirándolo a los ojos. — Dijiste que llegarías temprano y llegaste casi en la madrugada.
Aún no podía creer que el día había pasado tan rápido. Casi parecían las seis cuando volaron el almacén, aunque seguramente lo hicieron mucho más tarde.
— Unos amigos me necesitaban. — Aquello realmente no era una mentira.
— Siento haber llegado tan tarde Ronn. — Lincoln dijo con pena desviando la mirada, pero Ronnie lo tomó de una de sus mejillas para verlo a los ojos
— Pero ya estás en casa y eso es todo lo que importa. — Respondió abrazándolo como si el mundo se hubiera acabado en esos momentos, no había duda de que ella lo quería, mucho más de lo que Lincoln había podido imaginar.
Y él la amaba, ella era su todo, cómo podría siquiera vivir sin ella, cómo podría pasar tan solo un día sin ella. Se sentiría débil, indefenso como un niño perdido. Sin adonde o con quién ir.
Entonces Lincoln se separó de su esposa unos momentos para verla a los ojos.
— ¿Como está mi niña? — Preguntó con cierto aire de preocupación en su voz.
— Ella está bien… A salvo. — Respondió asintiendo con la cabeza aliviando aún más la afligida mente de Lincoln.
— Bien… Eso es todo lo que importa. — Finalizó cerrando las palabras y pensamientos con un beso en los labios de su amada esposa.
Ese día había estado tan… Lleno de emociones, culpas y sentimientos impuros.
Lo único que realmente quería era a ella…. La necesitaba para sanar su alma, necesitaba saborear sus besos y caricias. Quería sentir su amor en su carne. En sus huesos, en todo su ser para sentirse en paz una vez más. Le había pasado de todo. Había vuelto a matar, después de tanto tiempo sin haberlo hecho. Había defendido el honor de su club contra los mil veces malditos Lambs. Conoció a nuevos miembros del club y se reencontró con los antiguos miembros, sus amigos, a quienes no veía desde una gran cantidad de años.
Y volver a todo aquello fue como saltar a una piscina helada. Aún se sentía aturdido por tal torrente de emociones, volver a portar su chaqueta, volver a montar a Lucille, volver a esa mitad de su vida que siempre lo estuvo esperando.
Sin embargo, ahí estaba Ronnie Anne, esperándolo despierta y llena de preocupación, mientras él literalmente estaba con sus amigos, poniéndose en riesgo mientras ella creía que estaba trabajando.
Y si hubiera muerto y Clyde hubiera llamado a Ronnie, despertándola, ¿para decirle que su esposo estaba muerto? Seguro que el muy hijo de puta deseaba hacer eso algún día.
Ella correspondió al beso, pero luego se alejó de él. Notaba una pregunta en sus ojos que sus labios no deseaban formular.
— Vamos a dormir. — Dijo ella, en lugar de preguntar lo que deseaba saber.
— Sí… Vamos. — Respondió él acariciando el cabello negro de su amante incondicional, la cual empujó suavemente al cerrar la puerta del hogar.
Ella Lo guio de la mano hasta la alcoba que ambos compartían hasta los más pequeños momentos. Donde no se dudaba nada y todo estaba claro.
Entre ambos siempre había existido un lazo muy fuerte e inquebrantable, Parecía solo ayer que eran dos niños, una que lo molestaba por diversión y por demostrar su afecto y el otro que parecía que no le gustaba hasta que se dio cuenta de que muy por el contrario la amaba con tanta pasión desenfrenada.
Los giros que daba la vida eran impresionantes en cierto modo, de ser una pareja dispareja, a volverse una pareja unida y después a ser un matrimonio felizmente casado.
Y aunque con esa falta tan clara de ingresos, lo tenían todo no necesitaban más en realidad para ser felices los dos.
Y al entrar al cuarto comenzaron con lo que Lincoln necesitaba para aliviar su mente y la de ella.
