Primero me gustaría aclarar que esta historia va a tenerme también a mí como protagonista pero con una temática diferente (y si se preguntan como soy yo, yo soy un joven de diecisiete años llamado Cristopher que vive en la ciudad más cercana al polo sur y tiene gustos muy peculiares), aunque también habrá limones XD. También quisiera destacar que escribo esta historia porque quería una historia que tratara de mí y de renamon (mi waifu) la digimon zorro hembra que es solitaria y violenta si la haces enojar, pero sé que en el fondo puede ser amable y cariñosa, aparte de esta historia tendrá un método de escritura más simple para evitar más complicaciones.

Capítulo 1: el encuentro

Mi día empieza en el último día de clases de mi colegio, conmigo ya en mi respectiva aula celebrando con un desayuno para despedir el año y a nosotros después de unos agobiantes dos semestres de puras clases aburridas. Ya cuando toca el timbre por última vez este año, yo guardo mis cosas y me voy a la salida, donde me encuentro con mis mejores amigos (que en realidad son de otros cursos porque compartimos los mismos gustos y también porque no me agradan mucho mis compañeros de curso). Aparecen cuatro de los amigos que tengo, pero son a los que conozco de hace más tiempo, además de que acordamos el reunirnos en la casa de uno de ellos a jugar super smash bros para wii u.

Nosotros somos cinco en total los que íbamos de camino a casa de uno nosotros, estaba yo, Rodrigo el más molesto y mi medio primo, Jonathan (nosotros le llamamos tatan) del cual pertenecía la casa a la que nos dirigíamos, Daniel tal vez el segundo más molesto después de Rodrigo, además de ser un completo degenerado, y por ultimo muga el menos vulgar de todos nosotros y el dueño de la wii u (que la llevaba en su mochila).

Durante casi todo el viaje los chicos estuvieron hablando de sus momentos más graciosos y dignos de recordar de sus jugadas previas en super smash bros y de otros temas relacionados con el juego.

Rodrigo: y recuerdan cuando le hice spike con Sonic a tatan cuando intentaba volver al escenario?, se enojó después de eso y sacó el juego

Tatan: (fingiendo tristeza) eso no se hace, no ves que hieres mis sentimientos cuando me humillas así?

Daniel: si, no ves que el manco se pondrá a llorar (refiriéndose a tatan)

Tatan: no sean pesados conmigo, que yo los invité a mi casa

Yo: es verdad no ven que los mancos también tienen sentimientos? (echándome a reir)

Muga: (riéndose también)

Tatan: oigan no!

Después de un largo rato hablando de nuestras humillaciones, llegamos a casa de tatan, donde jugamos casi toda la tarde peleando entre nosotros (en el juego) y también opinando de que personaje estaría genial que colocaran en el juego.

Tatan: a snake no pueden, porque ya no le pertenece a nintendo

Rodrigo: que tal a zero suit fox?

Yo: ¿¡que!? no

Rodrigo: entonces tu dime a cual estaría bien que pusieran

Yo: am… a Wolf, krystal o a…, pues…

Rodrigo: que cual más?

Yo: a renamon

Rodrigo: (negando con la cabeza) de verdad es tanta tu obsesión por ella?

Yo: es mi waifu ¿Qué esperabas?

Nota: waifu significa novia imaginaria

Rodrigo: de ti? No mucho, especialmente cuando a ti te gustan las chicas furries

Yo: hey, lo dices como si fuera un insulto

Rodrigo: yo solo digo que te gusta, no es así?

Yo: pues…si, pero eso no quiere decir que puedas juzgarme

Rodrigo: ok ok, solo no te enojes

Y así seguimos hablando de temas relacionados a video juegos hasta que comenzó a hacerse de noche y decidí irme a casa temprano, pues vivía algo lejos y debía irme antes de que oscureciera más y las calles se tornaran peligrosas. Me despedí de cada uno de los chicos y me fui rumbo a mi casa; mi madre se había ido a argentina a visitar a un amigo suyo y yo me quedé solo en el departamento, iba a ser solo por unos días los que tenía que cuidar la casa, pero mi padre (que ya no vive con nosotros) suele ir a visitarme ocasionalmente a ver como estaba.

Tomé un taxi para irme no a mi casa sino antes al supermercado que estaba cerca de mi casa para comprar víveres para prepararme la cena. Después de unos diez minutos de viaje en taxi, estaba ya en mi población y frente al supermercado donde debía bajarme, así que le pagué al chofer y me bajé en la entrada del super.

