Disclaimer: no soy rubio, nunca he tenido (ni tendré) una menstruación (gracias a todos los cielos) ni soy un británico multimillonario (por culpa de todos los infiernos). Así que he de admitir que no soy Rowling y que Millicent, por desgracia, no me pertenece. Pero Diane sí, y quien la copie sufrirá una muerte lenta y dolorosa a manos del Bellatrix Lestrange. He dicho.
Este fic participa en el minireto de diciembre para El Torneo de los Tres Magos del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Millicent odia a los mortífagos.
Nadie lo sabe. Cuando sale el tema de la limpieza de sangre su posición más agresiva es una pasiva neutralidad. Sabe que demostrar sus simpatías acabaría con ella, pero los odia. También se odia a sí misma por no ser capaz de enfrentarlos, por limitarse a sentarse junto a una llorosa Diane Parkins y no hacer más que consolarla. Mestizas, sólo Diane conoce el sentimiento de ser humillada y de saber que no volverás a ver a un pariente cuyo único delito es no poder hacer magia.
Bulstrode no sabe qué hacer, salvo apoyar a su amiga y alimentar su rabia por los crímenes que se están cometiendo. Diane es mucho más merecedora de estar en Slytherin que Crabbe o Goyle, pero su simple ascendencia la condena a ser despreciada por esos descerebrados. A llorar por la muerte de un familiar mientras otros lo celebran y ella apenas puede consolarla.
Nota de autor: por si no queda claro, Diane (una Slytherin mestiza) ha perdido a un familiar por ser muggle (los mortífagos, muy majos ellos, lo han cazado como a un animal), Crabbe y Goyle se han metido con ella y Millicent la está consolando.
Sí, lo sé, al escribir me explico de put* pena, ¿no?