Entre besos apasionados y caricias en la cama ambos se daban una muestra de lo que sentían como el fuego de mil soles en sus corazones.
A la mañana siguiente…
Cuando despertó, Ronnie Anne estaba preparando el desayuno.
Se levantó, y los recuerdos del día anterior se amontonaron en su cabeza como un dique al reventar. Realmente había vuelto al club, rayos, pensar eso lo hacía sentir muy raro..., lleno de vida, de una vida nueva.
Se levantó y rápidamente se vistió, para alcanzar a saludar a su querida hija.
Por ella y su esposa, sobreviviría hasta a las explosiones.
— Hola, api. — saludó feliz la pequeña Luz, y el no pudo evitar sonreír.
— Hola, mi Lucecita. — saludó él besando su frente. — Hola, Ronn.
Su esposa en ese momento se encontraba ocupada con una sartén, pero se giró y le sonrió.
— ¿Cómo dormiste Linc? — Preguntó ella con una sonrisa en los labios.
— Muy bien. — Respondió abrazando a su esposa por la espalda. — Mmmm me encanta como lo haces Ronn, me haces sentir como un joven de nuevo. — Dijo mientras le besaba el cuello a su esposa la cual no pudo evitar sentirse apenada por lo que estaba haciendo frente a su hija.
— Lincoln, basta. — Susurró ella entre risas. — Luz está aquí, ¿recuerdas?
— Uhuh, ¿y que tiene? — Rio de regreso mientras seguía con su juego con su esposa.
— Basta Lincoln o me obligarán a golpearte je jeh— Ronnie siguió riendo mientras Lincoln seguía haciendo de las suyas.
— Como en los viejos tiempos ¡ja ja ja! — Respondió aún apegado, la noche anterior lo había dejado con un buen sentimiento en su interior
Luz no entendía el por qué sus papás estaban tan felices, pero también quiso compartir la misma felicidad yendo a abrazarlos.
Aquello hizo que Lincoln sintiera una tristeza infinita, como si le vaciaran totalmente el corazón. La abrazó, con todo el cariño que podía sentir, como si no quisiera soltarla jamás.
— Las amo, ustedes son mi mundo. — Dijo el, apretándolas como si no quisiera dejarlas ir jamás. — Si me faltaran..., no sé qué haría.
— No pienses en eso, Linc. — Dijo Ronnie, algo preocupada por el súbito cambio de ánimo de su esposo. — Estaremos bien.
— Si api, no estés triste. — Dijo Luz sonriéndole con su ternura e inocencia infantil.
Si supiera lo que hizo su padre el día de ayer..., seguramente saldría corriendo.
— Tienen Razón. Estaremos bien. — Lincoln respondió sonriendo nuevamente. — Todos estaremos bien. — Dijo eso último abrazándose a las dos sin importarle nada más.
Pero más que nada trataba de meterse esas palabras a la mente. Trataba de convencerse a sí mismo de que así sería.
Mientras tanto…
— Rayos, no puedo creer que nos hayan encargado Limpiar el cagadero. — Johnny dijo con cierta molestia por levantar el cubo de basura donde estaban los cuerpos de los Lambs a la camioneta.
— Sí… Eso— Richard respondió tratando de respirar tranquilo.
— Jeh, pero al menos Bobby nos mano a nosotros dos, ¿recuerdas? Como cuando mamá nos ordenaba de limpiar nuestro desorden cuando terminábamos de jugar en el Lodo. — Johnny siguió comentando mientras Richard aún recordaba lo que Bobby le había dicho… Lo que debía hacer.
¿Maldita sea, porque Johnny lo hizo? Habrían llegado lejos en S.A.M.C.R.O., él lo habría protegido de los Lambs, lo habría salvado hasta de la policía. Entendía que lo habían chantajeado, pero aun así le costaba entender cómo su hermanito fue tan idiota como para dejarse capturar o chantajear. Pero el mismo tenía muchísima culpa, no debía haberle contado nada hasta que se ganara sus parches. Así lo hacían todos, confiaba demasiado en su hermano.