Compré lo suficiente para hacer la cena, compre carne, arroz y una botella de jugo; no era precisamente un banquete, pero no soy exigente en cuanto de comida se trata (y es lo mejor que podía cocinar), me limité a pagar las compras e irme caminando a casa, porque no medí bien la cantidad de dinero necesaria para tomar otro taxi y poder tomar el camino corto para volver a casa. No había mucho peligro en ir caminando, porque para llegar a mi casa desde el supermercado había que ir por una calle abierta que a un lado tenía casas y al otro lado era un campo sin construcciones, por lo que nadie que quisiera asaltarte tendría donde esconderse. En el tiempo que iba caminando me puse a reflexionar sobre mi vida y lo solo que me sentía, pero eso era algo que casi no se podía remediar, ya que sinceramente puedo admitir que no me atraen las chicas humanas, incluso le podía dar la razón a mi amigo Rodrigo cuando dijo que me gustan las chicas furries, lo cual sería el equivalente a decir que me gustan los seres humanoides con características animales, como pelaje, cola, cosas así me resultan muy atrayentes, pero volviendo a la realidad la verdad es que no he podido encontrar a esa persona ideal, nadie que pueda llenar el vacío, nadie que me acompañe en momentos como este, donde la desolación que me envuelve a la vez me entristece. Y durante casi todo el viaje camino a mi departamento anduve con la cabeza baja, pensando en lo difícil que me es vivir entre tanta gente que no me nota, ni entiende; soy muy diferente al resto por mis gustos y mi forma de actuar que no puedo llegar a aceptar que una humana deba ser mi pareja.

Ya casi iba llegando al terreno donde empiezan los departamentos cuando mientras admiraba los terrenos exentos de casas a mi derecha, pude ver a unos diez metros de distancia una extraña figura acostada en el suelo, por la poca luz que había no podía distinguir bien de que se trataba, creí por un momento que se trataba de un cadáver, pero esto lo descarté en cuanto lo vi moverse levemente, quería saber de qué se trataba y de si era alguien que necesitaba ayuda, así que me armé de valor y salté la reja hacia el terreno pastoso, dejé la bolsa con las compras en el césped y me aproximé al cuerpo supuestamente vivo, todavía no podía ver bien de que se trataba, por lo que saqué mi celular para alumbrar el cuerpo, y lo que vi me dejó totalmente sorprendido, tenía pelaje amarillo, cola esponjosa y guantes purpuras, me ha había encontrado con un renamon. No sabía si emocionarme o asustarme, pero no era momento para celebrar, porque estaba bastante herida y se notaba por la cantidad de manchas de sangre en su pelaje, debía de actuar ya y salvarla, hice un esfuerzo para cargarla a ella y a mi bolsa a la vez, no sabía si estaba haciendo lo correcto al llevármela a casa o cómo fue que termino así, pero no iba a dejarla sola en ese estado, así que me apresuré a llegar al departamento, sentía su respiración y sonaba muy débil, por lo que tomé el camino más corto para llegar, que era por el estacionamiento, corría el riesgo de que los vecinos me vieran cargando un cuerpo y posiblemente llamen a la policía, pues la entrada al edificio estaba entre dos bloques (departamentos) y no es probable pasar desapercibido aún a estas horas, pero estaba dispuesto a correr ese riesgo con tal de salvarle la vida a una renamon, dejé la bolsa en el piso un momento para sacar mis llaves y abrir la puerta de afuera, pero cuando giré la llave renamon se retorció y casi hiso que la suelte y posiblemente se agraviara su estado, tuve que hacer un esfuerzo extra para poder cargar a renamon semiconsciente y sostener la pesada puerta al mismo tiempo, además tenía que alcanzar mi bolsa con un pie mientras sostenía a renamon con un brazo sobre mi hombro y mantenía la puerta abierta con el otro; este innecesario estiramiento terminó después de varios intentos de hacer las tres cosas a la vez, y cuando por fin logre entrar cargando a renamon y mi bolsa, seguía la parte que resultaba dificultosa para una sola persona, subir las escaleras, y recalco que no era tarea fácil, porque yo vivía en el cuarto y último piso, así que subí tomándome mi tiempo y descansando cada piso, ya que el peso era una tortura para mi espalda, pero hacía lo posible para soportarlo y salvar a renamon quien ahora parecía estar inconsciente pues no se movía, al menos yo todavía tenía la esperanza de que aún no fuera demasiado tarde, y luego de unos cinco minutos agobiantes de subir parar y seguir subiendo, por fin llegué al último piso, con un dolor de espalda, pero llegué, aunque no sin antes pasar por el mismo lio de antes para abrir ahora la puerta de mi apartamento.

Fueron muchas las complicaciones para llevar a renamon a mi casa, pero cuando finalmente logre llegar, tenía ahora el deber de curar las heridas de renamon si quería realmente salvarla, por lo que deje a renamon cuidadosamente en la cama de mi habitación y saqué de un cajón dentro de un mueble mío el botiquín de primeros auxilios, lo abrí y procedí a examinar el daño de renamon, no era un estado de mucha gravedad no tenía nada más que unos cortes, rasguños y moretones, al menos pude asegurarme de que no se desmayó por hemorragia, por lo que tomé el alcohol y el algodón y desinfecte cada una de sus heridas con cuidado, renamon solo se movía ocasionalmente posiblemente por el ardor que le producía, pero aun no reaccionaba, seguía inconsciente; proseguí después vendando las heridas por las que había brotado sangre asegurándome de que solo con un descanso se encontraría mejor al despertar. Ya terminado el tratamiento que le di a renamon, me dispuse a mirarla pensando en que sería lo que sucedería, ¿Qué haría ella cuando despierte? ¿Sería hostil o pasiva? No lo sabía, pero contaba con que al menos me diera las gracias. Estuve bastante rato esperando a que despierte que empecé a examinarla esta vez acariciando el pelaje de su cuerpo, todavía me sorprendía que estaba en frente de una renamon real y que fui yo quien le salvo la vida, pero era lo que estaba pasando y me sentía o pronto me sentiría bien conmigo mismo por verla sana y salva; me pasé un buen rato acariciando sus brazos, cabeza, orejas que incluso por un momento pude jurar que estaba sonriendo por las caricias que le estaba dando, ella tenía un pelaje realmente suave, yo ya me encontraba cerca de su rostro mientras continuaba acariciándola, esta vez en las mejillas, lo hacía lentamente con la punta de mis dedos, hasta le susurraba que se despertara pronto, porque ya quería conocerla, y también que ella me conociera, porque creía que lo ideal sería que supiera quien la salvó.

Yo: vamos despierta, tienes que despertar (pongo mi mano en su mejilla)

En ese momento veo que por fin abre un ojo, y me miraba fijamente, no sabía que era exactamente lo que pasaba por su cabeza al despertar en un lugar desconocido para ella, eso sí, no reaccionó bruscamente al verme, solo se levantó lentamente sin despegarme la mirada, estaba sentada en la cama aun mirándome, yo también estaba viéndola sin despegarle la vista, y al poco tiempo se produjo un profundo silencio entre nosotros, quería hablarle pero no me salían las palabras, ella ocasionalmente miraba a su alrededor y después volvía a mirarme a mí, su mirada era calmada hacia donde mirara, excepto cuando se miró a sí misma y descubrió que llevaba puesta vendajes en varias partes de su cuerpo, ahí su mirada cambio a una de asombro, cuando volvió hacia mí y me hablo

Renamon: tu no fuiste el que me hirió verdad? (levantando una ceja)

Yo estaba paralizado mirando su rostro todavía, pero me había hecho una pregunta y tenía que contestarle

Yo: no…yo fui el…que te salvó de hecho (tartamudeando)

Renamon: lo dices en serio? (lanzándome una mirada penetrante)

Yo: (tragando saliva) si, te juro que yo no fui el que te dañó, pero fui el que te ayudó a sanar tus heridas

Renamon: me salvaste? Gracias! (saltando a darme un abrazo)

Yo: (sonrojado) uh…, no fue nada, solo hacia lo correcto

Wow pensé que reaccionaria de otra forma, pero su abrazo se sentía cálido y me agradaba sentirla cerca

Renamon: en serio gracias por salvarme la vida eso es algo que jamás ha hecho alguien por mí, pero ahora dime ¿Quién eres tú? Y ¿Dónde estoy?

Sabía que tenía que explicarle todo lo que había pasado, y que no le recomendaría irse hasta que se recuperara por completo, no lo había asimilado aun, pero no me gustaría tener que despedirme de ella, porque realmente comenzaba a caerme bien.

Antes que nada, debo de aclarar otro punto, y es que comencé con esta historia, porque es una que he querido escribir desde hace tiempo y poco a poco la continuaré, dejen sus review y sugerencias, me despido.