Cuando informaron del ataque Lamb, fingió bastante bien la sorpresa.
— Johnny— Llamó Richard, y cada palabra era como una puñalada en su corazón. Aún recordaba cuando eran niños y veían televisión juntos, rodeados de soda y chucherías. El tiempo no tenía piedad y el destino aún menos.
— Dime, hermano — Dijo él, y Richard supo que sus palabras también dolían, dolían mucho más que balazos.
Pero Johnny había tomado su decisión.
— Nos traicionaste... — Respondió simplemente dejando mudo a su hermano. — Bobby se enteró de lo que hiciste, me dio 24 horas para hacer lo necesario. — Entonces miró a su hermano el cual retrocedió unos instantes.
— Lo siento Ricardo... — Respondió con tristeza. — Yo-Yo no quería hacerlo Ellos me obligaron. Yo no quería
— Pero lo hiciste… Lo hiciste y condenaste a dos hermanos del club… Y eso no queda impune Johnny...— Replicó Richard serio.
— No tuve opción. — comenzó a decir Johnny. — Amenazaron con matarnos a los dos, a Christine, y a nuestro tío Benito. ¡A Nuestro tío! No tuve más opciones Richard, no podía permitir que le hicieran eso a ellos.
Richard sabía lo cercano que era su hermanito con su tío, además de su prima y comprendía que era su punto más bajo para atacar. Pero no se le ocurría cómo pudieron saberlo también los Lambs. Debieron haberlo seguido bastante tiempo.
— Te entiendo, hermanito. — Dijo Richard. — Pero aun así Johnny, sabes que el club no perdona una traición. —
Sabía que iba a decir eso, y pensó que iba a enojarse muchísimo al oírlo, pero no. Sólo sintió tristeza. Tristeza y una infinita sensación de vacío.
Dios, sus palabras..., era como ver al niño asustado cuando cometía una travesura.
Pero ya no era un niño, y debía hacerse cargo de sus acciones.
— Escucha hermano— comenzó a decir Richard. — No tenemos mucho tiempo, pero debes hacer exactamente lo que te diga.
— ¿Q-que vamos a hacer? — Dijo temeroso Johnny, mirando hacia todos lados como si los demás Sons pudieran surgir de las paredes.
— Vamos a escapar los dos. — Respondió Richard, lo que causó una sonrisa en el rostro de Johnny. — Escúchame bien, Tomarás lo primero que encuentres en tu cuarto. Le dirás a nuestro tío que tome la camioneta y nos iremos directo a México, volveremos a tener una vida normal, estaremos con nuestros primos y todo volverá a ser como antes, ¿me entiendes? — Preguntó haciendo que su hermano lo viera a los ojos.
— Sí, Estaremos en casa hermano. — Respondió Johnny siendo abrazado por su hermano mayor.
— Sí… Volveremos a casa Johnny… Volveremos a casa hermanito. — Respondió entre lágrimas…
Lo último que Johnny sintió fue el frío acero de una navaja atravesando la nuca.
— Ya estás con mamá Johnny… Ya estás en casa. — Richard se rindió y comenzó a llorar mientras sujetaba el cuerpo sin vida de su hermano. Aullando al cielo arrepentido por lo que había hecho.
Maldiciendo a sí mismo y a los Lambs por haber permitido que el final entre él y su hermano hubiera terminado justo ahí y justo de esa forma.
Un hermano matando a otro hermano… Justo como hace miles de siglos atrás se había hecho.
Cuando los Sons entraron, atraídos por los gritos y llantos de Richard, Johnny había dejado de retorcerse y su sangre cubría todo el piso. Richard lloraba y maldecía a todo el mundo, y ante un sin fin de preguntas, solamente atinaron a sacarlo de ahí. No entendían nada, no tenía nada de sentido tampoco, ¿qué mierda había pasado? ¿Por qué lo hizo?
Y ante tantas dudas, entró Bobby, con un humor sombrío. Todos los cuchicheos acabaron nada más verlo llegar, y ordenó que retiraran el cuerpo.
Y eso hacían cuando llegó un asombrado Lincoln.
Entonces Lincoln suspiro. Al saber lo que había sucedido, Johnny… La Vieja historia de Caín asesinando a Abel...
— Mierda...— Ultimó desviando la mirada. Una vez más, el mundo se encargada de mostrarle a Lincoln que el punto medio, no existía entre Sons.
Falling in Love… With… Youuuuuu.~
The Loud House: Sons Of Anarchy.
Lily 21.
Lisa 26.
Lana/Lola 28.
Lucy 30.
Lincoln 33.
Lynn 35.
Luan 36.
Luna 37.
Leni 38.
Lori 39.
Bueno aquí está.
esto es lo que pasa cuando Eddy se suelta de las cadenas, se quita sus restricciones y se pone a trabajar como un hijo de Puta.
Claro que yo soy un autor muy relajado, pero cuando me da por hacer algo diferente es cuando el pinshe perro se suelta ALV. Esta historia quería que fuera diferente. Más que nada como un tributo a dos de mis series favoritas actualmente.
The Loud House y Sons of Anarchy.
Además, que mi objetivo principal era tomar rienda suelta de mi imaginación, mi lenguaje de vato crecido en barrio bajo en Juárez, con Homecoming me quise tomar una libertad creativa de pensamiento y de la dirección que a mí me gustaría dar al escribir un Drama familiar.
Pero con Sons quería algo más ambicioso, no solo el Drama que es lo que sustenta esta historia, sino la crudeza, la violencia, el sexo y quitándome ese collar de autocensura que me pongo cuando quiero algo fiel al material original.
Cosa que Sons of Anarchy me otorga al no tener pelos en la lengua al presentar estos temas realistas y maduros.
Y Sí esto fue una odisea y diosssssssss ¡Que Valió la pena!
Ahora estaré trabajando con dos series Loud, usualmente mi política es no hacer un fanfic o historia de un mismo tema hasta terminar la que está en producción, pero… Es mi cuenta de todas formas y si quiero trabajar con dos historias a la vez puedo hacerlo por que así soy yo. Además no es como que trabajar con una y otra me frene, pero Homecoming es algo más poético, reflexivo, filosófico y profundo , y LH Sons es la historia que yo haría si me valiera verga todo y le diera duro contra el muro todo lo que hago, pero en un tono más crudo.
Además, que mi Editora es la que me hace el enorme favor de entregar un trabajo más limpio y profesional.
(Visiten a FHix Dim Fim en sus páginas de Facebook, Deviantart y Fanfiction Hace mucho contenido lindo e interesante, además de historias muy Lindas.
u/6380387/FHix)
Les agradezco tanto a todas sus visitas, comentarios y Favs. De verdad chicos y chicas, los amo a todos, no haría esto sin toda la ayuda y soporte que me dan, aprecio bastante sus aportes por lo que en el siguiente capítulo de Homecoming haré un anuncio especial para todos ustedes. De verdad.
Chicos, chicas gracias a todos. Aquí los verdaderos artistas son ustedes. Sin ustedes yo seguiría publicando historias sin constancia ni relevancia. Muchas gracias.
De su Amigable Vecino.
El Sorprendente Eddy Araña.
Y un agradecimiento Enorme a Osvaldo Sandoval, mi codirector y escritor en esta historia. Hermano gracias por todo.
SAM CROW Forever and Ever.
Let the Freedom Ride Alway's.
(English Version Soon… Or Dunno ask me if you want a English Version Guys and Gals.)
Síganme en Deviant, No subo mucho pero… Últimamente estaré subiendo Ilustraciones de LH Sons y Homecoming… It's Something!
